El juez sienta en el banquillo de los acusados a Rodrigo Rato y a toda la ex-cúpula de Bankia

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POR LA SALIDA A BOLSA
El juez sienta en el banquillo de los acusados a Rato y toda la ex cúpula de Bankia
  • La Audiencia Nacional entiende que se falsearon las cuentas anuales y hubo fraude a los inversores
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El expresidente de Caja Madrid Rodrigo Rato (Dani Duch)

CARLOTA GUINDAL, Madrid

17/11/2017 14:09 | Actualizado a 17/11/2017 15:19
El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu acaba de dictar el auto de apertura de juicio oral para el expresidente de Bankia Rodrigo Rato, al exvicepresidente José Luis Olivas, al ex consejero delegado Francisco Verdú, y una treintena de directivos, a BFA y a Bankia por la salida a bolsa de la entidad, al entender que se falsearon las cuentas anuales y hubo fraude a los inversores.

Una vez que la Sala ha confirmado el auto de transformación en procedimiento abreviado, Andreu dicta este auto, que significa que se sentarán en el banquillo de los acusados una vez que la Sala fije fecha.


Deloitte y el auditor Francisco Celma también serán juzgados

Además, de todos el Consejo de Administración, serán juzgados como personas jurídicas la propia entidad Bankia, el BFA y la auditora Deloitte por el falseamiento de cuentas, así como al propio auditor, Francisco Celma, quien “incumplió el deber de revelar aquellas irregularidades que podían afectar a los intereses de los inversores”.

Según el juez, los administradores de BFA y Bankia “aprobaron unas cuentas maquilladas sobre la verdadera situación de las entidades que administraban, que no reflejaban la imagen fiel de las mismas, de manera que no mostraban la verdadera situación económica de la entidad”.

De ahí se derivó “un evidente perjuicio tanto para los que posteriormente suscribieron acciones como para el Estado”. Para el magistrado, este tipo de infracciones afectan al interés general ya que “su repercusión en la economía nacional es de tal intensidad que sus crisis pueden afectar seriamente a la estabilidad económica del sistema”.

Las cuentas “maquilladas” no reflejeaban la verdadera situación de la entidad

http://www.lavanguardia.com/economia/20171117/432944172219/rato-bankia-cupula-banquillo.html
 
Rato acusa al Gobierno de Mariano Rajoy de urdir una maniobra para meterlo en la cárcel


El exvicepresidente del Gobierno señala la actuación de varios ministros, con Luis de Guindos a la cabeza, para hundirle

Además del ministro de Economía, el expresidente de Bankia apunta a Rafael Catalá y a Cristóbal Montoro por divulgar sus datos fiscales

Rato apunta que dos meses antes de su detención la ministra de Empleo avisó a su secretaria de que iba a tener problemas con Hacienda

Rodrigo Ponce de León
09/01/2018 - 14:09h
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Rato niega tener dinero en paraísos fiscales y asegura estar al día con Hacienda

Rato hace en el Congreso su juicio paralelo al caso Bankia: la culpa fue del Banco de España y de Luis de Guindos
VÍDEO

Vuelve el Rodrigo Rato más soberbio: "No me difame solo porque está usted sentada aquí, protegida"


El exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato ha acusado a varios ministros del Gobierno de Mariano Rajoy de urdir acciones contra su persona para meterlo en la cárcel durante su comparecencia ante la Comisión de Investigación del rescate financiero, que tiene lugar este martes en el Congreso.

Rato ha ido enumerando las actuaciones de varios ministros los días previos a su detención el 16 de abril de 2015 atribuyendo a los titulares de cada cartera una campaña orquestada con medios de comunicación para hundir su carrera y que terminara siendo detenido.


