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Las cifras de las fosas comunes del cementerio de Huelva: 1.437 ejecutados por el franquismo y siete víctimas de la violencia izquierdista
El informe ‘Las fosas comunes del cementerio de La Soledad y la represión militar en Huelva (1936-1944)’ aporta la foto fija del camposanto onubense
El estudio incluye los nombres de un total de 1.100 víctimas identificadas, un derechista y el resto asesinados por los golpistas en una ciudad sin guerra
El trabajo arroja luz para una futura intervención arqueológica en las tumbas colectivas y está realizado por el historiador José María García Márquez y el investigador Miguel Ángel Harriero Capilla
Huelva, con al menos 10.199 víctimas en 126 fosas, es una de las provincias más afectadas por el terror franquista en toda España

Juan Miguel Baquero
29/07/2019 - 20:55h
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Primera intervención, en octubre de 2017, para rescatar los restos de uno de los 1.437 ejecutados en el cementerio de La Soledad. | JUAN MIGUEL BAQUERO

REPORTAJE | Así masacró el franquismo en Andalucía: diez hitos históricos que nadie puede negar
ENTREVISTA

"Los que no saben, por la desmemoria o porque no lo han padecido, lo mejor que podían hacer es no hablar"


Un camposanto con, al menos, 1.437 ejecutados por el franquismo arrojadas a una fosa. Más un derechista tirado a la tierra. Y otras seis víctimas de la violencia izquierdista enterradas en nichos. Es la foto fija que aporta el informe 'Las fosas comunes del cementerio de La Soledad y la represión militar en Huelva (1936-1944)'.

Un estudio que deja además un total de 1.100 personas identificadas: 1.099 asesinados por los golpistas y una de la represión afines al golpe de Estado fascista de julio de 1936. El trabajo, elaborado por el historiador José María García Márquez y el investigador Miguel Ángel Harriero Capilla, arroja luz para una futura intervención arqueológica en estas fosas.

El informe ha sido presentado este lunes en el Salón de Plenos de la Diputación Provincial de Huelva. El acto ha contado con la presencia del presidente de la institución, Ignacio Caraballo; el delegado provincial en Huelva de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, José Manuel Correa; y el alcalde de la capital onubense, Gabriel Cruz.

En la presentación, además de los autores, han participado el presidente de la Asociación de Memoria Histórica de la Provincia de Huelva (AMHPH), Fernando Pineda, y el historiador Francisco Espinosa Maestre.

Las cifras de la “matanza” fascista
La violencia franquista se desató desde la ocupación por los golpistas de la ciudad de Huelva el 29 de julio de 1936. A partir de ahí, en la provincia onubense hay 10.199 víctimas de la represión rebelde arrojadas a 126 fosas comunes, según la cifra estimada que aporta el Mapa de Fosas de la Junta de Andalucía.

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Cifras de víctimas enterradas en Huelva. | FUENTE: 'LAS FOSAS COMUNES DEL CEMENTERIO DE LA SOLEDAD Y LA REPRESIÓN MILITAR EN HUELVA (1936-1944)'

Estos números sitúan a la provincia como una de las más afectadas por la violencia golpista de toda España. Andalucía, de hecho, fue la zona más castigada por el franquismo. La región cuenta al menos 45.566 asesinados en 708 fosas. Son las cifras de la “matanza fundacional del franquismo”, describen historiadores como García Márquez o Espinosa Maestre.

En Huelva, más de 60 municipios sufrieron el terror franquista. El rastro aparece en casos como la fosa de Modestita en Zalamea la Real. O la del anarquista que Franco mató por leer a Nietzsche en Huelva o una de las mayores de la guerra civil en zona rural, en Nerva. Y en Camas (Sevilla), con los mineros que iban a cambiar el curso de la historia.

Los datos de las víctimas
El trabajo de García Márquez y Harriero identifica a un total de 1.099 víctimas del franquismo. También hay uno de la violencia izquierdista. Con un objetivo: "determinar, de la manera más rigurosa y aproximada posible, el número e identidad de las víctimas ocasionadas en la ciudad de Huelva por la represión de los militares sublevados tras la ocupación de la ciudad".

En cuanto a las edades, la mayor parte de los ejecutados tenía entre 21 y 50 años. Aunque también hay dos víctimas menores de 13 años y otras 47 con más de 60. Y ejecutados de otros países. Como cuatro personas de Portugal y una de Alemania, Estonia y Polonia. Ahí están identificados en 'Las fosas comunes del cementerio de La Soledad y la represión militar en Huelva (1936-1944)'.

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Represión franquista en Huelva. | FUENTE: MAPA DE FOSAS DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA

Todos los nombres aparecen en el informe en un listado anexo. También de otras provincias españolas, caso de 23 asesinados 23 de Badajoz y 17 de Sevilla. O tres de Vizcaya y dos de Almería, Cádiz, Guipúzcoa o Málaga, además de una de Burgos, Cáceres, Ciudad Real, Huesca, León, oviedo, Pontevedra, Tenerife y Toledo.

Del total de identificados, 499 aparecen como 'asesinados por bando de guerra'. Otros 267 fueron ‘ejecutados por sentencias de consejos de guerra’, 249 ‘muertos en prisión’ y hay 50 ‘desaparecidos’. A estos números hay que sumar, entre otros, 15 muertos ‘al salir de prisión’, 12 en la ocupación de la ciudad, 3 ‘por la fuerza pública’ y un ‘su***dio’.

