Cómo a través del virus de los medios, se inocula el virus del miedo

LEYENDO TANTA RIDICULEZ COMO ACERTADAMENTE DESCRIBE ESTE ARTÍCULO UNO NO SABE SI REÍR O LLORAR

Concierto para desinfectante y orquesta
Los músicos de la Orquesta Sinfónica de Barcelona (OBC) vuelven esta semana, tres meses después del parón a causa de la Covid-19, a los ensayo

Pep GorgoriActualizado:17/06/2020 01:42hGUARDAR
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Los músicos de la Orquesta Sinfónica de Barcelona (OBC) vuelven esta semana, tres meses después del parón a causa de la Covid-19, a los ensayos. Les recibe el imponente Auditorio de Barcelona, una mole de hormigón y metal que en este tiempo ha criado algunas malas hierbas entre los adoquines del pavimento exterior. En un recoveco de las escaleras de acceso ha acabado prosperando una palmerita que hacía años que no acababa de decidirse a brotar. Ahora luce un esplendoroso verde intenso mientras algunos perros juguetean por los alrededores. La despoblación del edificio han convertido su atrio de acceso en un terreno ideal para lanzarles la pelota.

En la puerta de entrada, un guardia de seguridad espera a los artistas armado con un termómetro de infrarrojos. A su lado, el bote de gel hidroalcohólico. Son los primeros pasos de la nueva coreografía ritual impuesta por las autoridades sanitarias. Ni que decir tiene que todos van con la mascarilla puesta. Una vez dentro, ya no fichan con la huella dactilar, para evitar toquetear todos la misma superfície, del mismo modo que no pueden beber agua en las fuentes que antaño tenían a su disposición. Quien quiera agua, que recurra al botellín.








Queda aún un paso importante antes de acceder al escenario. Coger las partituras. En otros tiempos, se les proporcionaban los originales, que luego volvían a las estanterías del archivo correspondientes. Hoy, se les facilitan fotocopias que han estado previamente en cuarentena y que serán destruidas tan pronto como acabe el concierto. Nunca se sabe bajo qué línea del pentagrama se puede agazapar un virus.




Ahora sí, los desinfectadísimos maestros acceden al escenario, donde les espera a cada uno su silla. Nada de intercambiárselas, que cada una lleva la etiqueta con su nombre, no vaya a ser que uno se siente sobre los microbios de otro. Del mismo modo, no hay un atril para cada dos intérpretes, sino que cada uno tiene el suyo. Es una manera de no compartir nada, pero también es el único remedio que queda, ya que las sillas están a dos metros de distancia y, con un atril a medio camino, sería imposible vislumbrar una sola corchea sin prismáticos. Eso sí, una vez sentados pueden, por fin, quitarse la mascarilla.

Hay veinticinco músicos desperdigados por todo el escenario, en lugar de los aproximadamente sesenta habituales. Al fondo, trompas y flauta, los temidos instrumentos de viento. En el centro, el director, Daniel Espasa. Sentado a su clavicémbalo, dedica los primeros minutos a constatar lo que cuesta encontrar un sonido homogéneo cuando los músicos apenas se pueden escuchar los unos a los otros a causa de la distancia. Ni tan siquiera pueden mirarse de reojo, como acostumbran, para saber cuándo los compañeros están a punto de atacar la nota e ir todos a tiempo. Algunos comentan que quizás en la fase tres puedan acercarse un poquito más. A partir de ahí, suena la música. Sácame un decibelio de aquí, ponme un crescendo allá… La acústica de la sala vacía y con pocos músicos acompaña bastante, y se constata que al menos aquella emoción y la vibración del directo no han cambiado.

Otra imagen del ensayo de la OBC

Otra imagen del ensayo de la OBC - Inés Baucells
Así tendrán que trabajar todo el mes de julio, a menos que se relajen las exigencias sanitarias que se imponen al mundo de la Cultura. Un sector, al parecer, mucho más sospechoso de propagar virus que, por ejemplo, el del fútbol, donde a nadie se le ha ocurrido obligar a los jugadores a mantenerse a dos metros de distancia ni a pasar un trapito con desinfectante al balón después de cada pase.