"El 15 de abril de 2015 a las 9 de la mañana el ministro de Justicia [Rafael Catalá] cuenta mis datos fiscales a los desayunos de RTVE. ¿Cómo los puede saber? Es una pregunta que no ha sido capaz de contestar. El 14 de abril el ministro de Hacienda [Cristóbal Montoro] habla con más habilidad del tema en esta Cámara porque el 13 de abril Vozpópuli publica que el Sepblac, dependiente de Economía me está investigando. Resulta que el señor que ha publicado la información, el señor Alba, tiene una reunión con el ministro de Economía [Luis de Guindos] la semana anterior, según lo que cuentan los compañeros del señor Alba, que yo no he hablado con él directamente, el señor Alba achaca esa información al ministro de Economía. Hay una coincidencia: durante los meses de marzo y febrero de 2015, tres personas, un director de un medio de comunicación, un articulista y un exalto dirigente del PP me avisan de que el Gobierno me quiere meter en la cárcel. Y en febrero de 2015, la ministra de Trabajo [Fátima Báñez] le dice a mi secretaria que se separe de mí porque voy a tener problemas con Hacienda", ha declarado Rato.


http://www.eldiario.es/politica/Rato-Gobierno-Mariano-Rajoy-maniobra_0_727577613.html

De esta manera ha respondido el exdirector del FMI y expresidente de Bankia a los reproches del diputado popular Miguel Ángel Paniagua, que le ha recriminado en su turno de palabra en la comisión si "los beneficios económicos que haya podido conseguir han merecido la pena" ante el desprestigio para el propio Rato y el Partido Popular que ha supuesto su situación judicial.

"Fue un excelente ministro de Economía, hizo un trabajo magnifico para este país y todo eso ha sido desprestigiado por usted mismo. ¿No se da cuenta de que personas como usted deben hacer un esfuerzo especial para cumplir la ley? ¿No se da cuenta del daño que ha hecho a nuestro partido y a toda la clase política y lo negativo que es esto para un país?", le reprochó Paniagua.

Rato no se ha mordido la lengua. Además de las acusaciones a los ministros, se ha defendido argumentando que los cargos que tienen contra su persona y que provocaron su detención no se sostienen.

"A mí me detienen en mi casa, delante de mis hijos y de mis vecinos el 16 de abril de 2015, me detienen con una acusación doble por denuncia de la Agencia Tributaria. La acusación es por alzamiento de bienes y delito fiscal. Blanqueo sería adyacente y vendría como consecuencia. El delito de alzamiento de bienes, que es la razón por la que entran en mi casa no dura ni 15 días, el delito fiscal llevo tres años esperando a que se concrete. Yo sostengo que ninguno, que todas mis declaraciones están hechas", ha comentado el exdirigente del PP.
 


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El Tribunal Supremo mantiene a Rodrigo Rato la condena de cuatro años y medio por las tarjetas ‘black’
El alto tribunal confirma casi todas las penas impuestas por la Audiencia Nacional
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REYES RINCÓN
Madrid 3 OCT 2018 - 14:05 CEST
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Sala de la Audiencia Nacional con los condenados por las tarjetas opacas de Caja Madrid y Bankia. CHEMA MOYA EFE
El Tribunal Supremo mantiene la condena de cuatro años y medio a Rodrigo Rato por las tarjetas black. Las penas para el resto de los condenados oscilan entre cuatro meses y los cuatro años y medio impuestos al expresidente de Bankia. El alto tribunal ha confirmado casi en su totalidad las penas de la sentencia dictada por la Audiencia Nacional y confirma la comisión del delito de apropiación indebida de otros 63 exdirectivos y exmiembros del Consejo de Administración de la Caja, que se beneficiaron de estas tarjetas opacas para Hacienda. La condena ya firme impuesta a Rato implica, en principio, su ingreso en prisión en los próximos días, aunque será la Audiencia Nacional la que tendrá que ejecutar ahora la sentencia dictada por el Supremo.


Las penas se han reducido para algunos de los condenados al estimar el Supremo que la atenuante de reparación del daño aplicada a los acusados que consignaron judicialmente las cantidades que extrajeron con la tarjeta debe entenderse en la categoría de muy cualificada y no simple, como ya estableció la Audiencia Nacional para quienes ingresaron el dinero directamente a los perjudicados (FROB o Bankia).

