Gaza e Israel entran en guerra tras un ataque sin precedentes desde la Franja

Los voluntarios que trabajan sobre el terreno, gente acostumbrada a ver de todo, dicen que nunca habían visto este nivel de esnañamiento con la población civil.
Esta entrevista no la puedo leer entera, pero solo con el titular nos podemos hacer una idea.

Sí, mis compañeros me dicen lo mismo.

Pero impresiona muchísimo ver a un tío tan templado y frío como James así.

Están diciendo ahora mismo que no entra absolutamente nada de ayuda humanitaria ni por los pasos terrestres ni por el puerto que aún no está finalizado.

Tampoco hay combustible, por lo que queda en los almacenes de Unicef para los niños y sus madres no puede distribuirse.

El poco combustible que queda lo usan los dos hospitales que están abiertos. Solo tienen para un par de días.

Se me rompe el alma, de verdad.

Y me llevan los demonios cuando leo según que cosas por aquí.
 
Pero los que están educados en la violencia son los niños palestinos... Ajá


Ciudadanos israelíes prenden fuego a la sede de la UNRWA en Jerusalén al grito de “quemen Naciones Unidas”

La sede de la agencia permanecerá cerrada tras un incendio provocado por israelíes

Israel tiene un problema muy gordo y no solo se llama Netanyahu.
 
Israel tiene un problema muy gordo y no solo se llama Netanyahu.
sonas veinte años de discurso de odio

mucho discurso de odio

por aqui no se dan cuenta que len la sociedad isareli aun son mas fanaticos y mas integristas religiosos que los palestinos

solo que de cascara mas occidental

pero no teiene nada que ver con occidente, con europa ni con sus valores


NADA

su compportamientoe sta muy en la linea de fanaticos musulmanes solo que con alto nivel cultural y el gfanatismo con alto nivel cultiral es el peor, vease de algun caso del centro e europa, porque es mas soficticado, mas sistematico, mejor disfrazado etc etc

OJO ACLARO

m,uchos israelis sobretodo del sector izquierda intentan oponerse pero los estan silenciando , siomplemenet muchos optan por irse a Francia o Gran Bretaña alejados de la campañs de odio
 
Israel tiene un problema muy gordo y no solo se llama Netanyahu.

Israel, desde mediados de los 90 no da pie con bola.

Y no solo en relación a su política con Palestina.

El problema interno que ha generado Netanyahu al intentar retener a cualquier precio el gobierno, ha dado alas tanto al ala más extremista de Likud como a formaciones que eran irrelevantes en escenario político.

Tanto que, ahora mismo, tienen más fuerza dos pseudo partidos que no representan ni al 5% de los israelies que el resto del parlamento, incluido el propio Likud, donde están hasta el gorro de Bibi.

Para colmo, se han puesto a repartir armas a diestro y siniestro (como si los colonos no estuvieran ya repletos de ellas) y la que se puede liar en Cisjordania puede ser bonita.

Incluso entre ellos mismos 🤦
 
sonas veinte años de discurso de odio

mucho discurso de odio

por aqui no se dan cuenta que len la sociedad isareli aun son mas fanaticos y mas integristas religiosos que los palestinos

solo que de cascara mas occidental

pero no teiene nada que ver con occidente, con europa ni con sus valores


NADA

su compportamientoe sta muy en la linea de fanaticos musulmanes solo que con alto nivel cultural y el gfanatismo con alto nivel cultiral es el peor, vease de algun caso del centro e europa, porque es mas soficticado, mas sistematico, mejor disfrazado etc etc

OJO ACLARO

m,uchos israelis sobretodo del sector izquierda intentan oponerse pero los estan silenciando , siomplemenet muchos optan por irse a Francia por ejemplo donde la comundiad judia es fueret y esta bastante alejada de estso discursos de odio., Mucha genet de isarel esta acabando alli

En mi experiencia, los israelies a partir de tercera generación son muchos más de Oriente Medio en su forma de pensar y ver la vida que occidentales.

No solo huyen los israelies jóvenes de izquierdas. Los de derechas y derechas moderadas emigran igual.

El perfil del emigrante israelí es joven, universitario y urbanita.

Precisamente de donde sale mayoritariamente el voto de izquierdas y derecha moderada.
 
Sí, mis compañeros me dicen lo mismo.

Pero impresiona muchísimo ver a un tío tan templado y frío como James así.

