CHISTES CORTOS
- AutorCenicienta
- Fecha de inicio
Pablito la cigüeña te va a traer un hermanito de París y vas a tener con quien jugar
Pero , mami , si yo no hablo francés ...
Había un señor que estaba asustado, porque tenía pelos por todas partes de una forma descomunal. Entonces va donde un doctor y le dice:
Doctor, doctor, ¿Qué padezco doctor, qué padezco?
Y el doctor le dice:
¡Padeces un osito!
Do you speak English?
¿Cómo dice usted?
Do you speak English?
¡No lo entiendo!
Le pregunto que si habla usted Inglés.
¡Ah sí, perfectamente!
Un anciano de 90 años llega al médico para su chequeo de rutina. El doctor le pregunta:
¿Cómo se siente?
¡Nunca estuve mejor!, mi novia tiene 18 años, ahora está embarazada y vamos a tener un hijo.
El doctor piensa por un momento y dice:
Permítame contarle una historia:
Un cazador que nunca se perdía la temporada de caza, salió un día tan apurado de su hogar, que se confundió tomando el paraguas en vez del rifle. Cuando llegó al bosque, se le apareció un gran oso, el cazador levantó el paraguas, le apuntó al oso y disparó. ¿A que no sabe qué pasó?
No sé, responde el anciano.
Pues el oso cayó muerto frente a él.
¡Imposible!, exclama el anciano, alguien más debe haber disparado.
¡Pues claro hombre, a ese punto quería llegar!
Pero , mami , si yo no hablo francés ...
Había un señor que estaba asustado, porque tenía pelos por todas partes de una forma descomunal. Entonces va donde un doctor y le dice:
Doctor, doctor, ¿Qué padezco doctor, qué padezco?
Y el doctor le dice:
¡Padeces un osito!
Do you speak English?
¿Cómo dice usted?
Do you speak English?
¡No lo entiendo!
Le pregunto que si habla usted Inglés.
¡Ah sí, perfectamente!
Un anciano de 90 años llega al médico para su chequeo de rutina. El doctor le pregunta:
¿Cómo se siente?
¡Nunca estuve mejor!, mi novia tiene 18 años, ahora está embarazada y vamos a tener un hijo.
El doctor piensa por un momento y dice:
Permítame contarle una historia:
Un cazador que nunca se perdía la temporada de caza, salió un día tan apurado de su hogar, que se confundió tomando el paraguas en vez del rifle. Cuando llegó al bosque, se le apareció un gran oso, el cazador levantó el paraguas, le apuntó al oso y disparó. ¿A que no sabe qué pasó?
No sé, responde el anciano.
Pues el oso cayó muerto frente a él.
¡Imposible!, exclama el anciano, alguien más debe haber disparado.
¡Pues claro hombre, a ese punto quería llegar!
¿QUIÉN DEBE SER EL JEFE?
Cuando se creó el cuerpo humano, todas las partes querían ser el jefe.
- Ya que yo controlo todo esto y pienso por todos -dijo el cerebro-, yo debería ser el jefe.
- Puesto que nosotros transportamos el cuerpo a donde desea el cerebro -dijeron los pies-, nosotros deberíamos ser los jefes.
- Y ya que nosotras hacemos todo el trabajo y ganamos dinero para mantener todo el cuerpo -dijeron las manos-, nosotras debiéramos ser los jefes.
Y así siguieron, exponiendo sus razones, el corazón, los ojos, las orejas, los pulmones, etc.
Por fin, habló el ojo del culo y pidió ser el jefe.
Las otras partes del cuerpo se echaron a reír a carcajadas ante la idea de que un ojo del culo pudiera ser el jefe.
El ojo del culo, irritado, montó en cólera. Se cerró y se negó a funcionar.
Rápidamente el cerebro perdió su claridad, los ojos se pusieron vizcos y vidriosos, los pies demasiado débiles para andar, las manos colgaban sin fuerza, y el corazón y los pulmones luchaban por sobrevivir.
Entonces todos suplicaron al cerebro que cediese y permitiera al ojo de culo ser el jefe.
Y desde entonces así se hizo.
Todas las partes del cuerpo hacían el trabajo mientras que el ojo del culo las dirigía y se ocupaba, principalmente, de la mierda, como todo jefe digno de ese título.
MORALEJA: No hace falta ser un cerebro para llegar a jefe, un ojo del culo tiene, claramente, más posibilidades. Mira a tu alrededor para convencerte.
Cuando se creó el cuerpo humano, todas las partes querían ser el jefe.
- Ya que yo controlo todo esto y pienso por todos -dijo el cerebro-, yo debería ser el jefe.
- Puesto que nosotros transportamos el cuerpo a donde desea el cerebro -dijeron los pies-, nosotros deberíamos ser los jefes.
- Y ya que nosotras hacemos todo el trabajo y ganamos dinero para mantener todo el cuerpo -dijeron las manos-, nosotras debiéramos ser los jefes.
Y así siguieron, exponiendo sus razones, el corazón, los ojos, las orejas, los pulmones, etc.
