El Rey Felipe y su papel en la formacion del Gobierno

¿También?:eek::eek::eek::eek::eek:
Tiene que tener una depresión de narices, y el yayo le va a dar una somanta de hos..as que se le está escapando el reino...
Yo me metería en la cama y no saldría. La herencia perdida. Esto es peor que la derrota de la Armada Invencible, y no puede ser verdad... que son reyes de Navarra, príncipes de Girona y señores de Balaguer.
 
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DESAFÍO SOBERANISTA
¿Pudo Felipe VI hacer un 'balduino' con Puigdemont?
La Constitución obliga al rey a firmar el nombramiento del nuevo president. Sólo el Gobierno puede evitarlo.

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El rey Felipe durante el discurso de Navidad. Casa Real

ANA ROMERO @anaromerogalan
13.01.2016 02:33 h.

Entraba Juan Carlos I el jueves 12 de mayo de 2005 en la embajada de España en Roma cuando una periodista le espetó: “¿Qué hará con la carta de los obispos?”. La respuesta del rey fue breve pero se entendió perfectamente: “Yo soy el rey de España, no el de Bélgica [sic]”.

Quería decir don Juan Carlos que él iba a sancionar la ley del matrimonio homosexual a pesar de que la Iglesia católica había mostrado públicamente su desacuerdo con ella. En 2005, casi el 70% de los españoles apoyaba el matrimonio entre personas del mismo s*x*, pero el Gobierno de Zapatero provocó un furioso debate nacional.

Por ello trajo a colación Juan Carlos I el caso del rey Balduino de los belgas (1930-1993), quien en abril de 1990 abdicó apenas un día y medio para no tener que firmar la ampliación de la ley del aborto propuesta por su Gobierno. Balduino de Sajonia-Coburgo-Gotha, casado con la española Fabiola de Mora y Aragón, era profundamente católico y por eso pactó con el Ejecutivo esa abdicación por un día. Su conciencia se lo exigía y la legislación belga se lo permitía.

Balduino acordó con el Gobierno belga una “abdicación táctica” que en España sería imposible, según los expertos constitucionalistas consultados y según fuentes de la Casa del Rey. Ello, a pesar de que este martes se hayan oído voces sugiriendo que Felipe VI podía o debía haberse opuesto al nombramiento de un presidente autonómico, Carles Puigdemont, cuyo objetivo declarado es la creación de una república catalana.

La situación es inédita en España: el jefe del Estado tiene que sancionar el nombramiento de un presidente autonómico cuya misión es acabar con el estado que ese monarca representa.

CINTURON CONSTITUCIONAL
La Constitución española, en sus artículos 62 y 91 establece la obligación del rey de sancionar las leyes y, según las fuentes consultadas, “el acto de la sanción es un acto debido” por lo que si Felipe VI siente una enorme “repugnancia” ante lo que está haciendo, “esa discrepancia” con el texto sólo puede encontrar lugar en su “conciencia interna”. En otras palabras, Felipe VI carece de “margen de maniobra” para oponerse a firmar un decreto como el de este lunes 11, posiblemente uno de los más difíciles de su aún corto reinado.

En el “disparatado” supuesto de que Felipe VI hubiera querido hacer un balduino con Puigdemont, la Constitución impide llegar a ese pacto de abdicación por un día con el Ejecutivo: en España, como sucedió en el caso de Juan Carlos I, es necesaria una Ley Orgánica para abdicar, según la establece la Carta Magna en su artículo 57.

Constitucionalmente, le queda a Felipe VI la opción que el Gobierno le pida que no sancione una ley. Esto, según las fuentes consultadas, un “disparate legal” mayor que el anterior: el Ejecutivo tendría que impugnar jurídicamente la investidura de Puigdemont antes de pedirle al rey que no la sancione. Que el Tribunal Constitucional haya declarado nulo el proyecto soberanista de Puigdemont no quiere decir que su investidura no sea “intachablemente” legal, añaden las fuentes.

