Funeral de Pura Sotillo, tutora del Rey Felipe.

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ÚLTIMO ADIÓS DE LA TUTORA DEL REY FELIPE



PURA SOTILLO

26/08/2017

La ex directora del colegio Santa María de los Rosales fallecía esta semana en La Coruña. Se espera que a su funeral, que tendrá lugar el próximo 22 de septiembre, acudan algunos de sus ilustres alumnos. Como el Rey Felipe, del que Pura, profesora de Lengua y Literatura, fue tutora. POR ANA FARIÑA

LA IGLESIA DE SAN FRANCISCO DE BORJA de la madrileña calle Serrano podría quedarse pequeña el próximo 22 de septiembre cuando se celebre el funeral de Pura Sotillo, ex directora del colegio Santa María de los Rosales de la capital. Hasta ese centro educativo se desplazan a diario la princesa Leonor y la Infanta Sofía, como lo hizo su padre, el Rey Felipe. Conocida como “la señorita Pura”, nació en León y falleció el pasado 22 de agosto en La Coruña a consecuencia de un cáncer.

Se espera que en la puerta de Los Jesuitas, nombre popular de la parroquia, se agolpen los fotógrafos y periodistas esperando la posible llegada de los muchos alumnos ilustres que quieran dar su último adiós a su querida profesora de Lengua y Literatura. Entre ellos, previsiblemente, el mismísimo monarca, del que Pura fue su tutora, así como el nutrido grupo de amigos de la infancia de Don Felipe, entre los que figuran nombres tan conocidos como los hermanos Álvaro y Ricky Fuster o Jaime Carvajal y Hoyos, el hijo de los marqueses de Isasi. Todos ellos amigos cómplices de las primeras juergas del Rey, de su primeras novias, de los aprobados y de los suspensos; en definitiva, la pandilla a la que Pura Sotillo vio crecer. Los hijos del actual duque de Alba y muchos otros apellidos de sociedad también se han sentado en los pupitres de Los Rosales.

El funeral de la “señorita Pura” será un termómetro social. Una cita para quien quiera dejarse ver en público y rendir un cariñoso adiós a la exdirectora del colegio Rosales. “Estuvo 45 años en el colegio, primero como profesora y después como directora. El colegio era su vida”, recuerda su sobrina Ana, quien también ha querido agradecer las muestras de cariño recibidas estos días.

Pura Sotillo dirigió el Colegio Santa María de los Rosales hasta los 70 años, cuando tuvo que jubilarse no sin antes recibir un bonito homenaje. Tuvo tiempo de conocer a dos generaciones completas de alumnos, incluso vivió la incorporación escolar de la pequeñas Leonor y Sofía. Ocupó el despacho hasta que llegó el relevo con la joven nueva directora, hace algo más de tres años. Para Pura fue una gran satisfacción poder ver a Felipe de Borbón convertido en Rey de España porque le tenía un mucho cariño. Fueron muchas tardes con la Reina Sofía, conversando sobre el futuro de Don Felipe, unas horas que ya quedan para el recuerdo. Ser la tutora real –recibió el tratamiento de Excelentísima Señora– fue un privilegio que la inolvidable Pura Sotillo disfrutó con orgullo.

En el funeral habrá un coro y decenas de apellidos le darán esa tarde su último adiós público: hijos de políticos, toreros, ministros, aristócratas, empresarios, intelectuales, deportistas… Felipe VI es presidente de honor de la fundación que dirige el colegio y Carlos Juan Fitz-James-Stuart y Martínez de Irujo, duque de Alba, es el presidente.

Pura Sotillo, cuyo padre tenía un café literario “de mucha importancia en León” como ha contado en las redes una de sus alumnas, murió como vivió: contando deliciosas historias. Buena cuenta de esto da su hermano y su familia íntima, quienes acompañaron a Pura durante el tiempo que estuvo hospitalizada en La Coruña, donde recibía a diario numerosos mensajes de cariño y de ánimo de los alumnos. Algunos incluso viajaron desde Madrid para verla en persona y, en sus últimas horas, estuvo acompañada por dos de sus grandes amigas, que fueron alumnas suyas.

