A SANGRE FRÍA - Truman Capote

EL CRIMEN DE LA FAMILIA CLUTTER
Truman Capote y el inicio del 'true crime': 60 años del caso que destapó 'A sangre fría'
El 15 de noviembre de 1959, Perry Smith y Dick Hickcok asaltaron la casa de los Clutter, en Holcomb, los amordazaron y mataron de un tiro en la cabeza




Foto: Richard Hickock y Perry Smith asesinaron a la familia Clutter en su casa de Holcomb, en Kansas. (Garden City Police Department)


Richard Hickock y Perry Smith asesinaron a la familia Clutter en su casa de Holcomb, en Kansas. (Garden City Police Department)




AUTOR
SANDRA ESCOBAR
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TRUMAN CAPOTE
CRIMEN

15/11/2019



Para Truman Capote su obra pareció convertirse en su tumba: "Casi me mata. Creo que, en cierto modo, me mató". Así describió el periodista la obra que dio origen al nuevo periodismo y que él mismo bautizó como una "non fiction novel". 'A sangre fría', su novela publicada en 1965 por entregas en The New Yorker, — y finalmente lanzado como libro un año después — sentó las bases del hoy 'true crime'.

Este verano se cumplieron más de tres décadas de la muerte del escritor (25 de agosto de 1984 en Los Ángeles), pero hoy, 15 de noviembre, se celebra el 60º aniversario del relato en profundidad que el periodista realizó sobre uno de los crímenes más escalofriantes: el de la familia Clutter.


Sangre a cambio de 50 dólares
Los Clutter residían en una casa de campo ubicada en Holcomb, una pequeña ciudad perteneciente al estado de Finney, en Kansas (Estados Unidos). Herbert William Clutter, padre de familia y un hombre muy conocido por su gran influencia en la zona y por ser propietario de la granja River Valley, era un granjero que convivía con su mujer, Bonnie Fox, y sus dos hijos Nancy (16 años) y Kenyon (15 años). El día en el que lo asesinaron había firmado un seguro de vida por valor de 40.000 dólares (alrededor de 36.000 euros).




La familia Clutter tenía una casa en la ciudad de Holcomb, en Kansas. (Google Maps)


La familia Clutter tenía una casa en la ciudad de Holcomb, en Kansas. (Google Maps)


La noche del 15 de noviembre de 1959, sobre las 23:30 horas de la noche, Perry Smith y Richard Hickock, o Dick, asaltaron la granja familiar con el objetivo inicial de robarles. Una vez dentro, los expresos inmovilizaron a los cuatro familiares que se encontraban allí y, tras no dar con la caja fuerte que contenía todos sus bienes, los asesinaron a todos de un disparo en la cabeza. A excepción de Helbert, que fue degollado primero.


Según declararía tiempo después Smith, además de asesinarlos, su compañero también violó a la joven Nancy; dado el obsesivo deseo sexual que Dick tenía con las menores de edad.



Ficha policial de Richard Eugene 'Dick' Hickock. (Garden City Police Department)


Ficha policial de Richard Eugene 'Dick' Hickock. (Garden City Police Department)




Ambos delincuentes se conocieron en la prisión de Lansing, en Kansas, donde acabaron por diferentes delitos. Fue un compañero de celda, Floyd Wells, quien les habló de la familia Clutter y de la gran cantidad de dinero que supuestamente guardaban en una caja fuerte. Deseosos de hacerse con su riqueza, decidieron unir fuerzas y atracar la casa cuando les concedieron la libertad condicional. Sin embargo, el único motín que Dick y Smith hallaron en la casa de los Clutter fueron 50 dólares y una radio de transistores.

Cuando el jefe del departamento de policía de Garden City, Mitchell Geisler, llegó a la casa, encontró a Helbert tumbado sobre un colchón del sótano con heridas de apuñalamiento y un disparo en la cabeza. Aún estaba en pijama. Mientras que en el sofá del salón principal se encontraba Kenyon. En la segunda planta, en uno de los dormitorios, yacían Bonnie y Nancy. Todos estaban atados y con la boca amordazada con cinta adhesiva, salvo la joven.

Los agentes pudieron dar con los culpables tras encontrar una huella ensangrentada de una pisada y restos de ADN de Smith y siguiendo el rastro que Dick dejó al firmar cheques en blanco y empeñar los binoculares que sustrajeron del domicilio.