Los “desconocidos” de las fosas
Las víctimas no eran anotadas en el libro de registro del cementerio de La Soledad de Huelva “para ocultar la represión contra población civil”, indican los autores del informe. Los golpistas seguían un sistema similar al usado en el cementerio de San Fernando en Sevilla.

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Casos identificados en las fosas onubenses. | FUENTE: 'LAS FOSAS COMUNES DEL CEMENTERIO DE LA SOLEDAD Y LA REPRESIÓN MILITAR EN HUELVA (1936-1944)'

De las 1.437 ejecutados por el franquismo, solo en 1936 quedan enterradas y registradas 843 como “desconocidos”. Las "brutales actuaciones” explotaron en una masacre “a partir de agosto", dicen José María García Márquez y Miguel Ángel Harriero.

El estudio tiene como marco temporal desde el 29 de julio de 1936 al 31 de diciembre de 1944. En un primer tramo del terror franquista, hasta febrero del 37, hay 907 ejecuciones. Desde esa fecha, las cifras de la barbarie fascista en tierra onubense quedan completadas con otros 530 asesinatos.

La matanza franquista estaba dirigida bajo mando del militar golpistaGonzalo Queipo de Llano. Como muestra, los historiadores reseñan algunos bandos de guerra. "Queda totalmente prohibido todo intento de huelga; los inductores serán pasados por las armas sin previo aviso", decía uno.

"Será pasado por las armas todo aquel que en el plazo de DOCE horas no entregue las armas, municiones o explosivos que tenga en su poder", amenazaban los golpistas. Y más: cualquier resistencia al golpe de Estado fascista "será castigada en el acto con fusilamiento sin formación de causa".

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Pedro Masera, exhumado en el cementerio de Huelva. | JUAN MIGUEL BAQUERO

‘Lo mismo hicieron unos que otros’: falso
Por esto, "escuchar aún decir que 'lo mismo hicieron unos que otros' es, aparte de falso, atentar contra el más mínimo rigor histórico", señala José María García Márquez. "Sobre todo en una ciudad y una provincia, Huelva, donde la represión franquista alcanzó una de sus más altas cotas", continúa.

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Portada de 'Las fosas comunes del cementerio de La Soledad y la represión militar en Huelva (1936-1944)'.

El cementerio de La Soledad, como paradigma, reseña 1.437 ejecutados por el franquismo. La represión izquierdista, de otro lado, “acabó con la vida de 6 personas en la ciudad de Huelva” que fueron registradas “con sus respectivos nombres (y debidamente inscrita en el Registro Civil) y, todos, enterrados en nichos". Con una excepción, un derechista "del que se nos escapa el motivo por el que fuera llevado a la fosa común".

Y, en el horizonte, la idea de realizar una intervención arqueológica en las fosas comunes de La Soledad. “Más de 100 familiares de víctimas de la represión franquista" contactaron con la asociación "para entregarnos los escasos datos que tenían de sus antepasados y pedirnos ayuda para completar sus historias, conocer su final o recuperar sus cadáveres", apunta Fernando Pineda.

Ahí fueron naciendo las solicitudes. Todo, en busca de "respuestas". Por eso ahora están "orgullosos por la repercusión que tendrá para avanzar en nuestros objetivos de verdad, justicia y reparación" y para "mantener las esperanzas de los familiares de las víctimas", dice el presidente de la AMHPH.
https://www.eldiario.es/andalucia/h...ados-franquismo-izquierdista_0_925657992.html
 
Badajoz, agosto de 1936, la alondra ensangrentada

"El 14 de agosto la suerte de Badajoz está echada. El bombardeo aéreo ha sido incesante desde las seis de la mañana y los obuses siembran el terror en todos los barrios. A los republicanos les sobra corazón, pero les faltan municiones. La defensa heroica sucumbe. A las cuatro y media de la tarde, tras un feroz combate, la columna de Castejón entra por Puerta Trinidad. Badajoz cae"
"La batalla termina, pero ahora comienza la escabechina, la carnicería más monstruosa que se pueda imaginar"

Manuel Cañada Porras


26 comentarios

13/08/2016 - 23:00h
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La matanza de Badajoz en un periódico francés

No cesará la alondra




ensangrentada en su furioso canto.

Hoy es el día del jamás y el nunca,

ah país del dolor, Extremadura.

(Antonio Gamoneda)



Han pasado 80 años desde la matanza de Badajoz, desde el crimen más vil de la historia de Extremadura. Y sin embargo, todavía, hablar de ello en esta tierra sigue siendo un tabú. Todavía mandan el silencio y la prudencia, todavía no se ha ido todo el humo, “todavía está todo todavía”. ¿Cómo es posible que el olvido siga ocultando el asesinato de miles de personas, el genocidio más brutal que ha sufrido nuestro pueblo?

14 de agosto de 1936. Badajoz es una ciudad sitiada, atemorizada, a punto de sucumbir. Desde hace días padece el bombardeo sistemático de la aviación y, tras la caída de Mérida, las columnas del ejército sublevado le han puesto cerco.

Al oeste, el gobierno portugués colabora abiertamente con los golpistas y en el interior de la población la cárcel es un hervidero: en ella están los guardias civiles sediciosos a los que el pueblo trabajador de la provincia de Badajoz derrotó y desarmó en los primeros días, tras el levantamiento militar. En la frontera de Caya aún puede verse una bandera emblemática de la UHP (Uníos Hermanos Proletarios), pero el pánico ya ha prendido. Llegan noticias de las andanzas criminales que prodiga la Columna de la Muerte y el éxodo ya ha comenzado.

