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DESPEDIDO !
que pena que con las fosas con muertos del bando nacional miren para otro ladoLos 23 de Angüés: la asociación Arico busca a las víctimas de la feroz represión de los primeros días de la Guerra Civil
Memoria histórica
La Asociación por la Recuperación e Investigación contra el Olvido afronta durante este mes un proyecto que tendrá continuidad en septiembre y que se desarrolla en el cementerio de Las Mártires de Huesca
Tras la apertura de una primera fosa con siete cuerpos se han iniciado los trabajos para exhumar a cinco personas asesinadas más y en los próximos meses se buscará al resto
Ya se han identificado los restos de Román Arnal, hermano del histórico anarcosindicalista Martín Arnal, que a los 97 años de edad espera ver completa esta tarea
Miguel Barluenga - Huesca
23/07/2019 - 21:34h
Una de las fosas excavadas en el cementerio de Las Mártires de Huesca. CARLOS NEOFATO
Un bosque de plaquitas de color morado señala dónde se encuentran las fosas comunes del cementerio de Las Mártires, en Huesca. Las hay por decenas, "y eso que muchas se han ido arrancando con el paso de los años", explica Miguel Ángel Capapé, presidente de la Asociación por la Recuperación e Investigación contra el Olvido (Arico). Mientras, unos operarios tapan la fosa donde se han exhumado los restos de siete represaliados en los primeros días de 1937 y, en otra abierta a unos pocos metros, se ha comenzado a buscar a cinco personas más. Todos ellos, de la localidad de Angüés.
Son doce, y se espera hallar a diez más en otro proyecto que se acometerá a partir de septiembre en este mismo camposanto. En octubre de 2018 se abrió otra fosa donde se enterró a cinco ejecutados más de esta población durante la Guerra Civil. Entre ellos se ha podido identificar por medio de las pruebas de ADN a Román Arnal Mur, hermano del conocido militante anarquista Martín Arnal Mur, que a los 97 años aún espera poder ver completado los trabajos de exhumación e identificación de los compañeros asesinados por el bando nacional.
Angües, potente base de jóvenes anarquistas
Angüés contaba con poco más de 800 habitantes durante la década de los 30 y una economía basada en la agricultura y en menor medida en la ganadería. Contó con una potente base de jóvenes anarquistas articulados en el sindicato local de la CNT, y tras el golpe de estado de julio de 1936 se concentraron en la localidad las dotaciones de varios puestos de la Guardia Civil bajo el mando del teniente Manuel Lahoz Julve que se replegaron a Huesca ante la presión ejercida por las milicias organizadas en Barbastro.
23 vecinos anarquistas de Angüés fueron detenidos por la Guardia Civil e ingresados en la Prisión Provincial de Huesca el 24 de julio de 1936. Durante esa semana en que Angüés estuvo en manos de los sublevados fueron enviados a la cárcel un total de 31 angüesinos y todos ellos serían asesinados en Huesca en los meses siguientes. El destino habitual de los cadáveres, en sucesivas sacas, fue el cementerio de Las Mártires.
Entre los días 3 y 6 de enero de 1937 fueron asesinados 17 vecinos separados en diferentes sepulturas. El 3 de enero de 1937 se ejecutó a las 23:30 de la noche Emeterio Alpín Zaballos (32 años), José Franco Carpi (46 años), Dionisio Gallo Brusau (32 años), José María Batos Lacasta (48 años) y Emilio Cardiel Huguet (26 años). Todos ellos fueron enterrados en una fosa común que ocuparía dos sepulturas distintas (zanja 7, fila 20, sepulturas nº 299-300), tras ser recogidos los cadáveres por la ambulancia número 24 de la Cruz Roja.
El 5 de enero de 1937 fueron asesinados a las 22:30 de la noche Santos Buil Tornil (27 años), Tomás Canudo Domper (26 años), Gregorio Espona Vitales (55 años), Ramón Briac Oliveros (19 años) y Bartolomé Casasín Pérez (53 años). Se les dio sepultura en una fosa común. Finalmente, el 6 de enero de 1937 fueron asesinados Agustín Bravo Brusau (31 años) y Mariano Buil Tornil (23 años).