Ficha policial de Perry Smith. (Garden City Police Department)


Ficha policial de Perry Smith. (Garden City Police Department)



Después de cometer los asesinatos, ambos huyeron a México, aunque tuvieron que volver a Estados Unidos después de gastarse el poco dinero que poseían. Finalmente, fueron detenidos en Las Vegas después de Wells los delatara. Hickock fue condenado a la pena de muerte por ahorcamiento el 29 de marzo de 1960.

A lo largo de los casi dos mil días que permaneció entre rejas esperando a su ejecución, Dick negó los hechos y acusó a su cómplice de ser el único autor de los asesinatos. Así lo sostuvo hasta el 14 de abril de 1965, cuando fue ahorcado y posteriormente enterrado en el cementerio de Leavenworth, junto al otro acusado. Su últimas palabras estuvieron dedicadas a Roy Church, el agente que colaboró en su captura: "Me estás enviando a un lugar mejor que este".




Imágenes de los ataúdes de la familia Clutter en su funeral. (Garden City Police Department)




Perry Smith fue ejecutado en la misma prisión de Lansing tan solo 38 minutos después de que su compañero fuera ahorcado. Esperando en el corredor de la muerte, el condenado conoció a Capote, a quien le concedió diversas entrevistas y cuyo testimonio fue clave en la elaboración de 'A sangre fría'. Sus últimas palabras fueron: "No creo en la pena de muerte, ni legal ni moralmente. Puede que hubiera podido contribuir en algo. No sirve de nada que pida perdón por lo que hice".


 
¿En qué se parece el periodismo al ‘true crime’? He aquí varias lecciones de Truman Capote en ‘A sangre fría’
El viaje de la noticia a la novela es el mismo que te lleva de la información al disfrute. No busque las 5 W, sino las 5 diferencias



BERNA GONZÁLEZ HARBOUR

20 AGO 2019


truman capote


Truman Capote en su habitación del Hotel Ritz, en París, en 1966. CORDON PRESS




El qué, quién, cuándo, dónde, cómo y por qué de un suceso relevante pueden bastar para redactar una noticia de forma correcta, y posiblemente es lo único que algunos sacamos en claro tras cinco años de carrera: la regla de las 5 W, que ni recuerdo por qué se llamaba así porque siempre han sido seis (who, what, when, where, why y how, aunque en esta última la w remate la pregunta, y no la inicie). Pero de ahí a la literatura, a dar el salto de pértiga que coloca al lector en un universo embriagador donde las cosas no solo se aprenden, sino que además se disfrutan, va un mundo. Más inmenso aún que el lugar al que te lleva.

“Holcomb, Kan. 15 noviembre. UPI. Un granjero próspero del trigo, su mujer y sus dos hijos más pequeños, han sido hallados hoy muertos por disparos en su casa. Asesinados por heridas de arma de fuego a quemarropa tras ser atados y amordazados”.

Con esas dos frases, las primeras ocho líneas de una columna perdida en la portada del New York Times del 16 de noviembre de 1959, se resumía el drama que cambió la historia de una pequeña comunidad de granjeros de Kansas donde la única vida aparte de la cosecha y el ganado era el béisbol, el coro o la iglesia metodista local. Ya estaba casi todo en la noticia: el quién, el qué, el cómo, el cuándo, el dónde. Pero faltaba el porqué. Y Truman Capote, entonces periodista de New Yorker y escritor, que acababa de publicar Desayuno en Tiffany’s, en la que más tarde se basó la extraordinaria película de Blake Edwards protagonizada por Audrey Hepburn, se dispuso a contestarlo.

Y así llegó Truman (1924-1984) a Holcomb con su amiga Harper Lee (1926-2016), que aún no había publicado la hermosa Matar a un ruiseñor (1960, llevada al cine en 1962) y comenzó a hacer lo que de verdad hacemos los periodistas: preguntar, indagar y seducir a las fuentes hasta ganar la confianza incluso de un asesino monstruoso al que queremos convencer de que lo hacemos por su bien. Casi todo vale por unas líneas más.



Fotograma de 'A sangre fría'.


Fotograma de 'A sangre fría'.



Capote no tuvo prisa en contestar las W, sino que prefirió someternos a una danza cautivadora de palabras que culminaron tras seis años de inmersión en A sangre fría (1966), la gran novela de no ficción, el primer ejemplar de true crime, un género que hoy es tendencia. Él lo vivió con tal grado de implicación y detallismo que no escribió ninguna novela más. Le absorbió toda la energía y en ella nos legó su gran lección. He aquí las particulares respuestas a las 5 (o 6) W que nos legó Truman Capote.

