La Corona agoniza

Pero qué dices de las autonomías chupópteras que mantenemos todos los españoles!!! Las autonomías son el Estado español, o sea España y los españoles, tu y yo y todos.
No necesitamos tanta gente para no hacer nada. Bueno sí, llenar sus bolsas vaciando la de los ciudadanos. Menos servicios (sanitarios, educación...) y peores pero más funcionarios y cargillos políticos.
 
No estoy de acuerdo hay mucha gente que no queremos autonomías, que lejos de "acercar" la administración al ciudadano se han dedicado a triplicar o cuadruplicar funcionarios y crear castas locales de jefecillos que sólo sirven a su propio interés.
En cambio hay muchos partidarios en partidos con un ideario muuuy execrable que proclaman las diferencias por razas entre los individuos.
Me expresé mal.
Me refería a que ninguno de los grandes partidos lo pide. Un gran porcentaje de españoles, en cambio, sí.
 
Estoy de acuerdo que hay que llevar el progreso a cada parte de España, no solo a los más industrializados, pero no voy a ser verduga de Cataluña por lo que ha pasado.
Cuando reinvindico algo, reinvindico para España, pues no deberia haber separación de nada. Yo no veo el sur peor que el Norte, tecnicamente hay grandes diferencias y se que la distribuición no es igualitaria, hay que haber mejores escuelas en el sur, más industrias también, pero sin el sur, buena parte de España no comeria por ej.
España tiene que ser mirada como una unidad, cada trozo de ella es importante y necesaria para que el País sea lo que es...mismo con toda la mierda que solemos ver. Respetando los idiomas y acento de cada zona......Es lo que nos hace rico culturamente y es lo que muchos tienen que aprender.

Estoy básicamente de acuerdo contigo, pero lo del tema industrial es relativo, y me explico: ahora que sucedió la movida catalana y muchas empresas cambiaron del domicilio social, venimos a darnos cuenta de que se limitan a estar allí como centro de negocios. Por ejemplo, Pastas Gallo produce en Andalucía.

La gente que hemos salido al mundo real, sabemos que los centros de negocio son importantes para que las empresas se relacionen, evolucionen, innoven y puedan generar sinergias. Barcelona es o era uno. El error ha sido confiar en Barcelona como centro de negocio, si, a la mínima, nos van a decir que ellos sí que trabajan y que los demás les robamos. Y resulta que quien en realidad está trabajando es una operaria de Gallo en Andalucía o un agricultor extremeño plantando los tomates para Tarradellas. Y que no quede sin añadir: los tributos los pagamos las personas físicas y jurídicas, no los territorios.
 
Ezo ezo , todos unidos e iguales bajo el manto protector de lo que diga, haga y decida MadriZ. Fuera todo el mundo, excepto Uno y Grande , todos bajo un solo poder Unico que decida para toda España.
No. Mejor que decidan los cuatro golpistas y filoterroristas por todo un país. ¿Así está mejor?
Que se utilicen las autonomías para discriminar a los españoles en su propio país sin permitirles opositar en todo el territorio nacional en igualdad de condiciones. El empleo público lo pagamos todos y no es normal que un extremeño no pueda opositar en Lérida o un murciano no pueda opositar en Guipúzcoa cuando todos pagamos ese empleo público.
Es de sentido común que esa tomadura de pelo tienen que terminar y jamás debió permitirse.
 
Última edición:
buenas tardes queridas/os cotis
vengo de comida en casa de suegros y resto de parentela pomitica y en la sobremesa acabo de soltar "a la monarquía le queda un telediario"...y me han caído h......s como panes!:eek:
se han puesto como energúmenos....quedan aún monárquicos y yo acordándome de mis cotis:rolleyes:
 
Los Borbones son huesos de Franco


Al rey Juan Carlos I lo dejó puesto en España el dictador Franco

Innumerables, presuntas y millonarias comisiones después, ese rey tuvo que abdicar porque, se sabía entonces y se confirma siempre, todo lo suyo podía ser considerado como una gran estafa

Ruth Toledano
22/07/2018 - 19:49h
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Juan Carlos y su hijo Felipe

Al rey Juan Carlos I lo dejó puesto en España el dictador Franco. El joven venía con una mano delante y otra detrás, o sea, tapándose lo que antes se llamaban las vergüenzas de tener tan poco como para ir desnudo. Ni siquiera hablaba un español que pasara el filtro de cualquier académico de la lengua que se tome lo suyo muy en serio. Franco supuso que un personaje así podía ejercer de eslabón entre una inevitable transición política y la preservación de los intereses de las grandes familias de la oligarquía monárquica que habían apoyado el franquismo. El joven se lo tomó tan en serio como un académico el lenguaje exclusivo: se avino a simular democracia a cambio de amasar una fortuna basada en la inviolabilidad. Un negocio redondo. Compraron hasta los comunistas.