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Última edición por un moderador:
Pura Sotillo, que fue maestra y tutora de don Felipe en sus años de estudio, llevaba más de 50 años regentando el selecto centro educativo

Doña Letizia consigue derrocar a la directora del Colegio Los Rosales donde estudian las infantas Leonor y Sofía e imponer sus normas.

Para ello habría instrumentalizado a Carlos Fitz-James-Stuart, duque de Huescar, que es el presidente de la Fundación Paideia, administradora única de Estudios Generales S. A., empresa a la que el Colegio pertenece desde 1986.

La semana pasada por fin pudimos ver a las pequeñas infantas Leonor y Sofía en su primer acto oficial, asistiendo a una imagen que hace ya tiempo que venía echándose de menos. Vemos poco a las infantas, que parecen permanecer celosamente resguardadas tras los muros de Zarzuela, y eso genera fuertes críticas a la princesa de Asturias no solamente entre los medios de prensa, que no alcanzan a comprender su actitud, sino también entre amplios sectores de opinión. Porque si los duques de Cambridge han paseado abiertamente a su hijo el príncipe Jorge mostrándolo con orgullo a lo largo de toda la geografía de Australia y Nueva Zelanda, y en el resto de las monarquías europeas los jóvenes príncipes y princesas aparecen continuamente en la prensa en un lógico intento de sus padres de normalizar en ellos desde fechas tempranas algo que es consustancial a su posición, en España vamos como siempre al revés y apenas tenemos ocasiones de ver a nuestras infantas de cuya privacidad doña Letizia se ha erigido en celosa guardiana en un intento de evitar algo que es absolutamente lógico y también necesario en la circunstancia de vida de sus hijas.

Una actitud que contribuye a engrosar el ya nutrido número de detractores de la princesa de Asturias, y que en los últimos meses le está generando también gruesas desavenencias en el Colegio de sus hijas, Santa María de los Rosales, donde el malestar entre los padres de los alumnos es creciente. La cosa parece seria y las quejas no proceden únicamente de aristócratas o personajes importantes o de abolengo, sino también de padres de alumnos sin particular relevancia social que han visto como las demandas de doña Letizia se tornan cada vez menos soportables.

Todo bajo control de la princesa

Nos cuentan que ya en diciembre pasado ella habría instrumentalizado la marcha precipitada de la directora, Pura Sotillo, utilizando para ello a Carlos Fitz-James-Stuart, duque de Huescar, que es el presidente de la Fundación Paideia, administradora única de Estudios Generales S. A. que es la empresa a la que el colegio pertenece desde 1986. Al parecer doña Letizia no estaba de acuerdo con la forma en la que la hasta entonces directora regía el centro (¿acaso excesivamente conservadora o religiosa?, se preguntan algunos), a pesar de que en los últimos tiempos – dicen que a instancias de la princesa –, ésta había implantado nuevas normas como la prohibición de llevar teléfonos móviles o cámaras al Colegio para impedir que se puedan sacar fotografías de las infantas Leonor y Sofía, hasta el punto que alguna alumna ha llegado incluso a ser castigada por llevar teléfono para malestar de muchos de los padres. Cuando en diciembre pasado Pura Sotillo saltó de la institución tras 45 años de trabajo, ella misma tuvo que salir al paso de los crecientes rumores sobre sus desencuentros con doña Letizia afirmando “Son tonterías y ganas e hacer daño, yo no me he peleado nunca con nadie, soy incapaz y menos con la princesa de Asturias, no hay razón”.

Y aunque había sido maestra y tutora de don Felipe en sus años de estudio en Los Rosales, los príncipes dijeron no poder acudir por motivos de agenda a ninguna de las dos cenas de homenaje que los ex alumnos organizaron para la directora saliente. Pero ni el cambio en la dirección parece haber mitigado el enfado de los padres de los alumnos, que con intensidad creciente dirigen sus críticas a doña Letizia por alterar la normalidad de un centro educativo de alto nivel que ha perdido parte de su prestigio social de otro tiempo. De hecho, con la llegada de las infantitas al centro se erigió un muro de ladrillo para sustituir la verja con hiedra, se hicieron obras en los pabellones de los alumnos, y se habla de conductas poco comprensibles de la princesa como permanecer en las aulas durante las clases, comprobar como el cocinero prepara los menús infantiles, solicitar a los familiares de los alumnos que no graben las funciones infantiles en las que participan sus hijas, o pedir que los ciertos eventos deportivos se realicen fuera del propio centro.

