Alonso Guerrero se anima a publicar libro sobre Letizia

ESTE ES EL ARTÍCULO QUE PUBLICÓ HACE UN PAR DE DÍAS EL CRETINO DEL EX DE LA LETI, CREO QUE NO SE HABÍA COLGADO AQUÍ (n), LA VERDAD ES QUE NO TIENE DESPERDICIO, NO SE PUEDE SER MÁS IMBÉCIL NI MÁS PEDANTE: :rolleyes::rolleyes::rolleyes::rolleyes:


Primera persona
Alonso Guerrero, ex de Letizia, a LOC: "La Casa Real jamás me ha ofrecido dinero por mi silencio"
    • ALONSO GUERRERO
  • 3 MAR. 2018 13:44
15200738998500.jpg


Alonso Guerrero en una imagen de archivo. GTRES

El escritor explica en La Otra Crónica el motivo que le ha llevado a escribir 'El amor de Penny Robinson', la novela sobre su vida y la de la Reina

Alonso Guerrero, el difícil papel del ex marido de Letizia

Alonso Guerrero, la vida normal del ex marido de la Reina Letizia

''Comencé a escribir El amor de Penny Robinson casi 10 años después de que la que había sido mi esposa se convirtiera en prometida del Príncipe de Asturias. La "Anunciación", como la llamó alguno de mis amigos. Al cabo de ese tiempo, la prensa amarilla dejó de perseguirme, aunque no hubo posibilidad de que se olvidara de mí pues mantenía una línea inaprensible de torres de vigilancia, algo parecido al ojo de Mordor, sobre todos los que habíamos formado parte de su vida. Algunos intentamos pasar inadvertidos. ¿Es posible decir algo normal sobre un asunto como ese, en los términos que tales publicaciones exigían? Exigían, en efecto. La prensa rosa nunca quiere sacarte información, quiere arrancarte pedazos de carne. Lo digo en la novela. En una ocasión declaré que, antes que otros escribieran sobre mí, prefería hacerlo yo. El presente texto, y la novela que acabo de publicar, son pruebas de ello. Cuento los días y meses siguientes al hecho que a tanta gente interesó, en aquel noviembre de 2003. Lo único que puedo ofrecer es una tragicomedia. Para mí lo fue, y la clave consiste en que a cualquier hombre de este país podría haberle ocurrido lo mismo. Tuve la dudosa suerte de ser yo, y al menos aquello me proporcionó un argumento. Se ha dicho que la trama de El amor de Penny Robinson es una mezcla de ficción y realidad. Cierto: una mezcla de lo que ocurrió y de lo que podría haber ocurrido. Les aseguro que lo primero resulta más increíble que lo segundo.

"En una ocasión declaré que, antes que otros escribieran sobre mí, prefería hacerlo yo"
Confío en que los que lean la novela encuentren una identidad. Toda persona que, de pronto, se convierte en un personaje siente cierta extrañeza, sobre todo si se trata de un personaje distinto del que esa persona hubiera querido encarnar. A partir de ahí, el problema no radica en tal diferencia, sino en la rapidez con que sobreviene todo. No se trata de algo azaroso, ni insospechado. Se trata de algo premeditado. Uno pasa a ser una víctima, porque le piden palabras que no son suyas, declaraciones que van a ser tergiversadas, iluminaciones oscuras y rasgos que no posee, sino que añade quien lo entrevista. Este país ha creado una figura -el famoso, llamémoslo así- que, de pronto, atrae la mirada de todo el mundo, sin la necesidad de que todo el mundo comprenda lo que mira.

"De todo se puede hacer literatura, pero en este caso he intentado ocultar lo que no fuera anecdótico"

La novela es una amalgama de acción y existencialismo. Creo que no hay otra forma de abordar un problema en el que uno tiene tantas implicaciones. Quizá Henry James hubiera fraguado algo distinto, yo he preferido simplemente exponerme, porque explicar, racionalizar un punto de partida tan radical, que comprende a la familia, a los amigos, a tanto cazador que quiere cobrar su pieza, son planteamientos demasiado contradictorios para quien siempre se ha considerado un narrador literario. De todo se puede hacer literatura, pero en este caso he intentado ocultar lo que no fuera anecdótico. La anécdota se convierte en determinante, en decisiva. Pasa en la vida de cualquiera, pero más aún en la del protagonista de mi novela -Alonso Guerrero-, un hombre al que arrebatan la capacidad de defenderse. O casi.