La Audiencia Nacional condenó a 65 ex directivos y altos cargos de Caja Madrid y Bankia por el uso fraudulento de las tarjetas black, entre ellos al expresidente de la entidad financiera, Rodrigo Rato. El Supremo ha revisado durante más de cuatro meses los recursos presentados contra la sentencia dictada el 23 de febrero de 2017 por la Audiencia Nacional, que consideró a los 65 acusados culpables del delito continuado de apropiación indebida por gastar más de 12,5 millones de euros entre los años 2003 y 2012 y utilizar las tarjetas para uso personal a sabiendas de que era una práctica ilegal y de que causaron un quebranto al patrimonio de la entidad financiera. Las condenas más elevadas recayeron en el que fuera presidente de Caja Madrid entre 1996 y 2009, el fallecido Miguel Blesa (seis años) y Rato. Respecto a Blesa, fallecido en julio de 2017, el Supremo confirmó tras su muerte la resolución de la Audiencia Nacional y determinó que, aunque la responsabilidad penal quedaba extinta tras su fallecimiento, subsistía la acción civil contra sus herederos. La tercera condena más alta fue la del ex director general de Medios, Idelfonso Sánchez Barcoj, (condenado a dos años y medio de cárcel), a quien se le considera colaborador y cómplice de la operativa que contribuyó a mermar “el caudal de Caja Madrid”. A los tres se les absolvió del delito de administración desleal del que estaban acusados.

En el caso de Barcoj, el Supremo estima parcialmente su recurso y rebaja de dos años y seis meses a un año menos un día de prisión por un delito continuado de apropiación indebida, lo que puede lirarle de entrar en prisión. El tribunal entiende que debe ser condenado por un único delito continuado de apropiación indebida y no por dos delitos (uno como cooperador necesario y otro como cómplice) por los que le condenó la Audiencia. Además, en su caso, el tribunal también le aplica la atenuante muy cualificada de reparación del daño.

La sentencia confirmada estableció como responsabilidad civil la devolución por los acusados de más de 12 millones de euros gastados con las tarjetas. De ellos, 9,3 millones se gastaron en la etapa de Blesa como presidente de Caja Madrid y 2,6 millones cuando el presidente de dicha entidad o Bankia era Rato. Ambos fueron condenados a responder civilmente de forma solidaria por las cantidades gastadas durante sus mandatos, que fue de enero de 2003 a enero de 2010, en el caso Blesa, y de febrero de 2010 a mayo de 2012, en el caso de Rato.

El Supremo confirma en esencia los hechos relatados en la resolución de la Audiencia. Blesa pagó 436.688,42 euros con las tarjetas ‘black’. Gastó 6.000 euros en una joyería, 13.148 euros en Viajes El Corte Inglés 3.200 en vinos o 1.000 en una heladería. Rato, abonó 99.054,59 euros: 3.600 en alcohol, 2.500 en arte, 2.172 en discotecas y clubs o 2.500 en arte. Los restantes acusados, exconsejeros y exdirectivos de la caja, fueron condenados como colaboradores y se les impusieron penas de entre tres meses y seis años, según lo gastado y si habían devuelto o no el dinero. En total, con las tarjetas black consejeros y directivos se gastaron 9,34 millones en la etapa de Blesa y 2,69 millones en la era Rato.

En su sentencia, la Audiencia consideró que con las tarjetas “se dilapidó el patrimonio” de la entidad y reprochó a los expresidentes haber antepuesto “los fines personales a los intereses sociales que eran los bancarios y no otros”. Ambos exdirectivos expusieron en sus recursos que no existía una prueba de cargo que acreditara su responsabilidad en la práctica de este sistema de visas que nació bajo un acuerdo del consejo de administración de Caja Madrid en 1988. También arremetieron contra la famosa hoja Excel que recogía todos los desgloses de los gastos tildándola de mera "recreación contable" que no podía ser entendida como elemento de prueba.

