Coronavirus

Chico, si los niños necesitan sol los pones a hacer la fotosíntesis en una ventana pero a mí que salgan siendo que muchos son asintomáticos pues no me parece bien.

Igual si se plantease algo de salir de forma SUPER ordenada... Pero conocemos a los españoles y fijo que llevan a los niños a jugar al parque. Al igual que muchos paseadores de perros salen de dos en dos.
Pues mira, yo pondría a hacer la fotosíntesis a los fumadores, que también los habrá asintomáticos.
Todo adulto tampoco, las personas de riesgo como yo no podemos salir para nada y así mucha gente ,son medidas duras si, pero es lo que hay. Y nos aguantamos. Los niños no tienen conciencia y son muy desobedientes, y aunque les digas esto no se puede hacer lo hacen igualmente, es muy peligroso y ya está. No quiero ni pensar que pasaría si se permitiera esto, solo tenemos que ver cuando se cerraron los colegios, se cierran para que no se junten y evitar contagios, y luego la gente los juntaba en los parques,muy lógico todo.
"Los niños no tienen conciencia y son muy desobedientes?" Por favor, dime que no tienes niños...

Lo que pasa es que los niños no le importan a nadie, molestan. Molestan dentro de casa y molestan si salen.

Nadie se plantea que un perro salga a hacer sus necesidades a tres metros de su casa y vuelva a entrar, no, le dan su paseito al perro que estire las piernas, cien, doscientos metros o vuelta a la manzana. Varias veces al día. Y mientras los niños en casa. Que los habrá con jardín y con balcón a la calle, pero también los hay en pisos interiores. Es insano y vergonzoso lo que se les está haciendo a los niños.
 
Las que protegen son las FFP2, FFP3 y la N95. Las simples quirúrgicas sirven solamente para no infectar en el caso de que estés infectada.

Sabes, o alguien sabe cuanto uso se les puede dar a las ffp2?. He leído que se debe observar el desgaste, si están sucias etc..y que un uso de unos 5 días.

pero yo entiendo que ese uso sería intensivo, muchas horas durante esos 5 días.

Estoy sobreviviendo con dos y a cada una no le habré dado un uso mayor de 2 horas o 2 horas y media.

Haber si voy a estar confiado y resulta que ya no son efectivas
 
Piel de gallina ,


La crónica de David Tejera, contagiado por el coronavirus : "Pesas como plomo. Miedo, mucho. Y viene otra noche. Te ahogas"

EL MUNDO
Madrid
Lunes, 13 abril 2020 - 19:34

El periodista y escritor cuenta en primera persona su angustia diaria durante el ingreso en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid

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De la preocupación al miedo, de la incredulidad ante la falta de material a la angustia por el oxígeno que no llega a los pulmones, del absoluto desplome físico a la furia final. Por todos esos estadios ha pasado el periodista y escritor David Tejera, quien ha permanecido diez días debilitado por el coronavirus Covid-19 y al borde del ingreso en la UCI en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Una dura experiencia que ha condensado en un relato en primera persona.

"Empiezas a pensar de todo. De todo. Si volverás a ver a los tuyos, cuándo viste a tus hijos por última vez, cuándo a tu mujer. Si esto acaba así o no. Si habrá más paseos, más mar, más bosques, más música, más amigos, más risas para ti o no. Así de crudo", narra David Tejera quien, además de haber trabajado como periodista en Antena 3, CNN+, Noticias Cuatro y Mediaset, es autor de las novelas 'La senda de los locos' y 'Seis peces azules', galardonadas ambas en el Premio Ateneo de Sevilla.




