Detenido un abogado por asesinar a su pareja tras caer de un edificio cuando huía de la escena del crimen

Peor aún de lo imaginado 😔
Sigo sin entender dónde iba descalzo y en pijama, y además en diciembre, en. pleno centro de Valencia.
 

La Fiscalía pide la máxima pena, 25 años, para el asesino machista de Cristina​

La acusadora pública ha pedido que estén a la vista del jurado, las tres piedras, los tres cuchillos de cocina, las tijeras y el cinturón que el acusado usó para matar «a sangre fría» a su novia en València​



Mientras dormía, sin oportunidad alguna de defensa y utilizando ocho armas distintas «para asegurarse de su muerte». Es la base, obtenida a partir de la autopsia y del atestado policial, en la que la Fiscalía se ha apoyado para pedir la máxima pena posible, 25 años de cárcel, la que corresponde a un asesinato, por el crimen machista de Cristina B., la joven de 30 años brutalmente asesinada en la madrugada del pasado 3 de diciembre de 2021, hace casi un año, por el hombre que desde hacía tres meses era su novio y que incluso le había hablado ya de boda.

En los mismos términos se expresa la acusación particular ejercida por la madre y la hermana de Cristina, quien, además, considera su muerte un feminicidio, esto es, que la mató por su condición de mujer, de manera que añade la agravante de género en su calificación provisional de los hechos.

Además, el Ministerio Público pide que se le impongan al presunto asesino machista, Alberto L. H., de 36 años (35 cuando ocurrieron los hechos), ocho años de libertad vigilada, que obviamente cumpliría una vez saldada la pena de cárcel, y el pago de una indemnización de 90.000 euros a la madre y a la hermana de Cristina.

Un ataque salvaje y alevoso​

La fiscal recoge la larguísima lista de lesiones que Alberto L. H. le infligió a su víctima, a la que atacó mientras estaba dormida en la cama del ático que él tenía alquilado, en el número 33 de la calle Conde de Altea, sin más motivo que el de acabar con su vida guiado por «un pensamiento recurrente en el que creía que Cristina dejaría la relación por no ser el acusado ‘demasiado bueno ‘ para ella», como confesaría a las forenses.

Así, estando despierto por sus «problemas de insomnio», el acusado «empezó a pensar en cómo acabar con la vida» de ella. «Con una total sangre fría, cogió una piedra que se encontraba en uno de los maceteros de la terraza y golpeó varias veces con fuerza a Cristina en la cabeza y cara» para eliminar toda «posibilidad de reacción» defensiva, esto es, con la alevosía que eleva el homicidio a asesinato. Le causó decenas de contusiones por todo el cuerpo, desde la cabeza a lo pies, ensañándose principalmente en la cara hasta el punto de desfigurarla por completo, con una saña absoluta.

Buscó «asegurar la muerte»​

Además de tres piedras, empleó tres cuchillos de cocina de grandes dimensiones, el panadero, de sierra, y dos cebolleros de 19 y 20 centímetros de hoja, así como unas tijeras que fueron halladas debajo del cuerpo de su víctima. Con ellos le infligió más de una treintena de lesiones, varias de ellas mortales de necesidad, que le atravesaron un pulmón y el hígado en distintas acometidas. Incluso le clavó una de las armas blancas en la cabeza.


Antes de eso, y para terminar de «asegurar la muerte», la estranguló desde atrás –el estudio de las heridas permite inferir que la joven dormía recostada sobre su lateral derecho– con el cinturón de un batín de hombre de su propiedad. De hecho, los forenses concluyen que la muerte le sobrevino por la pérdida masiva de sangre –shock hipovolémico– y la asfixia «por compresión cervical».

No se intentó su***dar​

Después, con la misma sangre fría, «se duchó» y se puso «un pantalón de pijama». Y así, descalzo, pasadas las tres de la madrugada, «cayó por el patio de luces, ‘aterrizando en un tejado de uralita de una pequeña habitación» del restaurante italiano que ocupa la planta baja del edificio. Pese a que en algún momento se pensó en que Alberto L. H., abogado y profesor asociado en varias materias en el grado de Criminología de la Universitat de València, habría tratado de suicidarse, esa posibilidad parece descartada dadas las escasas lesiones sufridas, poco compatibles con una precipitación voluntaria desde un séptimo piso, pero sí con la caída casual, ya que se fracturó los tobillos, por lo que trató de caer de pie.

De hecho, lo más probable es que Alberto L. H., al que el informe psiquiátrico forense describe como «antisocial, manipulador, frío y carente de arrepentimiento», tal como adelantó en exclusiva este periódico, cayera accidentalmente mientras se deslizaba por los canalones al perder pie desde el segundo o tercer piso, en un intento por huir, dado que sabía de la existencia de una cámara de seguridad en el portal de la finca y podía ser descubierto por alguno de los vecinos ade haber bajado por la escalera.