Por fin, habló el ojo del culo y pidió ser el jefe.
Las otras partes del cuerpo se echaron a reír a carcajadas ante la idea de que un ojo del culo pudiera ser el jefe.
El ojo del culo, irritado, montó en cólera. Se cerró y se negó a funcionar.
Rápidamente el cerebro perdió su claridad, los ojos se pusieron vizcos y vidriosos, los pies demasiado débiles para andar, las manos colgaban sin fuerza, y el corazón y los pulmones luchaban por sobrevivir.
Entonces todos suplicaron al cerebro que cediese y permitiera al ojo de culo ser el jefe.
Y desde entonces así se hizo.
Todas las partes del cuerpo hacían el trabajo mientras que el ojo del culo las dirigía y se ocupaba, principalmente, de la mierda, como todo jefe digno de ese título.
MORALEJA: No hace falta ser un cerebro para llegar a jefe, un ojo del culo tiene, claramente, más posibilidades. Mira a tu alrededor para convencerte.
CÓMO DAR UNA MALA NOTICIA
Un rico hacendado debía por dos semanas y dejó todo al cuidado de su capataz. Antes de irse, le hizo las recomendaciones oportunas.
- Ya sabes, hombre, me cuidas bien todo, ¡no vaya a pasar algo!
- No se preocupe, patrón, que nada va a suceder.
- Eso espero -dice el hacendado-. ¡Mira, que cuando quieres eres todo lo bruto...!
- Sin problemas, patrón, sin problemas.
Transcurrieron las dos semanas y el hacendado regresó de la capital. Cuando subió a la camioneta con la que el capataz había ido a buscarlo, preguntó:
- ¿Alguna novedad?
- No, jefe, nada ha pasado.
- ¿Estás seguro?
- Bueno, ahora que lo dice, sí, pasó algo, se murió su gato.
- ¡Mi gato de angora premiado y ganador de siete concursos! Ya sabía yo que algo iba a pasar... Dime, ¿qué le ocurrió?
- Se murió de indigestión
- ¿Indigestión? ¿Cómo se va a morir de indigestión si la dieta equilibrada de atún y vitaminas que come se la hago traer directamente de Barcelona cada 15 días?
- Es que comió carne de caballo en mal estado -dijo compungido el capataz.
- ¡Carne de caballo! ¿Y quién fue el bruto que le dio carne de caballo a mi gato?
- Nadie, patrón. Lo que pasó es que nadie tuvo tiempo de recoger el caballo y el gato en un descuido se comió un pedazo.
- ¿Pero de qué caballo me hablas?
- Bueno, del suyo, patrón.
- ¡Quéeeeee, mi caballo de exhibición! ¿Qué le pasó a mi caballo?
- Se murió del esfuerzo.
- ¡Esfuerzo! ¿Qué esfuerzo? -exclamó el hacendado con el rostro ya desencajado.
- De cargar agua, patrón. En el apuro no había otra forma de cargar agua.
- ¡Usaron mi caballo para cargar agua! ¿Y para qué cargaban agua con mi caballo?, ¡animales!
- Es que había que apagar el incendio, patrón.
Ya con un perceptible tartamudeo y una de sus cejas en un irrefrenable parpadeo nervioso el hacendado balbuceó:
- ¡Incendio! ¿Qué incendio?
- El de la casa, patrón. Pero al final no pudimos hacer nada y se quemó entera.
- ¡Qué... se quemó mi casa! ¿Y cómo fue eso?
- Es que se cayó una vela y prendió fuego a una cortina y, de allí en adelante, no hubo forma de pararlo.
- ¿Una vela quemó mi casa? ¿Y quién es el animal que prendió una velaaaa?
- Bueno, patrón, no se ponga así. En todos los velatorios se usan velas.
- ¿Velatorio?, ¿en mi casa? ¿Y por qué hicieron un velorio en mi casa? ¿Quién se murió?
- Su madre, patrón -dijo el capataz en voz casi inaudible.
Todo el rostro del hacendado era un manojo de tics y contracciones incontrolables, a duras penas controló su mandíbula para poder pronunciar:
- ¿¡Mi madre!? ¿¡Murió mi madre!? ¿Cómo murió mi madre?
- Murió de la impresión, patrón, no soportó la impresión.
- ¿Qué impresión? -preguntó el hacendado ya totalmente fuera de sí.
- La de ver como se ahogaban en la laguna los...
- ¡Basta! ¡Basta! ¡No quiero escuchar más!
Y en ese punto el hacendado no pudo refrenar su tensión y empezó a ahorcar al capataz entre sus manos.
Éste, amoratado y casi sin respiración, alcanzó a decir:
- ¡No más, patrón!, ¡no más! Si hubiera sabido que iba a ponerse así, no le habría contado lo del gato.
Un rico hacendado debía por dos semanas y dejó todo al cuidado de su capataz. Antes de irse, le hizo las recomendaciones oportunas.
- Ya sabes, hombre, me cuidas bien todo, ¡no vaya a pasar algo!