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Campamento dos refugiados de Badajoz próximo da fronteira, publicada a 11 de Agosto (Arquivo do Diário de Noticias) / ARMHEX

Lo cuenta Mario Neves, el corresponsal de El Diário de Lisboa en su crónica del 11 de agosto: “Un largo hormigueo negro e interminable de mujeres y niños” va llegando al paso fronterizo huyendo de la catástrofe que todos presienten. “Tan sólo las milicias populares defienden la ciudad, sin que lleguen ni la artillería ni la aviación que Madrid promete diariamente. Es natural que la ciudad caiga de un momento a otro en manos de los rebeldes. En cuanto se acerque la columna de Castejón, bien pertrechada y provista de municiones, Badajoz tiene sus horas contadas”.

Badajoz es el primer rompeolas de todas las Españas. Todos los ojos están puestos en sus murallas, en estos campesinos que han osado enfrentarse al feudalismo de los señoritos, que le han dado vida al sueño de la reforma agraria. Pero Badajoz no se rinde, este ejército de yunteros, de lavanderas, de ferroviarios, de costureras, de albañiles, de maestras, de mecánicos, de criadas de servir, de médicos, de trabajadores de toda clase, ha decidido resistir. Hay que defender la República, hay que retrasar el avance de los fascistas hacia Madrid.


El 16 de febrero, con la victoria del Frente Popular en las urnas, se ha roto el dique de la presa de agua, viva y sonora, subyugada durante décadas. Ya no más dilaciones, trabajo, laicismo, democracia, tierra y libertad, grita el pueblo, que ha soportado durante tanto tiempo el desprecio y la altanería de las clases dominantes. “La carne y la sangre viva, el trabajo, el sudor, las lágrimas y el hambre, salían al encuentro de la bisutería, de las barras de carmín, de los polvos, el colorete, los tés danzantes, las rentas artificiales, las trampas y la hipocresía”. Así describe José Herrera Petere una manifestación espontánea en la Gran Vía madrileña celebrando el triunfo del Frente Popular.

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Ocupaciones de tierras en Badajoz / ARMHEx

Y en Extremadura, el 25 de marzo toma cuerpo la utopía milenaria. Al fin, la tierra para quien la trabaja. A las cinco de la mañana de aquel día, un ejército pacífico de jornaleros, a lomos de burros y pertrechados de subversivas azadas, le quita las legañas a las boicoteadas leyes de reforma agraria y dispara a la tierra con sus arados en 280 pueblos, comenzando a labrar más de 3.000 fincas. Los terratenientes y sus caciques jamás les perdonarán aquella insolencia, el propósito de vivir dignamente, sin servidumbre ni amos.

La gran serpiente de la reacción busca a tientas darle forma a su rencor. Y encuentra la solución donde la encontró a lo largo del último siglo, en el pronunciamiento militar. El 17 de julio se desata el golpe de Estado contra la República, que se lleva preparando desde el mismo día que venció el Frente Popular. Pero para sorpresa de todos, el golpe fracasa parcialmente. Pensaban que sería una asonada victoriosa más que sumar a la tradición montaraz del ejército. Pero las cuentas no les salen; el pueblo, aunque está desarmado, ha plantado cara en Madrid, en Barcelona, en decenas de ciudades, entre ellas Badajoz.

Francisco Espinosa, un historiador valiente y riguroso que ha estudiado en profundidad la República, la guerra civil y la represión franquista, evalúa la encrucijada de esos días. “Tal como quedó la situación, la pieza clave no era otra que el Ejército de África, herencia de la larga y temible guerra colonial”. A pesar de la resistencia popular, los militares africanistas controlan rápidamente Cádiz, Jerez, Sevilla y las capitales andaluzas. “El único escollo que se presenta es la provincia de Badajoz, importante porque”, además de representar el faro de la reforma agraria republicana, “impide el contacto entre las fuerzas de Mola y las de Queipo de Llano y Franco”. Las columnas de Asensio y Castejón se dirigen hacia Badajoz y a su paso van dejando un reguero de muerte.



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"Amamantando a su hijo", David Seymour Extremadura. República 1936, en Don Benito

Fuente de Cantos, Zafra, Llerena, Villafranca, Almendralejo o Méridaconocen de primera mano las prácticas bárbaras de este ejército de ocupación. Para el primer escarmiento, el jefe de la columna pide normalmente un uno por ciento de la población; estas personas son liquidadas en pequeños grupos, dejando sus cadáveres en las salidas de los pueblos y otros lugares de especial tránsito.

BADAJOZ, CAPITAL DEL CORAJE

El 14 de agosto la suerte de Badajoz está echada. El bombardeo aéreo ha sido incesante desde las seis de la mañana y los obuses siembran el terror en todos los barrios. A los republicanos les sobra corazón, pero les faltan municiones. La defensa heroica sucumbe. A las cuatro y media de la tarde, tras un feroz combate, la columna de Castejón entra por Puerta Trinidad. Badajoz cae.

La batalla termina, pero ahora comienza la escabechina, la carnicería más monstruosa que se pueda imaginar.

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Detención de civiles

Para empezar, todos los republicanos detenidos en la Catedral de San Juan, el último reducto de resistencia, son fusilados en los altares. Y los arrestados in situ por toda la ciudad son congregados en la plaza del Ayuntamiento, donde se han colocado ametralladoras que los van eliminando por grupos. E igual suerte corre la mayor parte de los detenidos en algunos de los refugios. Son centenares los asesinados, la sangre corre ya por las calles Obispo y Ramón Albarrán. Pero el genocidio no ha hecho más que empezar. Mutilación y castración de cadáveres, ametrallamientos colectivos y saqueo indiscriminado son algunas de las hazañas del ejército “libertador” en los siguientes días… Bares, relojerías o tiendas de ropa son asaltados. Las violaciones y degüellos forman parte también del repertorio preferido de los invasores.