Antes del ingreso, David Tejera ya había denunciado en su cuenta de Twitter que no se había realizado la prueba del coronavirus a "13 ó 14 casos" con "síntomas clarísimos" en su entorno, lo que le hacía dudar de la dimensión de la pandemia que ofrecían las cifras oficiales. "Los datos siempre han sido un engañabobos", subrayó hace unos días.
En su crónica, la de "un contagiado cualquiera", retrata el dolor vivido y expresa el agradecimiento a todo el personal sanitario que ha hecho posible sus restablecimiento. Y aunque todavía no ha recuperado la voz, este relato periodístico que ha difundido en Twitter resulta muy expresivo.
'CRÓNICA DE UN CONTAGIADO CUALQUIERA', EL TESTIMONIO ÍNTEGRO DE DAVID TEJERA
Al quinto día de enfermedad ya es evidente. No respiras bien. En el ambulatorio lo confirman, los pulmones no están funcionando correctamente. Es urgente ir al hospital. Ya vives con mascarilla. El resto del mundo a tu alrededor también. Y los que no han conseguido una llevan pañuelos, bufandas, servilletas, trapos. Eres capaz de llegar conduciendo y cuando te dicen que van a hacerte una placa, solo piensas que el daño sea menor, qué tratamiento te pondrán y, desde luego, volver a casa. Pero una doctora joven y con gafas te anuncia "tienes una mancha en los pulmones, te quedas ingresado". Hay que avisar. Caes en la cuenta de que no tienes cargador y tu móvil está al 70 %. Así que llamas y avisas de todo. "Al menos estaré vigilado. Mejor así". Es martes.
Entras en una gran sala de urgencias. Abarrotada. Es como las escenas de guerra. Cuerpos derrumbados en camas, sillones. Sufrimiento por metro cuadrado. Muchos tosen, otros tiritando, otros piden ayuda porque se ahogan, y otros se dejan caer, vencidos por la fiebre y el miedo. Vuelan las enfermeras, los médicos. Tienen más de cien personas a las que atender.
Cuando te dan un pijama ya sabes que no volverás a casa tan pronto. Te han abierto una vía en el brazo izquierdo. Estás con 39 grados y hay que empezar a medicarte. En esas primeras horas ves gente mayor llorar, convencida de que no saldrá de esta porque tiene el corazón tocado o sufre de algo crónico. Lloran, hablan por teléfono, se desahogan. Todos están enfermos de lo mismo. Todos contagiados. Casi todos ardiendo. Todos asustados. Alguien te pide que aguantes, van meter un bastoncillo larguísimo en tu nariz. Es un test de covid19. Minutos después de hacértelo escuchas que no sigan. Se han acabado los reactivos, no hay test. No quedan. No hay. Se acabaron los test y esto acaba de empezar.
Pasan horas así. Horas y horas. Como mínimo seis o siete o más. Ni lo sabes. Hasta que, a medianoche, un celador pregunta tu nombre y te dice "nos vamos". La cama rueda por pasillos, gira, rueda, gira, subes en ascensor. Planta 3, habitación 303. Ese será tu sitio. Al otro lado de la cortina naranja hay alguien. Le escuchas toser. Respirar. Él está junto a la ventana. Tú pegado al baño.
Estás agotado y ardiendo. La noche es un trasiego de enfermeras tomando tu temperatura, midiendo tu oxígeno en el dedo, tu ritmo cardíaco, tu presión arterial y sacándote sangre. Te arden las manos, la cabeza. Descubres que la pared de tu derecha está más fría que tú. Pegas la frente, el brazo. Algo alivia. Casi la abrazas. Jamás habías abrazado una pared.
Por la mañana te tranquiliza la doctora, joven. A ti y a tu compañero. "Lo normal es que en tres o cuatro días reaccionéis y podáis volver a casa a recuperar". Sigue la fiebre alta. Muy alta. Siguen los pinchazos y un cóctel de 5 pastillas enormes. Pones cara a tu compañero de habitación. Amable, tranquilo y adicto a los programas de restauración de coches americanos que tú no logras ni mirar. Demasiado revuelto.
No pasan las horas. Te miden cada rato. Aún tienes fuerzas para ir al baño por tu propio pie. Has perdido prácticamente la voz. Los pulmones no acompañan. Pero mandas un mensaje tranquilizador con el recorrido habitual de los enfermos. Te han puesto suero. No comes. La luz de la habitación va cambiando despacio, pero ahí siguen tus 39 grados y el cuerpo molido. La habitación 303 está junto al control y escuchas cada conversación de los sanitarios, a las enfermeras, a los médicos.