Con este cortapisas constitucional se entiende mejor la decisión del rey, este lunes 11, de no recibir en La Zarzuela a Carme Forcadell, la presidenta del Parlament, según las fuentes consultadas. Existen precedentes suficientes para explicar que no lo hiciera, pero ahí queda un gesto que la Constitución no impide: la ausencia de fotografía de Felipe VI con Forcadell, emisaria de un embrión de república catalana.
 
Algún rey ha dado la talla? De casta le viene al galgo.

La carga de los tres reyes
"Fue entonces cuando Alfonso VII, visto el panorama, desenvainó la espada, hizo ondear su pendón, se puso al frente de la línea de reserva, tragó saliva y volviéndose al arzobispo Jiménez de Rada gritó: «Aquí, señor obispo, morimos todos». Luego, picando espuelas, cabalgó hacia el enemigo. Los reyes de Aragón y de Navarra, viendo a su colega, hicieron lo mismo. Con vergüenza torera y un par de huevos, ondearon sus pendones y fueron a la carga espada en mano. El resto es Historia: tres reyes españoles cabalgando juntos por las lomas de Las Navas, con la exhausta infantería gritando de entusiasmo mientras abría sus filas para dejarles paso. Y el combate final en torno al palenque, con la huida de Al Nasir, el degüello y la victoria.
Visita de Alfonso XII a los colericos
Así que una mañana del mes de julio, ”supo Madrid con sorpresa que S.M., sin avisar anticipadamente a su familia ni al Gobierno, y sin más compañía que la de uno de sus ayudantes, se había trasladado al Real Sitio de Aranjuez, para visitar los hospitales y cuarteles”. El Rey se dijo: “había sido impulsado por un sentimiento generoso irresistible”. La Familia Real y el jefe de Gobierno, supieron de la noticia gracias a una carta del Rey, entregada después de su partida, rápidamente la misiva circuló por los cenáculos políticos, y más tarde fue de dominio público. A continuación los políticos, que suspendieron las sesiones parlamentarias, y miles de madrileños, se dispusieron ofrecerle una calurosa bienvenida tras su emotiva y osada acción en la ciudad arancetana. Los madrileños le tributaron, relatan las crónicas, “una entusiasta y espontánea ovación”.
La prensa ensalzó el episodio de forma unánime: “Su visita inesperada a los coléricos de Aranjuez fue comprendida y apreciada por los que tienen corazón; no disminuiremos aquella acción laudable con encarecimientos hiperbólicos, diremos solamente lo que repetían aquella tarde las gentes del pueblo comentando la noticia: Está bien hecho”
Si querida Amadis muchos han dado la talla
 
La carga de los tres reyes
"Fue entonces cuando Alfonso VII, visto el panorama, desenvainó la espada, hizo ondear su pendón, se puso al frente de la línea de reserva, tragó saliva y volviéndose al arzobispo Jiménez de Rada gritó: «Aquí, señor obispo, morimos todos». Luego, picando espuelas, cabalgó hacia el enemigo. Los reyes de Aragón y de Navarra, viendo a su colega, hicieron lo mismo. Con vergüenza torera y un par de huevos, ondearon sus pendones y fueron a la carga espada en mano. El resto es Historia: tres reyes españoles cabalgando juntos por las lomas de Las Navas, con la exhausta infantería gritando de entusiasmo mientras abría sus filas para dejarles paso. Y el combate final en torno al palenque, con la huida de Al Nasir, el degüello y la victoria.
Visita de Alfonso XII a los colericos
Así que una mañana del mes de julio, ”supo Madrid con sorpresa que S.M., sin avisar anticipadamente a su familia ni al Gobierno, y sin más compañía que la de uno de sus ayudantes, se había trasladado al Real Sitio de Aranjuez, para visitar los hospitales y cuarteles”. El Rey se dijo: “había sido impulsado por un sentimiento generoso irresistible”. La Familia Real y el jefe de Gobierno, supieron de la noticia gracias a una carta del Rey, entregada después de su partida, rápidamente la misiva circuló por los cenáculos políticos, y más tarde fue de dominio público. A continuación los políticos, que suspendieron las sesiones parlamentarias, y miles de madrileños, se dispusieron ofrecerle una calurosa bienvenida tras su emotiva y osada acción en la ciudad arancetana. Los madrileños le tributaron, relatan las crónicas, “una entusiasta y espontánea ovación”.
La prensa ensalzó el episodio de forma unánime: “Su visita inesperada a los coléricos de Aranjuez fue comprendida y apreciada por los que tienen corazón; no disminuiremos aquella acción laudable con encarecimientos hiperbólicos, diremos solamente lo que repetían aquella tarde las gentes del pueblo comentando la noticia: Está bien hecho”
Si querida Amadis muchos han dado la talla

