Orbyt.
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
01/09/2018
CHSSS...
LAS MEMORIAS DE JOSÉ BONO
YO TE CANTO PEQUEÑA NOVIA
Al retiro veraniego de mi personal Colombey-les Deux Eglises, entre encinas y cipreses, en el límite entre Castilla y Extremadura, vino a verme, un día de este caluroso verano, un político al que estimo mucho. Por diversos motivos. Sobre todo, porque fue mediador entra la vida de una persona a la que yo quise y la muerte que se lo llevó, permitiendo pudiéramos darnos el abrazo del adiós del que él fue emocionado testigo. Sólo por eso, querido Pepe, siempre te estaré muy agradecido.
Pero el motivo de la visita de Pepe Bono no fue para recordar al amigo que se fue, también, sino para hacerme partícipe de lo que actualmente ocupa su tiempo de político ¿jubilado?: sus memorias. Napoleón decía que una cabeza sin memoria es como una fortaleza sin guarnición. Y Pepe Bono la tiene, pero que muy bien amueblada. Aunque en él, lo mejor de su memoria reside fuera. ¡Tantas cosas han pasado ante sus ojos! No olvidemos que ha sido presidente de Castilla-La Mancha (1983-2004); ministro de Defensa con Zapatero (2004-2006 ) y presidente del Congreso de los Diputados ( 2008- 2011 ). El que sufre tiene memoria, decía Cicerón. Pepe Bono es un ejemplo de que no siempre es así. Porque, a lo mejor, lo que tiene es una buenísima memoria para olvidar los agravios y las traiciones, que de esto sí ha habido. Supongo aunque, a lo peor, es mucho suponer.
–La verdad es justamente lo contrario. Más que memorias, yo diría que será un diario, al estilo de los de Azaña. No olvides, querido Jaime, que cada día tiene su afán.
Me imagino que Pepe Bono sabe que un diario es una relación cotidiana de la parte de nuestra existencia que podemos contarnos sin enrojecer, sin avergonzarnos. Ni de nuestras luces ni de nuestras sombras que, en la vida de este político, como en la de todos, las hay. No me cabe la menor duda de que Bono tendrá razón en su manera personal de explicar el desarrollo de su vida como político. Material tiene. Más de 2.000 folios. Entre ellos, varios muy valiosos de sus conversaciones con el inolvidable general Sabino Fernández Campo. Mucho me temo que Bono se va a anticipar a mi querido Manuel Soriano, el único periodista capaz de interpretar, si quisiera, los silencios del hombre más leal que ha servido al Rey Don Juan Carlos y que, desde esa lealtad, supo decir, en cada momento, no lo que a Su Majestad le gustaba oír, sino lo que debía, le gustara o no. Fue un hombre que se revelaba en la conversación no sólo por lo que decía, sino por lo que callaba. Según me cuenta Pepe Bono, en sus diarios, de los que me leyó unas espléndidas páginas, va a desvelar algunos secretos, sobre todo del 23 F. También las verdades y mentiras de lo que vivió aquella dramática noche.
Hoy, José Bono es un espectador privilegiado, por su experiencia, del devenir de la política española a la que ha dedicado los mejores años de su vida. A su alrededor, todo está tranquilo. Hasta su vida familiar, después del bronco divorcio de su matrimonio con Ana Rodríguez, esa mujer contenida de estudiada tranquilidad y sonrisa perfecta y con la que estuvo casado nada menos que 29 años. Esa tarde acudiría, con toda la familia, a recibir a su hija Amelia, que regresaba de Barcelona, donde había participado en el programa Bailando con las estrellas. También estaría Ana, con quien hoy se lleva de cine.
–Con el paso de los años ya no hay lugar para el rencor –me diría en la despedida. Ni en la familia, ni en la política.