De aquella audiencia en Zarzuela con el príncipe Felipe a la tensión actual

La tensión es real, y choca que eso sea así en un centro docente creado en 1952 por parte de un grupo de aristócratas y de potentados afines a don Juan de Borbón (el duque del Infantado, el conde de Fontanar, o el doctor López-Ibor), para que su hijo el infante don Alfonso, hermano del rey Juan Carlos, pudiese continuar sus estudios en España tras su paso por el colegio de Miramar en San Sebastián. Desde entonces Los Rosales ha mantenido una estrecha unión con la familia real, y por sus aulas han pasado los retoños de muchas de las grandes familias de la aristocracia y de la gran burguesía como los hijos y algunos de los nietos de Cayetana de Alba, los de Manuel Prado y Colón de Carvajal, los de ese gran amigo del rey que ha sido el marqués de Isasi, o los de amigos del príncipe como Ricky Fuster, para ahora también dar cabida a los de algunos famosos como los hijos de Terelu Campos o de Jesús Álvarez. Así mismo, al patronato de la Fundación Paideia, una institución de la que se tiene muy escasa información, han pertenecido personajes de notable influencia social como la ex ministra Pilar del Castillo, el duque de Fernández-Miranda, el marqués de Marañón, o el marqués de Torre Milanos.

Triste situación para una institución que al cumplir sus 50 años gozó de una audiencia con don Felipe en Zarzuela, ocasión en la que éste declaró ante todos: “Hace medio siglo, los promotores de este centro tuvieron el acierto de proponer una educación basada en una triple perspectiva: transmitir a sus alumnos un patrimonio de conocimientos, concienciarles como hombres y mujeres de su tiempo, y comprometerles a participar, activa y reflexivamente, en la construcción del futuro. Esta es, como sabemos todos, la sustancia del ideario del Colegio”.

Ricardo Mateos


http://extraconfidencial.com/notici...infantas-leonor-y-sofia-e-imponer-sus-normas/
 
Y aunque había sido maestra y tutora de don Felipe en sus años de estudio en Los Rosales, los príncipes dijeron no poder acudir por motivos de agenda a ninguna de las dos cenas de homenaje que los ex alumnos organizaron para la directora saliente

Ojalá asista por lo menos él aunque si en vida no la homenajeó, en la muerte no lo necesita.
Los agasajos deben ser hechos a los vivos para el disfrute del agasajado
 
Vemos poco a las infantas, que parecen permanecer celosamente resguardadas tras los muros de Zarzuela, y eso genera fuertes críticas a la princesa de Asturias no solamente entre los medios de prensa, que no alcanzan a comprender su actitud, sino también entre amplios sectores de opinión. Porque si los duques de Cambridge han paseado abiertamente a su hijo el príncipe Jorge mostrándolo con orgullo a lo largo de toda la geografía de Australia y Nueva Zelanda, y en el resto de las monarquías europeas los jóvenes príncipes y princesas aparecen continuamente en la prensa en un lógico intento de sus padres de normalizar en ellos desde fechas tempranas algo que es consustancial a su posición, en España vamos como siempre al revés y apenas tenemos ocasiones de ver a nuestras infantas de cuya privacidad doña Letizia se ha erigido en celosa guardiana en un intento de evitar algo que es absolutamente lógico y también necesario en la circunstancia de vida de sus hijas.
Pero es que ella es tan moderna y tal parece que quien redactó el artículo se olvidó de que la máxima de la Zeñora en cuestión es que las tradiciones están para romperse; tal cual que si las otras monarquías muestran a sus retoños, anda que ella es quien rompe los moldes con su moderna actitud de esconder a sus hijas sin caer en cuenta que Leonor la heredera, aquella que le sucederà en el trono... necesita interactuar con sus futuros súbditos (a no ser que la esté educando en el sentido estricto de reina funcionaria, con descanso los fines de semana y vacaciones a costa del erario español) pero claro las tradiciones están para romperse y que mejor ejemplo que el de la Kuin Letizia I de Valdebernardo, ojalá que la próxima tradición en romperse (valga la redundancia) sea la de la España monárquica y vosotros Borbones Iros a la merde...