Pero donde se va a condensar la ignominia y la bajeza va a ser en la plaza de toros. Yagüe ha ordenado allí el encierro de los prisioneros. Al coso taurino van a parar no sólo los innumerables detenidos en Badajoz, sino además todos los refugiados arrestados por la dictadura de Salazar cuando intentaban pasar a Portugal.

Multitud de testimonios nos hablan de la humillación y de la barbarie en aquellas fechas. El poeta pacense Manuel Pacheco recuerda el terror de esas jornadas: “Fueron unos días horribles, yo no podía dormir, oía los disparos en la cercana plaza de toros, miles de fusilados. En los primeros días, solamente alguno de derechas tenía que decir ese, y rápidamente era fusilado”. Julián Zuzagagoitia, que por entonces era ministro de la Gobernación, narra la verbena de sangre y de horror homicida que tiene lugar: “Cientos de prisioneros fueron llevados a la plaza de toros donde, atraillados como perros de caza, eran empujados al ruedo para blanco de las ametralladoras que, bien emplazadas, los destruían con ráfagas implacables”. Y el periodista Jay Allen, del Chicago Tribune, da cuenta también de la vejación y del sistemático asesinato de republicanos. En una de las crónicas revela “un ceremonial y simbólico tiroteo en la Plaza de la Catedral. Siete líderes republicanos del Frente Popular fueron fusilados ante 3.000 personas”. Lo que cuenta Allen no es otra cosa que el asesinato con humillación pública incluida de, entre otros, el alcalde de Badajoz, Sinforiano Madroñero, y del diputado socialista Nicolás de Pablo.

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Imagen de archivo de la matanza de Badajoz / Diputación de Badajoz



La ciénaga mortal, plaza del mundo atravesada por hormigas blancas, es ahora sagrada y miserable y espantosa en la púrpura”. Antonio Gamoneda, un poeta enigmático, se torna transparente denunciando la matanza, poniéndole fecha y dirección a la barbarie. Mortal 1936, así se llaman los diez poemas que escribe en 1993 acompañando las tauromaquias trágicas del pintor extremeño Juan Barjola. “Este es el día en que los caballos aprendieron a llorar, el día terrible y natural de España. El animal de sombra enloquece en las pértigas del alba”. Nos imaginamos a los prisioneros tratados como animales, toreados, lanceados, rejoneados al amanecer y la rabia nos estremece. Ochenta años después aún arden las pérdidas, aún duele el sadismo de los vencedores y el dolor de los martirizados.

Bajo un bramido de campanas, crece la ejecución, gime el acero y tú, Marzal, eres horrible hasta en los ojos de tu madre. Así es la iniquidad, así es el llanto”. Al poeta ahora se le entiende todo. Marzal es el apellido del capitán de la guardia civil, uno de los matarifes más sanguinarios. Marzales, que os persiga por siempre nuestra memoria. Sanguijuelas, carniceros, maestros del odio, perros cuya única sabiduría fue el terror.

Pero, como nos enseña Hanna Arendt, para hacer el mal no es necesario tener corazones crueles. En estos actos canallas se trenzan la venganza y la directriz política. Se conciertan las venganzas menudas y las venganzas concluyentes, la venganza natural de los mercenarios y la venganza enfermiza de algunos jefes de la Guardia Civil, derrotados y perdonados por los republicanos. Y, por último, la decisiva venganza de los terratenientes, de quienes se consideran los dueños a perpetuidad de los latifundios, esas tierras que una morralla de ganapanes amenaza con arrebatarles. Pero la venganza, con ser insaciable, sólo puede llegar a este extremo de podredumbre si tiene los parabienes oficiales, si se inscribe en una directriz gubernativa. Y así era. La campaña de ejecuciones masivas de los primeros meses de la guerra obedecía a una orientación clara que Yagüe expresó con precisión, la necesidad de “purgar el país concienzudamente de todos los elementos rojos”. Y para los militares fascistas, como nos recuerda Francisco Espinosa, los rojos son considerados como seres inferiores carentes de todo derecho.

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El equipo de Gobierno del PP tapó en 2009 con un muro las tapias del cementerio viejo de Badajoz, donde se cometieron parte de los crñimenes de agosto de 1936 / http://armhex.blogspot.com.es/

LA FÁBRICA DEL OLVIDO

Volvamos al inicio. ¿Si la matanza de Badajoz es un hecho histórico de tanto relieve, si es un parteaguas en la historia de Extremadura, por qué no forma parte del debate público, por qué funciona todavía el veto o la auto-censura? Quizás pueda ayudarnos a explicarlo revisar cuál ha sido el tratamiento de la matanza de Badajoz en las últimas décadas.

14 de agosto de 1977. Algo que la inmensa mayoría de los extremeños desconocen o no recuerdan es que este silencio pastoso actual sobre la fecha de la matanza de Badajoz no ha sido una constante. En 1977, justamente el 14 de agosto se convoca una manifestación a la que asisten más de 9.000 personas.

