Es la Reina de Federico

  • César Vidal tras cinco años de exilio: “Me fui porque iban a atentar contra mi domicilio”
    • "La Agencia tributaria española es la más canalla del mundo".
    • "No tengo el más mínimo interés de regresar a España".
    • "La oportunidad (...) se escapó por los intereses personales de Losantos".
26 de diciembre de 2018
Por
Andoni Fernández
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César Vidal vive desde 2013 en Miami. Foto: La Tribuna de España.
podcast ‘La Voz de César Vidal’, le leemos en La Razón y sigue usted hablando y escribiendo sobre la política española. ¿Qué le parece la irrupción de Vox?

R: Comprensible. En todo el mundo se está dando un cambio de paradigma fundamentalmente porque la izquierda ha perdido la cabeza y se define por disparates como la ideología de género o el apoyo a una inmigración descontrolada.

Y porque la derecha ha ido abandonando causas importantes como la defensa de la familia, de la vida o de las fronteras por puro complejo. La reacción de mucha gente es votar a fuerzas nuevas que recogen esas banderas.

P: ¿Ve similitudes entre la formación que lidera Santiago Abascal y Trump?

R: Realmente no porque los sistemas políticos son muy diferentes y la situación de España no es la de Estados Unidos. Pero sí es cierto que hay problemas que presentan paralelos en todo el mundo como la inmigración descontrolada.

O la amenaza que significa para las libertades la ideología de género y que tanto Trump como Abascal están respondiendo a un electorado que no se veía representado en el sistema.

P: Hemos visto que ha rebajado su deuda con Hacienda, ¿cómo está su situación con el fisco?

R: Como yo siempre he pagado hasta el último céntimo de los impuestos que he debido, la acción de la Agencia tributaria contra mi en todo momento me ha parecido un ejercicio de despótica arbitrariedad. No es un juicio aislado. Un experto internacional en derecho fiscal me contaba hace pocos años que la Agencia tributaria española es la más canalla del mundo superando incluso a la argentina de la época de los Kirshner.

Desde luego, yo me resisto a confiar en una entidad cuyos ejecutores este año van a recibir setenta millones de euros de bonus si consiguen recaudar veinte mil millones de euros más de IVA, en un año con menos actividad económica.

A lo mejor los inspectores y subinspectores renuncian a la suculenta tajada porque son ángeles inmaculados, pero se me permitirá que yo no esté muy convencido de esa eventualidad.

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César Vidal en la presentación de ‘No vine para quedarme’. Foto: Youtube.
Se puede pensar lo que se desee, pero la realidad es que la Agencia tributaria pierde más del 51 por ciento de las causas que se ventilan en los tribunales y seguramente perdería más si la gente decidiera resistir y no capitular.

En mi caso, de momento ya he ganado dos procedimientos, pero imagino que esto va a durar años hasta llegar a la conclusión definitiva. Por lo que se refiere a la reducción de la cantidad que Hacienda pretende que le debo, se debe a otra arbitrariedad de la Agencia tributaria.

Tenía que devolverme un dinero y en lugar de hacerlo se la ha embolsado a tenor de una deuda que afirma unilateralmente que existe, circunstancia que yo niego judicialmente.

Creo que mi obligación como ciudadano es defenderme de la arbitrariedad y de los abusos de poder y, sinceramente, creo que es lo que estoy haciendo en el caso de la Agencia tributaria.

Lo que lamento es que muchos que sufren atropellos de la Agencia tributaria no se enfrenten con ellos y prefieran dejarse despojar por eso de no tener problemas. Me temo que en España no existirá una verdadera higienización de la vida pública hasta que varios ministros de Hacienda y sus acólitos en la Agencia tributaria no se sienten en el banquillo.

P: En 2006 llegó a lanzar 22 libros, ¿por qué ahora acumula tres años sin publicar?

R: Ambos datos no son correctos. En el primer caso, se incluyen, por ejemplo, reediciones, ediciones de bolsillo, de club, etc, lo que, para el que no sepa entender los datos, puede dar una sensación de fecundidad que no se corresponde con la realidad.

En el segundo, tampoco es correcto. En los últimos años he seguido publicando, pero en el continente americano que es donde estoy afincado. Sinceramente, el mundo editorial español ha dejado de interesarme y alguna oferta que me han formulado no me ha parecido digna de consideración.

P: Usted es doctor en Historia, ¿por qué cree que los españoles nos avergonzamos de la nuestra?

