El brote de ébola en el Congo se cobra un millar de vidas y avanza sin control

«Nos enfrentamos a una epidemia de ébola única»
El experto en ébola de Médicos sin Fronteras, Luis Encinas, explica que el brote de República Democrática del Congo es «el primero que se declara en zona de conflicto»
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SeguirAlba Amorós@albaamoros
Actualizado:22/07/2019 01:42h

«Para la gente de la República Democrática del Congo no hay un cambio radical entre hoy y mañana, tras el anuncio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de declarar el brote de ébola emergencia internacional», explica al diario ABC Luis Encinas, experto en ébola de Médicos Sin Fronteras (MSF). La decisión de la OMS tomada el 17 de julio implica que se destinarán más recursos y habrá una coordinación obligatoria de la ayuda humanitaria pero también habrá un impacto importante en la población. «Es importante saber que se trata de una situación excepcional, es una medida que obliga a revisar cada tres meses dónde estamos, pero también puede implicar más estigmatización, más miedo, más alarma», continúa Encinas.

El experto de MSF ha estado en 14 brotes de ébola y dos veces en terreno en la actual epidemia: «En términos de mortalidad o letalidad no hay mucha diferencia entre este brote y el resto. Lo que sí es cierto es que en Congo, los pacientes llegan muy tarde a los centros de tratamiento especializados en ébola y, por tanto, el pronóstico se pone mucho más difícil». Sin embargo, el contexto sí hace de ésta, «una epidemia única». «Este brote es muy diferente al resto que he vivido de primera mano porque es el primero que se declara en zona de conflicto. Tras 20 años en guerra hay una importante escasez de recursos, de personal sanitario, de medicamentos; a esto hay que sumarle un sistema sanitario estatal frágil», explica Encinas al diario ABC. Todo ello dificulta el modo de atender a los pacientes de manera adecuada. «No tenemos acceso, como hemos tenido en otras ocasiones, a los pacientes y los pacientes no tienen siempre acceso a los centros especializadosen tratamiento de este virus debido a la inseguridad, los miedos, la imposibilidad de desplazarse. Además, hay una totaldesconfianza hacia el sistema sanitario», relata el trabajador de MSF.

Dos de cada tres personas que fallecen de ébola lo hacen en casa y eso dificulta el rastreo de aquellos que han estado en contacto con el virus. «No solo los cuidadores están en riesgo si no aquellos que acuden a abrazarle y a desearle un buen viaje al más allá, esa persona que ha fallecido es una fuente (de propagación)». Para que esto no suceda se necesita una participación activa de la población en la respuesta. «En primer lugar es imprescindible que la población entienda la problemática y después debe “comprar a ciegas” las soluciones que se propongan», dice Encinas. La pobre traducción y la manera de transmitir ciertas ideas –y más si vienen de personal internacional- puede conllevar miedo y rechazo.

La labor de los sanitarios en Goma


Antonie Guage es representante de MSF para emergencias de ébola en Goma, la ciudad de cerca de dos millones de habitantes y principal paso fronterizo, donde murió un pastor evangelista el martes. «En Goma, nuestra labor es estar preparados por si aparece un nuevo caso ébola para actuar. Cuando llegamos tras el primer caso registrado, ya teníamos muy claro el protocolo de respuesta, intentamos curar al paciente y detener la propagación del virus», explica Guage al diario ABC. «Ahora la principal dificultad es encontrar e identificar a las personas que estuvieron en contacto con el fallecido para vacunarlas y tomar las medidas necesarias», continúa el trabajador de MSF en Goma, lugar donde no experimentan la violencia que han sufrido sus compañeros en los pueblos de la provincia de Kivu Norte. «En 11 meses ha habido 200 ataques dirigidos a personal humanitario, lo que supone que 1 de cada 2 días hay un asalto, ha habido 5 fallecidos más de 50 heridos, asesinatos, incendios…», explica Encinas.

Hay más de 15.000 personas que cruzan a diario por Goma, uno de los principales pasos fronterizos del país. Sin embargo, la postura tanto de la OMS como de MSF es clara: «Cerrar fronteras no es una solución, hay que tener mucho cuidado con todo lo que es coercitivo por que puede tener un gran impacto más allá de los aspectos sociales o psicológicos si no políticos y económicos», declara Luis Encinas. Para el experto en ébola, uno de los peores escenarios posibles es que se «cronifique» la epidemia, que baje la intensidad en cuanto a los casos confirmados y muertes pero el brote no desaparezca totalmente.
https://www.abc.es/sociedad/abci-enfrentamos-epidemia-ebola-unica-201907220142_noticia.html
 
Testimonios del drama del ébola en Beni
Miles de familias infectadas se niegan a recibir ayuda por creencias erróneas sobre la enfermedad o a tratarse en centros aislados y contagian a más personas
El noreste del país asolado por una epidemia, declarada emergencia internacional, para la cual existe una vacuna eficaz
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Un trabajador sanitario pone la vacuna del ébola a un niño en Goma, RDC, (17 de julio de 2019) (Olivia Acland / Reuters)
REDACCIÓN, BARCELONA
26/07/2019 13:02


Estos son algunos testimonios de gente afectada por el virus del ebola en Beni, una ciudad de 600.000 personas en la República Democrática. En esa ciudad los estragos del mal son bien visibles: las familias prefieren quedarse en casa y contagian a sus cuidadores.