- No se preocupe, patrón, que nada va a suceder.
- Eso espero -dice el hacendado-. ¡Mira, que cuando quieres eres todo lo bruto...!
- Sin problemas, patrón, sin problemas.
Transcurrieron las dos semanas y el hacendado regresó de la capital. Cuando subió a la camioneta con la que el capataz había ido a buscarlo, preguntó:
- ¿Alguna novedad?
- No, jefe, nada ha pasado.
- ¿Estás seguro?
- Bueno, ahora que lo dice, sí, pasó algo, se murió su gato.
- ¡Mi gato de angora premiado y ganador de siete concursos! Ya sabía yo que algo iba a pasar... Dime, ¿qué le ocurrió?
- Se murió de indigestión
- ¿Indigestión? ¿Cómo se va a morir de indigestión si la dieta equilibrada de atún y vitaminas que come se la hago traer directamente de Barcelona cada 15 días?
- Es que comió carne de caballo en mal estado -dijo compungido el capataz.
- ¡Carne de caballo! ¿Y quién fue el bruto que le dio carne de caballo a mi gato?
- Nadie, patrón. Lo que pasó es que nadie tuvo tiempo de recoger el caballo y el gato en un descuido se comió un pedazo.
- ¿Pero de qué caballo me hablas?
- Bueno, del suyo, patrón.
- ¡Quéeeeee, mi caballo de exhibición! ¿Qué le pasó a mi caballo?
- Se murió del esfuerzo.
- ¡Esfuerzo! ¿Qué esfuerzo? -exclamó el hacendado con el rostro ya desencajado.
- De cargar agua, patrón. En el apuro no había otra forma de cargar agua.
- ¡Usaron mi caballo para cargar agua! ¿Y para qué cargaban agua con mi caballo?, ¡animales!
- Es que había que apagar el incendio, patrón.
Ya con un perceptible tartamudeo y una de sus cejas en un irrefrenable parpadeo nervioso el hacendado balbuceó:
- ¡Incendio! ¿Qué incendio?
- El de la casa, patrón. Pero al final no pudimos hacer nada y se quemó entera.
- ¡Qué... se quemó mi casa! ¿Y cómo fue eso?
- Es que se cayó una vela y prendió fuego a una cortina y, de allí en adelante, no hubo forma de pararlo.
- ¿Una vela quemó mi casa? ¿Y quién es el animal que prendió una velaaaa?
- Bueno, patrón, no se ponga así. En todos los velatorios se usan velas.
- ¿Velatorio?, ¿en mi casa? ¿Y por qué hicieron un velorio en mi casa? ¿Quién se murió?
- Su madre, patrón -dijo el capataz en voz casi inaudible.
Todo el rostro del hacendado era un manojo de tics y contracciones incontrolables, a duras penas controló su mandíbula para poder pronunciar:
- ¿¡Mi madre!? ¿¡Murió mi madre!? ¿Cómo murió mi madre?
- Murió de la impresión, patrón, no soportó la impresión.
- ¿Qué impresión? -preguntó el hacendado ya totalmente fuera de sí.
- La de ver como se ahogaban en la laguna los...
- ¡Basta! ¡Basta! ¡No quiero escuchar más!
Y en ese punto el hacendado no pudo refrenar su tensión y empezó a ahorcar al capataz entre sus manos.
Éste, amoratado y casi sin respiración, alcanzó a decir:
- ¡No más, patrón!, ¡no más! Si hubiera sabido que iba a ponerse así, no le habría contado lo del gato.
¡COSAS DE LOROS!
Un ama de casa quería adquirir una mascota para que le hiciera compañía. Para ello, fue a la pajarería y escogió y compró un loro. Antes de recibir el dinero de importe, el vendedor le advirtió que el loro había pertenecido a un prostíbulo y acostumbraba a decir cosas un poco salidas de tono. Pero a la mujer le gustó el colorido del plumaje del loro y le resultaron graciosas sus palabras. Por tanto, decidió comprarlo.
Ya en su casa, la mujer puso la jaula en la sala y esperó a que el loro hablara. El animal divisó todo el panorama, y dijo:
- Nueva casa. Nueva madame.
La mujer se sorprendió un poco y no comprendió aquellas palabras
Cuando entraron en casa sus hijas adolescentes, el loro volvió a hablar:
- Nueva casa. Nueva madame. Nuevas zorras.
Tras la sorpresa inicial, recordó la advertencia del dependiente de que el loro había pertenecido a un prostíbulo. Las muchachas rieron con su madre la ocurrencia del ave, y esperaron a que llegara el papá.
Por la noche, cuando el hombre llegó a su casa, el loro habló otra vez:
- Nueva casa. Nueva madame. Nuevas zorras. Caras conocidas. ¡Hola, Jorge!.
FÁBRICA DE BIBERONES
Un individuo fue a visitar una fábrica cuya fabricación consistía en varios productos de látex. En la primera parada, le mostraron la máquina que fabrica las tetinas de los biberones. La máquina hacía un ruidoso "hishhh, pop, hishhh, pop, hishhh, pop, hishhh, pop".