R: Yo creo que más que vergüenza hay ignorancia. Así se oscila entre dos extremos peligrosos. Por un lado, los que son incapaces de ver lo bueno y se ponen malos al escuchar la palabra España, por otro, los que se niegan a ver lo malo, reflexionar sobre ello y corregir el rumbo.

Este último grupo anda en alza últimamente y no para de gritar ese término mordaza que es “leyenda negra” de la misma manera que otros gritan “machista” u “homófobo” simplemente para no profundizar en la realidad y sacar a la luz la verdad.

Tenemos que estar orgullosos de Cervantes, pero no podemos minimizar la criminal villanía de la expulsión de los judíos en 1492; tenemos que sentirnos orgullosos de nuestros navegantes y exploradores, pero no podemos pretender que la conquista de América fue un reparto de caramelos entre los indígenas.

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César Vidal junto al Dúo Dinámico en Miami. Foto: Twitter Ramón Arcusa.
Cuando todavía en el siglo XVIII el virrey-arzobispo Antonio de Vizarrón ordenaba “exterminar” – literalmente – a los indios “si no quieren reducirse al Evangelio” y tenemos que defender nuestro legado artístico, pero es miserable defender una institución como la inquisición en la que la delación estaba despenalizada, en que no se informaba al acusado de los cargos que había contra él y en que se practicaba sistemáticamente la tortura.

Tenemos que conocer el pasado y decir claramente que hay cosas que mantienen su inmenso valor y otras que han marcado trágicamente nuestra Historia y que deberíamos intentar no repetir. Como esa sana labor no se acomete sigue existiendo un antisemitismo notable en la sociedad española, los españoles se sienten superiores a unos hispanoamericanos que muchas veces son su vivo retrato y, para colmo, se incorpora una mentalidad inquisitorial a casi todo que es terriblemente negativa.

P: ¿Cree que los nacionalismos son viejas cicatrices de la falta de asunción de España como Estado en algunos pueblos (Navarra, que fue tomada por las armas, por ejemplo), o beben directamente del nacionalismo burgués o postcarlismo de finales del XIX?

R: Creo que hay varios aspectos. El primero es que España tiene un problema inicial de no poca envergadura y es que se reunifica como nación no sobre la base nacional sino sobre la base de la religión católica y de la corona.

Partiendo de esa base, al erosionarse la idea monárquica o la práctica católica, la nación entra en una crisis de identidad. No es el caso de muchas otras naciones en que la base de la nación es la nación. El segundo problema es el papel de la iglesia católica en nuestra Historia pariendo, primero, al nacionalismo catalán – en su origen hubo un sacerdote que afirmaba tener visiones de Cataluña – y luego al vasco.

Eliminada la opción teocrática del carlismo, la iglesia católica crea dos movimientos que impidan la consolidación de una España de ciudadanos libres e iguales que pueda cuestionar sus privilegios como, por ejemplo, ha sucedido en Francia. El resultado es desastroso y lo estamos viendo en Cataluña de manera clara como se ha visto antes en las Vascongadas.

Para colmo, la constitución de 1978 – que también tiene sus puntos positivos – aceptó mantener no pocos privilegios y en estas décadas se ha ido no en la dirección de corregir esos errores sino de acentuarlos. Finalmente, hay regiones a las que se ha concedido de manera injusta un trato de favor como es el caso de Vascongadas y en mucha mayor medida de Cataluña.

El costo que ha significado para España la situación privilegiada de Cataluña con cualquier régimen es incalculable. Por ejemplo, fue la auténtica niña mimada del régimen de Franco aunque ahora quiera vender que fue oprimida. No. Oprimida ha sido toda España para beneficiar a las oligarquías catalanas desde el siglo XVIII. Al final, así hemos terminado llegando a la antesala de la vía eslovena en Cataluña.

P: Ha sido usted objeto de críticas por algunos de sus ensayos sobre la Guerra Civil. ¿Sigue creyendo que la comienza la izquierda en el 34 y no lo hace la derecha en el siglo XIX?

R: De críticas y de grandes alabanzas porque, por añadidura, no son ensayos. Stanley G. Payne ha dejado escrito que mi monografía sobre las Brigadas internacionales es “la mejor sobre el tema publicada en cualquier lugar, en cualquier lengua y en cualquier tiempo” o ha señalado que mi libro La guerra que ganó Franco es la “mejor historia militar de la guerra civil española en un volumen”.