En la convocatoria se anudan tres temáticas: la que motiva expresamente la convocatoria, la oposición a la central nuclear de Valdecaballeros; la reivindicación de la autonomía extremeña (la manifestación termina con un chaval de 15 años colgando la bandera verde, blanca y negra, no reconocida todavía oficialmente, en el Ayuntamiento de Badajoz); y, por último, aunque de modo implícito, el homenaje a los represaliados en la matanza de 1936. El pueblo comienza a re-apropiarse del 14 de agosto, resignificándolo, incorporando nuevas demandas. Y, ojo al dato: horas antes de la manifestación mencionada, el Ayuntamiento de Badajoz ha retirado de la fachada la lápida conmemorativa de la “victoria” del 14 de agosto.

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Antigua plaza de toros, hoy derrumbada, testigo de la 'matanza de Badajoz' / ARMHex

El 14 de agosto de 1978, por su parte, se convoca nada menos que ¡el Día de Extremadura! La manifestación será ahora en Cáceres, con asistencia de 2.000 personas. Cinco años después, el gobierno autonómico fija como Día de Extremadura el 8 de septiembre, coincidiendo con la festividad de la Virgen de Guadalupe. Son los primeros años de la transición, el régimen atraviesa una crisis de legitimidad y está abierto un proceso constituyente. Los de abajo pugnan por recuperar el recuerdo de las luchas cruciales de las generaciones oprimidas precedentes. Después, el electoralismo y los derroteros amnésicos de la transición contribuirán a abandonar un camino que recuperaba esta fecha tan señalada para el pueblo extremeño.

Desde entonces el poder político, sistemáticamente, ha intentado borrar el rastro del crimen. Mencionemos sólo tres de los hechos más significativos. En 2002 el gobierno autonómico del PSOE derriba la antigua plaza de toros y en su lugar levanta un aséptico centro de convenciones, el nuevo Palacio de Congresos. En septiembre de 2007, en pleno desmelene del revisionismo histórico, Miguel Celdrán, alcalde del PP en Badajoz, propone sustituir el nombre de la calle Sinforiano Madroñero por el de Rodríguez Ibarra. Como se recordará, Madroñero era el alcalde de Badajoz en 1936 asesinado por los pistoleros de Falange. La argumentación que acompaña la propuesta de Celdrán tiene un repugnante regusto a chulería fascista: “fue un alcalde que sólo gobernó cuatro meses”. Y el tercero de los indicadores: a principios de 2009, el Ayuntamiento sustituye la histórica tapia del cementerio, cuyos agujeros de bala recordaban los fusilamientos, alegando motivos urbanísticos.

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Quemados, en el cementerio

En conclusión: el 14 de agosto de 1936 el fascismo ahogó en sangre el proyecto de transformación social más ambicioso que ha vivido Extremadura, el que representaba la reforma agraria y la Segunda República. Las consecuencias de ese genocidio han sido históricamente devastadoras y llegan hasta nuestros días. La permanencia del latifundismo, la sangría extrema de la emigración o la pervivencia de relaciones clientelares de poder están íntimamente vinculadas con aquella derrota histórica de las clases populares extremeñas y españolas. La matanza de Badajoz consiguió así su gran objetivo: inocular el miedo y la resignación en el subconsciente colectivo extremeño, trascendiendo las generaciones. Y la clase oligárquica en Extremadura, los grandes dueños de la tierra, asentaron un sólido dominio que, en gran medida, aún perdura.

El planificado olvido de la matanza de Badajoz -cuando no su repugnante negación histórica- es la demostración de que, en las últimas décadas, ha prevalecido la memoria de los vencedores. Pero se equivocan de raíz los olvidadores y los olvidadizos, los que apuestan a vaciar la memoria del pueblo. Como dice Mario Benedetti: “Todo se hunde en la niebla del olvido, pero cuando la niebla se despeja, el olvido está lleno de memoria”. Tenemos memoria, tenemos lealtad a los luchadores del pueblo, tenemos conciencia de que sólo luchando venceremos.

14 de agosto de los años venideros: No cesará la alondra ensangrentada en su furioso canto

https://www.eldiario.es/eldiarioex/sociedad/Badajoz-agosto-alondra-ensangrentada_0_547695320.html
 
La Guinea de Franco, por José Luis Orella
30 de julio de 2019 por Redacción FNFF

José Luis Orella

Historiador y Profesor Universitario

Revista Afán nº 14



El país africano es un enorme desconocido, por su pequeño tamaño. El primer encuentro de la región de la actual Guinea Ecuatorial con el mundo europeo será con los exploradores portugueses, cuando en la segunda mitad del siglo XV, realicen navegaciones de cabotaje hacia el mundo de las especias a través de las costas africanas. Fernando Poo dejará su nombre en la actual isla de Bioko. Aquel mundo insular estará bajo control luso, aunque sufriendo ataques holandeses hasta el Tratado de San Ildefonso de 1777, cuando a cambio de la colonia de Sacramento en Brasil, cedieron aquellas islas al rey Carlos III de España.

En 1843, el gobierno de González Bravo envió una expedición en el bergantín Nervión al mando del capitán de fragata Juan José de Lerena, quien se hará cargo de las islas de Fernando Poo, Corisco, Annobón y la desembocadura del río Muni, fundando la ciudad de Santa Isabel, actual Malabo, en honor a la reina. En 1858 llegó el primer gobernador español, Carlos de Chacón y Michelena, para hacerse cargo del territorio, y junto a él también llegaron los primeros misioneros católicos, tres padres y cuatro hermanos jesuitas. En 1868 cuando fueron expulsados los jesuitas de España, los tres supervivientes que quedaban abandonados Fernando Poo, diecisiete tumbas de jesuitas dejaron su testimonio para siempre en la fértil tierra del cementerio de Elobey chico. Es la época de los grandes exploradores que extenderán mapas de aquellas regiones inmensas. El alavés Manuel Iradier será el responsable de dos expediciones, en 1875 y 1884. Al año siguiente, se establecerá el Protectorado de Río Muni, en el continente, que en 1900 pasará a ser oficialmente colonia.

