Te cuento uno que le sucedió a mi madre: estaba en el auto, estacionado en la vía pública frente a un mercado. Pasaba mucha gente y le llamaron la atención dos personas que pasaban por el lugar, padre e hijo. El hijo llevaba un corte de pelo bastante llamativo, así que los siguió con la mirada hasta que estos llegaron a la esquina y doblaron a la derecha. Cuando regresa su mirada hacia el mercado, ve nuevamente a las dos personas que acaban de doblar a la derecha. Los siguió nuevamente con la mirada e hicieron lo mismo.
Mi madre dice que no es la primera vez que sucede.
Mi madre dice que no es la primera vez que sucede.