Es todo un derroche de ingenio y de astucia carolingia, una organización perfectamente encuadrada y disciplinada al servicio de la postverdad, esa gran mierda, y al servicio del cuento.
Es todo tan extraordinario, tan superior, tan indepe y tan de la Dinamarca del Sur... Y tanto lumbreras y tanta sabihonda de Harvard para terminar en esta basura.
Pobre Ana Frank, pobrecilla.
Págales una estancia en los estados juntitos con Becas La Caixa (que baratas no nos salen) para esto...