Ya el 4 de enero de 1937 habían sido asesinados otros cinco vecinos de Angüés: Román Arnal Mur (24 años), Fabián Alsina Soliva (26 años), Ramón Bonet Buil (25 años), Miguel Cardiel Huguet (27 años) y Manuel Gallo Brusau (35 años). Arico cuenta con la colaboración de las asociaciones memorialistas Círculo Republicano Manolín Abad de Huesca, Batallón Cinco Villas de Ejea de los Caballeros y Charata de Uncastillo. El equipo habitual está compuesto por tres personas, además de Miguel Ángel Capapé y de voluntarios que se suman a los trabajos diarios.
Se contempla la fecha del sábado 27 de julio para que se concluyan los trabajos en la segunda de las fosas y puedan extraerse los restos de los cinco cuerpos para proceder a su identificación. "Contamos con la ventaja de que este cementerio se dejó de utilizar después de la guerra y, por tanto, no se han removido las fosas comunes", señala Capapé. Algunos de los familiares residen en Francia y su voluntad de encontrar a sus allegados a facilitado la tarea, que cuenta con una subvención de la Diputación de Huesca. Si todo marcha según lo previsto, los 23 de Angüés serán enterrados de una manera digna en Las Mártires entre 2020 y 2021
https://www.eldiario.es/aragon/sociedad/Angues-asociacion-Arico-Guerra-Civil_0_923558242.html
para adoctrinamiento lo que hacían en la republicaInternados franquistas: una red de adoctrinamiento y trabajos forzados que investigan en Argentina
Memoria histórica
El régimen de Franco fabricó una red de escuelas y sanatorios para menores de familias pobres como solución continuada contra el 'gen rojo'
Las colonias infantiles, la mayoría en manos de instituciones religiosas, servían para adoctrinar a internas sometidas, en algunos casos, a trabajos forzados
El relato de algunas internas sobre vejaciones y abusos ha sido incorporado a la querella argentina sobre crímenes cometidos por el franquismo
Juan Miguel Baquero
24/07/2019 - 23:33h
Inauguración en 1933 del colegio 14 de Abril de Madrid, hoy llamado CEIP José Calvo Sotelo.
¿Qué empresas usaron a esclavos del franquismo?
DERECHOS HUMANOS
Memoria histórica en las aulas: asignatura pendiente de la educación en España
Aulas vestidas con el crucifijo y el retrato de Franco. Alumnos rezando el padrenuestro y cantando el himno falangista Cara al sol. Niñas sometidas a vejaciones. Y, cuando tocaba, explotación laboral. Los colegios y sanatorios de Franco estaban diseñados para someter y adoctrinar. Como una solución contra el 'gen rojo', prolongada en la dictadura. Como un experimento donde cultivar niñas esclavas.
Los internados franquistas dibujan una cruda realidad. Un escenario que dividía a sus actores entre ricos y pobres, ofreciendo una educación diferenciada. Con una mano en los libros para los hijos de clase acomodada, de afines al régimen. Con la otra, señalando el camino de la servidumbre a los menores de familias excluidas, de los 'rojos'.
Las condiciones en estas "cárceles" eran "terribles", según denuncian las víctimas. Como ocurría, también, con los preventorios antituberculosos. Unas colonias infantiles que la dictadura puso en marcha como una suerte de "campos de concentración".
Los testimonios de alumnos e internas revelan vejaciones y malos tratos sistemáticos en centros, muchos, bajo tutela de instituciones religiosas. Abusos sexuales, comida en mal estado, higiene insuficiente, censura en las cartas enviadas a sus casas... Y, también, trabajo forzado: desde limpiar edificios a lavar coladas o bordar ajuares para ricos.
La imputación forma parte de la única causa judicial abierta en el mundo contra los crímenes del franquismo, la Querella Argentina. Porque eran centros, coinciden las víctimas, fabricados para perpetuar la "venganza" contra los derrotados en la guerra civil. "Para anularnos solo necesitaban conocimientos fascistas, y hacerse expertas en lavar cerebros infantiles con jabones de sumisión patriótica y estropajos clericales", define Victoria Madrera, interna en el Preventorio de Guadarrama.
Victoria Madrera –izquierda– en el Preventorio de Guadarrama. | J.M.B.
Las 'rojas', a "lavar, planchar y tender"
La diferenciación entre niños ricos y pobres era una constante en la dictadura de Francisco Franco. Las condiciones higiénicas, alimenticias o educativas no eran las mismas. Ni el trato de los educadores o "cuidadoras". A las niñas de familias empobrecidas, marcadas como 'rojas', les esperaba la sumisión.