La OBC ha programado un ciclo de seis conciertos que se celebrarán sin público in situ, pero con cámaras y micrófonos. Se ensayará de lunes a jueves, y el viernes se grabará el concierto, que emitirán Radio Clásica, Televisió de Catalunya y Catalunya Música. Según explica el director general de L’Auditori, Robert Brufau, se han buscado repertorios que permitan usar solamente a una parte reducida de la plantilla de la orquesta. Además, se ha apostado por el patrimonio musical propio. Habrá Haydn, Mozart y Chaikovski, pero también catalanes como Gerhard, Manén, Toldrà, Humet y Guix. A su lado, autores del siglo XX no tan habituales en las programaciones: Britten, Ligeti y Copland, entre otros. «Es un preludio a lo que puede acabar sucediendo si no podemos llenar de público más de un tercio o la mitad del aforo: al menos, quien no pueda acceder a la sala podrá seguirnos a través de una nueva plataforma digital que estamos poniendo a punto», comenta Brufau. Pese a las restricciones, se muestra «feliz de poder retomar la actividad de la OBC»



:rolleyes::rolleyes::rolleyes::rolleyes:
:mad:
 
https://www.elmundo.es/tecnologia/2020/06/10/5ee098f3fc6c83a86e8b4610.html

No sé colgados la noticia extendida, si me podéis explicar, gracias
Hola prima. No entiendo muy bien lo que quieres decir. Al hacer clik en el enlace se lee perfectamente la noticia. ¿Es eso?
Gracias por traerla.

Yo venía dejaros esto y a pediros que le deis difusión. Es el trabajo de un virólogo alemán sobre lo que ha ido aconteciendo con esto del bicho y sus conclusiones. La verdad es que me ha dejado helada.
Son diez páginas, os dejo un extracto:

La cuestión central y decisiva es si el Prof. Drosten ha cumplido con su deber científico, que forma parte de su contrato de trabajo, consigo mismo y verifica sistemáticamente todas las afirmaciones hechas en su publicación sobre el método de detección que desarrolló y las declaraciones públicas basadas en él.

Este deber científico central da lugar a tres preguntas centrales:


¿Comprobó el Prof. Drosten si las secuencias de genes que forman la base de su procedimiento de prueba y
que le fueron proporcionadas por virólogos chinos son en realidad secuencias que se originan en un virus?
¿Llevó a cabo el Prof. Drosten los experimentos de control que son obligatorios en la ciencia y que prueban si
las secuencias que utilizó realmente se originan en un virus? ¿Llevó a cabo los experimentos de control que
prueban si las secuencias que utiliza, que atribuye al nuevo virus, son en realidad secuencias que no son
secuencias que se producen en todos los metabolismos, tal vez incluso en plantas, como las papayas de
Tanzanía o que se producen en mayor número en el metabolismo de las enfermedades?
¿En base a qué suposiciones, experimentos y controles puede el Prof. Drosten afirmar que su método de
prueba, con el que sólo detecta áreas parciales de 2 (dos) genes del genoma de un total de 10 (diez) genes del
coronavirus, detecta un virus completo, activo y causante de la enfermedad? ¿Y no sólo fragmentos de un
virus, después de una supuesta batalla exitosa del sistema inmunológico o la presencia de virus "defectuosos"
o "incompletos" o "inofensivos" en nuestro material genético, que son típicos y constituyen el 50% de las
masas genéticas de nuestros cromosomas?
 

Adjuntos

  • Stefan_Lanka_El_principio_y_el_fin_de_la_crisis_del_coronavirus.pdf
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Hola prima. No entiendo muy bien lo que quieres decir. Al hacer clik en el enlace se lee perfectamente la noticia. ¿Es eso?
Gracias por traerla.

Yo venía dejaros esto y a pediros que le deis difusión. Es el trabajo de un virólogo alemán sobre lo que ha ido aconteciendo con esto del bicho y sus conclusiones. La verdad es que me ha dejado helada.
Son diez páginas, os dejo un extracto:

La cuestión central y decisiva es si el Prof. Drosten ha cumplido con su deber científico, que forma parte de su contrato de trabajo, consigo mismo y verifica sistemáticamente todas las afirmaciones hechas en su publicación sobre el método de detección que desarrolló y las declaraciones públicas basadas en él.

