Detenida en Algeciras una sicaria venezolana acusada de asesinar a dos holandeses

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La arrestada iba camino de Tánger y está acusada de matar en República Dominicana a dos traficantes como represalia por perder una tonelada de droga
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JESÚS A. CAÑAS
Cádiz 5 ENE 2018 - 13:42 CET
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Agentes de la Policía Nacional en Algeciras en una imagen de archivo. EFE


Medio año después de su crimen y a más de 6.000 kilómetros de distancia, ha terminado la huida internacional que una sicaria inició tras asesinar a dos holandeses en República Dominicana. La mujer, de 30 años y de nacionalidad venezolana, ha acabado detenida en el puesto fronterizo del Puerto de Algeciras cuando intentaba viajar a Tánger. La justicia dominicana la buscaba por su presunta implicación en un ajuste de cuentas contra los dos fallecidos, narcotraficantes y asesinados por permitir la decomisación de más de una tonelada de droga en ese país.

Un juez de Guadalajara ordena busca y captura para un sospechoso del crimen de Pioz
La orden de búsqueda contra la detenida se emitió el pasado mes de noviembre, después de que, en junio, se localizaran los cuerpos de los dos holandeses, de 34 y 36 años, aparecidos en una fosa común en el paraje de Salto Grande, en la provincia dominicana de El Seibo. Tras el hallazgo, las autoridades del país consiguieron averiguar que tanto ella, como otro supuesto sicario, viajaron desde la isla de Curazao (territorio autónomo de los Países Bajos y, hasta 2010, parte de las Antillas Neerlandesas) para cometer el crimen y, posteriormente, se marcharon de la República Dominicana.

Pese a que se pudo averiguar la identidad de la sospechosa y las autoridades emitieron una orden de extradición como presunta autora de un delito de asociación ilícita, su rastro se perdió tras el asesinato hasta que el pasado 29 de diciembre la suerte de la venezolana cambió en Algeciras. La mujer había llegado a Alemania, a través del aeropuerto de Ámsterdam el pasado mes de octubre, cuando la orden aún no estaba vigente. Ya en Cádiz, viajaba camino de Tánger y acompañada de un hombre de nacionalidad alemana que se identificó como su pareja. La actitud "esquiva y muy nerviosa" —según ha reconocido este viernes la Policía Nacional en una nota de prensa— alertó a los agentes del control de salida del Puesto Fronterizo Marítimo del Puerto de Algeciras.

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Los policías decidieron entonces realizar una entrevista e inspección más exhaustiva. Fue entonces cuando se percataron que la viajera tenía en vigor una orden de búsqueda y detención internacional, decretada por la Autoridad Judicial de la República Dominicana y tramitada a través de Interpol. La joven fue entonces detenida, pero, antes de acabar en la Comisaría de Algeciras, fue trasladada al Hospital Punta de Europa, ya que manifestó estar embarazada de 10 semanas. Una vez cotejado su estado de salud, en las instalaciones policiales, la UDEV (Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta) se encargó del caso y la elaboración del atestado policial.

Según las investigaciones de los agentes dominicanos, tanto la detenida como el otro sicario cumplían las órdenes de una red internacional del narcotráfico que quería acabar con la vida de los dos holandeses, R. B. y C. M. La banda les consideraba responsables de dejar que las autoridades decomisaran más de una tonelada de drogas en la provincia de San Pedro de Macorís. Los dos asesinados aparecieron una fosa de tres metros de profundidad, junto a 12 casquillos y varios proyectiles de armas de fuego.

La aparición de los cadáveres permitió la apertura de una investigación y la detención del español Erick Padrón por su posible implicación en los hechos. Las autoridades dominicanas partieron de la hipótesis de que las víctimas fueron asesinadas en la noche del pasado 19 de junio, tal y como recogieron medios del país, como Diario Libre. Al parecer, las investigaciones apuntan a que los dos sicarios trasladaron a los narcos hasta la fosa de El Seibo y allí mismo les quitaron la vida. Tan solo un día después, los dos sospechosos —entre los que se encuentra la ahora detenida— abandonaron la República Dominicana y regresaron a Curazao, de donde habían llegado el 14 de junio para cometer el crimen.

Después de su detención, la supuesta sicaria ha pasado a disposición del Juzgado de Instrucción Número 1 de Algeciras. Además, ha declarado también, por videoconferencia, para el Juzgado Central de Instrucción Número 5 de la Audiencia Nacional. La justicia ha acabado decretando su ingreso en prisión preventiva en el Centro Penitenciario de Botafuegos de Algeciras. Allí esperará su inminente extradición a la República Dominicana, donde deberá responder por los supuestos delitos de asesinato y pertenencia a una asociación criminal que se le imputan.
 