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César Vidal durante una charla en Estados Unidos. Foto: Youtube.
Dicho esto, jamás se me ha ocurrido afirmar que la guerra comenzara en 1934 y mucho menos que pudiera comenzar en el siglo XIX. La guerra comenzó en julio de 1936 tras, eso sí, un alzamiento armado contra la república de la izquierda y los nacionalistas catalanes en 1934 y un pucherazo electoral de la izquierda, ayudada por los nacionalistas catalanes y el PNV, en febrero de 1936.

Dicho esto, aborrezco las visiones maniqueas de la guerra civil, primero, porque el fracaso fue colectivo y, segundo, porque ese carácter colectivo negado por unos y otros impide extraer las lecciones debidas de la guerra. Que todavía haya gente que se movilice en España con las mentiras del Frente popular o la hagiografía del franquismo es para romper a llorar.

P: ¿Tiene interés por volver a España en un futuro cercano?

R: Sinceramente, ni el más mínimo. Ni en el cercano ni en el lejano. Si me permite el símil deportivo, yo juego ahora en otra liga y no veo ninguna razón para regresar a la española. Para colmo, España está viviendo una vez más una crisis que parece estar en su ADN histórico y es la de dejar que se le escapen los trenes históricos mirándose al ombligo.

Perdimos la Reforma en el siglo XVI, la Ilustración en el siglo XVIII, las revoluciones liberales en el siglo XIX y cuando parecía que a finales del siglo XX nos habíamos enganchado a la realidad mundial parecemos empeñados en demostrar que fue sólo un espejismo.

Que en un momento en que se discute la hegemonía mundial y unos cambios tecnológicos y demográficos que van a cambiar el planeta, España ande paralizada por unos mindundis racistas en Cataluña o tenga gente que vota a los comunistas a la venezolana de Podemos indica que las cosas van mucho menos que bien y, sinceramente, no me apetece regresar para contemplar el desastre en silla de pista.

P: Una maldad final: ¿Echa de menos a Federico Jiménez Losantos?

R: No creo que la pregunta sea una maldad. Tiene su lógica. No lo echo de menos, pero, ocasionalmente, sí recuerdo que hubo muy buenos momentos en que compartimos trinchera y otros no tan buenos en que discrepamos sobre cómo debe orientarse un grupo de medios.

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César Vidal en su etapa en esRadio junto a Losantos y Herrero. Foto: Libertad Digital.
Los buenos recuerdos superan con mucho a los que no lo son y reconozco que, en ocasiones, cuando evoco algunos episodios suelo hacerlo con una sonrisa, cuando no con una carcajada. Creo que existió una oportunidad de crear algo importante y que esa oportunidad, al fin y a la postre, se dejó pasar por cuestiones personales de Federico.

Simplemente, sucedió como con tantas cosas en la vida y, al menos en mi, aquellos años no han dejado amargura, resentimiento o malestar sino una memoria grata de lo que no volverá.

Comentarios
Gracias Eleonora, interesante entrevista.
 
César Vidal avala “La gran traición”: “Losantos sufrió un creciente proceso de deterioro mental”

13/02/2019 Redaccion Comunicación, Destacados 0

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César Vidal, en el estudio de Es.Radio. /Foto: periodistadigital.com.
Redacción.

Reproducimos íntegro el post que ha publicado César Vidal en su blog cesarvidal.com en el que avala la seriedad de la investigación realizada por Enrique de Diego en su libro “La gran traición: Federico Jiménez Losantos apuñala a César Vidal en Es.Radio” (Amazon). En este texto lleno de interés y clarificador, César Vidal afirma que “Losantos sufrió un proceso de deterior mental creciente”.

Acaba de publicarse un libro titulado La gran traición cuyo autor es Enrique de Diego. El texto está teniendo un éxito extraordinario y, al segundo día de su aparición, ya estaba en el puesto número 1 de los libros de periodismo en Amazon. En su conjunto, el libro fue saliendo por entregas en Rambla Libre y de allí me comenzó a llegar procedente de los sitios más diversos del globo. Quiero decir que lo mismo alguien de Bilbao, de Perú o de Estados Unidos me enviaba un capítulo en cuestión con o sin comentario. Debo reconocer que a mi lo que le pase a Federico Jiménez Losantos dejó de interesarme hace tiempo, pero cuando vi cómo se desgranaban los datos relacionados con la contabilidad de Libertad Digital y cuando empezaron a aparecer referencias a episodios que yo viví en primera persona cobré un interés que se convirtió en creciente. Durante estas semanas, han sido muchísimas personas las que me han preguntado por la veracidad de lo relatado, pero me he negado a realizar ninguna declaración pública hasta que ha terminado la publicación y, finalmente, la he leído como libro.

