L
Lechuzia
Guest
El ruido es brutal, y lo peor es que la perturbación sonora llega a romper los cristales de las ventanas, por no hablar de los tímpanos. Aunque te esperes la descarga, te da un vuelco el corazón. Y si además te acuerdas de la guerra...Tampoco creo que sean para tanto los cañonazos, para una vez al año que viene alguien a visitarnos....