"Jamás la Casa Real me ha ofrecido dinero por guardar silencio. Si lo hubieran hecho, no habría aceptado, igual que no he aceptado otras muchas cosas"
Tras la prensa vienen las redes sociales, los foros, esa multitud de solitarios que se niegan a hablar si se desprenden de su careta. Hemos llegado a un mundo de máscaras donde la verdad no es que sea imposible, es que ni siquiera es necesaria. Los foros montan un juicio paralelo del que la única forma de salir es no entrar, no participar en ellos. Los foros sólo requieren una premisa: no saber de qué se habla. Nunca he pertenecido a una red social. En ninguna se ha hablado de mí, sino de mi caso. El amor de Penny Robinson es la narración de ese caso hecha desde dentro y a la vista de todas sus hipérboles y contradicciones. Quiero aclarar algo que siempre se me atribuye: jamás la Casa Real me ha ofrecido dinero por guardar silencio. Si lo hubieran hecho, no habría aceptado, igual que no he aceptado otras muchas cosas. Mi silencio es una elección propia.

He utilizado anteriormente la palabra víctima. No lo soy en absoluto, pero no he podido evitar ser, al menos, un observador aventajado en relación a los acontecimientos que cuento en el libro. Repito que no posee un argumento que yo haya tenido que inventar. Sólo narro lo que viví y cómo lo viví. La ficción únicamente aporta consecuencias más o menos audaces a todo aquello. Es decir, la ficción es lo que puedo compartir con quienes me lean, porque la realidad es intransferible, incluso cuando se disfraza. Si no se entienden esas consecuencias, entonces me gustaría que quien lea el texto asuma lo que sienten las cincuenta personas vigiladas y perseguidas por el millar de revistas y televisiones que hay en este país. También lo digo en la novela.

"Considero al lector mucho más inteligente que yo. Sé que sabrá leer entre líneas. Los personajes son fácilmente identificables para quien esté un poco al tanto de los pequeños vodeviles que acontecen"

Ha habido periodistas y tertulianos que me han defendido. Pocos, pero existen. Les agradezco, junto con su apoyo, su punto de vista, mucho más cercano a la comprensión de lo ocurrido. También aparecen en la novela. Considero al lector mucho más inteligente que yo. Sé que sabrá leer entre líneas. Los personajes son fácilmente identificables para quien esté un poco al tanto de los pequeños vodeviles que acontecen en los medios de comunicación, sobre todo en la televisión. Lo que muestro son los síntomas del caso de psiquiatría social que he vivido, en el cual los medios entretienen con lo más brutal de los personajes que aparecen en ellos. No sé por qué.

En la novela hay ficción, no mentiras. El lector se encontrará con lo que me ocurrió, ni más ni menos. He tenido que escribirla porque me ha empujado a ello la necesidad de sacar conclusiones y entenderlas. En lugar de volver al personaje en que quisieron convertirme, he preferido volverme yo mismo un personaje, se comprende que novelístico. Aparezco con mi propio nombre. Lo que experimentaron, por no decir sufrieron mi familia, mis amigos en aquellos noviembre, diciembre, enero, febrero de 2003 y 2004 fue tal como lo relato. Recuerdo que muchas de aquellas persecuciones se hicieron con francotiradores, sin sacar periodistas a la calle, sino mediante un asedio continuo desde las pantallas de televisión y las páginas de las revistas. Coincidieron con la promoción de un libro y la reedición de un relato. En las presentaciones de aquellas obras apenas pude aludir a lo que significaban, a lo que yo había puesto en ellas, por razones demasiado obvias. Son esas razones las que ahora sustentan El amor de Penny Robinson. Vivimos en un país en el que la soledad propia se medica con las vidas ajenas. Cotilleos y calmantes. Esa es nuestra receta. El fenómeno es vertical, se da de arriba abajo. Son los que nos dirigen los que recetan esos calmantes, o los comparten.

