El Mundo Orbyt.
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
19/05/2018
PLEBEYAS, DIVORCIADAS Y MESTIZAS
LOS PARIENTES NEGROS DE LA REINA
LETIZIA SÍ LA CONTROLÓ
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Actualmente existen en Europa 10 sistemas políticos de origen medieval resistiendo la borrasca de la modernidad. Pero, para sobrevivir, de un tiempo a esta parte están intentando modernizarse con sangre nueva, casándose no con quienes deben sino con quienes quieren. Lo más positivo sería que el querer y el deber coincidieran. Pero, como estamos viendo, imposible. Esto ha supuesto no una modernización sino una vulgarización de las monarquías, que han perdido toda la magia. Si las bodas de Felipecon Letizia y la de Carlos con Camilla supusieron un gran escándalo por ser ellas divorciadas, la de Haakon de Noruega con Mette-Marit, que incluso aportaba un hijo, para qué les cuento. Nada que ver con Máxima, Mary Donaldson y Matilde.
Pero lo del Reino Unido con Meghan Markle ha traspasado todo lo imaginable. No porque la prometida de Harry, nieto de la reina Isabel, e hijo de Lady Di, sea divorciada como Camilla y Letizia y actriz de películas de fuerte contenido erótico, sino por su impresentable familia. León Tolstói decía que todas las familias felices se parecen pero que cada familia desdichada lo es a su manera. La de Meghan, según el Daily Mail, es “una colección heterogénea de individuos con un largo historial de borracheras y conflictos. Entre ellos, un padre que ha vendido fotos y entrevistas a los paparazzi, una hermanastra que carga sin piedad contra Meghan, preparando un libro con el siguiente titulo: El diario de la hermana de la princesa trepa. Y un sobrino cultivador de cannabis que ha desarrollado una nueva variedad de esta droga para regalar a los novios”. Será la primera vez que una mujer negra, la afroamericana Doria Ragland, madre de la novia, aparezca junto a la reina Isabel. No así Thomas Markle, que no podrá avergonzar a su hija, como se temía, actuando de padrino de la novia, tan importante en toda boda. Tres días antes de la ceremonia, afortunadamente, fue intervenido quirúrgicamente después de vender por 100.000 dólares unas fotografías. No será la primera que se case sin padre y padrino. Máxima lo hizo porque las autoridades prohibieron su presencia en Holanda debido a problemas políticos. Silvia de Suecia acudió sola a la catedral donde el rey Carlos Gustavo le esperaba tras la puerta del templo. Paola de los Belgas tampoco tuvo ni padre ni padrino. Ni Fabiola. A Sonia de Noruega le apadrinó su suegro, el rey Olav. Y a Margarita de Inglaterra su cuñado el príncipe Felipe de Edimburgo. Y a Meghan lo hará el príncipe Carlos.
Aunque la familia Rocasolano nada que ver con la familia Markle, Letizia, a diferencia de Meghan, supo controlar a todos y cada uno, más o menos presentables, de su familia. Con algunos fue, incluso, más cruel. Según recuerda David Rocasolano, el primo, Letizia intentó prohibir la presencia en su boda de Ana Togores, la mujer de su padre. “No puede ser”. También le ordenó: “Tienes que decirle al abuelo que deje de hablar con los periodistas. Quiero que llames ya”. Y exigió a todos sus familiares que, si querían ir a la boda, se mantuvieran quietos y callados. “El silencio fue la consigna”. Y en silencio se han mantenido todos aquellos que, a nivel sentimental, han tenido algo que ver con ella. A diferencia de Meghan. Su ex marido, el productor Trevor Engelson, está rodando una serie para la Fox inspirada en la historia de su ex mujer.
A Meghan ya le gustaría poder controlar, como hizo Letizia, a su impresentable familia. Porque, según cuenta la compañera Mellado, “el pasado lunes aterrizaron en Londres una gran cantidad de parientes cargados con 13 maletas y eso que nadie les ha invitado al enlace”. “Somos como los Simpson frente a la familia real”, declaró Thomas Markle, el hermanastro de la novia real, instalador de ventanas. “A mi hermana, la fama se le ha subido a la cabeza convirtiéndose en una mujer hastiada, superficial y vanidosa”. Sólo hay que desear que los genes no jueguen una mala pasada. Porque, según mi querida compañera Beatriz Miranda, “de un matrimonio mestizo no siempre sale un bonito anuncio de Benetton”.
