La vida de los otros.Emilia Landaluce.30/07/2016.

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LA VIDA DE LOS OTROS

EMILIA LANDALUCE

30/07/2016

EL AVIÓN DE COLORES DEL NUEVO DUEÑO DEL EDIFICIO ESPAÑA

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“España es el país en donde uno puede hacerse rico más rápidamente”. Carlos Solchaga sentenció con esta frase el legado económico del felipismo. El postfranquismo travestido de biutiful(son los mismos que ahora babean detrás de Rita Maestre ancaSegrelles) y los nuevos plutócratas de las autonomías crearon un estamento al calor de las políticas socialistas y del café para todos. Después comenzaron los escándalos (hasta se llevaron la caja de los huérfanos de la Guardia Civil) y la frase de Solchaga quedó reducida al terreno de la ironía y el sarcasmo.



Sin embargo, con Aznar y Zapatero, España siguió siendo un país en el que uno podía hacerse rico rápido si quería y si tenía los suficientes bemoles (otra cosa es el talento) para hacerlo. “Es que el banco te ponía el dinero”, me cuenta un prohombre. “Un día, tuve que alquilar un avión que pudiera cruzar el Atlántico porque tenía una reunión en México. Me fui a Torrejón y de repente apareció un avión de esos grandes (con Mellado aprendimos que debía de ser un Gulfstream) pero pintado de colores rarísimos: morado, amarillo, verde. Le pregunté a la azafata de quién era pero no me lo quiso decir. Nos subimos al avión. Al final, después de seis horas de viaje, le volví a preguntar y me dijo que el propietario era… era… era… Trinitario Casanova”. Pero ese avión solo lo tienen personas extremadamente ricas. Mi interlocutor sentencia: “Antes, los bancos te ponían el dinero”.

Algunos desconfían de las intenciones del inmobiliario murciano —¡que es de Orihuela, Alicante!— respecto al Edificio España, el quebradero de cabeza del Ayuntamiento de Carmena y de un chino llamado Wanda que al final ha salido huyendo despavorido dejando colgado el proyecto que habría supuesto la renovación de una zona bastante deteriorada de la capital. “No es típico de Trinitario meterse en un lío como ése. Supongo que habrá comprado el Edificio para darle un pase”. ¿Eso es que ya tiene un comprador? “Si no lo tiene esperará un poco que repunte la economía para venderlo”. Conclusión: los vecinos de plaza de España pueden seguir esperando sentados y votando proyectos en Madrid Decide, la web de participación ciudadana, para nada.

Lo he escrito muchas veces: Olvido Hormigos tiene nombre de novela de Antonio Gala y un furor uterino digno de Mesalina, la mujer de ‘Clau-clau-dio’. Los medios creen que los españoles se desviven por saber si habrá Gobierno o si a Rajoy le han encargado presentarse a la investidura para que diga como Nat King Cole (lo contaba ayer la gran Marisa Cruz) “quishás, quishás, quishás”. Sin embargo, en este chiringo que es España en vacaciones sólo se habla de la ex concejala de Yébenes y de su [presunto] lío con el conde Lequio. La verdad es que la leyenda del primo del Rey Juan Carlos comenzó con la máquina de la verdad de Antonia Dell’Atte —“Caro Dado”— y tuvo su punto álgido cuando mostró en todo su esplendor el poderío del cetro borbónico. “Es un atributo familiar”, suele decir el conde. La primera vez que fuimos a Los Yébenes descubrimos que un malvado del pueblo había escrito Pajarito, apodo del marido de Hormigos, sobre un venado de piedra que había en una rotonda. Ahora falta saber si en el pueblo toledano pondrán un obelisco, proverbial símbolo fálico, con un Lequio pintado en otra glorieta.



A Rajoy, eterno interino, le hemos llamado de todo: estafermo, derviche giróvago, percebe... Y se lo tiene merecido. El presidente en funciones dejó el tabaco pero siempre pensamos que está fumándose un puro mientras se cava la fosa de España en arena de playa. [Me cuentan que mientras el Parlament hacía su enésima peineta del gobierno central, algunas de las diputadas de la CUP miraban webs de viajes]. Una de las cosas que los debates nos han permitido apreciar es cómo son las relaciones entre los cuatro candidatos. A Mariano no se le aprecia sintonía alguna con Sánchez y Rivera... Sin embargo, con Pablo Iglesias... Un asesor de Moncloa es menos sutil. “Con los otros dos, las reuniones son siempre incómodas y tensas, pero con el líder de Podemos...”. ¿Se lleva mejor? “Sí”. Oír para creer. “Es una cuestión de piel, no de ideas”.

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