"El único ámbito en que aún se respetaba la privacidad -el de la literatura- está desapareciendo"
Para concluir, me gustaría que se entendiera que todo es una sátira. A veces, una sátira triste, una astracanada con la que sería necesario iniciar un debate, o una reflexión sobre el papel que desempeñan ciertos medios de difusión que sólo difunden una necesidad artificial e indiscriminada de explotar -igual que se explota una granja de pollos, exactamente igual- las partes de las vidas de los demás que les resultan útiles. Pasa en otros países, desde luego, pero no con la misma virulencia ni tanto descaro como en este. No pretendo, con la publicación de El amor de Penny Robinson, originar una toma de conciencia. Si lo hiciera estaría más cerca de la candidez que de la fantasía. No obstante, la noción de vida privada está pasando de moda. Las vidas privadas se consumen, ya no se respetan, y quienes las consumen son siempre los demás, no quienes las viven, sobre todo si caen bajo los fogonazos de las cámaras. El único ámbito en que aún se respetaba la privacidad -el de la literatura- está desapareciendo. Decía Quevedo que el suyo era un siglo en que se escribían epitafios tanto para los vivos como para los muertos. Echen, por favor, un vistazo a su alrededor".

http://www.elmundo.es/loc/casa-real/2018/03/03/5a9990d4e2704e6a768b45fc.html
 
El caballero se las trae.
El solo hecho de publicar un libro, aunque fuera de publicidad y propaganda, ya derrama puntos negativos sobre la monarquia.
Que salga al público el primer marido, diciendo que va de cena a Zarzuela, que ella le llama "sin necesidad", que son muy majos y el rey es buena persona". Insinuando disponer de fotos sin ropa, es un daño muy grande. Y es grande por el momento que atraviesa la monarquía.
Fue casarse el preparado y destaparse la procesión y desfile de acontecimientos negativos.
Cierto es y huelga decir que si salieron, fue porque existieron. Este no es el tema.
La cuestiön es, que fue pegar semejante almudenazo y descorchar el cava.
Y en un momento tan negativo, tan saturado de problemas negativos, va el escritor de minorias y sale a la palestra. Solo con salir, ya les daña. Y sin leer el libro, con la promoción los está triturando.
Y es así principalmente, por el momento actual.
Es como el libro sobre ella. Si fuera el único libro, libro negativo, no pasaría nada. Se da el caso de que no es el primero ni el único libro (que estoy dando por negativo sin leerlo).
En fin.
Que eran pocos y parió la abuela.


 
Ya la tengo hirviendo en la marmita compi querida. Es el plato único perfecto que voy a poner hoy en nuestra mesa camilla de toda la vida. Y sí, en casa también debo ponerlo a traición por que salen por piernas hasta las mascotas. Dificiles que son.

Digo yo, eso sí, sin querer entrometerme en su vida familiar, que las mascotas saldrán por patas, ¿o eggggque en su casa son tan fiZnoZ como en la de la Kuin?.
 
Acabo de comprarlo:jimlad::hungry: Lamentablemente no vivo en España, y este sitio no envía al extranjero, así que he dado la dirección de mi padre:rolleyes::angelic:…espero que el CNI no tenga acceso a la lista de compradores ejerciendo su derecho al propio albedrío vilestraidoresalapatria que ya me imagino el escándalo familiar con todos los dedos apuntándome cuando se lo lleven a chirona y el pobre exclamando: ¡que yo no sé nada!:ninja:

Las que lo compreis, pasar información.
Yo este no le doy a ganar ni un céntimo.
 
Digo yo, eso sí, sin querer entrometerme en su vida familiar, que las mascotas saldrán por patas, ¿o eggggque en su casa son tan fiZnoZ como en la de la Kuin?.
Cierto, incluso estuve a punto de editar y corregir, pero luego pensé en el txurumbel y en mi consuerte (la txurumbela me come fuera entre semana) que también huyen en tropel junto con el ganado familiar y me dije "*oño o tos patas o tos piernas" y lo dejé como estaba.:rolleyes::LOL:
 
NoticiaZ freZcaZ, se ha inventado otra vez la rueda.

[El problema es que una vez leídas las 203 páginas del invento, todo es un bluf. Desde los primeros compases, donde parece que va a contar algo interesante, hasta que en la última línea de la última página escribe esto: "¿No es este tipo el exmarido de la princesa?"].

http://informalia.eleconomista.es/i...tizia-Ortiz-y-la-prensa-que-le-despedaza.html
 
No hace falta que te ofrezcan dinero, puede haber ganancias intangibles y tangibles. Por ejemplo, creo recordar una transacción curiosa: Parece que el que compró el piso de Leticia es el mismo que le vendió la finca al primer marido.
Para mí que el primer piso de Leti tampoco lo compró ella, puede que se lo "pusiera" algún benefactor.
 
http://informalia.eleconomista.es/i...izia-Ortiz-y-la-prensa-que-le-despedaza.html#

Ya hemos leído el libro de Alonso Guerrero sobre su ex mujer Letizia Ortiz
Dice el que fuera primer marido de doña Letizia que una vez le tentaron con 300.000 euros por contar cosas de su relación de diez años con ella pero que dijo que no. También afirma que la Casa Real nunca le ha ofrecido dinero por su silencio. No hay por qué ser descreídos pero no cabe duda de que si lo hubieran hecho tampoco iba a decirlo. En cualquier caso, no hay pruebas de una cosa ni otra. Y lo que tenemos delante es la presentación de una novela que aprovecha el morbo para promocionarse.