¿Dónde?
Capote nos sitúa ante un horizonte móvil que nos va a abrazar tan irremediablemente como la muerte atrapó a la familia asesinada. Holcomb no es solo un pueblo al oeste de Kansas, sino una zona solitaria donde el autor nos hace oler las praderas, escuchar los pasos de las botas de tacones y punta afilada de los hombres del lugar y ver los rebaños de ganado o los silos repletos de trigo. Quién dijo dónde. Lo implícito gana a lo explícito y esa es quizá la primera de las grandes diferencias entre periodismo y novela. Se sugiere un lugar de decadencia, restos del crash de 1929, que ahí dejó cadáveres como la vieja sede de un banco abandonado o una antigua estructura de estuco donde lo único que pervive es el cartel de “baile”. Se sugiere el abandono a partir de trenes de pasajeros que silban pero no paran. Se sugiere una lucha por una prosperidad que se forja con trabajo, sí, pero que siempre se puede perder por culpa de una sequía.

¿Cuándo?
No importa aquí la fecha exacta, sino que una madrugada de domingo de mediados de noviembre un sonido sorprendente interfirió con la histeria de los coyotes, el chasquido seco de las plantas arrastradas por el viento o el quejido lejano del silbido de las locomotoras. Qué más da qué hora era.

¿Cómo?
Tardaremos muchos en conocer qué arma, qué calibre y desde qué distancia se les disparó, pero lo conoceremos. De momento solo nos importa que “cuatro disparos terminaron con seis vidas humanas”. Paremos un segundo en esta frase, madre de la condensación de toda intriga literaria: cuatro disparos, seis víctimas. El "quién" que conocíamos (cuatro muertos) se ha ampliado a seis. Habrá que llegar hasta el final.

¿Qué?
Ya lo ha dicho Capote: cuatro disparos, seis muertos. Pero aquí el qué se transforma en un acantilado afilado y peligroso en el que lo que ocurrido no es solo que han muerto personas, sino una forma de vida. "Los acontecimientos excepcionales nunca se habían detenido allí", dice Capote. Pero esas sombrías explosiones “encendieron hogueras de desconfianza, a cuyo resplandor muchos viejos vecinos se miraron extrañamente, como si no se conocieran”. La confianza, amigos, ha muerto. El fuego de la desconfianza se ha encendido para devorar a toda la comunidad.

¿Quién?
Es hora de pararnos en la víctima principal, Herbert Clutter, el granjero próspero con una vida aparentemente perfecta, armoniosa y saludable que pronto empieza a ofrecernos factores de inquietud. Capote nos cuenta que su mujer, la chica de la que se enamoró, madre de sus cuatro hijos y a la que sigue adorando, está enferma. Lleva años bajo tratamiento psiquiátrico, se sume en épocas de depresión, vive recluida en su cuarto y apenas participa en la vida familiar. ¿Será importante? De momento, es inquietante. Clutter es un líder agricultor local, ha encabezado asociaciones y es admirado por su ejemplaridad. ¿Será importante? De momento, comprendemos que puede generar envidias. Además, es abstemio, muy creyente, tan rígido con sus trabajadores que prohíbe la bebida y ay de quien roce el vicio. También digno de tener en cuenta. Aprendemos también que en las últimas horas entraron cazadores en su finca, como era habitual por la época, y él les dejó buscar faisanes como también era habitual. Mmmm. ¿Y el factor religioso? Una de sus hijas está ennoviada con un chico católico y ya le ha advertido de que, siendo como son ellos metodistas, esa relación no podrá ser. Tomamos nota.

Además Stocklein, el único empleado que vive en la finca, le pide el día libre por la enfermedad de su hija. Queda anotado también. Capote va exponiendo suavemente una ristra de asuntos que pueden parecer rutinarios, normales, pero que a la luz de los asesinatos son dignos de tener en cuenta, desde la capacidad que tuvo para generar envidias como el hecho de que su perro solo se acobarde ante las armas de fuego. El foco se va posando en todos los personajes, de uno en uno, para iluminar puntos de vista distintos y, sobre todo, para sembrar incertidumbres e incógnitas. Magistral.

¿Por qué?
Ay, por qué. La gran pregunta que nos hace acercarnos al Holocausto, a los crímenes o a los sucesos que somos incapaces de comprender más allá de la perplejidad inicial es el motor que mantiene encendida la novela. ¿Lograremos entender por qué dos muchachos asesinaron a la familia Clutter de una forma tan salvaje? No crean que aquí voy a responder a esta pregunta. Léanlo.