Durante ese día empiezas a comprender qué registro de oxígeno es normal y qué registro es bajo. Si estás en 98 sin apoyo , estás bien, si rondas 92-91, estás muy justo y si bajas de 90 deben llevarte a la UCI. Cuando miden a tu compañero siempre pasa de 95 y sin apoyo extra. De hecho le avisan, "dentro de poco te vas a casa". Tú rondas los 92. Al final, deciden ponerte una goma en la nariz y algo de apoyo para respirar mejor. "Tranquilo, es normal". La goma desanima. Te ves más enfermo. La fiebre no se va.
Entre el hospital y los días previos llevas ya una semana a 39. Siguen los coches americanos en la tele. Motores, carrocerías. Tú ni miras. Viene otra noche. Más pastillas, más pinchazos. No lo sabes, pero estás a 24 horas de caer al vacío. Vuelves a abrazar la pared. Escuchas el control. Se han llevado un paciente a la UCI. No aguantaba. Hay que cambiar el pañal a una señora. Falta material. No quedan batas aislantes. Han llegado órdenes de usar bolsas de basura para que los sanitarios se protejan. Reciclar lo que se pueda. No dan crédito. Bolsas de basura y esparadrapo. El mismo trasiego nocturno.
Es jueves. Algo va mal. Los pulmones. Te cuesta respirar. La doctora pide que te pongan antibióticos y el cóctel de pastillas. Ya casi no puedes pronunciar palabra. Un termómetro-pistola repite que tienes fiebre y que sólo baja con antitérmicos. También te suben el oxígeno. Tu vecino 98 sin ayuda, tú apenas 93. Te hacen la cama. Te cuesta aguantar de pie junto al suero. Te vuelven a sacar sangre. Notas que están preocupados. No reaccionas como esperaban. Quieren informar a tu familia. Empiezas a ser un caso delicado.
Ya te cuesta moverte en la cama. Cada gesto. Pesas como plomo. Hasta tus manos. No ves luz por ningún lado. Deben subirte el oxígeno. Tu compañero de habitación te anima, "tranquilo". Casi ni quieres informar a los tuyos. Vas cayendo hora a hora. Has ido al baño y has vuelto ahogándote a por oxígeno. A la desesperada. Miedo, mucho. Los controles lo confirman. Y viene otra noche. Te ahogas. Te suben el oxígeno a tope. Al menos la fiebre ha cedido. En control oyes tu nombre varias veces. No duermes casi ni una hora.
Amanece y necesitas hablar con un médico. Que te explique lo que está pasando. Es viernes. A tu vecino le dan el alta y llega tu turno. "Estás en el límite. Vamos a ponerte máscara de oxígeno, más potencia, no reaccionas como esperamos, si no mejoras te llevamos a la UCI". Ya no puedes ir al baño. Ni siquiera te levantas. Más pastillas. Más antibiótico. Cortisona en vena. Empiezas a estar literalmente acojonado. Y aún más cuando compruebas que, efectivamente, algunas enfermeras van con bolsas de basura y esparadrapos. Que están desbordadas, agotadas. Que te vigilan todo lo que pueden.
Durante el día no paran de subirte el oxígeno. A mediodía ya está ocupada la cama de al lado. Otro paciente con principio de neumonía y fiebre. No está grave. Empiezas a pensar de todo. De todo. Si volverás a ver a los tuyos, cuándo viste a tus hijos por última vez, cuándo a tu mujer. Si esto acaba así o no. Si habrá más paseos, más mar, más bosques, más música, más amigos, más risas para ti o no. Así de crudo. Tú no puedes, pero han ido informando a casa de tu estado. Y no lo ves, pero tu casa es un mar de lágrimas y estrés. Tu mujer saca fuerzas de donde puede. Tu entorno está temblando de miedo. Ya no funciona la tele, se ha roto el mando.
Cuando cae la noche eres como polvo de yeso. Ni gota de agua en tu cuerpo. Bebes cada 20 segundos. Te estorba la máscara. Necesitas más beber. Pides hablar con un médico de urgencia para decirle que puedes desmayarte en cualquier momento. Te explica que están pendientes. Mucho. Que si bajas de 90, a la UCI. Es hora de dormir y no paras de beber. Tres veces o cuatro por minuto. Te ahoga la máscara. Cuando entran dos enfermeros te ven sin ella. Estas por debajo de 90. "No respiro, necesito beber". "Ni se te ocurra quitártela.¿ Cómo te ves? Si no puedes vamos a la UVI. ¿Aguantas, aguantas? Si no puedes, aviso y nos vamos ya". "No sé . Lo intento. Necesito agua". Me traen una pastilla. La meten debajo de la lengua. Pasan un par de minutos y el cuerpo se relaja un poco. Por algún misterio ya no bebes tanto. Aguantas la máscara. Sube el oxígeno: 91-92. Te duermes, rendido. Entran mil veces a medirte.
