Lo único que me parece corto es la penalidad a seguir, o como se diga, aunque si bien es cierto que dos años de inhabilitación pueden cambiarle la vida no lo veo como suficiente para castigar algo tan esencial y básico como es el secreto profesional acerca de las vidas ajenas. Es de esperar que este mercachifle de la abogacía sufra en su oficio un castigo más alto.
Aunque la pena oficial te parezca corta, la real no lo es, a ver quien se atreve a contratarlo. Creo que Ledesma Bartret (no Fernando, el hermano) también le dio larga.