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“No he detectado ningún hecho que no se corresponda con la realidad”

De entrada tengo que decir que, hasta donde yo puedo intuir, el texto está basado en fuentes diversas, abundantes y fidedignas. Alguna la conozco, alguna la imagino y varias las ignoro. En cualquier caso, no he conseguido detectar en una primera lectura ni un solo hecho que, hasta donde yo sé, no se corresponda con la realidad. El autor es muy generoso conmigo, pero más allá de esa muestra de benevolencia inmerecida, me inclino poderosamente a creer que los hechos que yo no conozco de primera mano son absolutamente reales y así lo creo partiendo de la base de aquellos de los que sí tengo conocimiento directo. Resumiendo, puedo afirmar que Enrique de Diego ha realizado una labor de investigación muy rigurosa y exacta.

Cuando en 2013 abandoné Es.Radio tenía decidido que todo lo sucedido era agua pasada y que no me iba a mover ningún molino. En mis memorias – No vine para quedarme – toqué el tema, pero muy de pasada y además con mucha y buscada benevolencia. Como diría Roberto Centeno en la presentación del libro al respecto, fui “más tierno que el día de la madre” al tratar personas y situaciones. No me arrepiento de haberlo hecho y sigo creyendo que es lo que debía hacer entonces.

Insisto: todo lo que se cuenta en el libro acerca de mí es cierto aunque es verdad que acontecieron episodios no menos graves de los narrados y que casi todas las vivencias fueron mucho peores de cómo las relata Enrique de Diego.

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Pedro J Ramírez y Cruz Sánchez de Lara, afán de protagonismo. /Foto: gtreo.
Tejemanejes en la contabilidad de Libertad Digital

A todo lo anterior he de añadir que he aprendido muchas cosas que desconocía – pero que no me sorprenden – como lo que De Diego califica de “tejemanejes” en la contabilidad de Libertad Digital o la implicación de Pedro J en la ideología de género o el papel que su esposa tiene en ese tema. También me he visto empujado a reflexiones que no me había formulado jamás. Por ejemplo, en uno de los capítulos el autor se pregunta retóricamente si Federico Jiménez Losantos habría abandonado la COPE en caso de que el despedido hubiera sido yo y él, la persona que recibió la oferta de quedarse dos años más. La pregunta se responde por si sola, pero confieso que nunca la había pensado. Gracias a De Diego, he captado que no existe la menor duda de que Federico Jiménez Losantos no habría hecho jamás por mi lo que yo hice por él y de que en tan sencilla cuestión se comprende todo lo sucedido durante años. A decir verdad, no creo que Federico Jiménez Losantos fuera capaz jamás de hacer por cualquiera de los que lo han considerado su amigo la décima parte de lo que hayan podido hacer por él.

De aquella época que se extendió durante algo más de una década no conservo ni resentimientos ni rencores aunque sí muchos recuerdos. En algunos casos, son recuerdos muy hermosos como cuando le dimos batalla a ZP y fuimos, como señalaría en uno de sus libros Stanley G. Payne, la única oposición que tenía delante tras los atentados del 11-M. En otros, se trata de la constatación de que lo que pudo ser y no fue.

“Quiso volar con alas de cera hacia el sol y cayó en picado hacia el mar”

Personalmente y visto con el paso del tiempo, yo creo que Federico Jiménez Losantos fue sufriendo un proceso creciente de deterioro mental. El Federico Jiménez Losantos que yo conocí al frente de La linternay con el que comencé a colaborar era cercano, simpático, ocurrente y muchas veces certero. En aquellos años, Federico Jiménez Losantos fue el número 1 de la radio matinal aunque el EGM se negara a reconocerlo. Ese Federico murió en la última etapa de COPE en que lo acosaron salvajemente en episodios que él mismo relató en El linchamiento, en que lo abandonaron los amigos del PP – para que te fíes de los amigos y no corras – y en que, por encima de todo, comenzó a creerse omnipotente sin percatarse de que acabaría chocando con la realidad de que su poder era más que limitado. En aquel entonces, al frente de La mañana, Federico Jiménez Losantos llegó a creer no sólo que podía encaminar la COPE y encauzar al PP de acuerdo a sus preferencias sino que además podía hasta decidir quién sería el presidente de la Conferencia episcopal. Quiso volar hacia el sol con alas de cera y cayó en picado hacia el mar. También es verdad que la causa real fue que jamás estuvo dispuesto a escuchar a nadie que no le dijera lo que ansiaba oír. Yo mismo tuve que soportar a un Javier Rubio gritando en mi despacho – la única vez que lo vi levantar la voz – porque Federico Jiménez Losantos no se daba cuenta de que lo iban a echar de COPE y sin el apoyo de COPE, Libertad Digital no tenía nada que hacer.