Otra mañana. Sábado. La doctora cuenta que están pensando en llevarte a la UCI. Depende de esas horas. Que hay un momento crítico en pacientes como tú y que hay que saber si vas hacia arriba o hacia abajo. Todo está preparado y tienes plaza si hay que intubar. Eso significa que otros no van a tenerla. ¡Qué está pasando! ¿Dónde estamos? ¿En qué país? Avanza el sábado. Tu nuevo compañero de habitación habla por primera vez. "Creo que hiciste bien aguantando. Me asustaste. Ánimo, chaval". Él va bien. Ya remonta.
Sube tu oxígeno en sangre: 93. No hay fiebre pero no puedes levantarte. Imposible. La máscara a tope aún: 16 litros de oxígeno. Te animan todos: las enfermeras, las auxiliares, los de limpieza, las doctoras. Todos. Encuentras fuerzas para encender el móvil. Cientos de mensajes. Imposible leerlos. Sólo contestas a tu mujer. "Noche horrible. Pero ahora mejor. Con máscara pero respiro. Sin fiebre. Tranquila . Te quiero. Voy a dormir. Estoy roto ".
Cuando vuelven los médicos, ves alivio en su cara. Piensan que puedes estar remontando, te han metido algo para ayudar a los pulmones. Quizá antiinflamatorio. No sabes. Más pastillas, más pinchazos, más ánimo desde la otra cama. Sigues sin hablar. Desde control escuchas que hay 150 personas en urgencias, que apenas quedan camas. También oyes algo sobre certificados de defunción. Que todos deben usar a partir de ahora bolsas de basura bien selladas. Hasta que llegue material. Que hay turnos incompletos, que hay bajas entre los sanitarios. Que ellos también están cayendo. Que hay bajas.
Logras descansar el sábado, aunque el pijama está empapado. En tu cuerpo hay una guerra que te come los músculos y te hunde las uñas de las manos. Tienes la piel cuarteada. Siguen los rituales, pero el oxígeno llega a tu sangre: 93. Ritmo cardíaco siempre bajo. Muy bajo. Y venga pastillas.
El domingo eres capaz de devolver los buenos días. Van a quitarte el suero y debes intentar desayunar. Te incorporas. Inestable como una barca. Logras beber y masticar algo, alternando con la máscara. Vuelta a la cama. La doctora dice algo que ni soñaste escuchar: "Creo que lo peor ha pasado. Al fin reaccionas. Empezamos a probar a bajarte oxígeno. Estás en 95". Lloras por dentro y luego por fuera. Ves luz. Y escribes un par de mensajes para ahorrar sufrimiento. El wasap revienta.
Pesan los días enfermo. Cada minuto a solas. Piensas en todo y ahorras cada átomo de energía porque sigues siendo plomo. El control no para. No para. De una habitación a otra, de un paciente a otro. Necesitan camas. Te puede la tentación y miras noticias en el móvil. Desolador. Fuera hay una guerra. Incluso ves algún nombre que ha caído. Te hunde y tienes que apagar.
Cada noche sudas el pijama y el lunes te atreves a ir al baño por tu pie. Eres un muñeco de trapo que se tambalea. Ir y volver, 6 metros en total, es un maratón. Necesitas oxígeno. Te desanima. Pero lo has hecho. Al otro lado de la cortina naranja tu segundo compañero recibe buenas noticias. Se va a casa después de comer. Lo cuenta a los suyos, feliz. Tú te quedas. Al menos te confirman que vas mejorando. Van a bajar el oxígeno a 10. Tus registros no son tan malos. "Sigue así ". No contestas. Sigues sin voz. Sólo un hilo. Te cambias el pijama. El virus te ha comido las piernas, los brazos, el pecho. ¡Qué gusto ir a mear tú solo!
Recuperas el lunes. Comes y cenas cuatro pinchadas. Confirman que no hay fiebre, que aguantas la bajada de oxígeno de la máscara. Cuando cae la noche llega el tercer compañero de habitación. Tampoco parece muy grave pero está asustado. Le oyes toser y hablar con los suyos. Tiene fiebre.
