Azul y Rosa,Jaime Peñafiel.Sábado,7 de Abril de 2018.

La mala educación que le está dando a las hijas y sobremanera a la primera ,le pasará factura,la botella ya está casi llena,un poco más y rebosará.

Puede ser. Lo sucedido lo interpreto supuestamente como una más que lectura de cartilla, una fenomenal llamada al orden, un si por las buenas no escuchas lo vas a hacer por las malas, un que veas que la maquinaría que ante te protegía puede dejarte desamparada. Pero cuando uno no se controla, y edad ya tiene, acaba pasando de nuevo de modo que todo podría ser. Todo supuestamente.
 
Creo que la vacaburra, porque ya el mote de doña excelsa le queda enorme, está ejerciendo sobre sus hijas el mismo desorden que su madre ejerció sobre ellas, por eso se siente tan segura que ella es la reina y su hija la sucederá. Esperemos que pronto deje de ser lo primero y lo segundo nunca ocurra.



Se agarrara a ellas como una lapa , son su salvoconducto.
 
Supongo que la compensación económica recaería en Felipe.No creo que se enfrentara aún más a la opinión pública,cargando su divorcio a los contribuyentes,no se puede permitir más torpezas.La gente está hasta el gorro,de estos gorrones.Que haga lo que quiera en ese "asunto privado",pero que no se le ocurra que paguemos nosotros la ronda.Es como echar gasolina al fuego.
La compensación económica se negociaría a nuestras espaldas y a cambio de callar lo que sabe...no te preocupes que aquí todos salen ganando...
 
Bueno, vamos a ver Peñafiel, vamos a decir de una vez las cosas como son:

Si de algo tienen que servirte tus años, es que conoces la Historia reciente de las monarquías casi de primera mano. Y el conocimiento de la Historia, en general, debería servirnos para aprender de ella y no volver a cometer los errores del pasado. Desgraciadamente, no siempre es así. Es más, casi nunca es así. Burros que somos los seres humanos.

Peñafiel conoce muy bien, como debería conocerla la Casa Real española, la historia de Lady Di. La pobre mujer, para empezar no tenía muchas luces, eso es verdad, pero a medida que avanzaba su matrimonio íbamos viendo que aquello no sólo no iba bien, iba fatal. A pesar de que ella era tremendamente popular y hacía su labor estupendamente. En ciertos aspectos, extraordinariamente, incluso. Se optó por el divorcio esperando que ello arreglara las cosas. Y no sólo no las arregló, sino que las empeoró considerablemente. Con el tiempo, y tras el fallecimiento de la susodicha, hemos sabido muchas cosas que en su momento desconocíamos, entre ellas, que Diana no estaba nada bien de la cabeza. Debería haber recibido ayuda psicológica. Esto le hubiese ayudado, lo primero, a ella, después, a sus hijos, y por último, a la Familia Real inglesa. Tal vez incluso podríamos argumentar que seguiría viva, aunque esto nunca lo sabremos.

Una vez divorciada, Diana emprendió una huida hacia adelante en la que, por mucho amor que tuviera a sus hijos, que no dudo que lo tenía, no se dio cuenta del grandísimo daño que les estaba haciendo. Primero, desde el punto de vista personal. Y segundo, porque de haber seguido así se podría haber cargado la institución que era el futuro de sus hijos. Por eso yo no creo que un divorcio fuese la solución para Letizia, en absoluto. Sería peor. Saldría de Zarzuela desatada y con afán de venganza.

Lo que tiene que hacer Letizia es recibir la ayuda psicológica que necesita. Lady Di no la recibió, tal vez porque eran otros tiempos y no se sabía tanto del asunto, pero hoy en día es otra cosa. No hay más que ver a Masako de Japón. Ahí la tenemos, cada vez mejor.

Cuando Letizia entró en la Casa Real a menudo oíamos que era "muy perfeccionista". Con el tiempo nos hemos dado cuenta de que esto no es así. El ser perfeccionista no te lleva a meter la pata una y otra vez ni a ganarte fama de histérica. Ni tiene nada que ver el ser plebeya tampoco, no nos distraigamos, que de plebeyas está la realeza llena y en ninguna vemos estas salidas de pata de banco.

Es hora de que Peñafiel, o quien tenga agallas, ponga sobre la mesa el problema real. Si al Emérito estamos acostumbrados a verle tratarse sus mil achaques, pues Letizia también puede tratarse sus problemas de salud (mental). Dejará de sufrir ella, su marido, sus hijas, su familia, su familia política y, finalmente, todos los españoles.

Y aquí paz y después gloria.
 
La compensación económica se negociaría a nuestras espaldas y a cambio de callar lo que sabe...no te preocupes que aquí todos salen ganando...
Está todo pactado desde antes de casarse, para eso están y se hacen firmar capitulaciones. Eso a parte de la fortunita personal que se ha agenciado en estos años ocho millones de euros han publicado, eso que se sepa, las playas de arenas blancas supongo que guarden más sorpresas de esas que nunca se saben.
 