- El "hishhh" es el caucho que es inyectado en el molde -explicó la guía que le enseñaba la fábrica-, el "pop" es la aguja que crea un agujero en el extremo de la tetina.
Más adelante, llegaron a la parte de la fábrica donde se fabrican los profilácticos (condones). Aquí, la máquina hacía un "hishhh, hishhh, hishhh, hishhh, hishhh, hishhh, pop".
- ¡Espere un minuto! -dijo el visitante-. Entiendo lo de "hishhh, hishhh, hishhh, hishhh hishhh, hishhh". ¿Pero qué es ese "pop" tan a menudo?.
- ¡Oh!, es justamente lo mismo que en la máquina de la tetinas de biberones -contestó la guía-. Crea un agujero cada seis condones.
- ¡Pero... eso no es nada bueno para los condones!.
- No -replicó la guía-, pero eso es buenísimo para el negocio de las tetinas de biberones.
Un ama de casa quería adquirir una mascota para que le hiciera compañía. Para ello, fue a la pajarería y escogió y compró un loro. Antes de recibir el dinero de importe, el vendedor le advirtió que el loro había pertenecido a un prostíbulo y acostumbraba a decir cosas un poco salidas de tono. Pero a la mujer le gustó el colorido del plumaje del loro y le resultaron graciosas sus palabras. Por tanto, decidió comprarlo.
Ya en su casa, la mujer puso la jaula en la sala y esperó a que el loro hablara. El animal divisó todo el panorama, y dijo:
- Nueva casa. Nueva madame.
La mujer se sorprendió un poco y no comprendió aquellas palabras
Cuando entraron en casa sus hijas adolescentes, el loro volvió a hablar:
- Nueva casa. Nueva madame. Nuevas zorras.
Tras la sorpresa inicial, recordó la advertencia del dependiente de que el loro había pertenecido a un prostíbulo. Las muchachas rieron con su madre la ocurrencia del ave, y esperaron a que llegara el papá.
Por la noche, cuando el hombre llegó a su casa, el loro habló otra vez:
- Nueva casa. Nueva madame. Nuevas zorras. Caras conocidas. ¡Hola, Jorge!.
FÁBRICA DE BIBERONES
Un individuo fue a visitar una fábrica cuya fabricación consistía en varios productos de látex. En la primera parada, le mostraron la máquina que fabrica las tetinas de los biberones. La máquina hacía un ruidoso "hishhh, pop, hishhh, pop, hishhh, pop, hishhh, pop".
- El "hishhh" es el caucho que es inyectado en el molde -explicó la guía que le enseñaba la fábrica-, el "pop" es la aguja que crea un agujero en el extremo de la tetina.
Más adelante, llegaron a la parte de la fábrica donde se fabrican los profilácticos (condones). Aquí, la máquina hacía un "hishhh, hishhh, hishhh, hishhh, hishhh, hishhh, pop".
- ¡Espere un minuto! -dijo el visitante-. Entiendo lo de "hishhh, hishhh, hishhh, hishhh hishhh, hishhh". ¿Pero qué es ese "pop" tan a menudo?.
- ¡Oh!, es justamente lo mismo que en la máquina de la tetinas de biberones -contestó la guía-. Crea un agujero cada seis condones.
- ¡Pero... eso no es nada bueno para los condones!.
- No -replicó la guía-, pero eso es buenísimo para el negocio de las tetinas de biberones.
COPIANDO
El director del colegio, llamó al padre de un alumno, y le dijo:
- Oiga, tengo que suspender a su hijo porque ha copiado a su compañero el examen.
- ¿Y cómo sabe usted que mi hijo le ha copiado a su compañero, y no al revés? -preguntó el padre.
- Hombre, muy sencillo, las nueve primeras preguntas los dos han puesto exactamente lo mismo. Sin embargo, en la décima pregunta, el compañero a puesto: "no lo sé", y su hijo a puesto: "yo tampoco lo sé".
POR QUÉ DESPEDÍ A MI SECRETARIA
Hace dos semanas cumplí 49 años. Esa mañana cuando me levanté no me sentía bien, pero tenía la esperanza de mejorar cuando mi esposa me cantara lo de "Feliz cumpleaños" y tratara de sorprenderme con un regalo. Sin embargo, ni siquiera me dio los buenos días. Mis hijos se sentaron a desayunar, pero tampoco se acordaron de mi cumpleaños.
Llegué a mi oficina muy deprimido, pero al entrar mi secretaria gritó:
- ¡Feliz cumpleaños!
Me sentí un poco mejor: Por lo menos alguien se acordaba de mi cumpleaños. Trabajé normalmente, pero, para mi tristeza, ninguno de mis amigos, ni allegados, me llamó por teléfono para felicitarme.
Cerca del mediodía, mi secretaria llamó a la puerta y me dijo:
- ¿Por qué no almorzamos juntos?
Le contesté que era la propuesta más hermosa que había recibido ese día y acepté. Escogimos un restaurante acogedor y nos tomamos unos tragos. Todo estuvo delicioso y nos divertimos bastante.