Una noche más. Llega el martes. Desayunas un poco. Los médicos van a probar a quitarte la máscara, ponerte una goma y bajar más. Siguen confiados y tú tomando pastillas. Te sientas en la cama y aguantas, vas al baño y vuelves. Los niveles ya están lejos del 90. A veces pasas de 95. Hay órdenes en el control. Una señora camino de la UCI. Llamada informando a sus familiares. Oyes a dos enfermeras llorar. Consolarse en voz baja. "Tía es que ella no va a salir. Ya lo verás". Horas después hay un aplauso en el pasillo. Por lo que creo entender un hombre muy mayor tiene el alta. Se va.
Te han dicho que cambies de postura. Que te pongas boca abajo todo lo que puedas, o de costado, para liberar tus pulmones. Sigues débil . Muchísimo. También es verdad que te están quitando apoyos y que te sientas y vas al baño sin caerte. Debe estar nublado fuera. Entra poca luz. La doctora escucha los pulmones, mide oxígeno, da orden de bajarlo al mínimo y pide que te muevas algo por la habitación. Estás en 96. "Mañana jueves o el viernes, si sigues evolucionando, quizá puedas ir a casa". Obedeces. Te mueves. Quieres irte y estar más fuerte de lo que estás en realidad. Empujas lo que puedes porque tienes la cabeza destrozada, a pesar de las buenas noticias. Necesitas verte fuera. La caída al vacío te ha agujereado. Lo que has visto y escuchado, también.
Haces más de lo que debes. La última noche, hay una abuela que pide algo cada cuarto de hora. No oye bien y grita. Las enfermeras también. Tu habitación está al lado. Nadie pega ojo. Te da lástima pero quieres salir de allí. "Vamos a hacer una cosa. Camina y si lo aguantas bien, te damos el alta después de comer. Estás en 96 de oxígeno sin apoyo". Esa es la propuesta de la doctora al día siguiente. Te pruebas. Te haces el fuerte. Te engañas un poco.
Es jueves. Ya te asusta pasar un día más allí. Te vuelves a probar. No necesitas oxígeno. Aguantas respirando profundo y moviéndote lento. El corazón se acelera cuando, después de comer, entra la misma doctora, Raquel. Te toma registros, 96 de oxígeno, ni rastro de fiebre desde hace días, buena presión, mejorando ritmo cardíaco. "¿Has caminado?" "Mucho". "¿Cómo te ves?" "Muy bien". "Vale, te vas a casa".
Imposible explicar cómo se puede llorar por dentromientras te cuentan medidas de aislamiento y medicación. Te entregan mascarilla, guantes y una bata verde que va a romperse según te la pongas. Tu doctora se despide. "Estuvimos muy preocupados. Espero que vaya todo bien. Suerte". No encuentras las palabras para agradecer lo que han hecho por ti, por ti por todos. De hecho no hay palabras para hacerlo. Te tiende la mano con guante. Antes de darte cuenta te han quitado la vía y has mandado un mensaje. "Salgo ya. Me han dado el alta".
Te vistes, con titubeos, te despides de tu tercer compañero. Le deseas suerte. Ves al salir el famoso control que sólo escuchabas. Cada batalla, las bolsas de basura como uniforme de trabajo, los traslados a la UCI, la fatiga y el miedo por cada rincón. Tapado, te despides. Les llamas héroes, les aplaudes tú. Apenas pueden hacerte caso. No paran de atender pacientes.
Ahí mismo está el ascensor. Bajas tres plantas. Estás en la calle. Desierta. Hace sol. Era cierto, había una guerra... y no ha terminado. Dudas que ése sea tu país. Dudas hasta que sigas ahí. Que sea real. Otros lo han pasado mucho peor que tú. Aún no sabes ni cuántos han caído. Aún no sabes el miedo de llegar a casa. De contagiar a los tuyos. El agotamiento que te espera días y días. Ni imaginas la furia que te cabe dentro cuando mejoras algo. Furia contra los de ahora y los de antes. Furia cuando logras verles en las noticias. Cómo escupen palabras, cómo vuelan las balas desde sus trincheras. La vergüenza ajena. Ni imaginas. Sólo quieres llegar a casa y no retroceder ni un palmo. Dormir.
Yo sigo con el tema del confinamiento light de Francia. En un reportaje en cuatro, el hijo de joaquin prat que tiende al dramatismo totalmente, me ha hecho reir cuando su reportero a pie de calle estaba comentando como estaba la plaza a reventar de running o runner y en ese momento pasan dos tipos paseando juntitos y Prat junior les detala jajja.

