Te entiendo. También digo que monarquía / república no es, ni de lejos el mayor de nuestros problemas. El modelo autonómico, que chupa ingentes cantidades de dinero, la separación de poderes inexistente, por mencionar sólo dos, son mucho más importantes que eso. El desmadre autonómico no sale bien parado cuando alguna vez preguntan, pero eso no va a titulares ni a las cadenas de TV. Se nos reconduce oportunamente a lo que interesa a alguien. Por eso, tanta noticia sobre la corrupción del emérito, tanto rasgarse las vestiduras ya me deja fría. Porque se sabe hace mucho, y se ha tapado por periodistas y gobiernos peperos y socialistas.Hola Carmen. Sí es que este calor es espantoso, la verdad. Nos tiene a todos revolucionados, que no revolucionarios necesariamente, jaja.
Yo no tildo de antidemócratas a los monárquicos, todo lo contrario, pues digo que los monárquicos también pueden querer votar. Lo democrático es ir a las urnas y luego, que cada uno elija lo que quiera.
Y los políticos tienen que escuchar las demandas sociales, por supuesto que sí. Es su obligación, porque tienen que representar a la ciudadanía.
Yo no creo que nadie quiera imponerse y saltarse los cauces establecidos legalmente; lo que se pide es que se pueda hablar del modelo de estado que queremos y de la posibilidad de hacer una consulta para cambiarlo (¡pero si es que no se atreven ni a preguntar en el CIS!)
Con lo que creo que hay que tener cuidado es con la imposibilidad de expresar nuestra voluntad política colectiva. Hay que tener cuidado cuando nuestros representantes creen saber lo que nos conviene y no nos dejan votar. Es evidentemente que la monarquía atraviesa una crisis de legitimidad: votemos o no nos atrevamos a llamarnos democracia sana nunca más.
La primera edición de ese libro es de hace 21 años
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