Espero que todo esto sea una mera elucubración del periodista, porque vaya tela.Se busca una sentencia que aparente ser un correctivo, treinta años por ejemplo, pero que al esquivar el asesinato premeditado permitiría a Daniel regresar a España dentro de tres o cuatro años y, sobre todo, que la opinión pública no le recuerde como un asesino y descuartizador, sino como alguien que luchó por su libertad en una tierra lejana ayudado por su más que famoso padre.