"Pelar patatas, fregar todo lo que dejaban los ejercitantes que iban a hacer los ejercicios espirituales… aquello era un hotel para ricos", resume Luz (nombre ficticio) su estancia en una residencia religiosa en Andalucía que hacía las veces de colegio para niñas de familias humildes.
"Nos metieron para limpiar, como camareras de piso", cuenta. Las pequeñas kellys del franquismo mantenían "todo reluciente, también la iglesia, la capilla… éramos 30 niñas usadas como mano de obra". El colegio franquista estaba dividido "entre ricas y pobres". "Las monjas nos levantaban bien temprano y teníamos que hacer la faena antes de ir a clase", rememora.
"Yo tenía 11 años, entré en el 63", dice Luz. Un ejemplo literario, basado en hechos reales, aparece en la novela Las tres bodas de Manolita de Almudena Grandes. En esas páginas está la historia de Isabel Perales, "una niña que cree la van a poner a estudiar y lo que hace es lavar, planchar y tender, con la particularidad de que lavaban con sosa y se comía las manos, la piel, la carne...", contaba la escritora a eldiario.es.
El escenario es la escuela de la calle Zabalbide de Bilbao. Allí, como en otros muchos colegios franquistas, las niñas ricas reciben educación y las pobres son amaestradas como sirvientas. Las hijas de los rojos siguen siendo explotadas. "Esas historias, las más salvajes, las más radicales, son las verdaderas", exponía Almudena Grandes.
Los "niños-presos" de Franco
Estas colonias infantiles "cobraban del Estado, los explotaban laboralmente y satisfacían con ellos sus instintos más violentos", escribían los autores del documental Los internados del miedo, Montse Armengou y Ricard Bells, como recogía Heraldo de Madrid. En esos espacios los menores eran convertidos, dicen, en "niños-presos".
"La infancia más vulnerable fue la gran víctima" durante décadas de un régimen franquista "que los abandonó a la suerte de unos centros" –la mayoría religiosos– dedicados a "sacar provecho" de los menores. En la cinta atestiguan "malos tratos físicos y psíquicos, abusos sexuales, explotación laboral y prácticas médicas dudosas" sufridas por "miles de niños" hasta "bien entrada la democracia".
Con su trabajo, Armengou y Bells confeccionan "una base de datos con los escalofriantes relatos de centenares de niños". La coincidencia en las "prácticas violentas" solventaba la "ausencia de un documento que pudiera probar los malos tratos". Una "terrible experiencia" ampliada a la "cercanía generacional" de personas nacidas en las décadas de los 50 y 60 del siglo pasado. La democracia, apuntan, amnistió aquellas prácticas con un velo de silencio.
Victoria con trabajos realizados cuando era niña. | JUAN MIGUEL BAQUERO
"Cárceles" para niñas
Los golpistas fundaron el Patronato Nacional Antituberculoso durante la guerra civil. El propio Francisco Franco firmaba un decreto en diciembre de 1936 para su constitución, y luego fue un organismo autónomo del Ministerio de la Gobernación. Los sanatorios, repartidos por todo el país, tomarían velocidad de crucero a partir del final de la contienda.
Como los preventorios de Madrid, el Divina Pastona o el Doctor Murillo en Guadarrama. O el de La Sabinosa (Tarragona), Niño Jesús (Almería), Torremanzanas y Alcoy (Alicante). Y más, con lazaretos como el de Tarrasa (Barcelona), Agramonte en Tarazona (Zaragoza), La Barranca en Navacerrada (Madrid) o el de Sierra Espuña (Murcia).
Decenas de mujeres han denunciado las condiciones que sufrieron en estos internados de la dictadura. Edificios donde las niñas de familias pobres quedaban sometidas bajo un férreo sistema: corte de pelo y "desinfección" como bienvenida, higiene insuficiente, comida en mal estado, censura en las comunicaciones con las familias y malos tratos continuados. Y abusos sexuales, según algunos testimonios.
Las menores, cuentan, eran reclutadas por vías diversas. Podían acceder a ellas a través de sus propios hogares y colegios, o bien por tener a familiares en contacto con la enfermedad de la tuberculosis. O atraídas por la propaganda de la Sección Femenina de Falange y desde los dispensarios médicos.
