Álvaro de Marichalar se mezcla con la plebe en un BlaBlaCar

Qué ascazo de fantoche. Es que ni pena da. Entre el "España es un país de traidores, por eso yo ya no vivo en él", dile que la perdono" y "yo siempre he sido partidario de la economía compartida", se ha retratado por enésima vez.

Traidores como tú, parásitos como tú, imbéciles como tú son el cáncer de este país. Lástima que la guillotina no se exportara a España.

Dice la autora del artículo que el fantoche entró en Blablacar con la cuenta de su actual pareja. Lo más probable es que él ni tan siquiera tenga coche (nada malo, por cierto) ni cuenta en Blablacar. Tampoco dinero para pagar el billete de autobús.
O que le pareciera demasiado plebeyo y en el coche con otros ciudadanos pudiera albergar la ilusión de que iba con el personal de servicio.

Es como aquel caballero para el que trabajó como criado Lázaro de Tormes: mataba de hambre al niño y él se echaba migas de pan en la barba y en el traje cuando salía a pasear.
 
Yo soy de la opinión que él hizo lo que hizo y dijo lo que dijo para dejar una impresión en quienes iban en el coche. Es decir, en su mente los imaginaba diciendo a sus amigos "¡Compartí viaje con Alvaro de Marichalar!, es un hombre cultísimo que habla mil idiomas, tiene muchísimos negocios, tiene records deportivos, un súperman!"
Que lo que repitieron no fue como él lo imaginó es su propia culpa.

Si no quería que hablaran de él, debió haber sido más discreto. Un blablacar es un lugar público.

Se comporta siempre de la misma manera en público y ante personas desconocidas, sobre todo ante las que considera inferiores a él; es decir, casi todo el mundo. Tendrías que ver el cambio radical que da ante personas que cree que están por encima de él y, sobre todo, de las que se cree que se puede beneficiar.
 
Mamarrachada y fantochada en estado puro.

Las últimas semanas están resultando dramáticas para Álvaro de Marichalar (52 años).Al fallecimiento de su madre, doña Concepción Sáez de Tejada el pasado 13 de marzo, tras sufrir un ictus días atrás, se ha sumado la separación de su esposa, Ekatheryna Anikieva (26 años) a los tres años y medio de su doble boda en Moscú, por el rito ortodoxo, y en España,en la iglesia de San Antonio de Padua.Nadie esperaba algo así, aunque sus caracteres son muy distintos. Él muy aventurero e inquieto y ella muy tranquila, soñando con la posibilidad de un cambio en la personalidad de Álvaro después de la boda, como ella misma me contó en su día, cosa que por supuesto no ha sucedido.


Pensó, con sus veintidós años en el momento en que hablamos por primera vez, que el matrimonio calmaría el afán de aventuras de su marido, quien llegó incluso a llevarla a su terreno llegando a viajar juntos desde Florida a Cuba,en el mes de diciembre, viaje que él recuerda con nostalgia y mucho cariño. Lo cuenta a ABC a lo largo de la entrevista.


Álvaro se encuentra destrozado, naturalmente, por el fallecimiento de su madre, doña Concepción Sáenz de Tejada, condesa viuda de Ripalda, como consecuencia de un ictus. Dos días antes de ser ingresada en el hospital, su hijo Álvaro le proporcionó una gran alegría al participar en el homenaje al marino Blas de Lezo, al que ahora, al cumplirse el trecientos veinticinco aniversario de su nacimiento se le empiezan a reconocer méritos, entre los que destaca el vencer a la armada británica en Cartagena de Indias.


—Para mi madre fue una gran alegría. Llegué a Cartagena de Indias navegando, en pie y en solitario en una embarcación de tres metros de eslora desde Florida, batiendo un récord para el deporte español. A mi madre le encantó este homenaje al hombre y al héroe vasco. Esto sucedió solo dos días antes de su ingreso en el hospital. En el homenaje estuvieron presentes las banderas de Gran Bretaña, España, Colombia, Armada española y Unión Europea. Enviaron cartas uniéndose al homenaje personalidades como el duque de Kent y el lehendakari del gobierno vasco. El homenaje tuvo lugar en el castillo de San Felipe, frente a la estatua de Blas de Lezo, en Cartagena de Indias.
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—Álvaro, ¿cómo se encuentra?