En 1883 llegaron misioneros católicos de nuevo, pertenecientes a una orden nueva, los padres del Corazón de María (claretianos), hasta 1949 hay constancia de los primeros 342 jóvenes religiosos que fueron arar aquellas nuevas almas para Cristo. El mayor de los claretianos tenía 35 años y el menor 18. Las enfermedades tropicales volverán a cobrar un alto tributo, y 132 tumbas recuerdan el precio pagado para que Guinea Ecuatorial sea la única nación africana en la actualidad con una sociedad católica que supera el 80% de fieles. Desde entonces, la colonia aparecerá poco en la historia. El estallido de la Guerra Civil dividió la colonia, del mismo modo que la metrópoli, pero una expedición militar desde Canarias alineó el territorio con el bando nacional.

El siguiente cambió provendrá de la Ley de 30 de julio de 1959, cuando las colonias sean erigidas en provincias (Fernando Poo y Río Muni) con los mismos derechos que los demás españoles. Este periodo supone un gran esfuerzo por nivelar a la población guineana con sus semejantes en el resto de España, un caso único en el continente. El tamaño y la escasa población lo permitían, y hasta el 12 de octubre de 1968, fecha de su independencia, los niveles de desarrollo serán los más altos de todo el continente. Sus entonces escasos 255.000 habitantes, no obstante, resultaban de una gran diversidad. Los españoles europeos eran unas escasas 7000 personas, en su mayor parte residentes en la isla. En ella, la población autóctona bubi, eran unos escasos 10.000, por lo que la gran necesidad de mano de obra para la agricultura había de traerse de fuera, en su mayor parte nigerianos de la zona de Calabar, unos 30.000, y otros 5000 cameruneses y gaboneses. El comercio local solía estar en manos de hausas musulmanes procedentes del norte de Nigeria. En el continente la población es fang, antes denominada pámue, aunque con subgrupos como los ntumo del norte; los okak del sur; los combes, ndowes, bujebas y balengues en el litoral e islas pequeñas. La religión católica y la lengua española han proporcionado una unidad a estos diversos pueblos en una comunidad nacional guineana e hispana.

En el ámbito educativo, la escolarización llegaba a una tasa del 90%, y en la educación superior, el bachillerato tenía 2 mil estudiantes en los dos centros existentes. Para cursar estudios universitarios en Madrid, disponían del Colegio Mayor Nuestra Señora de África, con una capacidad de 110 internos. La fertilidad de su tierra la hace perfecta para el cacao, café, aceite de palma, plátano, yuca y abacá, productos originarios de otras partes de la Hispanidad, los dos últimos de América y de Filipinas. Sin embargo, la presión de Naciones Unidas y de los primeros grupos nacionalistas guineanos obligó a iniciar el proceso de descolonización. El 11 de agosto de 1968, se efectuó un referéndum que fue favorable a la independencia al alcanzar un 63% de apoyos. Seguidamente se efectuó la primera elección presidencial entre los candidatos Francisco Macías Ngema, Bonifacio Ondo Edu, Atanasio Ndongo y Edmundo Bossio, pasando a la segunda vuelta los dos primeros. Francisco Macías era el líder del IPGE (idea popular de la oposición antifranquista, y bien conectado con el discurso descolonizador). Bonifacio Ondo del MUNGE (Movimiento de Unión Nacional de Guinea Ecuatorial) tenía el apoyo de los tecnócratas del almirante Carrero Blanco, vicepresidente del Gobierno español, representante de un conservadurismo social católico. Atanasio Ndongo de MONALIGE (Movimiento Nacional de Liberación de Guinea Ecuatorial) era socialdemócrata, apoyado por EEUU y el sector antitecnócrata del gobierno español, representado por el Ministro de Asuntos Exteriores, José María Castiella. Edmundo Bossío de la Unión Bubí, defendía la autonomía de la isla y tenía el apoyo de los tecnócratas de Carrero Blanco. Sin embargo, será el candidato más radical quien consiga ganar la segunda vuelta presidencial al obtener el apoyo de sus rivales contra Bonifacio Ondo al prometerles asientos en el nuevo gobierno, con un 62,35%, mientras Ondo quedó en segundo lugar con un 37,65%.

Guinea Ecuatorial se convertía en un país soberano bajo la presidencia de Francisco Macías hasta 1979. Durante este periodo el nuevo régimen evolucionó a una dictadura personal que puso fuera de la ley a los partidos políticos, excepto al PUNT (Partido de Unión Nacional de los Trabajadores). Bajo su gobierno inició un proceso de africanización, intentando eliminar la herencia cultural española, cerrando las escuelas y atacando a la Iglesia Católica que se oponía a su tiranía personal, prohibiendo su culto. Durante el transcurso de su gobierno eliminó a sus antiguos rivales políticos, acusándolos de fomentar movimientos desestabilizadores. El nivel de vida conseguido bajo la soberanía española se perdió. En 1979, el Teniente Coronel Teodoro Obiang Nguema, restauró el orden mediante un golpe de fuerza que derrocó al tirano, que sería juzgado y ejecutado poco después. Teodoro Obiang Nguema ha sido el Presidente desde entonces, elegido en varias elecciones por el PDGE (Partido Democrático de Guinea Ecuatorial), a partir de 1996 en competencia con otros partidos políticos. El descubrimiento de grandes reservas petrolíferas en sus aguas territoriales cambió profundamente a la nación guineana y la convirtió en centro de interés de las grandes potencias de la región.



