La vuelta al cole de Leonor y Sofía. Septiembre 2017

Si volvés a leer mi mensaje, vas a ver que no escribí "sufrir como LadyDi" sino "sufrir un LadyDi" , haciendo referencia a la teoría de que lo de París no habría sido un accidente, sino una manera de sacarse de encima a una mosca cojonera.
Buah! todavía cuando estaba insoportosa y tocahuevos hubiese sido más o menos creíble (más bien MENOS), pero en esta época ya estaba encandilada con el Khan pero siendo como era le ponía la cornamenta con el Dodi, y sacaba buena tajada de ambos, ya no molestaba a la corona, es un absurdo y una memez.
 

Perdonad si ya está puesto!!!!

La vuelta al cole de la 'invisible' Leonor de la mano de Letizia

La princesa de Asturias ha comenzado el colegio este lunes. Otro año más, los reyes han optado por no mostrar a la heredera a su llegada al Santa María de Los Rosales. Ha sido la reina la encargada de llevarla al centro escolar.
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Letizia lleva a Leonor y Sofía, en el asiento de atrás, hasta su colegio en Aravaca. EFE



Ane Olabarrieta @Ane_OlaVallejo

Letizia (44 años) acudía a las nueve de la mañana de este lunes al colegio Santa María de los Rosales, en Aravaca, acompañada de sus dos hijas.
La reina conducía hasta el centro con la ventanilla bajada, por lo que a su llegada no dudó en saludar a los que aguardaban su llegada.

Mientras tanto, en los asientos traseros, tras los cristales tintados se escondían la princesa Leonor (11) y la infanta Sofía (10).

Una vez más, no existe ninguna instantánea clara de las menores, salvo alguna imagen captada de las ventanas de atrás en las que se intuye a una de las pequeñas.
Las niñas ya están en las aulas tomando sus primeras clases después del descanso veraniego, aunque Sofía ya 'cató' las aulas el pasado viernes en su inicio de curso.
Y es que este año ambas viven diferentes etapas; mientras la más joven continúa su ascenso en primaria cursando quinto, su hermana mayor ya se estrena en la Educación Secundaria
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Las pequeñas
de la Casa Real han llegado al centro siendo totalmente invisibles para los ojos de la prensa, pero quien realmente estaba desaparecido era su padre, el rey Felipe VI (48).
El monarca ha estado este fin de semana en la boda de Martina Jáudenes, su ahijada, ya que la joven es la hija de su gran amigo y compañero de regatas en Mallorca, Eugenio Jáudenes.
La última imagen que existe de los reyes, por separado, es totalmente opuesta a lo que vestuario se refiere. Mientras en el enlace de este sábado en la isla balear el monarca se ha dejado ver con un impecable traje azul marino y una corbata en tonos fucsia, la reina ha sorprendido este lunes por la mañana con un look muy casual a la par que cómodo que destacaba por sus ceñidos pantalones vaqueros con dobleces a la altura del tobillo y sus deportivas blancas.
 
Veo y leo escritos y más escritos acerca de este teatro leticiero de lunas tintadas y niñas ocultas. A mi me ha importado un rábano siempre la presencia más o menos oculta de estos personajillos, pero esto me parece un límite, ir en un vehículo con los cristales tintados y ESCONDER al máximo a dos niñas hijas del rey de las Españas ya no es cuestión de una frivolidad, lo encuentro mucho más grave. ¿Por qué se las oculta en ocasiones sencillas, de dominio público y que debieran estar al alcance de todos?
¿ Qué dice la presidencia de la real casa acerca de tanto desatino?

Son decisiones de la madre.
Y a la madre no le tose nadie.
La madre estaba de malas pulgas.
Y le dio su real gana de montar ese numero.
Esto funciona asi.
 