De regreso a la oficina mi secretaria me sugirió:
- En este día tan especial, ¿para qué regresar a la oficina tan temprano? Vamos a mi departamento y seguimos pasándolo bien.
- Bueno -respondí-. Vamos y disfrutamos de unos tragos más.
Una vez en el departamento, me dijo:
- Si no te molesta quisiera ponerme más cómoda.
- No hay problemas -respondí.
¡Y humm...! Dentro de mí pensé que después de todo podría ser una experiencia interesante. Ella entró a su habitación y unos minutos más tarde salió con un gran pastel de cumpleaños, seguida de mi esposa, mis hijos, mis familiares y amigos, cantando "Happy birthday to you".
Y allí estaba yo... como un idiota, desnudo y con el s*x* en posición de espera.
El director del colegio, llamó al padre de un alumno, y le dijo:
- Oiga, tengo que suspender a su hijo porque ha copiado a su compañero el examen.
- ¿Y cómo sabe usted que mi hijo le ha copiado a su compañero, y no al revés? -preguntó el padre.
- Hombre, muy sencillo, las nueve primeras preguntas los dos han puesto exactamente lo mismo. Sin embargo, en la décima pregunta, el compañero a puesto: "no lo sé", y su hijo a puesto: "yo tampoco lo sé".
POR QUÉ DESPEDÍ A MI SECRETARIA
Hace dos semanas cumplí 49 años. Esa mañana cuando me levanté no me sentía bien, pero tenía la esperanza de mejorar cuando mi esposa me cantara lo de "Feliz cumpleaños" y tratara de sorprenderme con un regalo. Sin embargo, ni siquiera me dio los buenos días. Mis hijos se sentaron a desayunar, pero tampoco se acordaron de mi cumpleaños.
Llegué a mi oficina muy deprimido, pero al entrar mi secretaria gritó:
- ¡Feliz cumpleaños!
Me sentí un poco mejor: Por lo menos alguien se acordaba de mi cumpleaños. Trabajé normalmente, pero, para mi tristeza, ninguno de mis amigos, ni allegados, me llamó por teléfono para felicitarme.
Cerca del mediodía, mi secretaria llamó a la puerta y me dijo:
- ¿Por qué no almorzamos juntos?
Le contesté que era la propuesta más hermosa que había recibido ese día y acepté. Escogimos un restaurante acogedor y nos tomamos unos tragos. Todo estuvo delicioso y nos divertimos bastante.
De regreso a la oficina mi secretaria me sugirió:
- En este día tan especial, ¿para qué regresar a la oficina tan temprano? Vamos a mi departamento y seguimos pasándolo bien.
- Bueno -respondí-. Vamos y disfrutamos de unos tragos más.
Una vez en el departamento, me dijo:
- Si no te molesta quisiera ponerme más cómoda.
- No hay problemas -respondí.
¡Y humm...! Dentro de mí pensé que después de todo podría ser una experiencia interesante. Ella entró a su habitación y unos minutos más tarde salió con un gran pastel de cumpleaños, seguida de mi esposa, mis hijos, mis familiares y amigos, cantando "Happy birthday to you".
Y allí estaba yo... como un idiota, desnudo y con el s*x* en posición de espera.
LA GORDURA DE LOS CASADOS
¿Sabéis por qué los/las casados/as son mas gordas/as que los solteros/as?.
El soltero va al frigorífico y se dice: "¡Bah, siempre lo mismo!". Y se marcha a la cama.
El casado va a la cama y se dice: "¡Bah, siempre lo mismo!". Y se va al frigorífico.
¿DE QUÉ SE SIENTE USTED CANSADO?
Si usted es una persona que a menudo se siente cansada o con flojera, es bueno que recuerde los apuntes del escritor británico George Bernard Shaw, que dicen:
El año tiene 365 días de 24 horas, de las cuales 12 horas están dedicadas a la noche y hacen un total de 182 días, por lo tanto, sólo quedan 183 días hábiles; menos 52 domingos, quedan 131 días; menos 52 sábados, quedan un total de 79 días de trabajo; pero hay 4 horas diarias dedicadas a las comidas, sumando 60 días, lo que quiere decir que quedan 19 días dedicados al trabajo.
Pero como usted goza de 15 días de vacaciones, sólo le quedan cuatro días para trabajar; menos aproximadamente tres de permiso que usted utiliza por estar enfermo o para hacer diligencias, sólo queda un día para trabajar; pero ese día es, precisamente, el "Día del Trabajo", que es festivo, y por lo tanto no se trabaja.
Entonces... ¿de qué se siente usted cansado?.
CONFUSIÓN
Un amigo mío, sabiendo que su novia necesitaba unas gafas de sol, entró en una óptica. Después de ver unas cuantas, se decidió por unas. La dependienta se las envolvió, pero mi amigo, al marcharse, cogió un paquete muy parecido que había al lado, y que contenía unas bragas que, seguramente, alguien había olvidado allí.
