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Poirot es como un concursante de ¿Quieres ser millonario? Siempre utiliza el comodín de la llamada. A mitad del libro sale corriendo a una cabina de teléfonos y no explica nada. Al final del libro es cuando sale con lo de:
-Hace dos días llamé a un viejo amigo de la Interpol. Me ha confirmado que Sir Henry Cavendish en realidad se llama Mari Puri Castañares y es un travesti checoslovaco. La Policía Montada del Canadá le busca por contrabando de uranio y por echar caracoles a la paella. ¿Tiene algo que decir Sir Henry o...Mari Puri?
O con:
- Hace dos días llamé a un amigo experto en Arte. Me ha garantizado, con total seguridad, que el poster de Máximo Valverde que tiene en su cuarto Lady Davenport en realidad es un cuadro de Rembrandt, pìntado con el pie, y que vale siete trillones de dólares australianos.
Poirot y sus llamaditas...
Otro truco es sentar a todos los sospechosos en un salón y las puertas cubiertas por Japp y Hastings. Allí va uno a uno desgranando a todos los presentes y saca a relucir que todos tienen motivos para haber matado a la víctima, saca trapitos al aire, poco a poco y al final, el último, es el malo.