Reconozco la primera cita, la de Alfonso VII, de uno de los artículosde un escritor que me gusta mucho sobre la Historia de España. Buena elección Lee, el Sr. Pérez-Reverte sabe de lo que escribe
 
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La carga de los tres reyes
"Fue entonces cuando Alfonso VII, visto el panorama, desenvainó la espada, hizo ondear su pendón, se puso al frente de la línea de reserva, tragó saliva y volviéndose al arzobispo Jiménez de Rada gritó: «Aquí, señor obispo, morimos todos». Luego, picando espuelas, cabalgó hacia el enemigo. Los reyes de Aragón y de Navarra, viendo a su colega, hicieron lo mismo. Con vergüenza torera y un par de huevos, ondearon sus pendones y fueron a la carga espada en mano. El resto es Historia: tres reyes españoles cabalgando juntos por las lomas de Las Navas, con la exhausta infantería gritando de entusiasmo mientras abría sus filas para dejarles paso. Y el combate final en torno al palenque, con la huida de Al Nasir, el degüello y la victoria.
Visita de Alfonso XII a los colericos
Así que una mañana del mes de julio, ”supo Madrid con sorpresa que S.M., sin avisar anticipadamente a su familia ni al Gobierno, y sin más compañía que la de uno de sus ayudantes, se había trasladado al Real Sitio de Aranjuez, para visitar los hospitales y cuarteles”. El Rey se dijo: “había sido impulsado por un sentimiento generoso irresistible”. La Familia Real y el jefe de Gobierno, supieron de la noticia gracias a una carta del Rey, entregada después de su partida, rápidamente la misiva circuló por los cenáculos políticos, y más tarde fue de dominio público. A continuación los políticos, que suspendieron las sesiones parlamentarias, y miles de madrileños, se dispusieron ofrecerle una calurosa bienvenida tras su emotiva y osada acción en la ciudad arancetana. Los madrileños le tributaron, relatan las crónicas, “una entusiasta y espontánea ovación”.
La prensa ensalzó el episodio de forma unánime: “Su visita inesperada a los coléricos de Aranjuez fue comprendida y apreciada por los que tienen corazón; no disminuiremos aquella acción laudable con encarecimientos hiperbólicos, diremos solamente lo que repetían aquella tarde las gentes del pueblo comentando la noticia: Está bien hecho”
Si querida Amadis muchos han dado la talla
 
Reconozco la primera cita, la de Alfonso VII, de uno de los artículosde un escritor que me gusta mucho sobre la Historia de España. Buena elección Lee, el Sr. Pérez-Reverte sabe de lo que escribe
Casado en segundas nupcias con la archiduquesa austriaca María Cristina de Habsburgo en 1879, el rey se encaprichó poco después de otra cantante, la italiana Adela Borghi, apodada la Biondina. Ésta, a diferencia de Elena Sanz, era muy indiscreta y alardeaba de ostentar la llamada privanza regia, a la vez que importunaba a los ministros y otras autoridades con exigencias, recomendaciones y negocios.

Los amoríos de Alfonso XII eran conocidos hasta por la embajada francesa, según consta en los archivos del Estado francés.

María Cristina de Habsburgo no estaba dispuesta a soportar semejantes humillaciones mientras cumplía su obligación de parir los hijos del rey. Más de una vez amenazó con marcharse de España si Alfonso XII no rompía con la Biondina.