Porque las preguntas que podemos hacernos siempre quedarán cortas ante la dimensión de las respuestas que nos ofrece Capote. Y porque la respuesta a la pregunta ¿por qué? es en sí misma una disciplina infinita de imposible articulación.

 
EL LIBRO Y LA FRASE DE FERRAN TORRENT / 'A SANG FREDA'

“Capote me inspiró para arrancar un reportaje sobre la reconversión de Sagunto”
El escritor Ferran Torrent ha elegido el clásico de Truman Capote y afirma que se quedaría a vivir en cualquier libro "cuya acción transcurra entre la Revolución soviética y el Mayo francés"



AMPARO TÓRTOLA
Valencia
25 AGO 2019

El novelista Ferran Torrent, con el clásico de Truman Capote 'A sang freda'.


El novelista Ferran Torrent, con el clásico de Truman Capote 'A sang freda'. MÒNICA TORRES


El novelista Ferran Torrent (1951, Sedaví) nos cita en una céntrica librería valenciana. Aprovecha para recoger allí un encargo; se trata de cinco novelas policiacas que le acompañarán durante el periodo estival y se sumarán a los cientos de ejemplares -ignora la cifra exacta- que pueblan las estanterías, mesas y vitrinas de su hogar. Si tuviera que elegir un libro donde quedarse a vivir no lo duda: “Cualquiera cuya acción transcurra entre la Revolución soviética y el Mayo francés”. Nos cuenta por qué ha seleccionado para esta entrevista el clásico de Truman Capote A sangre fría. Él lo leyó en una edición en catalán de 1966 (Editorial Proa) y destaca su primer párrafo. Sepamos la causa.


Pregunta. ¿Por qué A sangre fría y por qué ese primer párrafo que dice así: “El poble de Holcomb es troba en una alta planúria semblada de blat, a l’oest de Kansas, una solitària regió que els altres veïns de l’Estat en diuen 'cap enllà'".

Respuesta. Porque me sirvió de inspiración para arrancar mi primer reportaje. La revista El Temps me había encargado escribir sobre la reconversión siderúrgica de Sagunto. No sabía por dónde empezar, pero tenía claro que quería hacer algo con revestimiento literario. Entonces, debía ser en 1984, recordé que había leído la novela de Capote. La busqué en las estanterías y ese primer párrafo me inspiró. Recuerdo que pensé: ¿Qué mejor manera de empezar que hacerlo de la mano de un maestro como Capote? Tengo que decirte que mis inicios como reportero fueron bastante accidentados.

P. ¿Y eso? Usted parece un hombre curtido en mil batallas.

R. Mira, conseguí una entrevista en exclusiva con el embajador de Nicaragua que estaba de paso por Valencia. Acudí a su hotel y tuvimos una larga charla. Cuando regresé a la redacción de El Temps, la grabadora no había registrado una sola de sus palabras. No hubo entrevista.

P. Han pasado 35 años. ¿Ha releído la novela de Capote?

R. Sí. Con las relecturas captas puntos nuevos, obtienes diferentes visiones. Al final, yo creo que leer es un estado de ánimo, ¿no? El cincuenta por cien de mis lecturas son relecturas. Desde hace un tiempo separo aquellos libros que me gustan para tenerlos a mano cuando me apetece releerlos. Eso no quita para que también me guste mucho leer a autores nuevos y desconocidos.

P. ¿Qué es lo que más le impacto de A sangre fría ?

R. Cuando acabé de leerla pensé: el puto cabrón este [Capote], ¡qué bien lo ha contado! Sentí rabia, una rabia sana, pero rabia. Ya era consciente de lo difícil que era hacer un buen reportaje, y Truman Capote había hecho una novela-reportaje. Me fascinó, en aquel momento, la estructura de la novela, la forma en que Capote relataba los hechos.

P. ¿A quién recomendaría su lectura?

R. Creo que A sangre fría es una novela que satisface al lector más exigente y también al menos exigente. Me parece recomendable para aquellos lectores interesados en sucesos reales; es interesante conocer bien el suceso, los hechos que se narran, para poder valorar la novela.

P. ¿Ha visto las películas inspiradas en la novela de Capote? ¿Qué prefiere, leer primero y ver después, o al revés?

R. He visto dos versiones; una muy antigua, en blanco y negro, si no recuerdo mal. Yo prefiero leer primero la novela, pero también me ha sucedido, a veces, que tras ver una película y saber que estaba basada en un libro, he ido a comprarlo.