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César Vidal. /Foto: youtube.com.
Losantos quiso ceder la licencia de radio a cambio de poder seguir en la COPE

De su despido de COPE en nada buenas condiciones pareció no verse hundido porque Esperanza Aguirre – quizá aquejada por la mala conciencia de no haberlo apoyado en el juicio de Gallardón – le otorgó una concesión de radio en Madrid. Sin embargo, Federico Jiménez Losantos estaba irreparablemente tocado. Aquella concesión – yo estaba delante – se la ofreció a COPE en un último intento de no verse arrojado del paraíso. El ofrecimiento no tenía la menor posibilidad de éxito porque los obispos sólo deseaban perderlo de vista cumplido su papel de tonto útil y emisoras les sobraban. Durante la última temporada, no dejé de recibir insistentes advertencias de que me quedara en COPE. Una persona – a la que quise llevar como subdirectora – me dijo que conmigo se iría a Es. Radio, pero que no iba a hacerlo porque no se fiaba nada de la gente que rodeaba a Federico Jiménez Losantos – mujer sabia – y otra me advirtió de que yo era más amigo de Federico que Federico de mí. Ambas tenían sobrada razón, pero para mí la amistad estaba por encima de esas consideraciones.

“Federico Jiménez Losantos siempre soñó con volver a COPE”

Durante los años siguientes, yo siempre tuve más que claro que Es.Radio se podía consolidar como un gran proyecto liberal, pero que para ello era necesario creerse el proyecto y gestionarlo bien. A estas alturas, me temo que salvo algunos empleados de nivel no-directivo, algunos oyentes y yo nadie lo creía. Federico Jiménez Losantos siempre soñó con volver a COPE – espero que con el último contrato de Carlos Herrerase haya dado cuenta de lo imposible de esa esperanza – Luis Herrero lo intentó infructuosamente y otros personajes menores salvo para su capacidad de hacer daño se postularon en radios y televisiones sin que nadie quisiera emplearlos.

Lo que sucedió en aquellos años fue un proceso continuado y creciente de deterioro de Federico Jiménez Losantos. Seguía siendo mordaz y combativo, pero carecía de fuentes nacionales – en el PP lo aborrecían y ya podemos imaginar lo que pensaban de él en otros lugares – y en el plano internacional, tenía una ignorancia proverbial. Ocasionalmente, me pasan resúmenes de sus programas y más allá de que ETA es mala, el nacionalismo catalán es perverso y el comunismo criminal – tres verdades difíciles de negar – no acierta casi nunca en sus análisis por la sencilla razón de que no sabe de casi nada. Especialmente cuando se pone a hablar de política internacional – más allá de atacar a la dictadura cubana o de insultar a Maduro– desconoce el terreno que pisa y hace el ridículo a cada instante pontificando sobre la Casa Blanca, Rusia, China e incluso la Unión Europea sin tener ni lejana idea de lo que está hablando.

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César Vidal y Roberto Centeno. /Foto: larazon.es.
“Descubrí con profundo dolor que Losantos no era independiente sino muy dependiente”

Todo esto no lo colocaría mal en la lista de los periodistas españoles – ignorante, pero combativo – si hubiera mantenido la independencia. En Es. Radio descubrí con profundo dolor que Federico Jiménez Losantos no era independiente sino muy dependiente. El episodio de “mata a Centeno” – relatado muy acertadamente por de Diego – es una clara muestra de lo que digo. Federico Jiménez Losantos se inclinaba ante los anunciantes como los cortesanos más serviles ante el déspota y era lógico que así fuera porque de esa actitud sumisa dependía su futuro y el de sus paniaguados.