LECTURAS
Corte y confección
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Mariángel Alcàzar

La vuelta al cole de Leonor y Sofía, otra ocasión perdida
12 de septiembre de 2017, 15:02


Todos los principitos y princesitas en edad escolar, al menos los de Europa que son los que tenemos más a mano, tienen la bonita costumbre de facilitar el acceso a los reporteros gráficos para que capten su primer día de colegio, todos menos la princesa Leonor y la infanta Sofía, cuyos padres no consideran oportuno hacer exhibición pública de ese momento.
El lunes, 11 de septiembre, las hermanas Borbón-Ortiz comenzaron las clases en el colegio Santa María de Rosales y como sucederá otros días, a lo largo del curso, llegaron en coche acompañadas por su madre: las niñas, en los asientos traseros, tras unos cristales tintados y la Reina, lógicamente, en el asiento del conductor.
Una escena parecida a la que protagonizaron otros niños y otras madres a las puertas de ese colegio de élite en el que, entre matrícula, comedor y extras, se pagan unos mil euros por niño, es decir más de dos mil por la parejita.
No es el colegio más caro de Madrid, pero sí el más cotizado por su educación y, sobre todo, porque cuando ya casi se habían acabado los efectos de haber sido el centro donde estudió el príncipe Felipe volvió de nuevo al primer plano al ser elegido como colegio para Leonor y Sofía. Se multiplicaron las matrículas y se colapsó el acceso. Una de las alumnas es Alejandra Rubio Borrego y quizá sea en razón de continuar con la plaza en el colegio por lo que en estos años pasados Terelu Campos no ha querido irse a vivir a otro barrio para garantizar que la niña tenía plaza en el Rosales.

El Santa María de Rosales va viento en popa y la mayoría de los padres llevan allí a sus hijos para presumir de condiscípulos.
No creo que haya nadie que proteste por el agobio que puede representar que el primer día de colegio se permita que los fotógrafos capten la llegada de la princesa y la infanta, pero al parecer esa es la excusa para que la heredara al trono y la segunda en el orden sucesorio entren en el colegio de una forma casi clandestina.


La Reina no quiere llamar la atención ni que sus hijas sean señaladas por alterar la rutina escolar en el primer día de clase, pero no le importa tanto intervenir en la elección de las comidas del comedor, exigir que otros padres no graben las funciones o fiestas del colegio o imponer algunos de sus criterios que el resto de padres acepta, en parte, por no llevar la contraria a una madre tan principal.


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Leonor y Sofía no son unas niñas más y si viven su infancia con esa idea, mal les va a ir en una vida que atravesarán como seres singulares.

No se trata, evidentemente, de que tengan privilegios por ser vos quien sois, ni que pierdan vivencias que pueden enriquecer sus vidas pero, no facilitar las fotos en su primer día de colegio, como hacen el resto de los niños de las casas reales europeas es, sinceramente, una memez, una declaración de principios por parte de sus padres (debo suponer que están de acuerdo) que no hace más que alejar a esas niñas del conocimiento que de ellas debe tener la sociedad.

Cuando su llegada al colegio es excusa perfecta, inocua y aceptada que no molesta y que, sin embargo, año tras año les resta popularidad.


Menos mal que este año el Rey, muy sabiamente y dado que el inicio del curso en Madrid ha coincidido con la celebración del 11 de septiembre en Catalunya, se ha quedado en el despacho.

Ya solo faltaría que con la que está cayendo en Catalunya, el Rey apareciera tras los cristales tintados de un coche llevando a sus hijas de tapadillo.

Que van al colegio, por Dios…

VAYA, VAYA, CON MARIANGEL ALCAZAR YA SE HA DESENGAÑADO DE FIZTIZIA!!!!
 
Beatriz Miranda comenta en el artículo, que se infiltran botox y hialurónico antes de verano y antes de navidad. Pues la Letys, se lo hace prácticamente cada mes, porque se le reabsorben las merdes esas a una velocidad desconocida. Imaginaos cómo tendría la cara sin rellenar, cómo Amenofis II del Bajo Nilo.
 