P. ¿Cómo y cuándo descubrió el placer de leer?

R. De niño. Yo estudiaba en el colegio de los Jesuitas y allí existía lo que llamábamos “la brigada”; consistía en un aula donde, después de comer, nos reunían a los alumnos y un padre nos leía durante una hora. ¿Sabes lo que pasaba? Que cada día era un padre diferente y, por lo general, cada uno elegía un libro distinto, así que te quedabas con las ganas de saber el desenlace de La isla del tesoro, de Moby-Dick o de las aventuras del Padre Brown. Yo llegaba a casa y decía que quería esos libros para saber cómo terminaban.
También, en los cumpleaños, regalaba libros a mis amigos más cercanos. Sabía que eso les fastidiaba porque un libro, para ellos, no era el mejor regalo; y sabía que luego, para mi cumpleaños, ellos harían lo propio, también para fastidiarme. Pero para mí ¡era el mejor regalo!

P. ¿Qué le pide a un libro?
R. Una conjunción de satisfacciones: que me entretenga, que no me insulte literariamente, que me aporte conocimientos para entender y comprender. Mis obras favoritas son ensayos y novelas relacionadas con el siglo XX.

P. ¿Dónde y cuándo le gusta leer si puede elegir?


R. Tengo costumbres muy british: me gusta cenar temprano y después, si no hay ninguna serie o documental que me interese, me pongo a leer. Siempre leo en la cama, durante dos o tres horas, con pequeños descansos para estirar la espalda.
Mis momentos de lectura favoritos, que recuerdo perfectamente, han sido en Nochevieja. Desde hace unos años la celebro así: por la tarde salgo a comprar algo de cena fría, una botella de vino y un libro. No apago la luz hasta que lo termino.

P. ¿Cuántos libros tiene en su biblioteca?


R. ¡Ni lo sé! Los tengo desperdigados. Tú entras en mi casa y ves libros por todos lados: en las estanterías, en las mesas, en las vitrinas, en las mesillas de noche. Ahora quiero hacer una selección para regalar ejemplares al casino de mi pueblo.

P. Y ¿cuántos incorpora nuevos al año?

R. Tampoco lo sé. Ahora, ya lo has visto, acabo de comprar cinco para tener lectura nueva durante el verano. Yo calculo que al año compraré entre 70 y 100 libros.


P. ¿Lee con lápiz para poder subrayar?

R. No, ya no. He subrayado mucho, ¿eh?, pero ahora ya no lo hago. Sin embargo, las frases que me interesan se me quedan. A lo mejor olvido al autor, pero la frase, no.

P. ¿Se mantiene fiel al formato papel o se ha dejado seducir por formatos electrónicos?


R. ¡No, no, no! Sigo leyendo en papel, a pesar de que algunas ediciones, sobre todo las de tapas duras, me resultan incómodas. Me compré un dispositivo de libro electrónico y no he sido capaz de habituarme.

P. ¿En qué libro se quedaría a vivir?


R. En cualquiera cuya acción transcurra entre la Revolución Soviética y el Mayo francés, en aquellos que narran momentos históricos interesantes del siglo XX. A mí me hubiera gustado poder narrar desde la trinchera, estar donde se produce la historia. Cuando el golpe de estado del 23-F yo estaba en Frankfurt (Alemania) y pensaba: '¡Joder! Ahora que pasa algo interesante, va y me lo pierdo!'.
Hay un libro maravilloso, La noche quedó atrás, de Jan Valtin, que en el momento de su publicación, en 1941, fue un best-seller. Es autobiográfico y cuando lo leí pensé: '¡Lo que ha vivido este tío!'.

 
Buf, leí este libro hace años y todavía recuerdo el mal rollo que me dio! También recuerdo que me sorprendió cómo se cameló Capote a uno de los asesinos para sacarle toda la historia
 
Hola prim@s, me estoy planteando leer este libro ahora, me lo recomendáis? Es muy denso al leerlo? O es en cambio dinámico y se lee con cierta facilidad?
No sé si entregarme a la prosa populista jajaja estoy con dudas.
Feliz Navidad ?
 
Hola prim@s, me estoy planteando leer este libro ahora, me lo recomendáis? Es muy denso al leerlo? O es en cambio dinámico y se lee con cierta facilidad?
No sé si entregarme a la prosa populista jajaja estoy con dudas.
Feliz Navidad ?
A mí me gustó mucho y lo recomiendo
 
Recomiendo ver la película "Historia de un crimen" donde se narra el proceso de investigación y documentación que hizo Capote para escribir el libro. La foto de mi avatar pertenece a esa película :)
 
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