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
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PLEBEYAS, DIVORCIADAS Y MESTIZAS
LOS PARIENTES NEGROS DE LA REINA
LETIZIA SÍ LA CONTROLÓ
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Actualmente existen en Europa 10 sistemas políticos de origen medieval resistiendo la borrasca de la modernidad. Pero, para sobrevivir, de un tiempo a esta parte están intentando modernizarse con sangre nueva, casándose no con quienes deben sino con quienes quieren. Lo más positivo sería que el querer y el deber coincidieran. Pero, como estamos viendo, imposible. Esto ha supuesto no una modernización sino una vulgarización de las monarquías, que han perdido toda la magia. Si las bodas de Felipecon Letizia y la de Carlos con Camilla supusieron un gran escándalo por ser ellas divorciadas, la de Haakon de Noruega con Mette-Marit, que incluso aportaba un hijo, para qué les cuento. Nada que ver con Máxima, Mary Donaldson y Matilde.
Pero lo del Reino Unido con Meghan Markle ha traspasado todo lo imaginable. No porque la prometida de Harry, nieto de la reina Isabel, e hijo de Lady Di, sea divorciada como Camilla y Letizia y actriz de películas de fuerte contenido erótico, sino por su impresentable familia. León Tolstói decía que todas las familias felices se parecen pero que cada familia desdichada lo es a su manera. La de Meghan, según el Daily Mail, es “una colección heterogénea de individuos con un largo historial de borracheras y conflictos. Entre ellos, un padre que ha vendido fotos y entrevistas a los paparazzi, una hermanastra que carga sin piedad contra Meghan, preparando un libro con el siguiente titulo: El diario de la hermana de la princesa trepa. Y un sobrino cultivador de cannabis que ha desarrollado una nueva variedad de esta droga para regalar a los novios”. Será la primera vez que una mujer negra, la afroamericana Doria Ragland, madre de la novia, aparezca junto a la reina Isabel. No así Thomas Markle, que no podrá avergonzar a su hija, como se temía, actuando de padrino de la novia, tan importante en toda boda. Tres días antes de la ceremonia, afortunadamente, fue intervenido quirúrgicamente después de vender por 100.000 dólares unas fotografías. No será la primera que se case sin padre y padrino. Máxima lo hizo porque las autoridades prohibieron su presencia en Holanda debido a problemas políticos. Silvia de Suecia acudió sola a la catedral donde el rey Carlos Gustavo le esperaba tras la puerta del templo. Paola de los Belgas tampoco tuvo ni padre ni padrino. Ni Fabiola. A Sonia de Noruega le apadrinó su suegro, el rey Olav. Y a Margarita de Inglaterra su cuñado el príncipe Felipe de Edimburgo. Y a Meghan lo hará el príncipe Carlos.
Aunque la familia Rocasolano nada que ver con la familia Markle, Letizia, a diferencia de Meghan, supo controlar a todos y cada uno, más o menos presentables, de su familia. Con algunos fue, incluso, más cruel. Según recuerda David Rocasolano, el primo, Letizia intentó prohibir la presencia en su boda de Ana Togores, la mujer de su padre. “No puede ser”. También le ordenó: “Tienes que decirle al abuelo que deje de hablar con los periodistas. Quiero que llames ya”. Y exigió a todos sus familiares que, si querían ir a la boda, se mantuvieran quietos y callados. “El silencio fue la consigna”. Y en silencio se han mantenido todos aquellos que, a nivel sentimental, han tenido algo que ver con ella. A diferencia de Meghan. Su ex marido, el productor Trevor Engelson, está rodando una serie para la Fox inspirada en la historia de su ex mujer.
A Meghan ya le gustaría poder controlar, como hizo Letizia, a su impresentable familia. Porque, según cuenta la compañera Mellado, “el pasado lunes aterrizaron en Londres una gran cantidad de parientes cargados con 13 maletas y eso que nadie les ha invitado al enlace”. “Somos como los Simpson frente a la familia real”, declaró Thomas Markle, el hermanastro de la novia real, instalador de ventanas. “A mi hermana, la fama se le ha subido a la cabeza convirtiéndose en una mujer hastiada, superficial y vanidosa”. Sólo hay que desear que los genes no jueguen una mala pasada. Porque, según mi querida compañera Beatriz Miranda, “de un matrimonio mestizo no siempre sale un bonito anuncio de Benetton”.