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Documental: La Guardia Civil en la descolonización de Guinea Ecuatorial

La carta de despedida de un soldado español en África
 
Las incógnitas sobre el asesinato de Carrero Blanco a manos de ETA que cuestionan la versión oficial
La banda terrorista cometió uno de los atentados mejor preparados de su historia criminal. El 20 de diciembre de 1973 acabó con la vida del presidente del Gobierno Luis Carrero Blanco, uno de los hombres más duros del régimen franquista
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Tres miembros de ETA activaron el artefacto que mató a Luis Carrero Blanco el 20 de diciembre de 1973. Los jóvenes vascos José Miguel Beñarán, alias «Argala»; Ignacio Pérez Beotegui, «Wilson» y Javier María Llarreategui «Atxulo», que apenas contaban con 25 años, prepararon un atentado perfecto como jamás se ha registrado en la historia de la banda terrorista.

«Operación Ogro» fue el nombre en clave con el que la organización vasca denominó está acción, la cual había comenzado a prepararse un año antes. La idea originaria era la de secuestrar al almirante, pero al final se decidió por su asesinato tras ser nombrado presidente del Gobierno meses antes del magnicidio. Al parecer, toda esta maniobra comenzó cuando Argala viajó a Madrid, en 1972, y recabó la valiosa información del itinerario que realizaba Carrero cada día tras acudir a misa. A partir de entonces, los tres etarras comenzaron a estudiar todos sus movimientos de cerca sin ser percibidos por la Policía del régimen.

El final del almirante
Corría el jueves 20 de diciembre de 1973. Pese al frío y la lluvia de ese día, el barrio de Salamanca amanecía con mucho movimiento en una jornada previa al comienzo de la Navidad, donde la gente ultimaba sus compras. Eran las 9.25 de la mañana cuando se oyó un fuerte estruendo cerca de allí, en la calle Claudio Coello. De repente se escucharon sirenas de policía en el lugar de la explosión.

«¡Gas, gas!», gritró alguien. La calzada estaba destrozada y desapareció por completo una zona del pavimento. Había un enorme cráter frente al portal 104, de donde afluyó gran cantidad de agua que anegó una amplia zona de las calles. Varios edificios colindantes sufrieron roturas de cristales y desperfectos en sus fachadas.

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A los pocos minutos de la detonación e mpezó a circular la noticia de que había tres fallecidos. Uno de ellos era el presidente del Gobierno, Luis Carrero Blanco, su escolta y el conductor del coche en el que iba subido. Los etarras hicieron explotar el artefacto justo cuando el almirante pasaba por allí, al término de su misa diaria en la Compañía de Jesús.

La explosión lanzó el vehículo de Carrero Blanco, modelo Dodge Dart, hacia arriba, hasta rebasar el tejado del edificio de los jesuitas y caer en la terraza del interior del mismo. Los dos policías del coche custodia que llevaba detrás llamaron por radio a la central de la Dirección General de Seguridad. Comunicaron no ver al presidente y que olía a gas.

Esa interpretación de que había sido una explosión de una bombona de butano fue descartada pocas horas después. Era evidente que se había cometido un atentado terrorista contra la vida de uno de los hombres fuertes del régimen. Esa misma noche, una rama de ETA reivindicó la acción.

Lo que se contó del atentado
La versión oficial atribuye la jefatura del atentado a Argala y Wilson. Estos recibieron una cita en la cafetería del hotel Mindanao de Madrid, donde un desconocido con una gabardina les entregó un sobre con las pautas a seguir para cometer el asesinato. A partir de entonces controlaron todos sus movimientos. Asistieron a misa disfrazados de curas y comprobaron con sus propios ojos los agujeros de seguridad del presidente. Se atrevieron, incluso, a ponerse en la misma fila para recibir la comunión después de él.

Seis miembros de la banda alquilaron un piso en el bajo de un edificio de Claudio Coello como centro operativo para preparar el homicidio. El 7 de diciembre, trece días antes de la explosión, iniciaron la construcción de un túnel desde el sótano de la viviendaal centro de la calle. Aparentemente, se hicieron pasar por «peones de albañil» para colocar el explosivo bajo la calzada y que nadie sospechase del ruido y los cables visibles que se iban a utilizar.

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Infografía que explicó cómo había sucedido el atentado
El sumario del caso situó a Argala en la esquina de Claudio Coello y Diego de León, con el pulsador de la bomba que activó la explosión en el túnel al pasar el coche de Carrero frente al número 104. Un compinche subido a una escalera le dio el primer aviso cuando el Dodge Dart negro llegó hasta el Austin Morris 1300 aparcado en doble fila (el cual contenía otro artefacto que no llegó a activarse), para obligar al automóvil a pasar por encima de la cazoleta de explosivos.

Los autores lanzaron un grito de «¡Gas, gas!», y así despistar a la gente que pasaba por las calles contiguas. Huyeron corriendo sin ser vistos y consiguieron escapar de Madrid.

Numerosas incógnitas alrededor del crimen
Muchos periodistas, historiadores y jueces han cuestionado durante años la versión oficial del caso. Es más, el sumario estuvo parado y andaba a trompicones, incluso llegó a desaparecer. Lo que se había dicho de los asesinos no cuadraba para nada con el ambiente de aquellos últimos años del Régimen.

