Sobre el falso hermano de Ron Lowe: se dijo que era novio de Roci hito. Hace más de 20 años, fui a Madrid con mis padres y fuimos al teatro a ver Calígula de Camus en el Bellas Artes, prtagonizado por Luis Merlo. A nuestro lado el falso Lowe. Y yo pensando, mira el novio de Roci Hito.... Merlo no hacía más que mirarlo, incluso le guiñó un ojo. Se traían un tonteo...y ya pensé,. Qué novio de Roci hito como que no. Al poco el mismo confesó que no era hermano de Lowe.Aitana Sánchez Gijón hizo una peli con Keanu Reeves y la maquilladora era la mujer de Lowe.
Lo que el HOLA no cuenta
- AutorForovoguecerró
- Fecha de inicio
. De Medinaceli, perdona
no hay duda de que la reina Sofía siempre lo ha dado todo por hacerse querer, mantener el chiringuito y su statusRociera de toda la vida, claro que sí.
podremos criticarle muchas cosas, que no es perfecta, pero nunca la estupenda actitud que siempre ha demostrado
- Registrado
- 9 Jun 2008
- Mensajes
- 11.348
- Calificaciones
- 19.227
Ah si pobre boba, es el Rocio, pues vamos al Rocío, hay boda, vamos de boda, que al yate del viejo, a navegar se ha dicho, se casan (todavia no me lo explico) los adefesios de las cuñadas, pues alla vamos a ayudarlas, Carmencita se casa con primo de Juanito, a hacerle los honores y en lugar destacado, de modo que se note bien que estaban medio contrariados, creo que hasta a los toros llego a ir a pesar de su desagrado
Tanto nadar para morir en la orilla, porqie si al menos en la vejez el se portara como un verdadero compañero luego de tantas infidelidades...
- Registrado
- 21 Ene 2016
- Mensajes
- 3.855
- Calificaciones
- 29.865
Esta
Historia recuerdo habersela oido a Mariñas como Chabeli primer amor primer picor.... Y q efectivamente hubo fotos del revolcon....
- Registrado
- 26 Ene 2018
- Mensajes
- 4.355
- Calificaciones
- 18.624
Última edición:
- Registrado
- 26 Ene 2018
- Mensajes
- 4.355
- Calificaciones
- 18.624
Miguel Bosé con Chábeli Iglesias
- Registrado
- 26 Ene 2018
- Mensajes
- 4.355
- Calificaciones
- 18.624
- Registrado
- 26 Ene 2018
- Mensajes
- 4.355
- Calificaciones
- 18.624
El 13 de marzo de 1997, Chábeli Iglesias cogió un coche dirección Valencia para acudir a un nuevo programa de televisión. Estaba ya acostumbrada a las entrevistas, a los beneficios de la fama y a rodearse de gente dispuesta a piropearla y alabar su estilo, su elegancia y las maneras que había aprendido de su madre, Isabel Preysler. El problema fue cuando se encontró con periodistas dispuestos a lanzársele a la yugular. Chábeli abandonó el programa al grito de ‘gentuza’ y al público le encantó. Así nació el programa Tómbola.
Desde niña, Chábeli -o Chabeli, nunca lo hemos sabido- tenía muy claro cómo controlar el negocio del famoseo. No en vano, lo había aprendido de la mejor maestra. Isabel Preysler no ha sido actriz, ni modelo, ni presentadora, ni escritora, ni falta que le ha hecho. Sus méritos han pasado por seducir a un cantante de talla internacional, a un marqués y a un ministro socialista. Y aun así, ha sabido crearse su propio personaje, el de una mujer elegante, correcta, educada, que nunca da un escándalo, ni una declaración fuera de lugar. Vamos, el sueño de toda empresa de publicidad y de toda revista del corazón. Isabel Preysler vende al público lo que ellos quieren comprar. Una señora siempre joven, siempre bien vestida, madre de familia numerosa, abuela en la distancia y, ahora, sufrida esposa. El producto perfecto. El problema es que Chábeli, la primogénita, nunca ha caído bien.
Por mucho que su madre se esforzara en colocarla en todas las portadas de las revistas y su padre le dedicara un disco entero -el mítico De niña a mujer, con fotografía de Chábeli incluida- nunca consiguió ganarse el favor del público por su carácter altivo. En la década de los noventa consiguió hacer sus pinitos en televisión, presentando varios programas en Antena 3 y llegando a tener su propio programa de entrevistas, El show de Chábeli -producido por el antiguo manager de su padre-, en Univisión, una de las cadenas hispanas más importantes de Estados Unidos. Pero el empleo estable le duró poco ya que optó por volver a su vida de famosa por cuenta propia. Tras su matrimonio fugaz con Ricardo Bofill -con diversas exclusivas para las revistas- Chábeli se marchó a Miami, se casó con un empresario, tuvo hijos y se dedicó en cuerpo y alma a lo que mejor sabe hacer, nada.
Desde niña, Chábeli -o Chabeli, nunca lo hemos sabido- tenía muy claro cómo controlar el negocio del famoseo. No en vano, lo había aprendido de la mejor maestra. Isabel Preysler no ha sido actriz, ni modelo, ni presentadora, ni escritora, ni falta que le ha hecho. Sus méritos han pasado por seducir a un cantante de talla internacional, a un marqués y a un ministro socialista. Y aun así, ha sabido crearse su propio personaje, el de una mujer elegante, correcta, educada, que nunca da un escándalo, ni una declaración fuera de lugar. Vamos, el sueño de toda empresa de publicidad y de toda revista del corazón. Isabel Preysler vende al público lo que ellos quieren comprar. Una señora siempre joven, siempre bien vestida, madre de familia numerosa, abuela en la distancia y, ahora, sufrida esposa. El producto perfecto. El problema es que Chábeli, la primogénita, nunca ha caído bien.
Por mucho que su madre se esforzara en colocarla en todas las portadas de las revistas y su padre le dedicara un disco entero -el mítico De niña a mujer, con fotografía de Chábeli incluida- nunca consiguió ganarse el favor del público por su carácter altivo. En la década de los noventa consiguió hacer sus pinitos en televisión, presentando varios programas en Antena 3 y llegando a tener su propio programa de entrevistas, El show de Chábeli -producido por el antiguo manager de su padre-, en Univisión, una de las cadenas hispanas más importantes de Estados Unidos. Pero el empleo estable le duró poco ya que optó por volver a su vida de famosa por cuenta propia. Tras su matrimonio fugaz con Ricardo Bofill -con diversas exclusivas para las revistas- Chábeli se marchó a Miami, se casó con un empresario, tuvo hijos y se dedicó en cuerpo y alma a lo que mejor sabe hacer, nada.
