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Uno de los totems que he admirado toda mi vida.
El conde Toltoi (1828-1910) en su vejez, tras su "conversión" y su deseo de aplicar el Evangelio verdadero - no el de la Iglesia - en su vida y entre sus mujiks.
Tolstoi, que fué olvidado a la hora de darle uno de los primeros Nobel de Literatura, es simplemente soberbio. Un titán de las letras.
El joven aristócrata militar y bon vivant era, al mismo tiempo, un alma receptiva respecto a la vida y el mundo que le rodeaba.
El joven Lev hacia los 20 años
El oficial Lev Tolstoi, treinteañero.
Siempre llevó un diario y escribió sobre la guerra en el Caúcaso.
Poco después de ser testigo del sitio de Sebastópol, donde los muertos y heridos en combate o por enfermedad alcanzaron el número de 102 000, se reintegró a la frívola vida de San Petersburgo, sintiendo un gran vacío e inutilidad.
El conde Toltoi (1828-1910) en su vejez, tras su "conversión" y su deseo de aplicar el Evangelio verdadero - no el de la Iglesia - en su vida y entre sus mujiks.
Tolstoi, que fué olvidado a la hora de darle uno de los primeros Nobel de Literatura, es simplemente soberbio. Un titán de las letras.
El joven aristócrata militar y bon vivant era, al mismo tiempo, un alma receptiva respecto a la vida y el mundo que le rodeaba.
El joven Lev hacia los 20 años
El oficial Lev Tolstoi, treinteañero.
Siempre llevó un diario y escribió sobre la guerra en el Caúcaso.
He adquirido la convicción de que casi todos eran hombres inmorales, malvados, sin carácter, muy inferiores al tipo de personas que yo había conocido en mi vida de bohemia militar. Y estaban felices y contentos, tal y como puede estarlo la gente cuya conciencia no los acusa de nada.
Tolstoi
Tolstoi
Llevó la vida libertina de un cosaco pero asqueado se dedicó a la escritura y ya treinteañero, siendo ya conocido por la novela, "Los cosacos"se enamoró perdidamente de una jovencita de 17 años, 16 años más joven que él, Sofia Behrs, que seria la madre de sus trece hijos, de los que sobrevivieron ocho (intentó convencer a su marido para que usase métodos anticonceptivos, pero él siempre se negó), y su compañera, su secretaria y consejera en su trabajo literario. Ella misma fue escritora y fotógrafa,autora de las muchas imágenes que se conservan de Tolstoi y su familia, en la gran propiedad familiar Yàsnaya Poliana.
Sofia tuvo que pasar por la humillación de leer el diario de su marido la noche de bodas, para que fuese consciente de la vida de pecador que habia llevado. Más tarde, esa escena se reproducirá en "Anna Karenina", cuando Levin pide lo mismo a su esposa Kitty. El diario incluía que Tolstoi tenia un hijo con una sierva de su propiedad. Habia sido uno de esos amos que sembraba su propia semilla en sus tierras y raro es que reconociese tener solo uno. Con sus hijos legítimos, sobre todo los primeros, sufria en los partos de su esposa y en la crianza de los indefensos niños expuestos a las enfermedades y la muerte. Llegó a cambiar él mismo los pañales cuando su mujer estaba enferma y deseaba ocuparse de ella y los niños, pese a tener servicio.
De hecho, la literatura de Tolstoi tiene un transfondo autobiográfico enorme. El siempre se identifica con un personaje en su ideologia, en Guerra y Paz es Pierre Bezujov y en Anna Karenina es Levin.
Más allá de sus obras más famosas - se sintió orgulloso de Guerra y Paz, pero terminó harto de "Anna Karenina", deseoso de terminarla de una vez - tiene maravillosas historias cortas como "Sonata a Kreutzer" - en la que un hombre narra que mató a su esposa por celos, por la unión que vió crecer entre su esposa y el profesor de música tocando dicha pieza de Beethoven, y que expresa los celos que sintió él en las mismas circunstancias respecto a Sofia, aunque no la mató, claro, pero todas las cosas misóginas que cuenta sobre la mujer, culpando de ello a la educación deficiente que reciben las mujeres y el modo en que se casan las parejas sin conocerse, son interesantes, rompedoras en el siglo XIX.
También está "La muerte de Ivan Ilich", en que un magistrado poderoso se da cuenta en su agonia final de que está rodeado de odio y temor, que nadie desea de él nada más que su herencia.