La verdad es que es surrealista, parecido al jardín de las delicias del bosco. Runner a tutiplen, algún que otro mayor atravesándoles, la pareja de paseantes, un perro atado a una correa que huele los zapatos de tacón de una señora, un ciclista a lo lejos..

Macrón ha prolongado el confinamiento hasta el día 11, pero es muy light y me hace dudar del nuestro, enclaustrados y con resultados estadísticos parecidos, de momento.
Yo creo que Francia aun no ha llegado al famoso pico, empezó más tarde todo que en España, ojalá me equivoque pero creo que nos van a sobrepasar
Es todo muy triste Italia y nosotros hemos sido los primeros, pero hay pocos que vayan bien, Portugal y Alemania aunque no me fío de estos últimos
Lo de Bélgica por ej..... Una pena lo que está sucediendo,
Yo creo que los países quieren creer que no va a propagarse tanto como en otros lugares y cuando hay un centenar de fallecidos, la situación avanza y se desborda
 
de momento no he encontrado esa referencia del tweet pero sigo buscando..

el resumen de la rueda de prensa de esta tarde:




La OMS advierte: el descenso será «mucho más lento»
Pide a los países que levanten muy poco a poco las medidas que han implantado para contener el virus
OMS

LA VOZ
REDACCIÓN 13/04/2020 19:10 H


El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha avisado de que el descenso de casos de coronavirus es «mucho más lento» que la evolución que ha tenido en todo el mundo transmisión del virus, por lo que ha pedido a los países levantar «lentamente» las medidas que han implantado para contener el virus.
En una rueda de prensa, Tedros ha recordado que en algunos países las personas infectadas por el nuevo coronavirus se han duplicado cada tres o cuatro días, si bien la desaceleración de la curva se está produciendo de una forma «mucho más lenta».

«Las decisiones para levantar las restrictivas medidas implantadas para contener al virus deben basarse, en primer lugar, en la protección de la salud humana y, posteriormente, en lo que se sabe hasta ahora del nuevo coronavirus y de cómo se comporta», ha aseverado el director general de la OMS según informa Europa Press.
Por el momento, prosigue, se sabe que el COVID-19, como así se llama a la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus, se propaga más fácilmente en entornos cerrados como, por ejemplo, las residencias de ancianos; y que la búsqueda activa y temprana de los casos, la relación de test, el aislamiento de los pacientes y el seguimiento de los contactos son medidas «esenciales» para detener la transmisión del virus.


Así debería ser el desescalado, según los expertos
PABLO GÓMEZ CUNDÍNS

Sin embargo, hay zonas que no pueden llevar a cabo estas medidas como, por ejemplo, las más pobres ya que muchas personas viven hacinadas, con pocos recursos y con dificultades para acceder a los servicios sanitarios. Por ello, ha subrayado la importancia de que cada país evalúe su situación a la hora de implantar medidas, y garantice la protección de los derechos de las personas, especialmente los de los más vulnerables.
Ahora bien, una vez que comienzan a descender la tasa de contagios, es necesario ir levantando las restricciones, si bien Tedros ha insistido en la necesidad de que este levantamiento no se lleve a cabo rápido y, para ello, ha informado de que este martes la OMS va a publicar una nueva estrategia para ayudar a los países a volver a la vida normal.

En el documento, según ha adelantado, se destaca la importancia de que la fase de desescalada se lleve a cabo cuando la transmisión del virus está controlada; cuando los sistemas sanitarios sean capaces de detectar, probar y aislar cada caso; cuando exista un riesgo mínimo de que se produzcan nuevos brotes en centros sanitarios o residencias; cuando haya medidas preventivas en lugares de trabajo o colegios; y cuando se sea capaz de gestionar los posibles casos de COVID-19 importados.
«Los países deben equilibrar las medidas para reducir la mortalidad causada por el nuevo coronavirus, la saturación de los sistemas sanitarios y los impactos económicos», ha dicho Tedros, para recordar que para interrumpir «completamente la transmisión» se va a necesitar el desarrollo de una vacuna «segura y efectiva» y que, además, esté altamente disponible.