Mi amigo no se dio cuenta de la equivocación. Se fue a correos y envió el paquete a su novia junto con una carta. La novia al recibir el paquete se sorprendió del contenido. Por ello, empezó a leer la carta, que decía más o menos así:
"Querida Irene:
Espero que te guste el regalo que te he comprado, sobre todo por la falta que te hace. Llevas mucho tiempo con las viejas, y estas osas deben cambiarse de vez en cuando.
Espero haber acertado en el modelo. La dependienta me dijo que era la última moda y me enseñó las suyas que eran iguales. Además olían bien y para ver si eran ligeras me las probé allí mismo. No sabes cómo se rió la dependienta, porque estos modelos femeninos quedan muy cachondos en un hombre, y más a mí que, como sabes, tengo un apéndice más bien prominente y hacia arriba.
Una chica que había allí, me las pidió, se quitó las suyas, y se las puso para que yo viera el efecto que hacían. Me encantaron y las compré. Póntelas y enséñaselas a todo el mundo, a ver que dicen.
Si te estuvieran pequeñas, me lo dices, porque si no te van a dejar señal cuando te las quites. O si te fueran grandes, lo mismo, no sea que vayas por la calle andando y se te caigan.
Llévalas con cuidado y, sobre todo, no te las olvides por ahí, que tú tienes la manía de llevarlas siempre en la mano.
En fin, estoy deseando vértelas puestas.
Hasta pronto"
UNA CURA PARCIAL
Una agradable ancianita fue a su doctor y le dijo:
- Doctor, me duele un poco el hombro.
- ¿Es ese su único problema? -preguntó el médico poniendo cara de extrañeza.
- No -respondió la anciana-, además tengo un pequeño problema con los gases, pero realmente no me molesta demasiado. Mis flatulencias nunca huelen y son siempre silenciosas. De hecho, he tirado dos o tres desde que he entrado en su despacho, pero, como le he dicho, usted ni se ha dado cuenta, ya que son silenciosas y sin olor.
- ¡Hummhh! -exclamó el facultativo manteniendo su particular expresión de extrañeza en la cara-. Le voy a prescribir dos pastillas, dos veces al día, antes de las principales comidas. Quiero empiece a tomarlas de inmediato, y venga nuevamente a mi consulta la semana próxima.
A la semana siguiente regresa la simpática ancianita al consultorio y cuando llega su turno entra a la consulta con una expresión de enojo en su cara.
- ¿Cómo estamos? -preguntó el médico.
- Mire Doctor -contestó-, no sé qué me habrá hecho con las pastillas que me dio: Si bien el hombro ya no me duele más, ahora mis gases huelen de un modo horroroso... que digo horroroso... apestoso. Siguen siendo silenciosos como antes, pero el olor es verdaderamente inaguantable.
- Bien, bien -dijo el médico-, ya hemos curado el hombro y la sinusitis, ahora iremos a por el asunto de su sordera.
REMEDIO EFICAZ
Una señora, en sus 80 años recién cumplidos, muy admirada en el pueblo por ser la única profesora de órgano que, además, tocaba en la iglesia en la misa dominical, recibió una llamada telefónica del cura del pueblo notificándole que la visitaría en la tarde para darle la felicitación de cumpleaños.
Cuando el cura llegó a la casa de la anciana, se dio cuenta de que sobre su órgano del salón había un jarrón de vidrio transparente, lleno de agua, con un condón flotando dentro. El sacerdote no podía dar crédito a lo que veían sus ojos, pero trató de disimular su asombro.
Después de más de dos horas hablando y de haberse tomado dos cafecitos, el sacerdote seguía atónito mirando de vez en cuando el preservativo de la jarra. Y no aguantando más, se decidió a preguntar:
- Perdone, hijita, pero acláreme algo. ¿Podría explicarme qué es esto?- preguntó apuntando al jarrón.
- ¡Ahhh, esto! Claro que sí -respondió-. ¿No es maravilloso? Hace tres años estaba paseando por el pueblo, y de pronto encontré un sobrecito en el suelo que decía en letras muy pequeñas: "Colóquelo sobre el órgano, manténgalo húmedo y prevendrá cualquier contagio". Y como puede ver, es genial: no he tenido una sola gripe desde entonces.
¿Sabéis por qué los/las casados/as son mas gordas/as que los solteros/as?.
El soltero va al frigorífico y se dice: "¡Bah, siempre lo mismo!". Y se marcha a la cama.
El casado va a la cama y se dice: "¡Bah, siempre lo mismo!". Y se va al frigorífico.
¿DE QUÉ SE SIENTE USTED CANSADO?
Si usted es una persona que a menudo se siente cansada o con flojera, es bueno que recuerde los apuntes del escritor británico George Bernard Shaw, que dicen:
El año tiene 365 días de 24 horas, de las cuales 12 horas están dedicadas a la noche y hacen un total de 182 días, por lo tanto, sólo quedan 183 días hábiles; menos 52 domingos, quedan 131 días; menos 52 sábados, quedan un total de 79 días de trabajo; pero hay 4 horas diarias dedicadas a las comidas, sumando 60 días, lo que quiere decir que quedan 19 días dedicados al trabajo.
