EN MAYO DENUNCIÓ QUE LE HABÍAN CONMINADO A NO DEFENDER ESTA UNIDAD
El padre Custodio Ballester, apartado de su parroquia por defender la unidad de España
@ElentirVigoDom 23·7·2017 · 19:05 17
El sacerdote Custodio Ballester, párroco de la Inmaculada Concepción de Hospitalet de Llobregat, ha sido purgado por el Arzobispado de Barcelona, de modo que ya no seguirá en la citada parroquia.
Carta de un cura de a pie a los Obispos de Cataluña / Custodio Ballester
Una purga nacionalista disfrazada de ‘permiso para un año sabático’
El castigo ha sido comunicado en una nota en la que el arzobispado, encabezado por el cardenal Juan José Omella, informa de los nombramientos y los cambios en parroquias. En un par de líneas se despacha el castigo a don Custodio, disfrazándolo como un “permiso para un año sabático”.
Denunció que le habían conminado a no defender la unidad de España
Como recordaréis, el 17 de mayo publiqué aquí una carta del padre Custodio, a petición suya, en la que criticaba la adhesión de los Obispos de Cataluña al separatismo en una reciente nota de la Conferencia Episcopal Tarraconense. Una nota en la que todos los obispos catalanes, dando la espalda a los católicos catalanes que no comparten las tesis separatistas, afirmaban: “conviene que sean escuchadas las legítimas aspiraciones del pueblo catalán, para que sea estimada y valorada su singularidad nacional”. En su carta de respuesta el hasta ahora párroco de la Inmaculada Concepción de Hospitalet manifestaba su “perplejidad y tristeza” ante esa adhesión al separatismo: “Porque durante meses se me ha conminado a evitar cualquier connotación, en mis palabras y actuaciones, que pudiese ser interpretada como un posicionamiento a favor de la unidad de España, que forma parte de las legítimas aspiraciones de la mitad del pueblo catalán”, señalaba el párroco.
¿Defender a España divide y crispa, y romper España no?
Esa indicación, que cabe suponer que procedía del Arzobispado de Barcelona, se justificaba de una forma sorprendente, según explicaba Custodio Ballester en su carta: “se me indicó que cualquier manifestación pública en ese sentido podía provocar crispación y división entre los fieles católicos que viven en Cataluña”. Sin embargo, el mismo arzobispo que considera que defender la unidad de España crispa y divide, no tiene reparos en adherirse a la ruptura de España y al desafío a la legalidad promovido por la casta política corrupta y anticristiana que gobierna en Cataluña.
El precedente del párroco de Maruri, en Vizcaya
No es la primera vez que un sacerdote tiene que dejar su parroquia ante la presión del separatismo. Le ocurrió algo parecido a Jaime Larrinaga, párroco de Maruri, un pueblo de 600 habitantes en la provincia de Vizcaya. Su apoyo a las víctimas de ETA y su oposición al nacionalismo vasco llevó a ser blanco de numerosas amenazas y diversos ataques desde 1999 hasta agosto de 2003, cuando el peso de las presiones le llevó a marcharse de su parroquia. Su último año en esa parroquia tuvo que vivir con escolta al estar amenazado por ETA. Tras abandonar el País Vasco se fue a Venezuela a trabajar como misionero en la Gran Sabana, a una misión donde no tenían sacerdote.
Sí que permiten a un cura incumplir su deber para ayudar al separatismo
A diferencia del castigo al que ha sido sometido Custodio Ballester, en 2011 el Arzobispado de Barcelona, entonces en manos del Cardenal Sistach, no tomó ninguna medida contra al sacerdote Manel Pousa, que reconoció haber pagado abortos. La diferencia, tal vez, es que Pousa recibió las bendiciones de la casta política catalana: la Generalidad le otorgó la Cruz de San Jordi y el Ayuntamiento de Barcelona le concedió su Medalla de Honor, y eso el mismo año que confesó el pago de los abortos. A día de hoy sigue desarrollando su labor en Barcelona en una fundación que lleva su nombre. En septiembre de 2015 se Pousa, aún sacerdote, fue incluido en las listas electorales de la coalición separatista Junts pel Sí, concurriendo con ella a las elecciones autonómicas catalanas. El Código de Derecho Canónico es claro en su punto 287.2: “No han de participar activamente en los partidos políticos ni en la dirección de asociaciones sindicales, a no ser que según el juicio de la autoridad eclesiástica competente, lo exijan la defensa de los derechos de la Iglesia o la promoción del bien común.” La citada coalición no tenía como fin ni defender los derechos de la Iglesia ni la promoción del bien común, al contrario, pero en este caso el Arzobispado no tomó ninguna medida contra el sacerdote de su diócesis. Entonces aún era arzobispo el Cardenal Sistach. Aunque Manel Pousa ha seguido haciendo política a favor del separatismo, el nuevo arzobispo, el cardenal Omella, no ha tomado ninguna medida contra él.
Desde aquí manifiesto mi total apoyo al padre Custodio Ballester ante la vergonzosa represalia que han hecho contra él por defender un bien moral como es la unidad de España. Ahora que le cierran las puertas de su parroquia, y como ya le he comunicado a él, tiene abiertas las puertas de Contando Estrelas, donde siempre le acogeré como si estuviese en su casa.