Yo no puedo con las novelas estilo "Valeria y sus zapatos" o las del rollo de Elisabet Benavent. El día que se perdió la cordura, de Javier Castillo, me estaba gustando mucho hasta que llegaron los capítulos finales y sentí que había perdido tiempo de vida. Leí algún otro y ya ni lo intento. Mucho ruido y muy pocas nueces, pris.