La resolución de la Audiencia explicaba cómo funcionó la trama. Para ello, se remontó a mayo de 1988. Jaime Terceiro, entonces al frente de Caja Madrid, propuso en una reunión de la comisión ejecutiva, completar las dietas de los consejeros con una tarjeta de crédito “para dignificar las retribuciones por asistencia a reuniones”. Era un complemento a las escasas dietas y se pedían justificantes de los gastos. Desde entonces, a los vocales del consejo y de la comisión de control, se les entregada una tarjeta. En 1995, Terceiro informó a los consejeros que solo podían usarse para gastos de representación. Entre quienes recibieron ese mensaje estaba Blesa y otros de los condenados, según los “hechos probados en la sentencia”.

Cuando Blesa se puso al frente, las tarjetas opacas se normalizaron para directivos y consejeros. Nadie justificaba los gastos de estas tarjetas y los mayores gastos, según destacaba la sentencia, coincidían con las vacaciones o las fiestas. Incluso consejeros siguieron usando la visa algunos meses después de cesar. Los jueces de la Audiencia consideraron que todo se hizo “contra el caudal de la entidad”, que acabó quebrando.

https://elpais.com/economia/2018/10/03/actualidad/1538565636_623040.html
 
Rato, el descaro de creerse intocable


Pasó de tenerlo todo, de ser el más brillante parlamentario, el artífice del "milagro económico español", a la soledad pública más clamorosa; hasta la Universidad Rey Juan Carlos le retiró el doctorado honoris causa

Se considera una víctima del Gobierno de Mariano Rajoy, en especial de Luis de Guindos. Una suerte de chivo expiatorio de la crisis, abandonado por quienes colocó a dedo en empresas públicas

Un análisis de sus gastos en las "tarjetas black" nos ofrece una de las caras de Rato en la intimidad: su mayor gasto lo hizo en bebidas alcohólicas

Marina Estévez Torreblanca
03/10/2018 - 13:53h
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Rodrigo Rato celebra la salida a Bolsa de Bankia. Foto: Ballesteros/Efe.

Cómo salió a la luz el escándalo de las 'tarjetas black'

GRÁFICO | Así usaron su tarjeta 'black' los consejeros de Caja Madrid y Bankia


7 de marzo de 2004. Faltan cuatro días para que España sufra el mayor atentado de su historia. Rodrigo Rato, número dos por Madrid a las elecciones del 14-M, celebra un acto con periodistas en el Parque del Retiro. El cómico italiano Leo Bassi lo revienta con el "Bassibus", una performance en la que, megáfono en mano, critica sobre todo la participación de España en la guerra de Irak.



El ministro de Economía, rodeado de guardaespaldas, no parece inmutarse pese a los conatos de enfrentamiento entre el grupo de militantes que asiste al acto electoral y los acompañantes de Bassi. En la refriega, se permite el gesto de"proteger" a algunos periodistas y recoger del suelo alguna grabadora.

Es el Rato obsesionado por seducir, el que mantiene una pátina "alternativa" de estudiante en la Universidad de Berkeley en los años 70, el rico de cuna que parece sentirse cómodo cerca de la gente de a pie, cuyo trato le facilitan singularmente los periodistas. Acababa de ser descartado por José María Aznar como sucesor, y se comentaba entonces que quizá era demasiado brillante y "verso suelto" para el gusto caudillista del líder el PP, que había optado por la opción más "grisacea" de Rajoy.

Nadie cuestionaba mucho en aquellos años la gestión económica de Rato, mientras España crecía a ritmo exponencial en plena orgía inmobiliaria. Ayudaban también a cuadrar las cuentas los ingentes ingresos estatales de la privatización de empresas públicas como Telefónica, Tabacalera, Repsol y Argentaria, que él mismo dirigió.