Gracias por la info. Veo en el telediario que varios paises de la UE comienzan en breve su desescalada, paises que llevan menos tiempo que nosotros de confinamiento o con medidas mas laxas.
como es posible? No se si cumpliran los puntos que marca la OMS pero que hacemos mal nosotros? Nl me suena a ver leido que hayanhecho test masivos.

que hacemos mal aqui!!!!!
 
Las que protegen son las FFP2, FFP3 y la N95. Las simples quirúrgicas sirven solamente para no infectar en el caso de que estés infectada.
Yo tengo esta imagen que no recuerdo de donde la saqué,según la imagen pone las ffp2 sin válvula protegen y no contagias.No sé si es cierto esto y con válvula o sin válvula protegen igual o no,si alguien lo sabe que lo diga porfis haber si así ya nos aclaramos .Yo la primera IMG_20200413_224226_220.jpg
 
Así a grandes rasgos
Empecé con escalofríos, un viernes
Viernes escalofríos. Sabado cansancio y más escalofríos.
Yo pensaba que era una gripe

Domingo, aquí empezó lo gordo. Escalofríos a gogo, Y tos seca.
El domingo por la noche no podía respirar. Me ahogaba literalmente
Y me dolía el diafragma y por detrás. Como si los órganos estuvieran inflamados y no cabieran en la caja torácica.
No dormí en toda la noche, hacia dos respiraciones (dos inhalar, 4 exhalar) cuando me giraba el dolor era tremendo. De llorar.

Lunes, martes, miércoles, jueves. Fiebre que subió de 37 a 39,4. Sudores todas la noche.
No podía comer. En una semana comí un cuenco de arroz y un bol de sopa.
No quise ir al médico porque no sabía nada del covid, era la última semana de enero
Y pensaba que era un gripe mala.

Solo quería dormir y beber agua. Los dolores de la caja torácica desparecieron el miercoles. No tuve mocos, ni gasté pañuelos de nariz, solo tos seca. No me salía nada.

El viernes ya caminé un poco por la casa. El sabado salí a dar un paseo.
La siguiente semana estuve muy débil, muy cansada.
Lo que más miedo me dio era que no podía respirar, aquella noche no la olvidaré.
Y el dolor de los músculos del diafragama y eso.
Gracias por compartir y contar tu experiencia.
Se me saltaban las lágrimas leyendo cuándo no podías respirar.Tremendo.Me alegro de que todo haya salido bien.:kiss::kiss:

Y decían que era un "resfriado leve","una gripecilla de nada"......
 
Es una barbaridad que los niños lleven ya un mes sin salir y no haya previsión de que esto cambie. Los niños son los nuevos parias, sin derechos. Todo adulto que le de la gana salir a estirar las piernas puede hacerlo: al súper, a la farmacia, a tirar la basura, a por tabaco, a sacar al perro... Los niños no. Me dan mucha pena.
A mi lo que me da pena es que se le de importancia a lo que no es para tanto. Que si, estar con tus hijos pequeños todo el día en un piso pequeño debe ser para salir loco, pero hay personas mayores con patologías que necesitan andar, gente con enfermedades que no les pueden hacer diagnósticos porque está colapsado el hospital etc etc y sin hacer confinamiento tenemos pandemia para rato y alargar esta situación más y más.
 
Pues mira, yo pondría a hacer la fotosíntesis a los fumadores, que también los habrá asintomáticos.

"Los niños no tienen conciencia y son muy desobedientes?" Por favor, dime que no tienes niños...

Lo que pasa es que los niños no le importan a nadie, molestan. Molestan dentro de casa y molestan si salen.

Nadie se plantea que un perro salga a hacer sus necesidades a tres metros de su casa y vuelva a entrar, no, le dan su paseito al perro que estire las piernas, cien, doscientos metros o vuelta a la manzana. Varias veces al día. Y mientras los niños en casa. Que los habrá con jardín y con balcón a la calle, pero también los hay en pisos interiores. Es insano y vergonzoso lo que se les está haciendo a los niños.
Ostrás..No sabía que hiciera falta explicar esto pero bueno..Tú a un adulto le dices que no se puede hacer algo y lo "normal" es que no lo haga pero a un niño no, por más que le digas a veces como niños que son jugando lo vuelven a hacer. A esto me refiero.Que tendrá que ver si tienes hijos o no,en fin..
 
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