Franco había cumplido 81 un día antes del atentado. Los rumores sobre su sucesión circulaban por todos los estratos del franquismo. En verano, el almirante Carrero Blanco había sido nombrado presidente del Gobierno y se convirtió, a ojos de todos, en el principal candidato para suceder al caudillo a su muerte y así proceder al continuísmo. Sin embargo, su desaparición propició, para muchos, el inicio de la Transición.

¿Quién se benefició de este crimen? ¿Por qué se perdió el sumario del caso? ¿Fue ETA la única implicada o había alguien más? Sucesivas incógnitas que se abren a la hora de explicar la muerte del almirante propiciaron el estudio y el análisis del criminólogo Francisco Pérez Abellán. En su trabajo «El vicio español del magnicidio» (Planeta, 2018), el autor trata de desmontar la versión oficial y consigue brindar unas rigurosas respuestas.

Lo que nadie se atrevió a contar
«ETA solo fue el chico de los recados», según afirma Abellán. Fue un crimen demasiado perfecto para haber sido ingeniado por un grupo de jóvenes inexpertos. ¿Cómo fue posible que un chico de 24 años adquiriera conocimientos para hacer una perforación en una vía pública por la que pasaba continuamente tráfico? El vuelo del pesado vehículo hasta una altura de tres pisos debido a la explosión, solo podía ser obra de ingenieros profesionales. Es más, la banda terrorista nunca había cometido un atentado a tales niveles técnicos, más bien eran especialistas «en el tiro en la nuca», explica el autor. Lo que hace supuestamente los etarras es ser el cabeza de turco, «hacer de cortina de humo». Si reivindicaron el atentado era porque les convenía a ellos también.

Otro de los interrogantes es cómo pasaron desapercibidos estos terroristas en una sociedad dominada por el control férreo de la Policía político-social franquista, que se encargaba de impedir la entrada clandestina de comunistas y, evidentemente de etarras que en los últimos tiempos habían aumentado su acción. Era muy raro que, de repente, unos chiquillos como ellos entraran en la capital y se pasearan con total tranquilidad como si nada. Según Abellán, estos individuos no se comportaban de forma sutil, sino que eran ruidosos y tenían un acento vasco que los delataba.

Se suele pasar por alto la visita del secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger, durante esos días. Su llegada puso en alerta máxima a todos los servicios de la embajada estadounidense, incluidos los de la CIA, que se situaban en la calle Serrano. Pero parece ser que tampoco se enteraron de lo ocurrido y los terroristas pudieron excavar el túnel, pese a estar a decenas de metros de la sede blindada norteamericana, «algo que resulta increíble».

¿Una desgracia para el Régimen?
Abellán no termina aquí, sino que saca a relucir otra supuesta mentira. Fuentes oficiales plantean que los terroristas recibieron de alguien la «fascinante» información de que Carrero iba todos los días a misa. «Quisieron tomar a la gente por tonta. Todo Madrid sabía que era algo muy común en Carrero», aseguró. «Sin embargo, los libros de historia lo plantean como si hubiese sido un descubrimiento de los terroristas y que, a partir de ahí, fraguaron el crimen».

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Portada de ABC sobre el duelo de Carrero Blanco
Carmen Pichot, la viuda de Carrero, declaró en una entrevista a Julio Merino, el que fuera subdirector de «Pueblo», que el crimen había sido demasiado perfecto. «Todavía hay gente que se pregunta cómo pudieron prepararlo todo tan bien […] Creo que los vecinos de Claudio Coello protestaban por los ruidos […] y que algunas personas se habían extrañado de aquellos cables que tenían por la calle», declaró. Esas quejas de los vecinos fueron, de nuevo, pasadas por alto por el portero y la policía del barrio.

La respuesta del Régimen fue del todo desconcertante. Torcuato Fernández Miranda, quien asumió la presidencia inmediata a la muerte del almirante durante once días, no decretó el estado de excepción; algo que extrañó mucho. Por otro lado, la misteriosa frase de Franco en el mensaje de Navidad de 1975: «No hay mal que por bien no venga». No hubo grandes discusiones sobre lo que había pasado, pasó y ya. Incluso hay quien se escandalizó ante la posibilidad de que la viuda de Carrero insinuase un «crimen de Estado»

https://www.abc.es/historia/abci-in...nan-version-oficial-201908020118_noticia.html
 
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Tal día como hoy de 1976, se cerraban para siempre los tristes ojos de Eva. Hija de un diplomático del régimen, Evangelina Sobredo Galanes, tuvo una vida acomodada y una exclusiva educación en los mejores colegios de diversos paises debido a la profesión de su padre... Pero un buen día, decidió dejar la feliz vida bajo la tutela paterna, cogió su guitarra y se lanzó a hacer lo que de verdad le gustaba: componer poemas y ponerles música... Y consiguió hacerse un nombre:#CECILIA, darse a conocer no como "la hija del embajador que se hizo hippie" sino como la muchacha de melancólica mirada que tocaba la guitarra y cantaba canciones que ella misma componía...

Una de estas canciones la situó en el punto de mira de la censura franquista y le ocasionó no pocos problemas por sus claras alusiones a la guerra civil, aunque ella se zafaba del tema alegando que era una composición sobre la guerra de los seis días.
Una fatídica madrugada, en pleno éxito de su carrera musical, de regreso de un concierto, la mala fortuna hizo que en una oscura carretera de Zamora, su coche se estrellara contra un carro tirado por bueyes, lo que causó su muerte y la de uno de los músicos que la acompañaban. Una de las ultimas canciones que interpretó en ese concierto fue ésta:

https://youtu.be/o6jYV0H8Sc0
 
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