Están diciendo ahora mismo que no entra absolutamente nada de ayuda humanitaria ni por los pasos terrestres ni por el puerto que aún no está finalizado.

Tampoco hay combustible, por lo que queda en los almacenes de Unicef para los niños y sus madres no puede distribuirse.

El poco combustible que queda lo usan los dos hospitales que están abiertos. Solo tienen para un par de días.

Se me rompe el alma, de verdad.

Y me llevan los demonios cuando leo según que cosas por aquí.
Esto es una completa locura. Que desesperación.
 
En el clima neoliberal actual, se ha vuelto necesario aumentar la represión estatal para preservar el status quo pro-genocida

El rotundo colapso de la libertad de expresión y la libertad académica en los Estados Unidos en los últimos meses no se ha visto desde la década de 1950 de los macartistas y la represión violenta de las protestas de la guerra de Vietnam a finales de la década de 1960.

Las campañas represivas también siguieron al 11 de septiembre y a las invasiones estadounidenses de Irak y Afganistán, principalmente en el ámbito de la ley y la vigilancia y a menudo se llevan a cabo en los campus universitarios. Fue entonces cuando las fuerzas de la represión, con la intención de suprimir mis enseñanzas sobre Palestina e Israel, me atacaron por primera vez.

Los liberales occidentales tal vez pensaron que la escala actual de represión nunca se repetiría en la república estadounidense. Este fue especialmente el caso de las universidades, que, a raíz de los métodos coercitivos de la década de 1960, se habían vuelto a comprometer con ideales liberales que a menudo blandían en voz alta.

Sin embargo, como víctima del acoso continuo durante más de dos décadas por parte de mi propia universidad, que colaboró con fuerzas extramuros para restringir mi libertad de expresión y la libertad académica a través de amenazas explícitas y tácitas, nunca me convencí.

Los compromisos institucionales con tales principios en las sociedades liberales se tambalean tan pronto como se considera que son efectivos para cuestionar y amenazar la ortodoxia política reinante.

Tal vez se necesite una lección de teoría política para entender el funcionamiento del estado liberal y sus instituciones liberales.

El mismo sistema

En su notorio consejo sobre si los gobernantes deben apuntar a ser amados o temidos, Nicolás Maquiavelo razona que "uno preferiría ser ambos, pero, dado que no van juntos fácilmente, si tienes que elegir, es mucho más seguro ser temido que amado".

Parte del gobierno moderno es que los líderes autocráticos y democráticos tengan en cuenta dichos consejos como último recurso mientras instituyen mecanismos a través de los cuales pueden asegurarse de que también son amados.

Karl Marx entendió la efectividad de esos mecanismos destinados a producir "amor" y la obediencia no coaccionada necesaria al sistema de gobierno como "ideología".

En lugar de ver los sistemas de gobierno autocráticos y democráticos contemporáneos como antagónicos, si no opuestos, como tienden a hacer la mayoría de los comentaristas políticos, deberíamos, como he argumentado en otros lugares, entenderlos como el mismo sistema de gobierno.

Como argumentó el teórico político italiano Antonio Gramsci, un astuto lector de Maquiavelo, este sistema emplea diferentes cantidades de hegemonía y coerción, los dos ingredientes principales de la dominación, para producir el consentimiento popular.

El sistema que utiliza métodos más hegemónicos que medios coercitivos a menudo se conoce como un sistema "democrático", mientras que el que utiliza métodos más coercitivos que los hegemónicos es "autocrático". Ambos están diseñados para producir miedo y amor voluntario por el sistema gobernante, pero en cantidades variables.

Por hegemonía, Gramsci se refería a las bases intelectuales, institucionales y morales gobernantes de la sociedad, en resumen, a lo que a menudo se conoce como la "cultura" gobernante. El filósofo francés Louis Althusser llamó a estos "aparatos estatales ideológicos" y a los mecanismos coercitivos "aparatos estatales represivos".

Los pragmáticos de habla inglesa se han referido a estas estrategias desde la Segunda Guerra Mundial como "zanahoria y palo". Comprender estos mecanismos nos ayuda a desempaquetar la situación actual en los campus de los Estados Unidos.