Para zanjar el asunto, Cánovas, que entonces había vuelto a desempeñar la presidencia del Gobierno (diciembre de 1879-febrero de 1881), obró por las bravas. Ordenó al ingeniero Jesús Elduayen, entonces gobernador civil de Madrid, que se presentase en el domicilio de la cantante con la orden de que hiciese el equipaje y saliese de España. Elduayen irrumpió en la casa de Adela Borghi, la metió en un vagón del tren a Irún y la colocó bajo la vigilancia de dos policías.

La expulsión, que enseguida se conoció en todo Madrid, fue efectiva, aunque dejó en el rey el deseo de la venganza con quien se había limitado a obedecer al presidente del Gobierno, y que además había sido uno de los escasísimos partidarios públicos de la restauración borbónica que habían quedado después de la revolución de 1868. En las Cortes Constituyentes de 1869, Elduayen formaba junto con Cánovas y otros cinco diputados el reducido grupo alfonsino.
Veto real a un ministro

En enero de 1884 Canovas regresó a la presidencia después de un Gobierno de José Posada Herrera. En la lista de ministros que el conservador llevó a Alfonso XII aparecía Elduayen como ministro de Estado (Asuntos Exteriores), el puesto más importante en el protocolo después del de presidente. El rey trató de deshacerle a Cánovas el Gobierno, pero éste le recordó que según la Constitución el veto real supondría que él se sentiría desautorizado y no sería presidente. Es decir, Cánovas le explicó a Alfonso XII que, de acuerdo con la Constitución, el Gobierno sería suyo, no del monarca.
Como cuenta el historiador Melchor Fernández Almagro,
el rey tuvo que aceptar la lista que le presentaba el nuevo presidente del Consejo, firmando los correspondientes Reales decretos, no sin murmurar: "Al que no quiere caldo, taza y media".
Por desgracia en estos años no ha habido ningun Canovas que haya recodado al rey sus deberes
 
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Qué Dios me perdone.

Pero Leoncio me recuerda a una cumbia muy popular en los años 90 aquí en Latinoamérica, del grupo argentino Commanche.
No sé si habrá sonado en España pero en Latinoamérica fue un clásico de muchas fiestas y de muchos hombres mandoneados... porque de eso trata el tema, de un hombre mandoneado por su mujer. Repite lo mismo todo el rato y no es para nada "royal" pero tiene buen ritmo el tema jajajajajaja


Mucho me gusta a mi la cumbia....
 
Felipe de Borbón carece de carisma pero tampoco hace nada para remediarlo.
Nos lo vendieron como un Rey preparado .... comparado con quién?
Se nota que nunca ha salido ni tiene intención de salir de su zona de confort y así le va .
Comparado con sus hermanas .
La más lista está sentada en el banquillo por pasarse de lista .
Les viene en los genes
 
¿Sabes qué, Vieira? Aunque nos dé esa impresión me pregunto si, teniendo todo el poder, tendría los eggs de TOMAR UNA DECISION, y ACTUAR SOBRE ELLA. Entiendo que el emérito esté subiéndose por las paredes ante la inacción de su hijo. Hay que llamarlo Felipe el Pasmao porque no reacciona…Si ésto fuera una peli de catástrofes él sería el que se queda mirando con la boca abierta como la ola llega mientras los demás corren que se las pelan…
Si es un pasmao pero con muy mala leche jajajaja.Lo han criado de tal manera,que antes de que pidiera algo,ya lo tenía en las manos jejejeje.Indolente y caprichoso inútil total, no hay nada más peligrosa que un inútil presumido y tonto con poder.Saludos.
 
Lo colgué en otro hilo y creo que aquí va mejor.

En Zarzuela están todos callados, no porque intenten ser ecuánimes
con respecto al juicio de Noos y frente al caos político.
Están mudos porque tienen pánico.

felipe1.jpg Torres más alta han caído, Felipe... :sneaky:
 
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