LECTURAS
Corte y confección
mari-angel-alcazar_2bdd846f.png

Mariángel Alcàzar

La vuelta al cole de Leonor y Sofía, otra ocasión perdida
12 de septiembre de 2017, 15:02


Todos los principitos y princesitas en edad escolar, al menos los de Europa que son los que tenemos más a mano, tienen la bonita costumbre de facilitar el acceso a los reporteros gráficos para que capten su primer día de colegio, todos menos la princesa Leonor y la infanta Sofía, cuyos padres no consideran oportuno hacer exhibición pública de ese momento.
El lunes, 11 de septiembre, las hermanas Borbón-Ortiz comenzaron las clases en el colegio Santa María de Rosales y como sucederá otros días, a lo largo del curso, llegaron en coche acompañadas por su madre: las niñas, en los asientos traseros, tras unos cristales tintados y la Reina, lógicamente, en el asiento del conductor.
Una escena parecida a la que protagonizaron otros niños y otras madres a las puertas de ese colegio de élite en el que, entre matrícula, comedor y extras, se pagan unos mil euros por niño, es decir más de dos mil por la parejita.
No es el colegio más caro de Madrid, pero sí el más cotizado por su educación y, sobre todo, porque cuando ya casi se habían acabado los efectos de haber sido el centro donde estudió el príncipe Felipe volvió de nuevo al primer plano al ser elegido como colegio para Leonor y Sofía. Se multiplicaron las matrículas y se colapsó el acceso. Una de las alumnas es Alejandra Rubio Borrego y quizá sea en razón de continuar con la plaza en el colegio por lo que en estos años pasados Terelu Campos no ha querido irse a vivir a otro barrio para garantizar que la niña tenía plaza en el Rosales.

El Santa María de Rosales va viento en popa y la mayoría de los padres llevan allí a sus hijos para presumir de condiscípulos.
No creo que haya nadie que proteste por el agobio que puede representar que el primer día de colegio se permita que los fotógrafos capten la llegada de la princesa y la infanta, pero al parecer esa es la excusa para que la heredara al trono y la segunda en el orden sucesorio entren en el colegio de una forma casi clandestina.


La Reina no quiere llamar la atención ni que sus hijas sean señaladas por alterar la rutina escolar en el primer día de clase, pero no le importa tanto intervenir en la elección de las comidas del comedor, exigir que otros padres no graben las funciones o fiestas del colegio o imponer algunos de sus criterios que el resto de padres acepta, en parte, por no llevar la contraria a una madre tan principal.


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Leonor y Sofía no son unas niñas más y si viven su infancia con esa idea, mal les va a ir en una vida que atravesarán como seres singulares.

No se trata, evidentemente, de que tengan privilegios por ser vos quien sois, ni que pierdan vivencias que pueden enriquecer sus vidas pero, no facilitar las fotos en su primer día de colegio, como hacen el resto de los niños de las casas reales europeas es, sinceramente, una memez, una declaración de principios por parte de sus padres (debo suponer que están de acuerdo) que no hace más que alejar a esas niñas del conocimiento que de ellas debe tener la sociedad.

Cuando su llegada al colegio es excusa perfecta, inocua y aceptada que no molesta y que, sin embargo, año tras año les resta popularidad.


Menos mal que este año el Rey, muy sabiamente y dado que el inicio del curso en Madrid ha coincidido con la celebración del 11 de septiembre en Catalunya, se ha quedado en el despacho.

Ya solo faltaría que con la que está cayendo en Catalunya, el Rey apareciera tras los cristales tintados de un coche llevando a sus hijas de tapadillo.

Que van al colegio, por Dios…

VAYA, VAYA, CON MARIANGEL ALCAZAR YA SE HA DESENGAÑADO DE FIZTIZIA!!!!
La tieta está hasta la peineta :LOL::LOL: (Pero solo de la inefable, ojo.)
 
En un post anterior comenté la gravedad, sí la gravedad, de este ocultamiento paranoico de las niñas. Me encanta que la Alcazar lo haya expuesto de esta manera, y me encanta porque ya sabemos como ha sido siempre esta periodista con la real casa, pero por lo que se ve ya no puede soslayar durante más tiempo unas actitudes que no son las propias de unos padres en pleno ejercicio de su tutela.
Dije que ésto es muy grave, cristales tintados, pero que muy grave, pero no deseo que se le ponga el debido remedio, quiero que las cosas avancen por esas formas de actuar tan lejos de lo social y lo popular.
Adelanta Alcazar y congéneres.
 
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