Los dos últimos años de trabajo en Es.Radio constituyeron para mi un verdadero infierno que supera con mucho las descripciones escrupulosamente exactas de Enrique de Diego. Antes de que empezara la última temporada recibí dos ofertas millonarias para dejar aquel lugar. La primera, en Estados Unidos, era un contrato radiofónico de un millón de dólares por temporada; la segunda incluía un ofrecimiento de matrimonio. Ambas las comenté con Federico Jiménez Losntos porque, a diferencia de él y de sus acólitos que hacían lo que querían sin referir lo más mínimo, yo nunca le oculté nada que pudiera afectar a la marcha de la radio. Cuando Javier Somalo conoció la primera me preguntó con cara de sorpresa por qué la había rechazado. Estuve tentado de responderle que porque, a diferencia de él, en mi pesaban más que el dinero otras consideraciones.

Una oferta de matrimonio multimillonaria

La segunda es una de esas historias conmovedoras que me ha tocado vivir. Una amiga, escritora, inteligente y muy bella, me ofreció un día casarme con ella añadiendo que tenía dieciséis millones de dólares y que podría retirarme y vivir juntos donde quisiera. Un día, aquella hermosa mujer vino a una firma conjunta que teníamos Federico Jiménez Losantos y yo a recogerme y aproveché a contarle el ofrecimiento a Federico Jiménez Losantos. Se puso blanco como el papel y, temiendo que le pasara algo, me apresuré a decirle que había declinado la posibilidad. Incluso me permití señalar que no había razones para aceptarla – yo no estaba enamorado y no se me ocurriría contraer matrimonio con alguien sin estarlo – entonces Losantos me espetó: “Había dieciséis millones”. No le di importancia a aquello y sin embargo, debía haberme percatado de que tanto Somalo como Federico Jiménez Losatnos estaban dejando de manifiesto quiénes eran realmente. Yo me quedaba en Es.Radio pudiendo irme porque había decidido darle un año más al proyecto esperando – ingenuamente – que las cosas cambiaran. Ellos no lo hubieran hecho jamás de encontrarse en mi situación.

Así, en contra del consejo de mi hija – que intuía mi estado y tenía toda la razón al decirme que me fuera – permanecí una temporada más en Es. Radio. Fue una grave equivocación porque la conducta miserable y continúa sufrida en aquel lugar había ido minando mi salud – nunca la he vuelto a recuperar como la tenía antes del inicio de aquella aventura – hasta el punto de colocarme, según me dijeron dos especialistas, al borde de la muerte. Si me hubiera pasado entonces algo, mi hija hubiera quedado desamparada porque estoy seguro de que Federico Jiménez Losantos no habría hecho absolutamente nada por ella. Ahí reconozco que me equivoqué y que corrí un riesgo que nunca debía haber asumido. El sentido del deber, la lealtad y la amistad pesaron más que el sentido común y bien que lo siento aunque le doy gracias a Dios porque preservó mi vida.

Cuando escribí a Federico Jiménez Losantos la famosa carta de inicios del verano de 2013 intentando que cambiara su conducta había sufrido indeciblemente a lo largo de una última temporada en la que no dejé de encontrarme bajezas y traiciones casi a diario. No voy a hablar de toda aquella galería de los horrores de los que Enrique de Diego cuenta algunos. Sí puedo decir que con aquella misiva dirigida a Federico Jiménez Losantos – y a Recarte que tampoco contestó jamás – quemé mi último cartucho. Pensaba entonces que, quizá, el rumbo se podía corregir. Federico Jiménez Losantos no tuvo ni el valor, ni la hombría, ni la amistad ni la vergüenza de ponerse en contacto conmigo para dirimir el asunto. Envió en su lugar a Luis Herrero. Cuando le dije que pensaba que Es.Radio era posible económicamente, Luis Herrerome dijo con el rostro pintado por la sorpresa: “¿De verdad lo crees?” Estuve a punto de decirle que, a diferencia de él, yo sí lo creía, pero me contuve y me limité a contestarle afirmativamente. Ya sólo me quedaba marcharme y lo hice con una enorme tranquilidad.

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César Vidal, Federico Jiménez Losantos y Luis Herrero. /Foto: prnoticias.com.
Después de mi marcha, la purga stalinista que soportaron personas mucho mejores que los que se quedaron fue inenarrable. Miquel Rosselló – una de las personas más decentes, honradas y profesionales que he conocido a lo largo de toda mi vida – sí contó su peripecia y Enrique de Diego, muy acertadamente, la ha recordado. Podrían sumarse los testimonios, entre otros, de los arrojados a las tinieblas externas como Javier Rubio, Lorenzo Ramírez y su esposa, de Fernando Díaz Villanueva o de Galyna Kalinnikovapor no referirme a los colaboradores con Centeno a la cabeza.