Sin embargo, algunas de las peores consecuencias de aquellos años de protestas ciudadanas contra la intervención en Irak (que Aznar negaba recientemente en sede parlamentaria), y contra las mentiras de un Gobierno empeñado en culpar a ETA de los atentados del 11-M, se gestaban en silencio, con la mano de Rato moviendo con entusiasmo el caldero de la deuda, la corrupción y el pelotazo.

Según las investigaciones policiales y judiciales, con el descaro de su aparente impunidad, Rodrigo Rato y Figaredo, hijo de millonarios (aunque el paso de su padre por la cárcel por evasión fiscal matizó esta condición) iba enriqueciendo sus negocios privados mientras manejaba la cosa pública.

Este era su principal oficio desde que pidió a Fraga que le metiera en política y debutó como candidato por Cádiz de Alianza Popular en las elecciones de 1979. En este sentido coincide con otros "liberales" como Pablo Casado: montan toda una carrera con cargo al mismo erario público que abogan por reducir con bajadas de impuestos. La carrera de Rato siguió una trayectoria ascendente que le llevó a la vicepresidencia del Gobierno durante"los años del milagro" y a ser director gerente del Fondo Monetario Internacional, el puesto con más relevancia internacional que jamás desempeñó un español.

Tuvo que dimitir del FMI, pero no por cuestiones personales, como él aseguró. El Fondo no quiso airear las verdaderas razones para deshacerse del español por una auditoría interna que había desvelado los movimientos de algunas de sus empresas en fondos buitre. Presuntamente Rato blanqueaba dinero mientras dirigía la organización internacional. Gracias al silencio del FMI, tras un breve paso por el banco de inversión Lazard y el consejo de Santander, Rato todavía tuvo una última actuación al frente de Caja Madrid, a la que transforma en Bankia. Se saldó con la quiebra y rescate de la entidad (aún debe 24.000 millones de euros al Estado). En este periodo es cuando utiliza una"tarjeta black", para sus gastos personales, que es el motivo que, a la postre, le va a llevar a la cárcel.

Se trataba de una retribución que nadie declaraba a Hacienda y que recibieron miembros de la dirección y el Consejo de Administración de Caja Madrid y Bankia, independiente de sus sueldos y gastos de representación. La existencia de estas tarjetas "black a efectos fiscales" fue desvelada en una investigación de eldiario.es en 2013. Esa información destapada por eldiario.es durante la investigación de los correos de Blesa provocó una auditoría interna en la actual Bankia, que confirmó el escándalo y lo envió a la Fiscalía Anticorrupción.

El análisis de estos dispendios nos ofrece también una cara de Rato en la intimidad: el mayor gasto lo hizo en bebidas alcohólicas (3.547 euros el 27 de marzo de 2011). Y bajo el epígrafe "Club, Salas, Fiesta, Pub, Discoteca" realizó pagos por 2.276 euros a lo largo de cinco días consecutivos, que se cargaron entre las dos y las tres de la tarde, entre el 23 y el 27 de febrero de 2011. También se pagó viajes, cenas, regalos… hasta los 98.217 euros. El fiscal definió el uso de estas tarjetas por parte de Rato y otros 82 consejeros nombrados por PP, PSOE, IU y sindicatos como"primitivo y depredador".

Está también pendiente la sentencia contra Rato por la salida a bolsa de Bankia. Se le acusa de delitos de falsedad en las cuentas anuales y fraude a los inversores al incluir presuntamente datos falsos en el folleto informativo. La llegada de Rato a la presidencia de esta entidad estuvo marcada por la lucha de poder entre Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre, cuyo candidato era Ignacio González.

Rato también tiene investigaciones abiertas por corrupción y por su entramado societario radicado en parte en paraísos fiscales y oculto a Hacienda. Se acogió a la amnistía fiscal de 2012. Ya al llegar a la vicepresidencia del Gobierno, montó una sociedad con sus hermanos para lograr contratos de las empresas públicas del momento: Endesa, Retevisión, Altadis o Paradores, entre otras. Y defraudó 6,8 millones de euros entre los años 2004 y 2015, según un informe de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF) de la Agencia Tributaria.