Dominación continua

Cuando la hegemonía ya no es suficiente para garantizar el consentimiento del pueblo a la dominación en los llamados sistemas "democráticos" de gobernanza, o si falla en su tarea de producir el consentimiento, lo que lleva a una crisis de autoridad, la cantidad de coerción aumenta rápidamente para permitir la dominación continua, prestando atención al dicho de Maquiavelo de que es "más seguro ser temido que amado".

Esta estrategia se ha utilizado tanto en sistemas "autocráticos" como "democráticos" durante los últimos dos siglos. EE. UU. lo ha utilizado periódicamente cada década desde la Primera Guerra Mundial, que culminó con la Ley Patriota, la Bahía de Guantánamo, la rendición, la tortura, el asesinato y otras medidas represivas variadas dirigidas a ciudadanos y no ciudadanos desde 2001.

En esos casos, cuando un régimen todavía exige amor y, por lo tanto, legitimidad, su uso excesivo de la coerción podría amenazar la estabilidad y podría desencadenar una movilización más popular contra él, o una administración universitaria, en lugar de la desmovilización deseada.

Con tal movilización, el régimen corre el riesgo de perder tanto el amor como el miedo de su pueblo, por lo que a veces se aconseja menos coerción y más hegemonía para restaurar la estabilidad. Aquí es donde la presidenta de la Universidad de Columbia, Nemat "Minouche" Shafik, y otros que siguieron sus pasos recientemente se equivocularon.

La campaña masiva contra profesores y estudiantes de las universidades de EE. UU. en los últimos siete meses es una ilustración de estas estrategias.

Fue precedido por un ensayo general hace 10 años durante la guerra israelí de 2014 en Gaza, cuando Steven Salaita perdió su cátedra titular en la Universidad de Illinois porque uno de sus tuits contra el asesinato de palestinos expuso los límites de la disidencia tolerable en la cultura política dominante pro-Israel de los Estados Unidos.

Las universidades y el sistema liberal de reglas que las defienden funcionan bien cuando la libertad académica y la libertad de expresión no conducen a la disidencia de las ideas hegemónicas, excepto en un grado que no amenaza esa cultura dominante.

Esto significa que la defensa de estas libertades solo está garantizada cuando, de hecho, no están probadas. Una vez que la disidencia de las ideas hegemónicas amenaza la ideología gobernante y pone a prueba su tolerancia, la represión se produce en varias formas dentro de la universidad y por parte de fuerzas externas, tanto privadas como públicas.

Como bastión principal para el mantenimiento de la ideología de la élite gobernante, la Universidad de Columbia es esencial para el mantenimiento de la estabilidad ideológica. El temor es que cuando sus propios estudiantes y profesores se desvíen del guión liberal, esto conducirá a un efecto dominó en el resto del sistema universitario en los EE. UU., o incluso viajará a otros sistemas liberales, ya que los recientes campamentos universitarios inspiraron a otros en Europa Occidental, Canadá y Australia.

Marginal a la corriente principal

De hecho, la agitación de estudiantes y profesores contra el genocidio israelí en curso se ha extendido a docenas de universidades, incluida la Universidad de Nueva York, Yale, Cornell, Harvard, Princeton, MIT, la Universidad Emory, la Universidad de Texas en Austin, la Universidad de California en Berkeley y la Universidad del Sur de California, por nombrar solo algunos ejemplos de dónde se ha desplegado la reciente represión masiva o la amenaza de la misma.

Los estudiantes y profesores de Columbia han sido condenados por el Congreso, la Casa Blanca, los hombres de negocios ricos, las organizaciones privadas, los directores ejecutivos de las empresas, la prensa conservadora y liberal, así como por los propios fideicomisarios de la universidad y su presidente, Shafik. Y fueron ayudados e instigados por el Departamento de Policía de Nueva York, a quien Shafik invitó a reprimir a los estudiantes y negarles sus libertades liberales, que el presidente de la universidad continúa celebrando cínicamente a través de la retórica, pero reprime a través de la acción.

Uno pensaría que estos estudiantes y profesores apoyan el genocidio en lugar de oponerse a él; que apoyan la supresión de un pueblo, no el cese del genocidio de un pueblo que ha sido perseguido por Israel desde su fundación en 1948 con una fuerte dosis de apoyo liberal y conservador occidental; que apoyan una mayor complicidad por parte de la Universidad de Columbia en la defensa del apartheid y el colonialismo israelíes, no que estén exigiendo que ponga fin a tal complicidad.