—Estos días siento una tristeza y angustia muy parecidas al sentimiento vivido el día que perdí a mi padre.

—A la tragedia del fallecimiento de su madre tiene que sumar la separación de su esposa, a la que confiesa que sigue queriendo mucho. ¿Puede surgir una reconciliación en un futuro?


—No se sabe lo que puede suceder en el futuro. Por el momento nos hemos separado. No sé que puede suceder más adelante.

—¿Cuál ha sido el motivo real de la ruptura?


-Katya y yo hemos decidido separarnos para poder seguir un camino que no podemos continuar en estos momentos juntos. Nos queremos demasiado para sufrir la falta de armonía que nos imponen las circunstancias actuales. Nos queremos demasiado. [Repite]. Ella necesita vivir en un ambiente de paz que yo no le puedo dar en estos momentos, ni a ella ni a nadie ya que sufro lo indecible intentando protegerme de mis problemas, que afectan en general mi relación con mi querida Katya, quien me aconseja abandonar unos compromisos y obligaciones que no puede entender ni compartir y que en mi opinión no debe asumir ella en modo alguno. Eso sí, nos quedan todos y cada uno de los momentos irrepetibles de los cinco años que hemos permanecido juntos, felices y unidos en un amor que permanece y seguirá vivo siempre. Sé que he tenido la enorme dicha de compartir un trozo de vida con una de las más maravillosas personas que he conocido nunca. De ahora en adelante navegaré con el recuerdo continuo de mi valiente marinera cuando navegamos juntos en el mes de diciembre desde Florida a Cuba, en la singladura más bonita que he vivido nunca. Navegaré en una soledad más evidente, pero teniendo presente el continuo recuerdo de mi valiente marinera. Podré confundir el horizonte azul con su mirada dulce que me hace sonreír y llorar. Katya no soporta la presión social.

—Álvaro,¿es cierto que no se habla con su hermano Jaime?

—No, no es cierto que Jaime y yo no nos hablemos. En algún momento, como todos los hermanos, hemos tenido nuestros más y nuestros menos, pero la relación entre nosotros es buena. Yo, como hermano mayor, cuando éramos pequeños, en el internado era su protector. Nos llevamos bien. Carece de fundamento.

http://www.abc.es/estilo/gente/20140322/abci-alvaro-marichalar-habla-201403211620.html
 
Aparte de poner pies en polvorosa, lo último que recuerdo haber leído de ella es que tenía una relación con un instructor de surf más compatible con ella en edad, guapo y anónimo.

Edito para corregir lo de la "guapura" del instructor de surf.

http://www.diaadia.com.pa/fama/¿romance-hecho-en-panamá-229539

Esta niña (porque por edad comparado a el era una cría), estaba fascinada y cegada por algo que no existía. Me acuerdo del reportaje de la boda y las tonterías que ponía. Que si la madre de el le asesoró con el vestido, y demás tonterías. Parecía que la estaban adoptando y sacando del arrollo. Una muñequita sin voz ni voto, vamos. Pero la presunta sumisa esposa cegada por título nobiliario (o no), y dineros (o no), se dió cuenta del percal y salió por patas a vivir la vida loca. Hizo pero que muy bien....
 
Mamarrachada y fantochada en estado puro.

Las últimas semanas están resultando dramáticas para Álvaro de Marichalar (52 años).Al fallecimiento de su madre, doña Concepción Sáez de Tejada el pasado 13 de marzo, tras sufrir un ictus días atrás, se ha sumado la separación de su esposa, Ekatheryna Anikieva (26 años) a los tres años y medio de su doble boda en Moscú, por el rito ortodoxo, y en España,en la iglesia de San Antonio de Padua.Nadie esperaba algo así, aunque sus caracteres son muy distintos. Él muy aventurero e inquieto y ella muy tranquila, soñando con la posibilidad de un cambio en la personalidad de Álvaro después de la boda, como ella misma me contó en su día, cosa que por supuesto no ha sucedido.