El pasado 28 de agosto, el compañero de LOC, Eduardo Verbo, comentaba en un apunte gráfico la imagen de una boda en masa de 400 parejas en Corea del Sur, concretamente cerca de Seúl. “Yo me imagino a estas jóvenes adormecidas de la fotografía convertidas en novias a la fuga que, con su falso brillo, disfrazan su pena”. A mí, tal vez exceso de imaginación, me ha parecido ver, entre las novias agrupadas, una carita muy joven, triste y desilusionada. A lo peor, es una mujer que soñó una vez con una iglesia, con un vestido blanco, con un órgano suave y con muchos invitados que dijeran ¡qué guapa está la novia! Pero, el sentirse masa en el acto más trascendental de la vida, debe ser completamente destructivo. Por eso, hoy yo te canto a ti sola, pequeña novia de la blanca mañana coreana, y te ofrezco esta columna como regalo de boda. Pienso que este casamiento masivo tiene algo indefiniblemente hermoso porque es un volcarse común, una entrega recíproca de muchedumbres. Esta es la base sólida del amor, porque no hay otro tú que tú, no otro él que él. Tu vida la has ofrecido a un hombre, esta mañana, tú sola, independiente de las demás y en la forma en que realices esta ofrenda, encontrarás la más bella singularidad que nunca hayas imaginado. Yo te canto, pequeña novia de la blanca mañana coreana, porque has tenido el privilegio de decir sí a coro cuando el mundo, ahora, sabe agruparse sólo para decir no.
Nunca entenderé, admirándote tanto, compañero, cómo has podido defender, sin fisuras, a la Administradora Única de RTVE (...) Mi abuelo, que fue un gran magistrado, nunca hubiera actuado tan miserablemente como los jueces y fiscales que hay en el Gobierno de Sánchez (...) Estoy de acuerdo con Santi González cuando escribe sobre Pedro Duque que “nadie sabe donde colocarle, ni cuál es su función”. El día menos pensado será un ministro a la fuga (...) Lo único que puedo decirle es: querido y admirado Pedro, no estropees tu biografía (...) Para mí, todas las ministras se parecen, físicamente, menos la vice que, como dicen, es tal cual Camilo Sesto (...) ¡Vaya panda de “quintos” los de la fotografía! (...) Siempre me pareció un buen juez a quien admiraba reconvertido hoy en un mal ministro que no deja de sorprender al personal por su sectarismo y errática manera de comportarse (...) ¡Atención! Por una vez y sin que sirva de precedente, la muchacha reconvertida en “modelo” en Turín, no muestra el culo en una foto que, por supuesto, vale menos porque es lo que en ella vale más (...) Viendo sus espectaculares imágenes en ¡Hola! no puedo por menos que preguntarme: ¿cómo un tío tan feísimo puede tener una mujer tan guapísima?
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
01/09/2018
CHSSS...
LAS MEMORIAS DE JOSÉ BONO
YO TE CANTO PEQUEÑA NOVIA
Al retiro veraniego de mi personal Colombey-les Deux Eglises, entre encinas y cipreses, en el límite entre Castilla y Extremadura, vino a verme, un día de este caluroso verano, un político al que estimo mucho. Por diversos motivos. Sobre todo, porque fue mediador entra la vida de una persona a la que yo quise y la muerte que se lo llevó, permitiendo pudiéramos darnos el abrazo del adiós del que él fue emocionado testigo. Sólo por eso, querido Pepe, siempre te estaré muy agradecido.
Pero el motivo de la visita de Pepe Bono no fue para recordar al amigo que se fue, también, sino para hacerme partícipe de lo que actualmente ocupa su tiempo de político ¿jubilado?: sus memorias. Napoleón decía que una cabeza sin memoria es como una fortaleza sin guarnición. Y Pepe Bono la tiene, pero que muy bien amueblada. Aunque en él, lo mejor de su memoria reside fuera. ¡Tantas cosas han pasado ante sus ojos! No olvidemos que ha sido presidente de Castilla-La Mancha (1983-2004); ministro de Defensa con Zapatero (2004-2006 ) y presidente del Congreso de los Diputados ( 2008- 2011 ). El que sufre tiene memoria, decía Cicerón. Pepe Bono es un ejemplo de que no siempre es así. Porque, a lo mejor, lo que tiene es una buenísima memoria para olvidar los agravios y las traiciones, que de esto sí ha habido. Supongo aunque, a lo peor, es mucho suponer.
–La verdad es justamente lo contrario. Más que memorias, yo diría que será un diario, al estilo de los de Azaña. No olvides, querido Jaime, que cada día tiene su afán.