El ex marido de la Reina ha ejercido el 'efecto llamada' sobre la prensa que tanto le agobió anunciando en la promoción de su novela que la obra está inspirada en sus vivencias personales con Letizia Ortiz y en concreto en cómo cambió su vida anónima de profesor de instituto cuando se conoció el compromiso de la periodista con Felipe de Borbón, así como su condición de divorciada y con ello laidentidad de su primer esposo.

hecho tampoco iba a decirlo. En cualquier caso, no hay pruebas de una cosa ni otra. Y lo que tenemos delante es la presentación de una novela que aprovecha el morbo para promocionarse.

El ex marido de la Reina ha ejercido el 'efecto llamada' sobre la prensa que tanto le agobió anunciando en la promoción de su novela que la obra está inspirada en sus vivencias personales con Letizia Ortiz y en concreto en cómo cambió su vida anónima de profesor de instituto cuando se conoció el compromiso de la periodista con Felipe de Borbón, así como su condición de divorciada y con ello la
El autor no dispara de frente contra el jefe del Estado, al que califica de "buena persona". Eso dice del actual marido de la que fuera su esposa. Tampoco ataca a su ex, pero se declara republicano y concede sus exclusivas y su pluma precisamente al mismo medio al que su amante alumna calificó como "mierda", aunque la señora de Borbón utilizó el francés, capaz de afinar palabras tan jabonosas como bidé. Letizia, recordemos, recurrió a ese sustantivo adjetivado contra el suplemento de El Mundo en el que ahora escribe su exmarido. Fue en un mensaje enviado a su amigo Javier López Madrid, compañero de yoga de la asturiana que fue bautizado por ella misma como "Compiyogui".

Alonso Guerrero no usa el francés en el artículo que firma en el suplemento rosa de El Mundo pero sí recurre al J'accuse, 'Yo acuso', para titular, como la célebre carta de Émile Zola al presidente de Francia. Por desgracia, la elocuencia del profesor extremeño que sedujo a la estudiante Letizia no es comparable a la del escritor y periodista galo. De todo lo publicado, lo mejor es la imagen de la joven periodista abrazando a su marido que ilustra la portada del suplemento del periódico.
Aquella fotografía que ahora todos piratean sin preguntarse de dónde ha salido fue publicada por primera vez en la revista Qué Me Dices el 1 de noviembre de 2.003 (fecha de portada 8 de noviembre), es decir, horas después de que fuera oficial el compromiso de Felipe de Borbón con la asturiana de la que se había enamorado perdidamente después de superar, creemos, lo de Eva Sannum.

Ese mismo día de Todos los Santos, (1 de noviembre de 2.003), el semanario informaba a España entera de que la nueva novia oficial del hijo de don Juan Carlos había estado casada un año con el profesor de Literatura, así como que Alonso Guerrero había rehecho ya su vida con otra mujer. Por entonces, la imagen y el titular eran tan impactantes que María Teresa Campos, en su programa matinal de Telecinco, no se atrevía a mostrarla a la cámara, aunque la tenía encima de su mesa, junto al resto de las revistas del corazón, que simplemente informaban del compromiso oficial de la presentadora del telediario y el bisnieto de Alfonso XIII. La madre de Terelu, que miraba de reojo la portada, podría haber contado lo del divorcio, o mostrar al ex marido pero no lo hizo, y no fue porque los súbditos del entonces Rey Juan Carlos no tuvieran interés en verle la cara al hombre que había seducido a la futura reina cuando era una adolescente. La revista batió su récord de ventas y agotó varias ediciones.
El titular por entonces era brutal porque, hace 15 años, España y la mayoría de los medios 'generalistas' estaban aún sometidos al halo de autocensura en todo lo relacionado con la Casa Real: "Todo sobre el anterior matrimonio de nuestra futura reina", rezaba, tal y como demuestra la portada que recuperamos.
Pocos los saben, pero aquella imagen que aún, década y media después, sigue llenando portadas y artículos, está tomada de espaldas al mar Cantábrico, en la valla de la playa de San Lorenzo, en Gijón. Letizia y su pareja no estaban casados y habían visitado la querida y siempre apetecible tierra asturiana en un viaje de novietes (no luna de miel) donde tuvieron tiempo de impregnar sus deseos de juventud con las raíces mismas de la guapa ovetense.