¡Shabath Shalom Umevorach!
 
Pura Sotillo, que fue maestra y tutora de don Felipe en sus años de estudio, llevaba más de 50 años regentando el selecto centro educativo

Doña Letizia consigue derrocar a la directora del Colegio Los Rosales donde estudian las infantas Leonor y Sofía e imponer sus normas.

Para ello habría instrumentalizado a Carlos Fitz-James-Stuart, duque de Huescar, que es el presidente de la Fundación Paideia, administradora única de Estudios Generales S. A., empresa a la que el Colegio pertenece desde 1986.

La semana pasada por fin pudimos ver a las pequeñas infantas Leonor y Sofía en su primer acto oficial, asistiendo a una imagen que hace ya tiempo que venía echándose de menos. Vemos poco a las infantas, que parecen permanecer celosamente resguardadas tras los muros de Zarzuela, y eso genera fuertes críticas a la princesa de Asturias no solamente entre los medios de prensa, que no alcanzan a comprender su actitud, sino también entre amplios sectores de opinión. Porque si los duques de Cambridge han paseado abiertamente a su hijo el príncipe Jorge mostrándolo con orgullo a lo largo de toda la geografía de Australia y Nueva Zelanda, y en el resto de las monarquías europeas los jóvenes príncipes y princesas aparecen continuamente en la prensa en un lógico intento de sus padres de normalizar en ellos desde fechas tempranas algo que es consustancial a su posición, en España vamos como siempre al revés y apenas tenemos ocasiones de ver a nuestras infantas de cuya privacidad doña Letizia se ha erigido en celosa guardiana en un intento de evitar algo que es absolutamente lógico y también necesario en la circunstancia de vida de sus hijas.

Una actitud que contribuye a engrosar el ya nutrido número de detractores de la princesa de Asturias, y que en los últimos meses le está generando también gruesas desavenencias en el Colegio de sus hijas, Santa María de los Rosales, donde el malestar entre los padres de los alumnos es creciente. La cosa parece seria y las quejas no proceden únicamente de aristócratas o personajes importantes o de abolengo, sino también de padres de alumnos sin particular relevancia social que han visto como las demandas de doña Letizia se tornan cada vez menos soportables.

Todo bajo control de la princesa

Nos cuentan que ya en diciembre pasado ella habría instrumentalizado la marcha precipitada de la directora, Pura Sotillo, utilizando para ello a Carlos Fitz-James-Stuart, duque de Huescar, que es el presidente de la Fundación Paideia, administradora única de Estudios Generales S. A. que es la empresa a la que el colegio pertenece desde 1986. Al parecer doña Letizia no estaba de acuerdo con la forma en la que la hasta entonces directora regía el centro (¿acaso excesivamente conservadora o religiosa?, se preguntan algunos), a pesar de que en los últimos tiempos – dicen que a instancias de la princesa –, ésta había implantado nuevas normas como la prohibición de llevar teléfonos móviles o cámaras al Colegio para impedir que se puedan sacar fotografías de las infantas Leonor y Sofía, hasta el punto que alguna alumna ha llegado incluso a ser castigada por llevar teléfono para malestar de muchos de los padres. Cuando en diciembre pasado Pura Sotillo saltó de la institución tras 45 años de trabajo, ella misma tuvo que salir al paso de los crecientes rumores sobre sus desencuentros con doña Letizia afirmando “Son tonterías y ganas e hacer daño, yo no me he peleado nunca con nadie, soy incapaz y menos con la princesa de Asturias, no hay razón”.