Me imagino que Pepe Bono sabe que un diario es una relación cotidiana de la parte de nuestra existencia que podemos contarnos sin enrojecer, sin avergonzarnos. Ni de nuestras luces ni de nuestras sombras que, en la vida de este político, como en la de todos, las hay. No me cabe la menor duda de que Bono tendrá razón en su manera personal de explicar el desarrollo de su vida como político. Material tiene. Más de 2.000 folios. Entre ellos, varios muy valiosos de sus conversaciones con el inolvidable general Sabino Fernández Campo. Mucho me temo que Bono se va a anticipar a mi querido Manuel Soriano, el único periodista capaz de interpretar, si quisiera, los silencios del hombre más leal que ha servido al Rey Don Juan Carlos y que, desde esa lealtad, supo decir, en cada momento, no lo que a Su Majestad le gustaba oír, sino lo que debía, le gustara o no. Fue un hombre que se revelaba en la conversación no sólo por lo que decía, sino por lo que callaba. Según me cuenta Pepe Bono, en sus diarios, de los que me leyó unas espléndidas páginas, va a desvelar algunos secretos, sobre todo del 23 F. También las verdades y mentiras de lo que vivió aquella dramática noche.
Hoy, José Bono es un espectador privilegiado, por su experiencia, del devenir de la política española a la que ha dedicado los mejores años de su vida. A su alrededor, todo está tranquilo. Hasta su vida familiar, después del bronco divorcio de su matrimonio con Ana Rodríguez, esa mujer contenida de estudiada tranquilidad y sonrisa perfecta y con la que estuvo casado nada menos que 29 años. Esa tarde acudiría, con toda la familia, a recibir a su hija Amelia, que regresaba de Barcelona, donde había participado en el programa Bailando con las estrellas. También estaría Ana, con quien hoy se lleva de cine.
–Con el paso de los años ya no hay lugar para el rencor –me diría en la despedida. Ni en la familia, ni en la política.
El pasado 28 de agosto, el compañero de LOC, Eduardo Verbo, comentaba en un apunte gráfico la imagen de una boda en masa de 400 parejas en Corea del Sur, concretamente cerca de Seúl. “Yo me imagino a estas jóvenes adormecidas de la fotografía convertidas en novias a la fuga que, con su falso brillo, disfrazan su pena”. A mí, tal vez exceso de imaginación, me ha parecido ver, entre las novias agrupadas, una carita muy joven, triste y desilusionada. A lo peor, es una mujer que soñó una vez con una iglesia, con un vestido blanco, con un órgano suave y con muchos invitados que dijeran ¡qué guapa está la novia! Pero, el sentirse masa en el acto más trascendental de la vida, debe ser completamente destructivo. Por eso, hoy yo te canto a ti sola, pequeña novia de la blanca mañana coreana, y te ofrezco esta columna como regalo de boda. Pienso que este casamiento masivo tiene algo indefiniblemente hermoso porque es un volcarse común, una entrega recíproca de muchedumbres. Esta es la base sólida del amor, porque no hay otro tú que tú, no otro él que él. Tu vida la has ofrecido a un hombre, esta mañana, tú sola, independiente de las demás y en la forma en que realices esta ofrenda, encontrarás la más bella singularidad que nunca hayas imaginado. Yo te canto, pequeña novia de la blanca mañana coreana, porque has tenido el privilegio de decir sí a coro cuando el mundo, ahora, sabe agruparse sólo para decir no.
Nunca entenderé, admirándote tanto, compañero, cómo has podido defender, sin fisuras, a la Administradora Única de RTVE (...) Mi abuelo, que fue un gran magistrado, nunca hubiera actuado tan miserablemente como los jueces y fiscales que hay en el Gobierno de Sánchez (...) Estoy de acuerdo con Santi González cuando escribe sobre Pedro Duque que “nadie sabe donde colocarle, ni cuál es su función”. El día menos pensado será un ministro a la fuga (...) Lo único que puedo decirle es: querido y admirado Pedro, no estropees tu biografía (...) Para mí, todas las ministras se parecen, físicamente, menos la vice que, como dicen, es tal cual Camilo Sesto (...) ¡Vaya panda de “quintos” los de la fotografía! (...) Siempre me pareció un buen juez a quien admiraba reconvertido hoy en un mal ministro que no deja de sorprender al personal por su sectarismo y errática manera de comportarse (...) ¡Atención! Por una vez y sin que sirva de precedente, la muchacha reconvertida en “modelo” en Turín, no muestra el culo en una foto que, por supuesto, vale menos porque es lo que en ella vale más (...) Viendo sus espectaculares imágenes en ¡Hola! no puedo por menos que preguntarme: ¿cómo un tío tan feísimo puede tener una mujer tan guapísima?