¿Por qué delinquió Rato? ¿se ve a sí mismo inocente? Su ex mujer, Ángeles Alarcón, que fue presidenta de una de las citadas empresas públicas, Paradores Nacionales, hasta la llegada del PSOE al Gobierno, aseguraba en una entrevista en Vanity Fair: "Es imposible pensar mal de una persona que lo único que ha hecho es trabajar muchísimo por su país. Jamás le he visto un comportamiento que reflejase una doble moral, jamás. Es una persona con valores, que los ejerce de forma natural, sin tener que forzarse a ello".

Hoy por hoy, Rato mantiene intacta su soberbia, como mostró al comparecer a principios de este año en el Congreso sobre el "caso Bankia". Se considera una víctima del Gobierno de Mariano Rajoy, en especial de Luis de Guindos, y del Banco de España, o así lo ha querido vender por activa y por pasiva. Asegura que son ellos quienes encargan informes que le desacreditan y que descargan sus responsabilidades sobre él, dibujándose como una suerte de chivo expiatorio de la crisis económica. También se considera abandonado por todos aquellos a los que hizo favores, colocó a dedo en empresas públicas y promocionó desde el poder. "Otros han conseguido más de mí que yo", dice en uno de sus correos electrónicos investigados por la Policía.

Ya caído en desgracia, ABC publicó que altos cargos del PP le dibujaban hace años como un personaje ambicioso y obsesionado por el dinero. Dicen, a toro pasado, que sabían desde el principio que Rato era " un bluf", recuerdan que es abogado y no economista y subrayan que se rodeó de colaboradores brillantes como Luis de Guindos y Cristóbal Montoro.

De hecho, se sacó el título de doctor por la Facultad de Económicas de la Universidad Complutense en 2003. Curioso que tuviera tiempo para elaborar una tesis siendo vicepresidente del Gobierno. Un detalle relevante es que el director de la tesis, José Luis López Roa, era presidente de la Fundación Empresa, dependiente de la Sepi, un ente público dependiente, precisamente, de Rato. Según El Economista "diversas fuentes coinciden en que le pasaron un guión con las preguntas que le iban a formular en el examen". Entre los miembros del jurado del Tribunal figuraban personalidades como el exconsejero del BCE Domingo Solans, o el actual presidente de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, José María Marín Quemada.

Rato pasó de tenerlo todo, de ser el más brillante parlamentario, "el artífice del milagro económico español", a la soledad pública más clamorosa. Hasta la Universidad Rey Juan Carlos le retiró el doctorado honoris causa en 2015. Un ejecutivo de la nueva Bankia afirmó, según contaba Casimiro García-Abadillo: "Cuando llegamos aquí nos dimos cuenta de una cosa: todo se llevó a cabo con la desfachatez que da la impunidad". Rodrigo Rato se creyó intocable y se pasó. Otros, de momento, habrán tenido más suerte.

La investigación de las black se inició por una información exclusiva de eldiario.es publicada el 13 de diciembre de 2013. Esa información destapada por eldiario.es durante la investigación de los correos de Blesa provocó una auditoría interna en la actual Bankia, que confirmó el escándalo y lo envió a la Fiscalía Anticorrupción. Los correos de Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid llegaron a la redacción de eldiario.es a través de una fuente anónima derivada por la plataforma ciudadana Xnet.
https://www.eldiario.es/economia/Rato-descaro-creerse-impune_0_818568203.html


Otro que tiene el curriculum entredicho. ¿Cuantas licenciaturas, doctorados, tesis y masteres se han dado a los de la derecha por ser amigos, parientes, etc de alguien poderoso?

¿Cuantos jueces de los que pululan por los juzgados han conseguido su título sin mérito ninguno?
 