La arrestada iba camino de Tánger y está acusada de matar en República Dominicana a dos traficantes como represalia por perder una tonelada de droga
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JESÚS A. CAÑAS
Cádiz 5 ENE 2018 - 13:42 CET
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Agentes de la Policía Nacional en Algeciras en una imagen de archivo. EFE


Medio año después de su crimen y a más de 6.000 kilómetros de distancia, ha terminado la huida internacional que una sicaria inició tras asesinar a dos holandeses en República Dominicana. La mujer, de 30 años y de nacionalidad venezolana, ha acabado detenida en el puesto fronterizo del Puerto de Algeciras cuando intentaba viajar a Tánger. La justicia dominicana la buscaba por su presunta implicación en un ajuste de cuentas contra los dos fallecidos, narcotraficantes y asesinados por permitir la decomisación de más de una tonelada de droga en ese país.

Un juez de Guadalajara ordena busca y captura para un sospechoso del crimen de Pioz
La orden de búsqueda contra la detenida se emitió el pasado mes de noviembre, después de que, en junio, se localizaran los cuerpos de los dos holandeses, de 34 y 36 años, aparecidos en una fosa común en el paraje de Salto Grande, en la provincia dominicana de El Seibo. Tras el hallazgo, las autoridades del país consiguieron averiguar que tanto ella, como otro supuesto sicario, viajaron desde la isla de Curazao (territorio autónomo de los Países Bajos y, hasta 2010, parte de las Antillas Neerlandesas) para cometer el crimen y, posteriormente, se marcharon de la República Dominicana.

Pese a que se pudo averiguar la identidad de la sospechosa y las autoridades emitieron una orden de extradición como presunta autora de un delito de asociación ilícita, su rastro se perdió tras el asesinato hasta que el pasado 29 de diciembre la suerte de la venezolana cambió en Algeciras. La mujer había llegado a Alemania, a través del aeropuerto de Ámsterdam el pasado mes de octubre, cuando la orden aún no estaba vigente. Ya en Cádiz, viajaba camino de Tánger y acompañada de un hombre de nacionalidad alemana que se identificó como su pareja. La actitud "esquiva y muy nerviosa" —según ha reconocido este viernes la Policía Nacional en una nota de prensa— alertó a los agentes del control de salida del Puesto Fronterizo Marítimo del Puerto de Algeciras.

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Los policías decidieron entonces realizar una entrevista e inspección más exhaustiva. Fue entonces cuando se percataron que la viajera tenía en vigor una orden de búsqueda y detención internacional, decretada por la Autoridad Judicial de la República Dominicana y tramitada a través de Interpol. La joven fue entonces detenida, pero, antes de acabar en la Comisaría de Algeciras, fue trasladada al Hospital Punta de Europa, ya que manifestó estar embarazada de 10 semanas. Una vez cotejado su estado de salud, en las instalaciones policiales, la UDEV (Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta) se encargó del caso y la elaboración del atestado policial.

Según las investigaciones de los agentes dominicanos, tanto la detenida como el otro sicario cumplían las órdenes de una red internacional del narcotráfico que quería acabar con la vida de los dos holandeses, R. B. y C. M. La banda les consideraba responsables de dejar que las autoridades decomisaran más de una tonelada de drogas en la provincia de San Pedro de Macorís. Los dos asesinados aparecieron una fosa de tres metros de profundidad, junto a 12 casquillos y varios proyectiles de armas de fuego.

La aparición de los cadáveres permitió la apertura de una investigación y la detención del español Erick Padrón por su posible implicación en los hechos. Las autoridades dominicanas partieron de la hipótesis de que las víctimas fueron asesinadas en la noche del pasado 19 de junio, tal y como recogieron medios del país, como Diario Libre. Al parecer, las investigaciones apuntan a que los dos sicarios trasladaron a los narcos hasta la fosa de El Seibo y allí mismo les quitaron la vida. Tan solo un día después, los dos sospechosos —entre los que se encuentra la ahora detenida— abandonaron la República Dominicana y regresaron a Curazao, de donde habían llegado el 14 de junio para cometer el crimen.

Después de su detención, la supuesta sicaria ha pasado a disposición del Juzgado de Instrucción Número 1 de Algeciras. Además, ha declarado también, por videoconferencia, para el Juzgado Central de Instrucción Número 5 de la Audiencia Nacional. La justicia ha acabado decretando su ingreso en prisión preventiva en el Centro Penitenciario de Botafuegos de Algeciras. Allí esperará su inminente extradición a la República Dominicana, donde deberá responder por los supuestos delitos de asesinato y pertenencia a una asociación criminal que se le imputan.
Caramba, las mujeres también matan, y por lo visto bien.-
 
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