Tolstoi en la época de su conversión
Decidió vivir como un mujik, incluso se trasladó a vivir a una cabaña sin ningún lujo, un camastro, mesa y silla de madera y una palangana para lavarse, mientras en la acomodada y decorada mansión vivian Sofia y sus hijos exasperados por la actitud excéntrica del cabeza de familia. En su desesperación, Tolstoi cuenta en "Confesión" que llegó a pensar en el su***dio al pensar en el sinsentido del mundo pero que comprendió que la verdad estaba en Dios.
Fue precursor de lo que poco después se denominaría naturismo. Tolstói, escribe en su postrer libro Últimas palabras (1909) que vivamos según la ley de Cristo: amándonos los unos a los otros, siendo vegetarianos y trabajando la tierra con nuestras propias manos. Prueba de su vegetarianismo son múltiples citas suyas, entre las que destacan:
Decidió vivir como un mujik, incluso se trasladó a vivir a una cabaña sin ningún lujo, un camastro, mesa y silla de madera y una palangana para lavarse, mientras en la acomodada y decorada mansión vivian Sofia y sus hijos exasperados por la actitud excéntrica del cabeza de familia. En su desesperación, Tolstoi cuenta en "Confesión" que llegó a pensar en el su***dio al pensar en el sinsentido del mundo pero que comprendió que la verdad estaba en Dios.
Alimentarse de carne es un vestigio del primitivismo más grande. El paso al vegetarianismo es la primera consecuencia natural de la ilustración.
Un hombre puede vivir y estar sano sin matar animales para comer; por ello, si come carne, toma parte en quitarle la vida a un animal sólo para satisfacer su apetito. Y actuar así es inmoral.
Tolstói dio origen al denominado Movimiento tolstoyano. Tras ver la contradicción de su vivir cotidiano con su ideología, Tolstói decidió dejar los lujos y mezclarse con los campesinos de Yásnaia Poliana, donde él se crio y vivió. No obstante, no obligó a su familia a que lo siguiese y continuó viviendo junto a ellos en una gran parcela, lugar al cual con frecuencia sólo llegaba a dormir, gastando la mayor parte del día en el oficio de zapatero. Fundó en la aldea una escuela para los hijos de los campesinos y se hizo su profesor, autor y editor de los libros de texto que estudiaban. Impartía módulos de gimnasia y prefería el jardín para dar clases. Creó para ello una pedagogía particular cuyos principios instruían en el respeto a ellos mismos y a sus semejantes.Un hombre puede vivir y estar sano sin matar animales para comer; por ello, si come carne, toma parte en quitarle la vida a un animal sólo para satisfacer su apetito. Y actuar así es inmoral.
Entusiasta lector del Ensayo sobre la desobediencia civil del pensador norteamericano Henry David Thoreau, envió a un periódico hindú un escrito titulado Carta a un hindú que desembocó en un breve intercambio epistolar con Mahatma Gandhi, por entonces en Sudáfrica, influyendo profundamente el pensamiento de este último en el concepto de resistencia no violenta, un punto central de la visión del cristianismo de Tolstói. En septiembre de 1910, dos meses antes de su muerte, le escribió en el sentido de aplicar la «no resistencia», ya que «la práctica de la violencia no es compatible con el amor como ley fundamental de la vida», principio que fue capital en el desarrollo posterior de la satyagraha del hindú. También mantuvo correspondencia con George Bernard Shaw, Rainer Maria Rilke y el zar Nicolás II de Rusia, entre otros. Su epistolario forma un corpus de unas 10 000 cartas conservadas en el Museo Tolstói de Moscú.
Tolstói murió en 1910 a la edad de 82 años. Murió de una neumonía en la estación ferroviaria de Astápovo (actualmente, Lev Tolstói en la óblast de Lípetsk), después de caer enfermo cuando abandonó su casa a mediados de invierno. Su muerte llegó luego de huir del estilo de vida aristocrático y separarse de su esposa. Tolstói había intentado renunciar a sus propiedades en favor de los pobres, aunque su familia, en especial su esposa, lo impidió. Este fue uno de los motivos de por qué Tolstói había decidido abandonar su hogar.
Entre sus últimas palabras se oyeron estas que muestran, como ninguna de las muchas maravillosas que pronunció o escribió, la excelsitud de su alma:
Hay sobre la tierra millones de hombres que sufren: ¿por qué estáis al cuidado de mí solo?
Tras su muerte, Sofia impugnó el testamento y el zar Nicolás II anuló la cesión de las tierras a los campesinos y se las cedió a Sofia y sus hijos.
Lev Tolstoi fué enterrado en sus tierras prohibiendo que hubiese ningún signo identificatorio en la tumba.
Fué un hombre excepcional, un coloso de la literatura y un pensador que llevó el peso de su conciencia fuera de los límites marcados en su época para buscar la redención divina y hacer el bien para poder vivir con su conciencia.
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