En la aventura losantiana, perdí muchísimo dinero – seguir las recomendaciones económicas de Federicoes una de las mayores estupideces en que se puede incurrir – mi salud salió maltrecha y, especialmente, se me fue tiempo que podría haber dedicado a cosas más útiles. Pero no me arrepiento de lo que hice como no me arrepiento de haberle acompañado cuando lo despidieron de COPE. Yo hice lo que tenía que hacer en cada momento. Es problema de quienes no estuvieron ni de lejos a la altura de las circunstancias, si nunca supieron lo que era la amistad, si sólo les importó mantener su chiringuito o si no podían soportar las mordeduras de la envidia sin echar espumarajos por la boca. Federico Jiménez Losantos perdió unamigo leal que había sacrificado mucho por esa amistad. Yo no perdí nada, absolutamente nada, que tuviera un mínimo valor humano y de paso, recuperé mi libertad.

Libertad Digital es un proyecto muerto

Ya a mediados de 2013 no me importaba un higo como pudiera comportarse Federico Jiménez Losantosvendido a esas empresas cuyos contratos publicitarios podían exigir, por ejemplo, matar a Centeno. Tampoco me importa que a estas alturas Libertad Digital sea un proyecto muerto porque carece de alma, porque su contabilidad da escalofríos y porque depende de arrodillarse ante el poder para pagar las nóminas. Lo que me preocupaba y me preocupa que es mantenerme íntegro pasaba entonces por salir de Libertad Digital si no había cambios y ahora por no dedicarle ni un minuto a partir de la publicación de este post.

Sólo este libro de Enrique de Diego me ha sacado de esa tónica de casi seis años y lo ha hecho porque es un homenaje sólido y documentado a la firme integridad de gente muchas veces desconocida y un torpedo lanzado contra la línea de flotación de aquellos que quizá nunca han sabido que es la honradez, que han instrumentalizado en beneficio propio la amistad y las ilusiones de la gente y que el día menos pensado pueden dar con sus huesos en la cárcel por gestiones económicas oscuras.

Pero los caminos del Señor son inescrutables como debieron pensar aquellos hermanos envidiosos de Joséque lo vendieron como esclavo y que, pasado el tiempo, volvieron a encontrárselo convertido en la mano derecha del faraón. Si los envidiosos y servilones de Es.Radio que no dejaron de arremeter contra mi no hubieran extremado tanto su vileza quizá yo no me habría marchado de España el día siguiente a mi despedida harto de ellos y entonces una bomba que llevaba mi nombre escrito hubiera segado mi vida. Ahora vivo feliz en otro país, en otro tiempo y en otras circunstancias. Todo ello es impagable y vale mucho más que aquellos años. Sí, ciertamente, los caminos del Señor son inescrutables.
 
César resulta ahora tan aburrido, me acuerdo de sus tiempos de todologo en la radio, sabia de todo, era presuntuoso hasta la nausea, yo pasé a detestarle... menos mal que se lo van a quedar en Miami o donde sea que este, aqui la verdad estamos sobrados de pirados y de odiadores de lo español... que reciba la paz que merezca---
Es un tipo muy inteligente, muy leído, muy preparado y que sabe muy bien lo que dice, y no digamos como se expresa, da gusto escucharle. Eso me gusta de él, y otras no tanto.
 
César Vidal salió de esRadio de muy mala manera y respira por la herida. Que conste que por soplo, rumores o información que me llegó en su día (calificadlo como queráis pero es cierto) él también tuvo su parte de culpa en que la situación fuera insostenible. No es tan claro como él lo cuenta. Y diga lo que diga sus ventas de libros han caído en picado.
 