“La gente está esperando hasta el último minuto para traernos a sus familiares y cuando lo hacen es complicado para nosotros”, explica Mathieu Kanyama, jefe de promoción de salud en el centro de tratamiento de ébola en Beni dirigido por la Alianza para la Acción Médica Internacional (ALIMA).

Sus historias, recogidas por periodistas de la agencia AP, nos acercan al drama de la gente común que no alcanza a entender los mecanismos de diseminación del virus. Captan la magnitud y la gravedad de una epidemia que la OMS considera emergencia sanitaria internacional.

Creen que los celos pueden causarla
La enfermedad como maldición

Lahya Kathembo, de dos meses de edad, se convirtió en huérfana en un día. Su madre sucumbió al ébola un sábado por la mañana. Al atardecer, su padre también había muerto. Habían estado enfermos durante más de una semana hasta que los trabajadores de la salud finalmente los convencieron de buscar tratamiento. Un organizador de la comunidad explicó que la familia creía que su enfermedad era obra de personas celosas de su hija recién nacida y buscaron la guía de un curandero espiritual tradicional.

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Un trabajador sanitario quema documentos escolares del paciente de ébola Claude Mabowa Sasi, (20 de Julio) (Al-Hadji Kudra Maliro / AP)
En los centros de tratamiento del ébola
La enfermedad es causada por el personal médico

Maurice Kakule se convirtió en uno de los primeros pacientes de ébola en este brote después de haber tratado a una mujer enferma en su clínica. Ahora está tratando de facilitar que las personas enfermas obtengan ayuda dentro y alrededor de Beni, cerca de la frontera con Uganda. Pero reconoce sus limitaciones: “Aquí hay médicos, no magos”.

Otros sobrevivientes, que ahora son inmunes a la enfermedad, han convertido un taxi o incluso una motocicleta en ambulancia. Kakule explica la falsa creencia que más les perjudica: “Dado que sus familiares murieron en un centro de tratamiento, muchos creen que allí asesina a las personas y por eso se niegan a ir, categóricamente”.

Los centros de tratamiento son poco acogedores
El miedo a morir solos, lejos de la familia

Otro temor es que los afectados morirán solos, rodeados sólo por personal de atención médica cubierto con equipos de protección de cabeza. Para tratar de humanizar el cuidado de los pacientes en aislamiento, el centro de tratamiento de Ébola de ALIMA en Beni coloca a algunos pacientes en su propia habitación transparente llamada “CUBO”, donde pueden ver a los visitantes desde sus camas.

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Trabajadores sanitarios embutidos en su traje protector se preparan para trasladar los restos del erudito islámico Mussa Kathembo, que rezó por los pacientes de ébola y los de su esposa Asiya, a su lugar de reposo definitivo. También ellos fallecieron por la acción de esta enfermedad (Jerome Delay / AP)
Otros comparten una habitación con otro paciente. Si bien no existe un tratamiento autorizado para el ébola, los pacientes en el este del Congo pueden participar en ensayos clínicos.

Las medidas necesarias para evitar la propagación del ébola siguen siendo difíciles de aceptar para muchas personas. “No podemos dejar de tener en cuenta el hecho de que cuando uno está enfermo de ébola está en un lugar alejado de su familia, con un 50% de posibilidades de morir solo” aclara la Dra. Joanne Liu, presidenta de Médicos sin fronteras, ONG desplegada en el terreno. “No culpo a la gente por no considerar atractivos estos centros de tratamiento, a pesar de que tenemos un ensayo clínico en marcha”.

Cuando solicitan tratamiento, puede ser ya tarde
Minimizar los síntomas iniciales de la enfermedad

Asifiwe Kavira, de 24 años, enfermó de ébola junto con ocho de sus familiares. Los equipos de salud llegaron a su casa en Butembo, tratando de persuadirlos para que buscasen tratamiento. Sin embargo, la mayoría de la familia prefirió tratar sus fiebres en casa. Después de tres días de negociaciones, Kavira finalmente accedió a buscar ayuda, en la convicción de que estaba a punto de fallecer.

Ella fue la única superviviente. Su madre, su abuela, su hermano y otros cuatro familiares murieron en su casa. Una hermana mayor se reunió con ella en el centro de tratamiento, pero la atención médica llegó demasiado tarde. Kevira ha aprendido la lección: “Ahora le digo a la gente que existe el ébola, porque así es como perdí a toda mi familia”
https://www.lavanguardia.com/intern...ica-congo-beni-ebola-oms-africa-epidemia.html
 
El brote de ébola cumple un año fuera de control en el Congo
  • ALBERTO ROJAS
Actualizado Jueves, 1 agosto 2019 - 02:07
El virus deja más de 1.700 muertos, cadenas de contagio ocultas y zonas rojas a las que los trabajadores sanitarios no pueden acceder por culpa de la guerra.