Han pasado más de 20 años de aquella imagen y ahora Alonso Guerrero ejerce su derecho como escritor y como persona para lanzar una novela cuyas posibilidades de venta se parapetan tras el morbo, sin discusión alguna. El propio autor y sus editores aprovechan con legítima oportunidad la identidad de Alonso Guerrero para armar una estrategia de lanzamiento de El amor de Penny Robinson basada en el hecho de que el ex marido de la Reina habla a la prensa.
El problema es que una vez leídas las 203 páginas del invento, todo es un bluf. Desde los primeros compases, donde parece que va a contar algo interesante, hasta que en la última línea de la última página escribe esto: "¿No es este tipo el exmarido de la princesa?".

Informalia ha podido leer el El amor de Penny Robinson, el libro con tintes autobiográficos firmado por Alonso Guerrero. El autor advierte ya en la introducción: "Sólo un idiota cree que puede escribir la verdad sobre sí mismo", una frase de Eric Ambler, escritor británico de novela negra y espionaje. La advertencia de esta frase se cumple a lo largo de las 203 páginas del relato. La mayor parte de la novela trata de la persecución que padece un escritor poco conocido y de escaso éxito profesional, por parte de una prensa sin escrúpulos, cuando su primera esposa se casa con el futuro rey de España.

uchos adjetivos, mucha cultura literaria, prosa barroca y llena de referencias a grandes escritores como Proust o John Le Carré, para denunciar que es víctima de la carroña amarilla que puebla los platós, gentuza capaz de perseguir su intimidad, robarle correspondencia del buzón del portal, de inventarse que es drogadicto, acosador, de que no trata a su padre, un modesto obrero extremeño y de perseguirle en su escapada de hoteles de poca monta, hostales del centro de Madrid, de agobiar a su mujer e hijo, de los que tiene que alejarse para evitar que también sean víctimas.
Ni una sola referencia a la mujer con la que compartió diez años de su vida. Ni siquiera la menciona con un nombre cualquiera. Sólo hay un rasgo de humor cuando el protagonista, que se llama realmente Alonso Guerrero, desvela que laclave de su ordenador es Viva la República.

Penny Robinson sólo es una niña de fantasía, el personaje de un relato americano que Guerrero y su mejor amigo seguían desde niños. La inmunda tropa periodística la convierte después en el amor secreto de juventud del autor y hasta se traen de Estados Unidos a una Penny cualquiera para llenar el Sálvame Deluxede turno.

Alonso Guerrero tiene la misma opinión que su ex mujer Letizia de esa prensa que le hizo la vida imposible en los primeros tiempos en que se supo de su existencia. No nos extrañaría que Guerrero le haya enviado a la reina un ejemplar de su libro o un mensaje tranquilizador para demostrarle que sigue siendo el caballero que ha guardado silencio durante estos últimos años.
última parte de la novela es más ágil, más entretenida, más audaz. En su huida de los papparazzi, el escritor se tropieza con una modelo sin trabajo y medio alcohólica con la que mantiene una noche de pasión, ya que sigue alejado temporalmente de su esposa y de su hijo. El editor, que nunca había querido publicar sus cinco novelas anteriores, le pide ahora que cuente su vida, en vista de que toda la prensa rosa, amarilla y los programas, hablan de él continuamente y se ha convertido en personaje. Alonso Guerrero accede pero todos sabemos que no hablará de lo que todos quieren conocer.

En un confuso accidente de tráfico que sufre con la modelo, del que no está claro si a los dos les cuesta la vida, oye en su inconsciencia a través de la ventanilla, unas últimas palabras: "¿No es este el tipo el ex marido de la princesa?".
----

Disculpas, me cuesta mucho hacer el copia y pega desde Tablet.
Resulta complicado.

Podeis pasar por aqui y traerlo mejor

http://informalia.eleconomista.es/i...izia-Ortiz-y-la-prensa-que-le-despedaza.html#






 
Back