Los medios golpistas
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  • 1 MAR. 2019 01:42
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Antonio García Ferreras, director de 'Al Rojo Vivo', de La Sexta.
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"Si la Transición tuvo La Clave, el procés ha tenido Al rojo vivo", dijo Gemma Nierga en la presentación de su libro-homenaje a Jordi Cuixart escrito a petición del golpista y el Òmnium (Odium) Cultural, organización de masas del separatismo xenófobo. La ex estrella de la Ser acompañada por el Politburó de La Sexta y la Ser -Ferreras, Pepa Bueno, Jordi Évole y sus respectivas cuadrillas- insistió en que el procés "ha sido lo que ha contado Antonio a través de Al rojo vivo, porque, fuera de Cataluña, en televisión, en pocos medios veíamos lo que allí estaba ocurriendo". La inspiración de Cuixart, acaso culpable de la sesera calcinada que exhibió en el juicio, son ellos: Antonio, Pepa y Jordi, o sea, Ferreras, Bueno y Évole.

Nierga lo explicó así: "Habla de Ferreras muy a menudo a lo largo del libro. He tenido que quitar alguna alusión a Ferreras. Digo: 'Jordi, no sé si le haces un favor'... 'Mi amigo Ferreras'. Cuixart sube a la celda después de comer y ve a Ferreras. Se sienta y ve a Ferreras". Pero el jefe de informativos de la Ser que, inventando noticias como la de los "terroristas islámicos suicidas con tres capas de calzoncillos", provocó el cerco a las sedes del PP en la jornada de reflexión el 13-M de 2004 (creo que cercando la de Córdoba conoció Nierga a su marido) no es la única deidad intelectual de Cuixart, que para García Domínguez es el típico charnego acomplejado por sus orígenes. Sobre Bueno y Ferreras, a Cuixart le inspira El Fogonero de Maduro, modelo de tratar a tiranos que, de imitarlo Jorge Ramos, nunca habría sido expulsado del Club Gourmet Tres comidas diarias. Dice Nierga que Pepa Bueno nunca sabrá lo que ha hecho por Cuixart. Yo creo que sí. Y que, apenas entró en la cárcel, "me empezó a hablar de Évole: 'Évole hizo, Évole me dijo, Évole me hizo pensar'. Pidió que estuviera en la presentación del libro; y éste, conmovido, accedió".

Nierga se confesó "enamorada" de Cuixart, "una buena persona", "interesante" y "culto". ¿Tanto como Junquerasdoctor cum fraude? Lo de que no pudo con el bachillerato será calumnia de Inés o exceso de lecturas. ¡Ah! Y el tío que vimos con un megáfono pateando el techo de un coche de la Guardia Civil seguía ejerciendo de monitor de esplai o motivador infantil. Como sus ídolos intelectuales, impunes publicistas del golpe de Estado
 
Yo he dejado de escuchar a J. Losantos no lo encuentro periodismo lo suyo sino mas bien adoctrinamiento.
yo le he escuchado decir, cuando se le calienta la bocay contesta a aquellos que le critican por su modo de adoctrinar, que el no hace periodismo, que el crea opinión
yo se lo he oído decir a el, tal cual
osea, si
es consciente de ello y no sólo no lo oculta sino que alardea de ello
lo malo es que sabe, es consciente de que muchas veces miente y exagera hasta llegar a emntir de modo que la gente que le escucha termina por creerle en cierto modo y se quedan con la idea y punto
y es lo que el busca,ni más ni menos
es un veleta, por mucho que se meta ahora con el veleta de Rivera, el mismo ha ido volteando según sus intereses
yo no le tengo respeto alguno, de hecho me da pena que una persona así tenga audiencia, no hay mucha diferencia entre lo que el hace con los programas de tele basura, en el sentido de que buscando cierto sensacionalismo con los motes que pone o los insultos que dedica, pues a la gente le hace gracia y así le escuchan
 
A mí nunca me gustó demasiado. Me parece un quiero y no puedo. Es solo mi opinión. Leído y preparado también es Fedequico...
Entre los dos yo tambien me quedo con Federico y con todos de los de Esradio. Ademas Cesar Vidal habla como el tipico puritano protestante,siempre me ha dado la sensacion que tenia cierto desprecio por nuestra cultura como si fuese de vagos catolicos. Y todo lo Yankee lo mejor. Pues hace bien de estar alli, si se siente mas identificado. No es mal periodista, pero tiene aires de grandeza,me da esa sensacion.
 
A Federico le hemos pillado mintiendo en infinidad de ocasiones
Un monton! Lo que pasa que
Yo he dejado de escuchar a J. Losantos no lo encuentro periodismo lo suyo sino mas bien adoctrinamiento.
Se nota que fue comunista,tiene esa parte sectaria que no tiene Dieter o Luis Herrero. Pero es verdad que es mas gracioso e ingenioso
 
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