Este deber científico central da lugar a tres preguntas centrales:


¿Comprobó el Prof. Drosten si las secuencias de genes que forman la base de su procedimiento de prueba y
que le fueron proporcionadas por virólogos chinos son en realidad secuencias que se originan en un virus?
¿Llevó a cabo el Prof. Drosten los experimentos de control que son obligatorios en la ciencia y que prueban si
las secuencias que utilizó realmente se originan en un virus? ¿Llevó a cabo los experimentos de control que
prueban si las secuencias que utiliza, que atribuye al nuevo virus, son en realidad secuencias que no son
secuencias que se producen en todos los metabolismos, tal vez incluso en plantas, como las papayas de
Tanzanía o que se producen en mayor número en el metabolismo de las enfermedades?
¿En base a qué suposiciones, experimentos y controles puede el Prof. Drosten afirmar que su método de
prueba, con el que sólo detecta áreas parciales de 2 (dos) genes del genoma de un total de 10 (diez) genes del
coronavirus, detecta un virus completo, activo y causante de la enfermedad? ¿Y no sólo fragmentos de un
virus, después de una supuesta batalla exitosa del sistema inmunológico o la presencia de virus "defectuosos"
o "incompletos" o "inofensivos" en nuestro material genético, que son típicos y constituyen el 50% de las
masas genéticas de nuestros cromosomas?

Qué casualidad que este también lo he leído este mediodía, hay es un documento que hay que leer con mucha mucha tranquilidad, aunque solo sean diez hojas todo el contenido es importante, a mí me ha llevando un rato bastante largo leerlo
 
Un estudio del Pentágono, realizado entre soldados que fueron vacunados contra la gripe, determinó que tenían un 36% más de posibilidades de contraer la enfermedad que los no vacunados.

 
Hola prima. No entiendo muy bien lo que quieres decir. Al hacer clik en el enlace se lee perfectamente la noticia. ¿Es eso?
Gracias por traerla.

Yo venía dejaros esto y a pediros que le deis difusión. Es el trabajo de un virólogo alemán sobre lo que ha ido aconteciendo con esto del bicho y sus conclusiones. La verdad es que me ha dejado helada.
Son diez páginas, os dejo un extracto:

La cuestión central y decisiva es si el Prof. Drosten ha cumplido con su deber científico, que forma parte de su contrato de trabajo, consigo mismo y verifica sistemáticamente todas las afirmaciones hechas en su publicación sobre el método de detección que desarrolló y las declaraciones públicas basadas en él.

Este deber científico central da lugar a tres preguntas centrales:


¿Comprobó el Prof. Drosten si las secuencias de genes que forman la base de su procedimiento de prueba y
que le fueron proporcionadas por virólogos chinos son en realidad secuencias que se originan en un virus?
¿Llevó a cabo el Prof. Drosten los experimentos de control que son obligatorios en la ciencia y que prueban si
las secuencias que utilizó realmente se originan en un virus? ¿Llevó a cabo los experimentos de control que
prueban si las secuencias que utiliza, que atribuye al nuevo virus, son en realidad secuencias que no son
secuencias que se producen en todos los metabolismos, tal vez incluso en plantas, como las papayas de
Tanzanía o que se producen en mayor número en el metabolismo de las enfermedades?
¿En base a qué suposiciones, experimentos y controles puede el Prof. Drosten afirmar que su método de
prueba, con el que sólo detecta áreas parciales de 2 (dos) genes del genoma de un total de 10 (diez) genes del
coronavirus, detecta un virus completo, activo y causante de la enfermedad? ¿Y no sólo fragmentos de un
virus, después de una supuesta batalla exitosa del sistema inmunológico o la presencia de virus "defectuosos"
o "incompletos" o "inofensivos" en nuestro material genético, que son típicos y constituyen el 50% de las
masas genéticas de nuestros cromosomas?
Guardado queda, muy bien explicado, gracias, me temo que en Octubre más o menos, nos vuelven a encerrar.
 
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