Y aunque había sido maestra y tutora de don Felipe en sus años de estudio en Los Rosales, los príncipes dijeron no poder acudir por motivos de agenda a ninguna de las dos cenas de homenaje que los ex alumnos organizaron para la directora saliente. Pero ni el cambio en la dirección parece haber mitigado el enfado de los padres de los alumnos, que con intensidad creciente dirigen sus críticas a doña Letizia por alterar la normalidad de un centro educativo de alto nivel que ha perdido parte de su prestigio social de otro tiempo. De hecho, con la llegada de las infantitas al centro se erigió un muro de ladrillo para sustituir la verja con hiedra, se hicieron obras en los pabellones de los alumnos, y se habla de conductas poco comprensibles de la princesa como permanecer en las aulas durante las clases, comprobar como el cocinero prepara los menús infantiles, solicitar a los familiares de los alumnos que no graben las funciones infantiles en las que participan sus hijas, o pedir que los ciertos eventos deportivos se realicen fuera del propio centro.

De aquella audiencia en Zarzuela con el príncipe Felipe a la tensión actual

La tensión es real, y choca que eso sea así en un centro docente creado en 1952 por parte de un grupo de aristócratas y de potentados afines a don Juan de Borbón (el duque del Infantado, el conde de Fontanar, o el doctor López-Ibor), para que su hijo el infante don Alfonso, hermano del rey Juan Carlos, pudiese continuar sus estudios en España tras su paso por el colegio de Miramar en San Sebastián. Desde entonces Los Rosales ha mantenido una estrecha unión con la familia real, y por sus aulas han pasado los retoños de muchas de las grandes familias de la aristocracia y de la gran burguesía como los hijos y algunos de los nietos de Cayetana de Alba, los de Manuel Prado y Colón de Carvajal, los de ese gran amigo del rey que ha sido el marqués de Isasi, o los de amigos del príncipe como Ricky Fuster, para ahora también dar cabida a los de algunos famosos como los hijos de Terelu Campos o de Jesús Álvarez. Así mismo, al patronato de la Fundación Paideia, una institución de la que se tiene muy escasa información, han pertenecido personajes de notable influencia social como la ex ministra Pilar del Castillo, el duque de Fernández-Miranda, el marqués de Marañón, o el marqués de Torre Milanos.

Triste situación para una institución que al cumplir sus 50 años gozó de una audiencia con don Felipe en Zarzuela, ocasión en la que éste declaró ante todos: “Hace medio siglo, los promotores de este centro tuvieron el acierto de proponer una educación basada en una triple perspectiva: transmitir a sus alumnos un patrimonio de conocimientos, concienciarles como hombres y mujeres de su tiempo, y comprometerles a participar, activa y reflexivamente, en la construcción del futuro. Esta es, como sabemos todos, la sustancia del ideario del Colegio”.

Ricardo Mateos


http://extraconfidencial.com/notici...infantas-leonor-y-sofia-e-imponer-sus-normas/

Así es ella, tan maja, por eso la queremos tanto.
 
Descanse en paz
Letizia con Zeta la desterró.Que bicho de mujer,no ha dejado títere con cabeza y después es una cobarde de marca mayor,no acompaña al rey ni a la final de la Copa del Rey porque teme los pitidos.Espero que después del daño que le hizo a doña Pura ni se le ocurra ir al funeral.
 
Descanse en paz
Letizia con Zeta la desterró.Que bicho de mujer,no ha dejado títere con cabeza y después es una cobarde de marca mayor,no acompaña al rey ni a la final de la Copa del Rey porque tiene los pitidos.Espero que después del daño que le hizo a doña Pura ni se le ocurra ir al funeral.
la lizta esta de vacaciones...hasta primeros de septiembre..

ni funerales ni manifestaciones ni mandangadas..

ya se las interrumpieron por dos días y fue suficiente....
 
Descanse en paz
Letizia con Zeta la desterró.Que bicho de mujer,no ha dejado títere con cabeza y después es una cobarde de marca mayor,no acompaña al rey ni a la final de la Copa del Rey porque teme los pitidos.Espero que después del daño que le hizo a doña Pura ni se le ocurra ir al funeral.
Tranquila que no ira. Tiene pedicura
 
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