La inversión de roles en el caso palestino-israelí en todo el mundo occidental es tan orwelliana que los palestinos, que han sido subyugados de la manera más violenta posible por una colonia-colona fundada en Europa durante tres cuartos de siglo, son representados como antisemitas genocidas por nada menos que los partidarios blancos europeos y estadounidenses del genocidio de Israel, cuyos antepasados políticos perpetraron, apoyaron o permanecieron en silencio en la perpetración del Holocausto.

En el clima neoliberal actual, el aumento de la represión dentro de los EE. UU. se ha vuelto necesario para preservar el status quo a favor del genocidio. Esta tarea no solo se ha llevado a cabo desde el 11 de septiembre a través de legislación represiva y vigilancia policial legal e ilegal, sino también a través de la militarización mucho más completa de las fuerzas policiales en todo el país.

A medida que los manifestantes pacíficos contra los males económicos y la pobreza han sido considerados "no violentos", ha surgido una mentalidad completamente nueva de cómo tomar medidas enérgicas contra ellos.

Pero como la policía militarizada ha sido desplegada para cuidar de estos disidentes "no violentos", ya sea durante el movimiento Occupy Wall Street o más tarde durante los levantamientos de Black Lives Matter, no podría hacerlo tan fácilmente con los disidentes dentro de las paredes de la academia, al menos no hasta que Shafik los invitó dos veces a hacerlo en las últimas semanas.

Sin embargo, lograr esta toma represiva del sistema universitario a largo plazo no iba a ser fácil en una cultura universitaria que pretende valorar la libertad académica y la libertad de opinión. Había que encontrar un eslabón débil en la cadena de la libertad académica, uno en torno al cual la gente pudiera movilizarse más fácilmente, uno que pudiera sentar un precedente. Entra en la cuestión de Palestina y los israelíes.

Como argumenté hace una década, ha habido un sólido consenso sobre Israel en las diferentes ramas de la opinión de la élite estadounidense, acompañado de un amplio apoyo público, desde 1948. Mientras que la disidencia de este consenso siempre existió, se limitó a grupos políticos e individuos marginados, y si los individuos no estaban ya marginados, su marginación se llevaría inmediatamente.

En los últimos 25 años, sin embargo, la disidencia sobre la cuestión de Palestina y los israelíes ha viajado desde los márgenes hasta la corriente principal de Estados Unidos, hasta artistas, científicos, periodistas, académicos y estudiantes, incluidos destacados académicos judíos y decenas de estudiantes judíos.

Mientras que Noam Chomsky fue una vez el único académico judío prominente que disintió de Israel y que fue marginado de la opinión pública dominante como castigo por su disidencia, hoy en día, toda una gran cantidad de eruditos judíos y muchos más estudiantes judíos son disidentes.

Aplastando la disidencia

El persistente consenso general sobre Israel es lo que hace que las potencias estén convencidas de que el éxito de su campaña para anular la disidencia en las universidades será más probable si su punto de entrada es el tema de Israel y Palestina. Al hacerlo, podrían redirigir el enfoque a cuestiones en torno a las cuales hay consenso, a saber, la cuestión del antisemitismo, la historia del Holocausto judío y cómo Israel es supuestamente la única "democracia" en Oriente Medio.


Usar a Israel y Palestina como punto de entrada para normalizar la aplastación de la disidencia dentro de los muros de la academia es tanto táctico como estratégico. Es táctico porque, una vez exitoso, quitaría aspectos clave de la gobernanza de la facultad y los transferiría a las administraciones universitarias neoliberales (como ha sucedido en Columbia en las últimas semanas) y sentaría un precedente y un efecto escalofriante en otros tipos de disidencia, tal vez incluso más peligrosos, que tienen un apoyo público más amplio que los palestinos.

Recordemos aquí que la Fundación Ford utilizó a Israel y Palestina en 2003 para exigir que los posibles concesionarios firmaran una declaración comprometiéndose a oponerse a la "violencia, el terrorismo, la intolerancia o la destrucción de cualquier estado".

La medida provocó la condena en ese momento de los rectores universitarios de Princeton, Stanford, Harvard, la Universidad de Chicago, la Universidad de Pensilvania, el MIT, Yale, Cornell y, de hecho, la Universidad de Columbia, entre otros, que no dudaron ni un segundo en defender la libertad académica.