Una vez en el restaurante, tal como ha venido informando Levante-EMV y recoge la calificación fiscal, comió y bebió en el restaurante. Y solo pasado un tiempo, cuando ya eran las 7.23 horas, decidió llamar al 112, pero únicamente para pedir ayuda para sí mismo. Sin embargo, su conversación fue poco precisa, por lo que los operadores de Emergencias, aunque alertaron a la Policía Nacional, no pudieron localizar el lugar desde el que llamaba. De hecho, telefoneó una segunda vez a las 7.27 horas para pedir ayuda médica pero con idéntico resultado: nadie acudió.

Tardaron 24 horas en encontrarla​

A las nueve de la mañana, cuando llegó el cocinero, se lo encontró comiendo en ese cuarto, del que no podía salir, y llamó a la Policía Nacional. Los agentes que acudieron se lo llevaron detenido cuando farfulló que había entrado con la intención de robar y que se había caído accidentalmente.

Tuvieron que pasar 24 horas más para que fuera descubierto el asesinato de la joven, gracias a la denuncia por desaparición interpuesta por la hermana de Cristina y la geolocalización de su teléfono móvil, que la situaba en casa de su novio, tal como adelantó en su momento en exclsuiva este diario. De hecho, el cuerpo sin vida de la joven, caído junto a la cama de matrimonio y con el arma aún en su cabeza, fue descubierto por el padre y por el hermano del acusado, a quien ya sabían en el hospital y detenido por robo, y que habían acudido con un juego de llaves propio acompañando a la madre de Cristina y a un primo de esta.

El juicio con jurado contra Alberto L. H., quien se ha adaptado perfectamente a la vida en prisión, según las psiquiatras forenses expertas en violencia machista que le realizaron la valoración a lo largo de tres entrevistas, se celebrará, casi con toda seguridad, la próxima primavera.

Ojalá le caigan los 25. Ojalá.
 
Creo que la mató porqué le tenía una envidia brutal, en las parejas se puede dar, es más frecuente en las amistades, una envidia patológica sin freno puede pasar en cualquier relación.
 
Segunda sesión del juicio contra el abogado y profesor universitario Alberto L. H. por el asesinato de Cristina B. M. en su casa de la calle Conde Altea se ha podido escuchar la descripción de la escena del crimen.

 
Quién dice que estaba enfermo? Precisamente la noticia dice lo contrario... ausencia de patología.

Y tanta brutalidad y ensañamiento? Eso una persona sana puede hacerlo?
Le daría un brote psicótico?

Se me ha encogido el corazón leyendo lo que le hizo a la pobre chica. Horrible.
Llevaban sólo tres meses de relación.
Que pudo pasar ahí? si a penas ni conocerían
 
Y tanta brutalidad y ensañamiento? Eso una persona sana puede hacerlo?
Le daría un brote psicótico?

Se me ha encogido el corazón leyendo lo que le hizo a la pobre chica. Horrible.
Llevaban sólo tres meses de relación.
Que pudo pasar ahí? si a penas ni conocerían
Pues parece que los exámenes forenses lo descartan. Pero a mí siempre me llamaron la atención las incoherencias, más ahora sabiendo los detalles.
Intenta escapar por el patio de luces porque sabe que hay una cámara en el patio, pero se ducha y se pone solo un pantalón de pijama para irse disimuladamente bajando por la cañería. A las 9 de la mañana en pleno centro comercial de la ciudad, en diciembre. Entiendo que sin cartera, teléfono ni nada, qué pensaba hacer?
Luego, al ver que no puede escapar de la habitación del restaurante donde cae, se sienta y se pone a comer y a beber, esperando a que alguien aparezca. Y esto después de haber cometido semejante salvajada.

 
Pues parece que los exámenes forenses lo descartan. Pero a mí siempre me llamaron la atención las incoherencias, más ahora sabiendo los detalles.
Intenta escapar por el patio de luces porque sabe que hay una cámara en el patio, pero se ducha y se pone solo un pantalón de pijama para irse disimuladamente bajando por la cañería. A las 9 de la mañana en pleno centro comercial de la ciudad, en diciembre. Entiendo que sin cartera, teléfono ni nada, qué pensaba hacer?
Luego, al ver que no puede escapar de la habitación del restaurante donde cae, se sienta y se pone a comer y a beber, esperando a que alguien aparezca. Y esto después de haber cometido semejante salvajada.

Por eso, todo apunta a que fue sin premeditación porque no parece que tuviese un plan. Desde luego no actúa coherentemente.

Y parece mentira que sea penalista y criminólogo, que algo mejor se le podía haber ocurrido.

Si no he leído mal cuando la mata ella estaba en la cama acostada ya dormida, por lo que no parece que lo ocurrido es que tuviesen una discusión fuerte que se les fuese de las manos. Parece más que se le fue la cabeza sin más.

Lo que me alucina es la parsimonia de él después de lo que había hecho, sin derrumbarse. Y luego con toda la lucidez es capaz de decir cosas como esto

 

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