Pero como usted goza de 15 días de vacaciones, sólo le quedan cuatro días para trabajar; menos aproximadamente tres de permiso que usted utiliza por estar enfermo o para hacer diligencias, sólo queda un día para trabajar; pero ese día es, precisamente, el "Día del Trabajo", que es festivo, y por lo tanto no se trabaja.
Entonces... ¿de qué se siente usted cansado?.
CONFUSIÓN
Un amigo mío, sabiendo que su novia necesitaba unas gafas de sol, entró en una óptica. Después de ver unas cuantas, se decidió por unas. La dependienta se las envolvió, pero mi amigo, al marcharse, cogió un paquete muy parecido que había al lado, y que contenía unas bragas que, seguramente, alguien había olvidado allí.
Mi amigo no se dio cuenta de la equivocación. Se fue a correos y envió el paquete a su novia junto con una carta. La novia al recibir el paquete se sorprendió del contenido. Por ello, empezó a leer la carta, que decía más o menos así:
"Querida Irene:
Espero que te guste el regalo que te he comprado, sobre todo por la falta que te hace. Llevas mucho tiempo con las viejas, y estas osas deben cambiarse de vez en cuando.
Espero haber acertado en el modelo. La dependienta me dijo que era la última moda y me enseñó las suyas que eran iguales. Además olían bien y para ver si eran ligeras me las probé allí mismo. No sabes cómo se rió la dependienta, porque estos modelos femeninos quedan muy cachondos en un hombre, y más a mí que, como sabes, tengo un apéndice más bien prominente y hacia arriba.
Una chica que había allí, me las pidió, se quitó las suyas, y se las puso para que yo viera el efecto que hacían. Me encantaron y las compré. Póntelas y enséñaselas a todo el mundo, a ver que dicen.
Si te estuvieran pequeñas, me lo dices, porque si no te van a dejar señal cuando te las quites. O si te fueran grandes, lo mismo, no sea que vayas por la calle andando y se te caigan.
Llévalas con cuidado y, sobre todo, no te las olvides por ahí, que tú tienes la manía de llevarlas siempre en la mano.
En fin, estoy deseando vértelas puestas.
Hasta pronto"
UNA CURA PARCIAL
Una agradable ancianita fue a su doctor y le dijo:
- Doctor, me duele un poco el hombro.
- ¿Es ese su único problema? -preguntó el médico poniendo cara de extrañeza.
- No -respondió la anciana-, además tengo un pequeño problema con los gases, pero realmente no me molesta demasiado. Mis flatulencias nunca huelen y son siempre silenciosas. De hecho, he tirado dos o tres desde que he entrado en su despacho, pero, como le he dicho, usted ni se ha dado cuenta, ya que son silenciosas y sin olor.
- ¡Hummhh! -exclamó el facultativo manteniendo su particular expresión de extrañeza en la cara-. Le voy a prescribir dos pastillas, dos veces al día, antes de las principales comidas. Quiero empiece a tomarlas de inmediato, y venga nuevamente a mi consulta la semana próxima.
A la semana siguiente regresa la simpática ancianita al consultorio y cuando llega su turno entra a la consulta con una expresión de enojo en su cara.
- ¿Cómo estamos? -preguntó el médico.
- Mire Doctor -contestó-, no sé qué me habrá hecho con las pastillas que me dio: Si bien el hombro ya no me duele más, ahora mis gases huelen de un modo horroroso... que digo horroroso... apestoso. Siguen siendo silenciosos como antes, pero el olor es verdaderamente inaguantable.
- Bien, bien -dijo el médico-, ya hemos curado el hombro y la sinusitis, ahora iremos a por el asunto de su sordera.
REMEDIO EFICAZ
Una señora, en sus 80 años recién cumplidos, muy admirada en el pueblo por ser la única profesora de órgano que, además, tocaba en la iglesia en la misa dominical, recibió una llamada telefónica del cura del pueblo notificándole que la visitaría en la tarde para darle la felicitación de cumpleaños.
Cuando el cura llegó a la casa de la anciana, se dio cuenta de que sobre su órgano del salón había un jarrón de vidrio transparente, lleno de agua, con un condón flotando dentro. El sacerdote no podía dar crédito a lo que veían sus ojos, pero trató de disimular su asombro.
Después de más de dos horas hablando y de haberse tomado dos cafecitos, el sacerdote seguía atónito mirando de vez en cuando el preservativo de la jarra. Y no aguantando más, se decidió a preguntar:
- Perdone, hijita, pero acláreme algo. ¿Podría explicarme qué es esto?- preguntó apuntando al jarrón.
- ¡Ahhh, esto! Claro que sí -respondió-. ¿No es maravilloso? Hace tres años estaba paseando por el pueblo, y de pronto encontré un sobrecito en el suelo que decía en letras muy pequeñas: "Colóquelo sobre el órgano, manténgalo húmedo y prevendrá cualquier contagio". Y como puede ver, es genial: no he tenido una sola gripe desde entonces.
