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Entre ceñirse al tema y disfrazarse, debería haber un punto medio, porque si no se pierde la esencia. En esta gala del MET se traspasó la línea en demasiadas ocasiones. Muchas invitadas podrían acudir a un baile de Carnaval (o Halloween) con esas indumentarias sin ningún problema.
Cuando vemos un desfile de alta costura, la mayoría de los vestidos son imponibles. Son creaciones para la pasarela en las que el diseñador hace volar su imaginación, crea una obra de arte y lo muestra en un desfile asegurándose apariciones en los medios de comunicación de todo el mundo. Luego esto se traduce en que las fashion victims con posibles se gastan su dineretes en las cosas más ponibles (e imponibles) de la marca, y las más modestas nos gastamos el dinero en gafas de sol, perfumes, pintalabios, etc. Pues esta gala es igual.
A todos nos gustan los "viejos valores" del glamour y de las buenas formas, pero lo cierto es que en una industria que mueve miles de millones no se andan con pamplinas. Saben lo que funciona y así dirigen su marketing.
En cuanto a la temática religiosa, creo que es delicada y aunque no soy creyente, entiendo que haya gente que pueda sentirse molesta. Imprimir el Juicio Final en metros de tela para luego hacer un traje para la gala, no lo veo moda, lo veo frikismo a secas.
Esta exposición cuenta con la colaboración del Vaticano y hasta había un cardenal entre los invitados. La Iglesia Católica es la primera que explota su imaginería. Si vas al Vaticano verás que en las tiendas de souvenirs que tienen distribuidas por todas partes venden todo tipo de cachivaches con el Juicio Final y con todas las obras que allí se exponen. Habrá gente que se moleste, claro, pero es que hay gente que se molesta por todo. Yo no he visto que haya habido nada irrespetuoso, la verdad.