Amerigo Vespucci, nacido en Florencia en 1.451, fue un gran comerciante y cosmógrafo florentino que realizó un sinfín de viajes a ultramar. Después de aprender sobre la navegación en Europa, trabajando en empresas especializadas en construcción y reparación de barcos para travesías oceánicas como la industria de Giannotto Bernardi, participó en la preparación del conocido viaje de Cristóbal Colón en 1492.
Actualmente Amerigo Vespucci es uno de los barcos escuela más importantes del mundo, llamado así en honor al célebre navegante y cartógrafo florentino, que aparece representado en el mascarón de proa. Asimismo, construido en los astilleros reales de Castellammare di Sabia, en Nápoles, para la Marina Militar Italiana, constituye uno de los iconos más bellos y sobresalientes por los proporcionados acabados de su casco, su colosal superficie vélica de 2.100 m2 y sus dos motores diesel de 950 caballos. Además, su aparejo típico de fragata se compone de trinquete y palo mayor con velas en cruz, mesana con cangreja y cuatro velas de cruz sobre ella.
Este buque fue botado el 22 de febrero de 1931 y entregado a la Marina Militare Italiana el 22 de mayo del mismo año. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial el Amerigo Vespucci se entregó en 1945 a la marina de los Estados Unidos, que lo devolvió al cabo de unos meses a Italia, para reemprender dos años más tarde su actividad como buque escuela en Italia. No corrió la misma suerte su hermano Cristoforo Colombo, que fue inmovilizado hasta 1949, año en el que fue adjudicado a la Unión Soviética y rebautizado con el nombre de Danuy. Allí sirvió como buque escuela en el Mar Negro hasta que finalmente fue desguazado en 1971 en Odessa.
Durante las décadas de los sesenta y los setenta, el Amerigo Vespucci, fue sometido a importantes trabajos de modernización. Se hicieron mejoras sustanciales para el confort de sus tripulantes, incluida la instalación de un sistema de aire acondicionado.
Con este barco, la Marina Italiana pudo disponer de un símbolo de prestigio a nivel mundial y pasó a engrosar el selecto club de buques escuela, entre los que también se encontraba el buque español Juan Sebastián Elcano.
Además de ser una obra de arte ensimisma, realiza actualmente rutas diferentes por el Atlántico y el Mediterráneo, zarpando puntualmente para los cursos de tres a cinco meses destinados a los 150 futuros oficiales y suboficiales de la Marina italiana del Ministerio de la Defensa.
Los cadetes del Amerigo Vespucci tienen un duro trabajo a la hora de manejar su superficie vélica, así como también desplegar el velamen. Además, la enorme altura de la arboladura es un factor añadido a las maniobras, puesto que el palo mayor sobrepasa los 62 metros sobre el agua. La dificultad que implica maniobrar este barco y el conocimiento que se requiere, lo convierten en un buque escuela ejemplar para cumplir su propia misión: la de formar a nuevos tripulantes, expertos en el arte de la navegación.
Si te interesa la historia de los buques y en especial la historia de los buques escuela, en España tenemos uno de los mejores ejemplares, el Juan Sebastián El Cano y que además se puede construir a escala 1:100.-
Este buque fue botado el 22 de febrero de 1931 y entregado a la Marina Militare Italiana el 22 de mayo del mismo año. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial el Amerigo Vespucci se entregó en 1945 a la marina de los Estados Unidos, que lo devolvió al cabo de unos meses a Italia, para reemprender dos años más tarde su actividad como buque escuela en Italia. No corrió la misma suerte su hermano Cristoforo Colombo, que fue inmovilizado hasta 1949, año en el que fue adjudicado a la Unión Soviética y rebautizado con el nombre de Danuy. Allí sirvió como buque escuela en el Mar Negro hasta que finalmente fue desguazado en 1971 en Odessa.
Durante las décadas de los sesenta y los setenta, el Amerigo Vespucci, fue sometido a importantes trabajos de modernización. Se hicieron mejoras sustanciales para el confort de sus tripulantes, incluida la instalación de un sistema de aire acondicionado.
Con este barco, la Marina Italiana pudo disponer de un símbolo de prestigio a nivel mundial y pasó a engrosar el selecto club de buques escuela, entre los que también se encontraba el buque español Juan Sebastián Elcano.
Los cadetes del Amerigo Vespucci tienen un duro trabajo a la hora de manejar su superficie vélica, así como también desplegar el velamen. Además, la enorme altura de la arboladura es un factor añadido a las maniobras, puesto que el palo mayor sobrepasa los 62 metros sobre el agua. La dificultad que implica maniobrar este barco y el conocimiento que se requiere, lo convierten en un buque escuela ejemplar para cumplir su propia misión: la de formar a nuevos tripulantes, expertos en el arte de la navegación.