Que se divorcien!!!, para enemigo que huye, puente de plata!, que se largue la cabrona!!! Descansarían todos!!!, y luego que se la hagan cansada a la mierda ésta!, que se las cobren una por una!!!, quiere dinero?, ya lo tiene!, llénenle la jeta de dinero y una patada en el culo seco!, se le lee la cartilla a la lacra y punto final.
!!Vale,que se vaya,pero dejala que acabe su trabajito!!Me refiero al de cargarse a la panda de paracitos reales,que mantenemos
 
Jaja, lo de la "gorrilla Letizia" es muy bueno

El paripé real

Jaime Peñafiel 09/04/2018

El pasado viernes, horas después del lamentable y bochornoso espectáculo protagonizado por la Familia Real en la catedral de Palma de Mallorca, la periodista Pilar Urbano contactó con La Zarzuela, preguntando su opinión sobre lo sucedido. La respuesta fue recogida por el periódico El Mundo.

Después de reconocer que “aquello” no estuvo bien “hemos entendido y tomamos nota. Sería incomprensible que no se hiciera algo. La gente lo espera. Pero será algo natural, como natural fue la escena del vídeo. Es decir no se va a forzar ni a importar ni a organizar nada. Pero habrá una respuesta porque ha habido un suceso “inadecuado” de 8 o 10 segundos, pero lo ha habido”.

La respuesta anunciada el pasado viernes, no se hizo esperar, conscientes de que era urgente atajar el escándalo.
Cualquier cosa se podía esperar menos lo que se vio, el pasado sábado a las 18 horas, cuando doña Sofía, su hijo Felipe y la nuera Letizia llegaban al Hospital Universitario Sanitas La Moraleja.

Él, al volante; su inefable esposa, en el asiento del copiloto; la Reina Emérita, en el asiento posterior.
Hasta aquí, todo, poco más o menos, normal dentro de la anormalidad que se vivía después del incidente de la catedral.

Ignoro quién o quiénes han sido los “genios” que organizaron la ridícula operación “reconciliación” y lavado público de la Familia. Porque ridículo y sorprendente fue, ver a una diligente Letizia descendiendo, como una centella, para… abrir la puerta del coche a su suegra. Tal cosa no ha hecho, nunca, ni el rey Juan Carlos con su esposa, ni Felipe con la suya. Para eso están los escoltas, pienso yo.
No era necesaria tal humillación. Pero… si queréis que me humille públicamente, que me ponga de rodillas… lo hago. Eso parecía preguntar Letizia, al tiempo que mantenía sujeta la portezuela del coche del que descendía doña Sofía, sin mirar al improvisado postillón o “gorrilla”, como dicen en Andalucía.
El paripé me ha recordado, por su carga de gratuita humillación, a la que Rafael Spottorno y Javier Ayuso sometieron al rey Juan Carlos, en otro hospital. Le “obligaron”, como hoy a Letizia, no sólo a pedir perdón por lo de Boswana, sino algo peor incluso que lo de la consorte, prometer no volverlo a hacer.
Ignoro si la inefable ha prometido, también, comportarse, al menos públicamente, más respetuosa con su suegra.
Aunque a ustedes les sorprenda, en este caso la humillación a Letizia me pareció gratuita y el paripé real, como si los españoles fuéramos menores de edad. Mejor haberlo dejado, porque hay cosas que con azúcar están peor, e intentar comportarse, todos, con ejemplaridad, al menos públicamente, razón fundamental de la existencia de las Monarquías.

Solo me queda hacer la pregunta que me han transmitido algunos lectores: ¿fue informado don Juan Carlos, que estaba en la UVI, de la llegada de este trío?

Ello me ha recordado aquella otra ocasión en la que, estando el Rey, también, en el hospital convaleciente de la caída en el safari sudafricano, a doña Sofía no se le ocurrió otra cosa que llevar a toda la familia, incluido Iñaki Urdangarin, a ver a papá.
Nunca se vio mayor tensión familiar (ríanse ustedes del incidente en la catedral de Palma) con una reina ofendida por lo de la “entrañable” acompañante de su marido en Boswana; un Rey, avergonzado; un Iñaki a quien no se le permitió acercarse al lecho del dolor del Rey; a un Felipe intentando evitar al cuñado y a una Letizia cabreada por la presencia de Cristina, la cuñada, apoyada en el quicio de la puerta de la habitación y la mano en la cadera gritando “¡Vámonos, ya!”. (Me lo contó una sanitaria testigo de aquella surrealista visita familiar).
 
No sabía hasta ahora que el motivo de la espantada mallorquina fuese la petición de quedarse unos días más. Me parece que el episodio de la misa no va a ser el último, esta mujer está como un cencerro y cualquier día hace algo mucho peor. No puedo comprender que Felipe la aguante, me encantaría saber el poder que tiene sobre él.
 
que más falta que pase?? el teatrillo en la salida de la misa. el mal gesto de las niñas a su abuela paterna, la limpieza del beso a leonor como si su abuela estuviera enferma... vamos ya está bien de aguantar a una inútil conzorte de pacotilla....
 

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