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ORACIONES PARA LOS ESTUDIANTES
Examen Nuestro
que estás en clase,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu facilidad;
hágase tu voluntad tanto en las preguntas, como en la nota; danos hoy el trimestral de cada trimestre
y perdona nuestras copiadas,
como también nosotros perdonamos a los que nos copian;
no nos dejes caer en la raspazón y líbranos de la reparación. Amén.
CREO
Creo en el examen todo poderoso, creador
de todos los parciales ylas reparaciones.
Creo en la raspazón su única hija, que fue concebida por obra y gracia de la vagancia, nació de la flojera,
nos hace padecer bajo el poder de los profesores
y resucita en las reparaciones.
Subió a la dirección, está sentada a la derecha del director y desde allí vendrá a juzgarnos a todos.
Creo entodas las chuletas, en cualquier tipo de copiada,
en la santa facilidad, la opresión de los
profesores y el perdón de los raspados.
Amén.
LETANÍAS PARA EXÁMENES FINALES
San José...
¡Ayúdame que no sé!
San Aarón... ¡Que no vaya a reparación!
Santo Tomás...¡Pal' próximo estudio más!
San Erasmo... ¡Que no me quede este lapso!
Santa María Madre...¡El coxx de su madre!
San Clemente... ¿Qué pregunta este demente?
Santa Pilar... ¡Que me pueda copiar!
Santa Raquel... ¿Me copio de este o de aquél?
San Marcial... ¡Que pase el trimestral!
San Procopio...¿De quién coxx me copio?
San Celestino... ¡Esto está en chino!
San Silvestre... ¡Que salve el semestre!
Envía este mensajes a varios amigos,
si no te quedará
el semestre, el año, el trimestre, el lapso... o lo que
estés cursando.... por egoísta!!!
jajaja
Examen Nuestro
que estás en clase,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu facilidad;
hágase tu voluntad tanto en las preguntas, como en la nota; danos hoy el trimestral de cada trimestre
y perdona nuestras copiadas,
como también nosotros perdonamos a los que nos copian;
no nos dejes caer en la raspazón y líbranos de la reparación. Amén.
CREO
Creo en el examen todo poderoso, creador
de todos los parciales ylas reparaciones.
Creo en la raspazón su única hija, que fue concebida por obra y gracia de la vagancia, nació de la flojera,
nos hace padecer bajo el poder de los profesores
y resucita en las reparaciones.
Subió a la dirección, está sentada a la derecha del director y desde allí vendrá a juzgarnos a todos.
Creo entodas las chuletas, en cualquier tipo de copiada,
en la santa facilidad, la opresión de los
profesores y el perdón de los raspados.
Amén.
LETANÍAS PARA EXÁMENES FINALES
San José...
¡Ayúdame que no sé!
San Aarón... ¡Que no vaya a reparación!
Santo Tomás...¡Pal' próximo estudio más!
San Erasmo... ¡Que no me quede este lapso!
Santa María Madre...¡El coxx de su madre!
San Clemente... ¿Qué pregunta este demente?
Santa Pilar... ¡Que me pueda copiar!
Santa Raquel... ¿Me copio de este o de aquél?
San Marcial... ¡Que pase el trimestral!
San Procopio...¿De quién coxx me copio?
San Celestino... ¡Esto está en chino!
San Silvestre... ¡Que salve el semestre!
Envía este mensajes a varios amigos,
si no te quedará
el semestre, el año, el trimestre, el lapso... o lo que
estés cursando.... por egoísta!!!
jajaja
Reflexiones sobre el dinero
Puede comprarte una casa pero no un hogar.
Puede comprarte una cama pero no hacerte dormir.
Puede comprarte un reloj pero no el tiempo.
Puede comprarte un libro pero no conocimiento.
Puede comprarte una posición pero no respeto.
Puede comprarte medicinas pero no salud.
Puede comprarte sangre pero no vida.
Puede comprarte s*x* pero no amor.
Como puedes ver, el dinero no lo es todo, y usualmente causa angustia y sufrimiento. Yo te digo todas estas cosas porque soy tu amigo, y como tu amigo, quiero quitarte tu angustia y tu sufrimiento. Así que te dejo que me envíes todo tu dinero para que sufra yo por ti.
Puede comprarte una casa pero no un hogar.
Puede comprarte una cama pero no hacerte dormir.
Puede comprarte un reloj pero no el tiempo.
Puede comprarte un libro pero no conocimiento.
Puede comprarte una posición pero no respeto.
Puede comprarte medicinas pero no salud.
Puede comprarte sangre pero no vida.
Puede comprarte s*x* pero no amor.
Como puedes ver, el dinero no lo es todo, y usualmente causa angustia y sufrimiento. Yo te digo todas estas cosas porque soy tu amigo, y como tu amigo, quiero quitarte tu angustia y tu sufrimiento. Así que te dejo que me envíes todo tu dinero para que sufra yo por ti.
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