Innumerables, presuntas y millonarias comisiones después, ese rey tuvo que abdicar porque, se sabía entonces y se confirma siempre, todo lo suyo podía ser considerado como una gran estafa. Lo asombroso es que, cuando el traspiés le pilló matando elefantes en compañía de una amante dedicada a conseguir contactos y contratos, la sociedad española admitió que se retirara dejando puesto a su hijo en su anacrónico lugar. Y es ese anacronismo, contrario a cualquier sentido de igualdad, justicia y democracia, el que ahora se dirime sobre el tapete de la historia.

Que la jefatura del Estado esté representada por un Felipe VI que sigue siendo herencia franquista resulta moralmente repugnante, por lo que comporta de pervivencia del régimen fascista español: lo legitima cada privilegio que se le dispensa, cada honor que el monarca recibe. El propio Felipe ha rubricado ese franquismo concediendo el Ducado de Franco a la nieta del dictador, Carmen Martínez-Bordiú. Pero lo que repugna a una inteligencia política que se quiera mínimamente evolucionada es que el propio modelo de gobierno sea una monarquía. Un modelo blindado por una Constitución que se redactó deprisa y corriendo, marginando a los republicanos, protegiendo a quienes habían estado en la cúpula política y económica de un poder criminal y en sus brazos represores.

La entronización histórica de Juan Carlos de Borbón fue posible gracias a la connivencia de los medios de comunicación con los sucesivos gobiernos socialistas y peperos. Ni el intento de golpe de estado del 23F pudo con su campechana leyenda, que sobrevivía de manera directamente proporcional a las muertes que provocaba su gatillo de cazador. Mucho se sospechaba y se rumoreaba de sus devaneos fiscales y de sus operaciones financieras. Mucho se especulaba con la creciente cifra de su fortuna. Sus mejores amigos ingresaban en prisión condenados por escándalos económicos, es decir, chorizadas de alto nivel. Pero el rey seguía inviolable porque el poder político y el poder mediático lo permitían.

Ahora se dirime sobre quién tiene más responsabilidad en la crisis de la corona: si es el rey emérito, la reina plebeya, la princesa alemana que no lo es, el cuñado encarcelado o el sucesor preparado para meter la pata a la primera de cambio, nen. Pero esa culpa, tan cristiana en su caso, es lo de menos. Sirve para entretener con detalles morbosos el tiempo de espera en la antesala de su fatalidad. Porque lo que los tiempos están dirimiendo es la naturaleza misma de la institución monárquica, el hecho mismo de su existencia.

No parece casualidad que esto suceda justo cuando se esta tratando de cumplir la Ley de Memoria Histórica en el Valle de los Caídos. Sacar de allí los huesos de Franco debería ir acompañado de sacar sus restos de la Constitución española. Los Borbones lo son: huesos de Franco. Si la retirada de esos huesos es un acto de reparación a las víctimas del franquismo, la retirada de la corona lo será de reparación de la dignidad moral y política del sistema.

https://www.eldiario.es/zonacritica/Borbones-huesos-Franco_6_795530449.html
 
Esta Ruth Toledano dice cosas que incluso hace un par de años sería impensable verlas escritas en un artículo en España, realmente me asombra la velocidad de los acontecimientos. Un aplauso para esta señora.
 
Yo no puedo llamar higiene democrática a no querer pasar página. Desenterrar muertos es hurgar en las heridas y eso no es sano. Hablo de todos. No es bueno seguir mirando al pasado. En fin, que cada uno podamos tener una opinión y manifestarla siempre en libertad, eso sí me importa. Un abrazo
Escuchar las historias de tíos abuelos está muy bien, pero todos sabemos que novelan.
Pero Aprender, documentarse, aparcar sentimientos y rencores, aplicar sentido común, desmitificar, “desdemonizar”, buscar un progreso conciliador sin insultos ni exclusiones, no echar mierda sobre heridas que parecen recientes pero que deberían estar cicatrizadas hace mucho, saber reconocer méritos y errores por igual... me temo que este país no está preparado para ese ejercicio saludable.
Debe ser mi sentido práctico pero prefiero un anciano bien atendido hoy que un fusilado de cuneta de hace 80 años en una caja identificada, independientemente de quién empuñara el arma.
Hay sembrado mucho resentimiento y nada bueno puede nacer de eso.
A mi me da igual monarquia, República, federalismo... lo que hace falta es que haya menos rencor entre nosotros y una percepción común de futuro muchisimo más fácil de conseguir si no tuviéramos tantos intereses corruptos por las cúspides políticas
 
Esto se resolvería con un referéndum pero tampoco quieren jejeje no,no soy hipersensible lo que si,si tocan a mi abuela,me tocan las narices.
Ese es el problema: yo adoraba a mi abuela, pero no por ello voy a odiar a todas las personas de izquierdas, como las que asesinaron a su marido por verle rezar en un funeral, dejándola con cuatro hijos y embarazada de ocho meses. Sería absurdo!
Y prometo que te lo comento sin rabia, que es lo que sobra siempre en estas conversaciones.
 
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