Nació fruto de un 'affair' entre el príncipe Luis II y una cantante de cabaret con quien nunca llegó a casarse. Tras adoptarla y nombrarla heredera, se casó y se divorció del conde Pierre de Polignac, íntimo de Marcel Proust y supuestamente homosexual.
POR A. S.
27 DE JUNIO DE 2020 · 16:17
La princesa Carlota Casiraghi, hija de Carolina de Mónaco y Stefano Casiraghi, se parece sin duda a su madre. Pero también, muchísimo, a su bisabuela paterna, de quien heredó precisamente su hombre. La otra Carlota de Mónaco nació en la Argelia francesa en 1898 fruto de la relación ilegítima entre el príncipe Luis de Mónaco, soltero, y la cantante de cabaret Marie Juliette Louvet. Dicen que fue el amor de su vida pero nunca llegaron a casarse. En 1946, Luis II celebró su boda con la actriz francesa, Ghislaine Dommanget. Sin embargo, no tuvieron hijos. La princesa Carlota fue su única hija.
La primera princesa Carlota de Mónaco.© GETTY
En principio, nada indicaba que la niña Carlota llegaría a forma parte de la familia real pero al no tener más descendencia y temiendo que se apoderase del trono el lado alemán de la familia, decidió adoptarla. Cambió las leyes y cuando la joven tenía 20 años se convirtió en su hija adoptiva pasando a apellidarse Grimaldi y recibiendo el título de duquesa de Valentinois y, por tanto, llamada a ocupar el trono monegasco, algo que, sin embargo, no llegó a ocurrir.
El príncipe Luis 'arregló' su matrimonio con el conde Pierre de Polignac, buen amigo (o amante, no está muy claro) del escritor Marcel Proust. Tuvieron dos hijos, la princesa Antonieta Louis Alberte Suzanne (se ha especulado con que no era hija del conde sino de un amante de Carlota) y Rainiero III, el padre de Alberto, Carolina y Estefanía de Mónaco.
No fueron felices. Él era supuestamente gay y a ella no le faltaron los romances, y se divorciaron en 1933. Carlota lo dejó todo para irse a vivir con su amante y médico italiano. El día antes del cumpleaños número 21 de su hijo, la princesa renunció a sus derechos al trono en favor del príncipe Rainiero. Mantuvo su título de princesa y fue a la Universidad graduándose en Trabajo Social. Vio cómo su hijo llegó al trono en 1949 y parte de cómo continuó la historia familiar, escándalos incluidos, -falleció en 1977 a los 79 años- desde el Château de Marchais, la finca de los Grimaldi en el norte de Francia que la princesa convirtió en un centro de rehabilitación para exconvictos. Sabía lo que se traía entre manos: vivía allí con su pareja, un conocido ladrón de joyas francés, René Girier.
Su exmarido, Pierre de Polignac, vivió en París y regresó con frecuencia a Mónaco. Oficial de la UNESCO y del Comité Olímpico Internacional, creó el premio literario Prix Littéraire Prince- Pierre-de-Monaco, del que su nieta, la princesa Carolina de Hannover, es la presidenta.
POR A. S.
27 DE JUNIO DE 2020 · 16:17
La princesa Carlota Casiraghi, hija de Carolina de Mónaco y Stefano Casiraghi, se parece sin duda a su madre. Pero también, muchísimo, a su bisabuela paterna, de quien heredó precisamente su hombre. La otra Carlota de Mónaco nació en la Argelia francesa en 1898 fruto de la relación ilegítima entre el príncipe Luis de Mónaco, soltero, y la cantante de cabaret Marie Juliette Louvet. Dicen que fue el amor de su vida pero nunca llegaron a casarse. En 1946, Luis II celebró su boda con la actriz francesa, Ghislaine Dommanget. Sin embargo, no tuvieron hijos. La princesa Carlota fue su única hija.
La primera princesa Carlota de Mónaco.© GETTY
En principio, nada indicaba que la niña Carlota llegaría a forma parte de la familia real pero al no tener más descendencia y temiendo que se apoderase del trono el lado alemán de la familia, decidió adoptarla. Cambió las leyes y cuando la joven tenía 20 años se convirtió en su hija adoptiva pasando a apellidarse Grimaldi y recibiendo el título de duquesa de Valentinois y, por tanto, llamada a ocupar el trono monegasco, algo que, sin embargo, no llegó a ocurrir.
El príncipe Luis 'arregló' su matrimonio con el conde Pierre de Polignac, buen amigo (o amante, no está muy claro) del escritor Marcel Proust. Tuvieron dos hijos, la princesa Antonieta Louis Alberte Suzanne (se ha especulado con que no era hija del conde sino de un amante de Carlota) y Rainiero III, el padre de Alberto, Carolina y Estefanía de Mónaco.
No fueron felices. Él era supuestamente gay y a ella no le faltaron los romances, y se divorciaron en 1933. Carlota lo dejó todo para irse a vivir con su amante y médico italiano. El día antes del cumpleaños número 21 de su hijo, la princesa renunció a sus derechos al trono en favor del príncipe Rainiero. Mantuvo su título de princesa y fue a la Universidad graduándose en Trabajo Social. Vio cómo su hijo llegó al trono en 1949 y parte de cómo continuó la historia familiar, escándalos incluidos, -falleció en 1977 a los 79 años- desde el Château de Marchais, la finca de los Grimaldi en el norte de Francia que la princesa convirtió en un centro de rehabilitación para exconvictos. Sabía lo que se traía entre manos: vivía allí con su pareja, un conocido ladrón de joyas francés, René Girier.
Su exmarido, Pierre de Polignac, vivió en París y regresó con frecuencia a Mónaco. Oficial de la UNESCO y del Comité Olímpico Internacional, creó el premio literario Prix Littéraire Prince- Pierre-de-Monaco, del que su nieta, la princesa Carolina de Hannover, es la presidenta.
La otra Carlota de Mónaco: hija de Luis II y una cabaretera, acabó sus días con un famoso ladrón de joyas
Nació fruto de un 'affair' entre el príncipe Luis II y una cantante de cabaret con quien nunca llegó a casarse. Tras adoptarla y nombrarla heredera, se casó y se divorció del conde Pierre de Polignac, íntimo de Marcel Proust y supuestamente homosexual.
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