Desratizar


Cuando exterminar la plaga es imposible

Jesús Cintora
03/10/2018 - 19:58h

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Rodrigo Rato EFE

Las ratas comen con avaricia, se mueven entre lo sucio, trepan hábilmente, tienen gran capacidad de intimidación y se reproducen con gran facilidad. Caerá una rata, pero erradicarlas es imposible. Pensaba en esto con la condena confirmada a Rato y compañía por las tarjetas “black”, nada más ver la película “El reino”, que les recomiendo: “Los reyes caen, los reinos continúan”, dice la cinta.

La condena de las “black” es solo la punta del iceberg de todo lo que deberíamos saldar con unos cuantos mangantes. Hundieron una entidad financiera, que debimos rescatar con más de 22 mil millones de euros. Es, al mismo tiempo, solo una parte de un rescate bancario que el Tribunal de Cuentas cifró en 122.000 millones. Se dan ya por perdidos 60.000, que es, para hacernos una idea, una cifra similar a lo sacado de la hucha de las pensiones.

Enchufados, ineptos, ladrones… De todo hubo entre los directivos con tarjeta condenados. O se daban la vidorra o no se enteraban o les daba igual, mientras Caja Madrid y Bankia se iban a pique. Rato sacó mil euros del cajero con la “black” un par de días antes del rescate de la entidad. Dice también mucho de su estilo de vida el pago por 2.276 euros en cinco días consecutivos bajo el epígrafe “Club, Salas, Fiesta, Pub, Discoteca”, entre las dos y las tres de la tarde. Peccata minuta para alguien que se puso un sueldo superior a los dos millones de euros.

Panolis, cacos o vividores. De varios partidos, de sindicatos, de la patronal… La plaga tenía el estómago agradecido, porque Rato se encargó de tenerlos contentos, cual flautista de Hamelín. No solo no quitó las “black”, sino que las amplió. También los sueldos. Algunos pasaron de cobrar entre 80.000 y 120.000 euros al año, hasta los 500.000. Pequeños roedores, porque para el gran núcleo de poder y de financiación, Rajoy eligió a Rato, igual que Aznar al fallecido Miguel Blesa.

En lo que el fiscal definió como un sistema “depredador”, Rato representa a aquellos que van de liberales, pero se han lucrado saqueando lo público. Bienvenida sea la condena de las “black”, pero diez años después del rescate financiero, los que sufren la crisis económica merecen mayor justicia. Esperamos la sentencia por la salida a bolsa de Bankia o los entramados societarios con paraísos fiscales. El llamado vicepresidente del “milagro económico” también se acogió a la amnistía fiscal de Montoro.

Las ratas devoran la comida. Arrasan con su apetito, pueden ser muy organizadas, pero también practican el canibalismo. No pueden distinguir colores, aunque se orientan perfectamente en la oscuridad. Son fuente de enfermedades, parasitarias y conviven en los bajos fondos entre la población. Desratizar por completo es imposible.

Rato estaba allí cuando las privatizaciones donde colocaron a amiguetes. Cuando la burbuja del ladrillo, que levantó muros de desigualdad. Cuando las sociedades familiares se llevaban contratos de lo que iba quedando de empresas públicas. Cuando las sociedades tapadera. Cuando era lo mejor que tenía el partido. Nuestra representación de marca España para dirigir el Fondo Monetario Internacional... Las "black" eran prácticamente el chocolate del loro, porque Rodrigo no es solo un rato, Rodrigo es una eternidad.

https://www.eldiario.es/zonacritica/Desratizar_6_821077911.html
 
Al hilo de Rato.....los medios de comunicación del bipartidismo calladitos ante ésto.

¿Que hubiera ocurrido con todos los canales de prensa radio y televisión si en vez de ser el actual presidente hubiera sido otro de la izquierda? Claro que todos callados ahora....

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Tengo la sensación de que, con las oportunas triquiñuelas legales, Rato no va a pisar la cárcel.
Es que siempre sucede lo mismo.
 
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