- Oye, tu mujer me ha guiñado el ojo.
- No pasa nada, es un tick nervioso que tiene, lo hace siempre.
- Ah, vale. Pero que sepas que ya me la he foll*do...
¡Menudo vecino tengo! Pues no se pone la otra noche a aporrear la puerta de mi casa... ¡a las 4 de la madrugada el muy cerdo!¡Es que hay que tener cara!¡Y encima pegando gritos!
Tanto gritaba el tío, que del susto que me dio casi se me cae el taladro al suelo...