El "campo de concentración" de Guadarrama
Uno de los más célebres preventorios fue el de Guadarrama. "Un campo de concentración para niñas en el franquismo", relata Victoria Madrera (76 años). Victoria tenía 13 años cuando penó seis meses en 1956 en el centro ubicado en la sierra madrileña. Padeció, y fue testigo, de las vejaciones.
Fachada del Preventorio de Guadarrama, actual residencia de mayores Virgen de la Cabeza. | ASOCIACIÓN PROHUÉRFANOS DE LA GUARDIA CIVIL
En aquella "cárcel" algunas internas eran obligadas a realizar trabajos. "Me ponían a coser, eran ajuares para ricas, supongo, nunca nos dijeron para quienes estábamos cosiendo", reconoce. "Manteles, servilletas", una pieza tras otra. "Nos ponían a las que sabíamos bordar". Todo con menores de edad y sin conocimiento de sus familias.
"Lo peor es que se ha quedado sin justicia, que es lo que te rebela. Ni en la democracia se ha hecho nada… y esto con niñas, por dios", denuncia Victoria. Algunas víctimas, personadas en la Querella Argentina contra los crímenes franquistas, consideran que los métodos usados en las colonias preventoriales de la dictadura contravenían los derechos humanos y de la infancia.
Una de estas niñas, Ángela Fernández, declaró en diciembre de 2013 en Buenos Aires ante la jueza que dirige la única causa abierta en el mundo contra el franquismo, María Servini de Cubría. La magistrada conoció las "torturas" en el sanatorio antituberculosos.
Victoria y Ángela coinciden en que estos centros servían como "venganza" contra los derrotados. "La forma de erradicar ese 'gen rojo' era apartar a los niños de sus familias para inocularles 'la nueva España'", declaraba, como recogía la Agencia Nacional de Noticas Jurídicas del Ministerio de Juscitia y Derechos Humanos de Argentina. Como Chus Gil y Paloma Fernández, internadas en 1971.
Y Alicia García Romera (70 años), que declaró en julio de 2015 ante el Juzgado de Instrucción número 14 de Madrid a petición de la jueza argentina. Era la primera de una serie de declaraciones en diversas sedes judiciales españolas, como señalaba entonces la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina (CeAQUA). Y relató idénticas vejaciones: comida insalubre, higiene escasa, desprecio y sometimiento. Alicia también estuvo en Guadarrama, en 1957. Tenía ocho años.
https://www.eldiario.es/sociedad/ninas-esclavas-franquismo_0_923208532.html
menudo sectarismo el de eata ley y de la izquierda, que tienen una memoria selectiva tremendaSantander tardará una década en erradicar el franquismo del callejero al ritmo actual
Quedan 15 calles en la ciudad con nombres de figuras o acontecimientos relevantes de la dictadura, la mitad de los que se han retirado desde que se aprobó la ley
"Creo que es imprescindible que hagamos memoria pero que por una vez en 80 años no sea la de un bando", asegura Javier Ceruti, portavoz del equipo de Gobierno PP-Cs
Javier Fernández Rubio
28/07/2019 - 20:35h
Un operario trabaja en la retirada de la estatua de Franco en Santander. | JOAQUÍN GÓMEZ SASTRE
Un pasacalles franquista desfila por el centro de Santander en plena Semana Grande
Han pasado diez años desde la aprobación de la Ley de Memoria Histórica y aún quedan 15 calles en la capital cántabra con nombres de figuras o acontecimientos relevantes del franquismo, prácticamente la mitad desde que en 2008 se acometiera el simbólico acto de retirada de la estatua ecuestre de Franco de la Plaza de Ayuntamiento, a la sazón del Generalísimo. A este ritmo, se tardará una década más en completar la erradicación de la referencia a la dictadura del callejero de la ciudad.
Santander no es el único caso en Cantabria. Nueve ayuntamientos ya fueron advertidos por el Ministerio de Justicia de que la Ley de Memoria Histórica, como cualquier otra ley, está para cumplirla. Apelaciones al consenso, constitución de grupos de estudio consultivos, la elección de nuevas denominaciones y las molestias que se pudieran originar al vecindario por el cambio de direcciones son ya las tradicionales razones para la parsimonia en la aplicación de la ley. Los nueve ayuntamientos amonestados han sido los de Santander, Selaya, Comillas, Laredo, Medio Cudeyo, Santoña, Ramales de la Victoria, Suances y Cillorigo de Liébana.
