Dejo artículo. Se cumplen 15 años de su desaparición.
Y nunca más se supo...
Hace 15 años tal día como hoy era lunes santo. En Dos Hermanas (Sevilla) un niño de 13 años, Josué Monge García, salía de su casa en la barriada de Huerta Sola montado en su bicicleta.
Josué era alegre, cariñoso, estudiante de secundaria que disponía de unos días de vacaciones.
Se dirigía a Vistazul a casa de un amigo. Llevaba 30 euros en el bolsillo y una pequeña mochila para pasar la noche fuera, a apenas 300 metros de su calle, pero nunca llegó a su cita.
Fue la última vez que su madre lo vió.
Isabel García tenía a sus espaldas veinte años de maltrato y había tomado la decisión de separarse intentando iniciar una mejor vida junto a sus tres hijos.
Antonio , el padre de Josué, se mantuvo en el domicilio familiar hasta trece días después de la desaparición del niño. Su comportamiento era extraño en ese período. Después, se esfumó. Tiene una orden internacional de búsqueda y captura desde entonces. La policía cree que fue el responsable de la desaparición de Josué y después se quitó la vida, pero no hay nada que certifique esta circunstancia
Josué era el mediano de los tres hermanos.Falsas alertas del posible paradero del padre del niño y pistas que no han llegado a cuajar, resumen el proceso de investigación.
Isabel tuvo que repartir fotocopias por las comisarías y cuarteles de Andalucía. Pidió ayuda al Defensor del Pueblo, al subdelegado del Gobierno, al Ayuntamiento de Dos Hermanas, a la Fiscalía de menores. Un camino plagado de dificultades, incertidumbre y dolor.
El Ministerio del Interior mantiene abierta la desaparición de Josué junto a las más de un centenar en la provincia de Sevilla.
Isabel se debate entre la pena y la esperanza de conocer algún día dónde está y qué fue lo que le pasó a su hijo.
Y nunca más se supo...
Hace 15 años tal día como hoy era lunes santo. En Dos Hermanas (Sevilla) un niño de 13 años, Josué Monge García, salía de su casa en la barriada de Huerta Sola montado en su bicicleta.
Josué era alegre, cariñoso, estudiante de secundaria que disponía de unos días de vacaciones.
Se dirigía a Vistazul a casa de un amigo. Llevaba 30 euros en el bolsillo y una pequeña mochila para pasar la noche fuera, a apenas 300 metros de su calle, pero nunca llegó a su cita.
Fue la última vez que su madre lo vió.
Isabel García tenía a sus espaldas veinte años de maltrato y había tomado la decisión de separarse intentando iniciar una mejor vida junto a sus tres hijos.
Antonio , el padre de Josué, se mantuvo en el domicilio familiar hasta trece días después de la desaparición del niño. Su comportamiento era extraño en ese período. Después, se esfumó. Tiene una orden internacional de búsqueda y captura desde entonces. La policía cree que fue el responsable de la desaparición de Josué y después se quitó la vida, pero no hay nada que certifique esta circunstancia
Josué era el mediano de los tres hermanos.Falsas alertas del posible paradero del padre del niño y pistas que no han llegado a cuajar, resumen el proceso de investigación.
Isabel tuvo que repartir fotocopias por las comisarías y cuarteles de Andalucía. Pidió ayuda al Defensor del Pueblo, al subdelegado del Gobierno, al Ayuntamiento de Dos Hermanas, a la Fiscalía de menores. Un camino plagado de dificultades, incertidumbre y dolor.
El Ministerio del Interior mantiene abierta la desaparición de Josué junto a las más de un centenar en la provincia de Sevilla.
Isabel se debate entre la pena y la esperanza de conocer algún día dónde está y qué fue lo que le pasó a su hijo.