Pensó, con sus veintidós años en el momento en que hablamos por primera vez, que el matrimonio calmaría el afán de aventuras de su marido, quien llegó incluso a llevarla a su terreno llegando a viajar juntos desde Florida a Cuba,en el mes de diciembre, viaje que él recuerda con nostalgia y mucho cariño. Lo cuenta a ABC a lo largo de la entrevista.


Álvaro se encuentra destrozado, naturalmente, por el fallecimiento de su madre, doña Concepción Sáenz de Tejada, condesa viuda de Ripalda, como consecuencia de un ictus. Dos días antes de ser ingresada en el hospital, su hijo Álvaro le proporcionó una gran alegría al participar en el homenaje al marino Blas de Lezo, al que ahora, al cumplirse el trecientos veinticinco aniversario de su nacimiento se le empiezan a reconocer méritos, entre los que destaca el vencer a la armada británica en Cartagena de Indias.


—Para mi madre fue una gran alegría. Llegué a Cartagena de Indias navegando, en pie y en solitario en una embarcación de tres metros de eslora desde Florida, batiendo un récord para el deporte español. A mi madre le encantó este homenaje al hombre y al héroe vasco. Esto sucedió solo dos días antes de su ingreso en el hospital. En el homenaje estuvieron presentes las banderas de Gran Bretaña, España, Colombia, Armada española y Unión Europea. Enviaron cartas uniéndose al homenaje personalidades como el duque de Kent y el lehendakari del gobierno vasco. El homenaje tuvo lugar en el castillo de San Felipe, frente a la estatua de Blas de Lezo, en Cartagena de Indias.
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—Álvaro, ¿cómo se encuentra?

—Estos días siento una tristeza y angustia muy parecidas al sentimiento vivido el día que perdí a mi padre.

—A la tragedia del fallecimiento de su madre tiene que sumar la separación de su esposa, a la que confiesa que sigue queriendo mucho. ¿Puede surgir una reconciliación en un futuro?


—No se sabe lo que puede suceder en el futuro. Por el momento nos hemos separado. No sé que puede suceder más adelante.

—¿Cuál ha sido el motivo real de la ruptura?


-Katya y yo hemos decidido separarnos para poder seguir un camino que no podemos continuar en estos momentos juntos. Nos queremos demasiado para sufrir la falta de armonía que nos imponen las circunstancias actuales. Nos queremos demasiado. [Repite]. Ella necesita vivir en un ambiente de paz que yo no le puedo dar en estos momentos, ni a ella ni a nadie ya que sufro lo indecible intentando protegerme de mis problemas, que afectan en general mi relación con mi querida Katya, quien me aconseja abandonar unos compromisos y obligaciones que no puede entender ni compartir y que en mi opinión no debe asumir ella en modo alguno. Eso sí, nos quedan todos y cada uno de los momentos irrepetibles de los cinco años que hemos permanecido juntos, felices y unidos en un amor que permanece y seguirá vivo siempre. Sé que he tenido la enorme dicha de compartir un trozo de vida con una de las más maravillosas personas que he conocido nunca. De ahora en adelante navegaré con el recuerdo continuo de mi valiente marinera cuando navegamos juntos en el mes de diciembre desde Florida a Cuba, en la singladura más bonita que he vivido nunca. Navegaré en una soledad más evidente, pero teniendo presente el continuo recuerdo de mi valiente marinera. Podré confundir el horizonte azul con su mirada dulce que me hace sonreír y llorar. Katya no soporta la presión social.

—Álvaro,¿es cierto que no se habla con su hermano Jaime?

—No, no es cierto que Jaime y yo no nos hablemos. En algún momento, como todos los hermanos, hemos tenido nuestros más y nuestros menos, pero la relación entre nosotros es buena. Yo, como hermano mayor, cuando éramos pequeños, en el internado era su protector. Nos llevamos bien. Carece de fundamento.

http://www.abc.es/estilo/gente/20140322/abci-alvaro-marichalar-habla-201403211620.html


¿Se puede ser más cursi? Navegaré en una soledad más evidente, pero teniendo presente el continuo recuerdo de mi valiente marinera. Podré confundir el horizonte azul con su mirada dulce que me hace sonreír y llorar.
No me extraña que saliera por patas... a ver si es que cuando falleció la madre, se vió en el testamento que no había naaaa... y esta pensó que para qué iba a aguantar más...
 

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