Los prebostes escribieron una carta a Ford en abril de 2004 (seis meses antes de que comenzara la caza oficial de brujas contra mí en Columbia) expresando "serias preocupaciones" sobre el nuevo lenguaje sobre la base de que intentó "regular el comportamiento y el discurso de las universidades más allá del alcance de la subvención". "Es difícil ver cómo esta cláusula no iría en contra del principio básico del habla protegida en nuestros campus", añadieron.


Usar la cuestión de Palestina e Israel de esta manera también es estratégico para detener la creciente ola de disidencia académica sobre Israel, específicamente en relación con el boicot y la desinversión que afectan a las formas neoliberales de inversión y la política general de los Estados Unidos hacia Oriente Medio.

Fue en este contexto que la batalla se intensificó entre 2002 y 2009 contra mí en la Universidad de Columbia hasta que, a pesar de los mejores esfuerzos de muchos, finalmente no pudo bloquear mi mandato.

Hoy, estamos de nuevo en las garras de esta guerra en curso. En el idioma orwelliano actual, oponerse al genocidio israelí de los palestinos se traduce como apoyo a un genocidio palestino de judíos; oponerse a la supremacía judía israelí y al apartheid colonial se traduce en una forma de antisemitismo; y la supresión de la libertad académica y el discurso protegido en los campus se convierte en una forma de defenderla.

Los altos mandos neoliberales de las universidades, sus financiadores privados y públicos y sus aliados en el gobierno parecen trabajar bajo la ilusión de que pueden suprimir la oposición al genocidio por todas las fuerzas posibles y que esto enfriará la disidencia y mantendrá el apoyo inquebrantante al genocidio de Israel dentro de los círculos de élite de EE. UU. y occidentales.

Sin embargo, lo que los estudiantes y los profesores han demostrado en los últimos siete meses es que el restablecimiento de la hegemonía ideológica se ha perdido para siempre y que cuanto más las administraciones gubernamentales y universitarias utilizan la coerción, más se erosiona la hegemonía.


Joseph Massad es profesor de política árabe moderna e historia intelectual en la Universidad de Columbia, Nueva York.

 
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Sí, mis compañeros me dicen lo mismo.

Pero impresiona muchísimo ver a un tío tan templado y frío como James así.

Están diciendo ahora mismo que no entra absolutamente nada de ayuda humanitaria ni por los pasos terrestres ni por el puerto que aún no está finalizado.

Tampoco hay combustible, por lo que queda en los almacenes de Unicef para los niños y sus madres no puede distribuirse.

El poco combustible que queda lo usan los dos hospitales que están abiertos. Solo tienen para un par de días.

Se me rompe el alma, de verdad.

Y me llevan los demonios cuando leo según que cosas por aquí.
Comparto totalmente tu sensación de impotencia absoluta
 
40 expertos de la ONU critican las amenazas de Israel y EE UU a la Corte Penal Internacional

Más de 40 relatores y expertos en derechos humanos de la ONU han condenado las recientes críticas y amenazas de políticos de Estados Unidos e Israel contra juristas de la Corte Penal Internacional (CPI) y han asegurado que "promueven una cultura de impunidad" ante la investigación de posibles crímenes de guerra y contra la humanidad. En un comunicado, los expertos han juzgado "alarmante que altos cargos estatales amenacen a un tribunal por buscar que se haga justicia a nivel internacional" y más en un momento "en el que el mundo debería unirse para poner fin al derramamiento de sangre en Gaza".

El 4 de mayo, la Oficina de la Fiscalía de la CPI denunció amenazas de represalias expresadas por altos cargos estadounidenses e israelíes, ante la eventualidad de que el tribunal de La Haya emitiera órdenes de arresto internacionales contra altos cargos de Israel. Las amenazas han incluido llamamientos a sanciones directas contra cargos del tribunal y a detener la financiación de esta institución. "Tales amenazas violan las normas de derechos humanos en lo referente a ataques de funcionarios de justicia y exceden los niveles aceptables de libertad de expresión", aseguraron los expertos de Naciones Unidas.

Entre los firmantes del comunicado figuran la relatora de la ONU para Palestina, Francesca Albanese, y sus homólogos sobre libertad de expresión (Irene Khan), justicia y reparación (Bernard Duhaime) e independencia judicial (Margaret Satterthwaite). (EFE)


Qué desvarío amenazar a miembros de un tribunal internacional.
 

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