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Un trabajador sanitario se pone el traje de protección en un centro de MSF en el Congo. JOHN WESSELS AFP
Casi desde su descubrimiento, los epidemiólogos ya aseguraban que no era un brote como los anteriores. El Congo, donde la enfermedad se descubrió por primera vez en 1976 cerca del río Ébola, de ahí su nombre, había vencido al virus aprovechando la falta de infraestructuras del país y las zonas aisladas de selva, donde es fácil aislar el foco. Pero esta vez, en verano de 2018, el avance de la enfermedad era irregular, desigual y silencioso. Comenzó en las regiones de Ituri y Kivu Norte y fue extendiéndose por poblados sin que nadie la detectara. El personal sanitario usó la vacuna por primera vez. Dio igual. Las cadenas de contactos se perdieron varias veces, algo letal en un mal tan contagioso.

Un año después la situación es muy preocupante. Tanto, que la OMS se decidió a declarar el brote emergencia sanitaria de alcance internacional. Fue cuando el virus llegó a la ciudad de Goma, la capital de Kivu Norte que se encuentra en la triple frontera entre Congo, Ruanda y Uganda, un lugar estratégico a la orilla del precioso lago Kivu donde residen los últimos gorilas de montaña y donde las empresas chinas compran los llamados minerales de sangre: oro, casiterita, manganeso, coltán o cobalto. Ayer moría una segunda persona infectada de ébola en la ciudad que, además, no tuvo relación con la primera, lo que provocó que se anularan los ferris que une Goma con Bukavu, la capital de Kivu Sur, para así aislar posibles cadenas de contagio. Hay 15 personas en cuarentena. Van más de 1.700 muertos, la mayoría mujeres y niños.

ENFERMOS NO LOCALIZADOS
El 50% de los pacientes están muriendo fuera de las unidades de tratamiento, es decir, que no fueron localizados cuando estaban enfermos y pudieron contagiar a muchos familiares en las últimas fases de la enfermedad y en los entierros, el momento en el que el virus es más contagioso. Han encontrado muertos por ébola de los que nadie había informado y otros que han sido enterrados sin hacer una autopsia básica.

"La violencia y los malentendidos han contribuido negativamente a los esfuerzos por terminar con el segundo peor brote de ébola en el mundo. La gente está confundida y asustada", afirma Moussa Sangara, Director de respuesta humanitaria de World Vision en RDC. "Nuestro personal dice que existe una desconfianza generalizada hacia las personas que se creen las historias de conspiración. Es por eso que trabajar con líderes locales de confianza para educarlos sobre el ébola es determinante. Deben ser ellos los que transmitan el mensaje correcto y es por eso que estamos trabajando con pastores y también usamos la radio para difundir la información correcta".

POCAS VACUNAS DISPONIBLES
Isabelle Defourny, directora de Operaciones de MSF, denuncia que "el suministro de vacunas de la República Democrática del Congo es extremadamente bajo; por lo general, menos de 1.000 dosis. Debido a los problemas con el rastreo de contactos y que su suministro es esporádico, aún no podemos decir que esta es una estrategia de respuesta de emergencia". Ni MSF ni la OMS han podido acceder a determinadas 'zonas rojas', controladas por grupos armados muy peligrosos. Uno de ellos es ADF, las Fuerzas Democráticas de Uganda, un grupo yihadista que ha jurado lealtad al califa Al Bagdadi y que hoy es provincia del Estado Islámico.

Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF, por su parte, ha querido remarcar "los esfuerzos heroicos y en primera línea de los trabajadores sanitarios (congoleños en su mayoría), de los habitantes de las comunidades afectadas y de los aliados. A pesar de su trabajo incesante, la enfermedad sigue propagándose. La respuesta de salud pública a un brote de ébola requiere un nivel de inversión excepcional, porque hay que tratar el 100% de los casos y hay que rastrear el 100% de los contactos".

El brote saltó a Uganda en el cuerpo de tres personas y ya ha habido varias alertas en la frontera con Sudán del Sur, donde su llegada podría ser letal por culpa del conflicto que mantiene al país en niveles sanitarios muy precarios. La mortalidad de este brote (cepa Zaire, la más letal de todas) supera el 65%. El brote de ébola que comenzó hace un año no sólo sigue fuera de control, sino que se extiende a velocidades comparables a la gran epidemia de 2014 y 2015 en África Occidental, que acabó con la vida de más de 11.000 personas en tres países. Cada día aparecen nuevos contagiados fuera de los radares de los expertos, inesperados y consolidados. La pesadilla de cualquier epidemiólogo
https://www.elmundo.es/internacional/2019/08/01/5d41e3bbfc6c836e6c8b45c9.html
 
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