El 31 de enero la alcaldesa de la capital, Gema Igual, informó por carta como respuesta al Ministerio de Justicia de los pasos que se han venido dando y, de forma tácita, del correr de los años con cada nueva tanda de modificaciones.
El Pleno de Corporación acordó por unanimidad en agosto de 2015 adoptar las medidas oportunas para determinar las menciones, nombres o símbolos que se debían retirar o cambiar. La encomienda de la tarea fue realizada al Consejo Municipal de Cultura y, en concreto, a su Comisión de Historia y Patrimonio, la cual cerró con un acuerdo unánime de modificación del nombre de 18 calles, mientras que para otras siete bastarían pequeños cambios para ajustarse a la ley.
Una nueva encomienda a la Comisión fue hecha casi un año después, en esa ocasión para que estableciera los criterios 'objetivos' con que se elegirían las nuevas denominaciones. El informe resultante fue aprobado un año después por la Junta de Gobierno Local y después el plenario de la Corporación hizo lo propio, lo que se reflejó en la reforma al Reglamento de Títulos, Honores y Distinciones de la ciudad, que es donde están los criterios a la espera de que alguien los aplique.
En agosto de 2017 se modificaron tres nombres de las 18 calles incluidas en el listado acordado por los expertos. La parsimonia vino justificada en los trastornos que se ocasionarían al vecindario por un cambio de todas las calles a la vez. Ese es el principal argumento del PP para producir las modificaciones con cuentagotas, negando la mayor y afirmando que se busca el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica de manera progresiva.
El proceso se remonta mucho más atrás. En diciembre de 2008 se retiró de la Plaza del Ayuntamiento la estatua ecuestre de Franco. Otro tanto se hizo con el monumento a Matías Montero; y el cañón del Almirante Cervera se trasladó al Museo de Limpias. Para hacer dichos cambios se aprovechó diversas obras públicas que levantaron estos espacios (dos aparcamientos y una reurbanización en superficie). En enero de 2017 se procedió a la retirada de los dos últimos monumentos que quedaban en espacios públicos: el monumento a las Legiones Italianas, en la Plaza de Italia, y el dedicado a los Caídos en la IV División de Navarra, ubicado en el paseo de la Reina Victoria. Hasta la fecha se ha cambiado el nombre de una docena de calles. A este ritmo, se requerirá otra década para erradicar del nomenclátor las referencias a la dictadura.
Paralelamente, el Gobierno de Cantabria dejó entregado antes de las elecciones un borrador de proyecto de Ley al respecto. El anteproyecto de Ley de Memoria Histórica y Democrática de Cantabria fue registrado en septiembre del pasado año en el Parlamento de Cantabria. El capítulo tercero tiene por objeto las garantías de no repetición. Contempla la prohibición de símbolos y elementos contrarios a la memoria histórica y democrática de Cantabria, y de los actos de exaltación al franquismo. Asimismo, contempla la creación de la Dirección General de la Memoria Histórica y Democrática y de un Consejo de la Memoria Histórica y Democrática como órgano colegiado, consultivo y de participación del movimiento asociativo memorialista de Cantabria.
Las elecciones del pasado mes de junio han dejado en suspenso el trámite hasta que el nuevo Ejecutivo PRC-PSOE retome el proyecto. El vicepresidente socialista, Pablo Zuloaga, ya ha anunciado que esta legislatura se retomarán los trabajos y ha creado una dirección general específica para hacerse cargo de esta tarea y de su aplicación posterior. Por parte de los ayuntamientos aludidos por la Justicia, en especial Santander, no ha habido pronunciamiento hasta el momento.
La última opinión al respecto la ha mostrado el cabeza de lista de Ciudadanos y portavoz del equipo de gobierno municipal PP-Cs, Javier Ceruti, que en una reciente entrevista con eldiario.es señalaba que "es imprescindible que hagamos memoria pero que por una vez en 80 años no sea la de un bando. Durante 40 años hubo la memoria de un bando, durante un período inferior se ha institucionalizado la memoria del otro y lo que tenemos que enseñar a los jóvenes es el desastre que fue la Guerra Civil y cómo hubo intransigentes en todos los bandos y partidos". La formación morada, que ha asumido las competencias de Cultura, será la responsable esta legislatura de la aplicación o no de esta ley.
https://www.eldiario.es/norte/canta...radicar-franquismo-callejero_0_924257836.html