Familia Goyanes Lapique

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02/2020 05:00
El pasado 14 de febrero, Día de los Enamorados, será una fecha que difícilmente olvidará Cari Lapique. Más allá de festejar este día con su marido, Carlos Goyanes, tras 43 años de matrimonio, pasó algo que nada tiene que ver con esa celebración de amor inquebrantable. Algo relacionado con un título nobiliario que se disputaba a la largo de su genealogía familiar desde los tiempos de su abuela, Caritina de Liniers y Cañedo. Quédense con un nombre, Julia Carlota Fioravanti Riquer, porque Cari tampoco lo va a olvidar a partir de ahora.

Con fecha 14 de febrero de 2020, el BOE fundía a negro las viejas aspiraciones de Cari de conseguir para sí el marquesado de Nájera. “De conformidad con lo previsto en le Real Decreto de 27 de mayo de 1912, (…) ha previsto disponer, sin prejuicio de tercero de mejor derecho, Real Carta de Sucesión en el título de Marqués de Nájera a favor de doña Julia Carlota Fioravanti Riquer, por fallecimiento de su padre, don Eduardo Fioravanti Fernandez de Liencres”.



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El BOE ponía negro sobre blanco lo que era un secreto a voces desde que Julia Carlota Fioravanti solicitó el marquesado para sí, un título que Cari ya nunca más podrá disfrutar como ya en alguna ocasión había ocurrido. A falta de cumplir el trámite del pago del impuesto correspondiente, el título de marquesa de Nájera corresponde a una joven ibicenca, poseedora de una editorial e hija de Eduardo Fioravanti, un hombre bastante conocido en Ibiza. Deportista consagrado, fue fundador en la isla de pruebas de resistencia como el Home de Ferro. Además, fue varias veces medallista nacional en categorías de veteranos de duatlón y triatlón. También en los premios que otorga el Consell d’Eivissa fue elegido mejor deportista de la isla. Quizás, fiel a su espíritu de 'fair play' de deportista, Eduardo, lejos de buscar polémicas, evitó en vida cualquier enfrentamiento, pero sí explicó hace unos años en un foro de heráldica la situación en que se encontraba el título en disputa.

“Se aprovecharon de la enfermedad senil de mi abuelo”

Según Fioravanti, las pretensiones de Cari venían desde los tiempos de su madre Caritina. Según aseguraba Fioravanti en el foro Heraldaria en junio de 2008, Lapique trató "de aprovecharse de la enfermedad senil de mi abuelo, para apropiarse el título para su mujer. Sin embargo, nunca lo consiguió ya que mi madre, María Fernández de Liencres y Elduayen, tenía mejor derecho al ser hija única de don Ángel”. Lo expresó textualmente así.

Tres generaciones en disputa
Caritina Fernández de Liencres, madre de Cari Lapique, era hija de don Antonio Fernández de Liencres y de la Viesca, tío abuelo de Fioravanti y marqués de la Casa Real de Córdoba, ya fallecido. Don Antonio, capitán de complemento de la Armada en aviación, contrajo matrimonio el 3 de julio de 1929 con Caritina de Liniers y Cañero. A su muerte, el 26 de marzo de 1979, el marquesado de la Casa Real de Córdoba que ostentaba pasó a su hijo Santiago. Su hermana, Caritina Fernández de Liencres y Liniers (madre de Cari Lapique), no tuvo tanta suerte y murió en 2015 sin título nobiliario alguno en su haber.



Cari Lapique, en Starlite. (Cortesía)


Cari Lapique, en Starlite. (Cortesía)


Desde entonces, y quizás por honrar los derechos de su madre, Cari tuvo pretensiones con el marquesado de Nájera, que pertenecía desde el principio a Ángel Fernández de Liencres y de la Viesca (hermano del abuelo de Cari) que utilizaba normalmente este título, aunque recaía sobre él también la distinción de marqués de Donadío. “Y tenía el mejor derecho sobre el de la Villa de Miranda, que jamás utilizó”, añadía Fioravanti.

“Mi madre, al ser hija única de Ángel, poseía derechos sobre los tres (títulos)”, explicaba. A su fallecimiento, Eduardo Fioravanti se quedó con el de Nájera y su hermano con el del Donadío. Eduardo también se refería al uso habitual que Cari hacía del título de marquesa sin serlo: “No tenemos nada en contra de doña Caritina, pero no entendemos cómo puede usar un título sobre el que no tiene el menor derecho, aunque toda la prensa rosa crea que lo tiene”.

Vizcondado de Villa Miranda
Fioravanti se refiere también a otro de los puntos calientes de la familia: el vizcondado de Villa Miranda que ostentaba su abuelo. Aseguraba que su madre intentó solicitar el título de Villa Miranda, pero no quiso presionar a su prima hermana Caritina, que ya había hecho la solicitud a instancias de su marido, Manuel Lapique. “Este señor buscó todas las influencias inimaginables para conseguir dicho título, pero con buen criterio, el Rey no accedió a sus pretensiones”. El resultado es que el vizcondado se ha extinguido al permanecer vacante más de 40 años tras la muerte de su titular, Ángel Fernández de Liencres y Viesca, fallecido en 1951. Julia Fioravanti no puede aspirar a este título pero sí al de marquesa de Nájera del que ya es legítima dueña.


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