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Prefieren Croacia a los JJOO: así han sido las "vacaciones atípicas" de los Reyes
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El Mundo Orbyt.
TESTIGO IMPERTINENTE
CARMEN RIGALT
28/08/2016
FELIPE Y LETIZIA: PROTECCIÓN 50 PARA TODO
A la Reina no le gusta el moreno: la Familia Real ha elegido un crucero por Croacia
El sol no ha dejado huella ni en Rajoy ni en Ana Pastor, como si no pisaran la playa
Pedro Sánchez y Rivera han cumplido con la tradición de broncearse en verano
Se han acabado las vacaciones. En teoría no acaban hasta el miércoles, pero desde que las cosas dieron en volverse chungas (pongamos que hablo de la crisis, esa palabra que produce retortijones), todo el mundo vuelve a casa la tercera semana de agosto. La costumbre ya está instalada entre todos los españoles, incluidos los Monarcas. Unos se reincorporan de inmediato al trabajo y otros hacen ejercicios de precalentamiento para no acusar de golpe el estrés posvacacional.
Yo me dedico a pasar lista para controlar el regreso de los políticos. Elijo casi siempre la hora del telediario, preferentemente el de mediodía. No voy a la caza y captura de rezagados, tampoco soy tan puntillosa. Este año he concentrado mi interés en los políticos afectados de revanchitis aguda. No les quito ojo.
Estando como estamos a la espera de un Gobierno definitivo (sea cual sea su color), muchos políticos han optado por renunciar a sus vacaciones o limitarlas a los fines de semana. Es el caso del presidente, que se ha conformado con ir del gimnasio a la Casa de Campo y de la Casa de Campo al gimnasio (sirva esta incursión en la chistografía de Tony Leblanc para relajar un poco la tirantez del momento). En realidad, Rajoy ha ido todas las semanas de La Moncloa a Ribadumia y de Ribadumia a La Moncloa. En el capítulo de Rajoy procede incluir a Ana Pastor, la presidenta del Congreso, cuyo marido (José Benito) es el compañero de caminatas del presidente.
No parece que las idas y venidas entre Madrid y Pontevedra hayan dejado huella en el rostro de Rajoy y en el de su amiga Ana Pastor. Se diría que ellos no han pisado la playa ni por casualidad. Todo lo contrario de Rafa Hernando, que parece recién llegado de Benidorm. También Fátima Báñez luce buen color, así como F. Maíllo (él seguramente toma el sol en su terraza, pues no se ha movido de Madrid). Caso aparte es el ex alcalde de Badalona. La otra noche pasaba yo lista en el telediario cuando la pantalla se fundió a negro. Menudo susto. Era García Albiol, que ese día había tomado el sol sin factor de protección.
Una no tiene la melanina de buena calidad, pero pertenece al grupo de españoles que se pasaron la juventud pringados de aceite que olía a coco. Eran tiempos exagerados y las mujeres de Marbella (tez renegrida y pelo rubio fosforito) se erigieron en iconos de belleza estival comandadas por Gunilla y Mari Ángeles Marín, hoy viuda de Gil. Todavía queda algún ejemplar suelto. Sus señas de identidad (sin olvidar el animal print en versión licra), las hacen inconfundibles.
Albert Rivera ha cumplido un mínimo de horas de playa, lo justo para no aparecer en Madrid con aspecto alicaído. El toque Rivera lo comparte también María Dolores de Cospedal, cuyas escapadas a Marbella le han permitido solazarse al sol de Guadalmina, que es el sol que calienta a los ricos.
Ricos o pobres, todos tenemos mejor aspecto si nos mima un poco el sol. Incluyo a Pablo Iglesias, del que no sabemos si ha tomado el sol en su casa de Ávila mientras rumiaba estrategias. A Pedro Sánchez sólo lo vi de refilón en los periódicos y me pareció que hacía juego con su esposa. El bronceado de uno era una prolongación del bronceado del otro. Desde que Sánchez decidió no pensar, ha vivido como los futbolistas: de playa en playa. El movimiento cero (vuelta y vuelta, como mucho) es el que más broncea.
Hablando de moreneces, los Reyes están abonados al factor 50, así que nunca los veremos renegridos como Albiol. El viernes, Sálvame pegó el pelotazo del mes revelando las vacaciones (privadas) de la Familia Real. A principios de agosto, el Monarca comentó ante la prensa que este año serían unas vacaciones atípicas. Lo fueron, nunca mejor dicho. Felipe y Letizia, con sus hijas, han viajado por la costa de Croacia en una preciosa goleta que cuesta un pastizal (aunque eso es lo de menos porque la pagamos entre todos los españoles). Dada la escasa afición playera de la Reina, la imaginamos poniéndose protección 50 para detener el sol y repelente para esquivar a los cazadores de exclusivas. Qué divertido.
TESTIGO IMPERTINENTE
CARMEN RIGALT
28/08/2016
FELIPE Y LETIZIA: PROTECCIÓN 50 PARA TODO
A la Reina no le gusta el moreno: la Familia Real ha elegido un crucero por Croacia
El sol no ha dejado huella ni en Rajoy ni en Ana Pastor, como si no pisaran la playa
Pedro Sánchez y Rivera han cumplido con la tradición de broncearse en verano
Se han acabado las vacaciones. En teoría no acaban hasta el miércoles, pero desde que las cosas dieron en volverse chungas (pongamos que hablo de la crisis, esa palabra que produce retortijones), todo el mundo vuelve a casa la tercera semana de agosto. La costumbre ya está instalada entre todos los españoles, incluidos los Monarcas. Unos se reincorporan de inmediato al trabajo y otros hacen ejercicios de precalentamiento para no acusar de golpe el estrés posvacacional.
Yo me dedico a pasar lista para controlar el regreso de los políticos. Elijo casi siempre la hora del telediario, preferentemente el de mediodía. No voy a la caza y captura de rezagados, tampoco soy tan puntillosa. Este año he concentrado mi interés en los políticos afectados de revanchitis aguda. No les quito ojo.
Estando como estamos a la espera de un Gobierno definitivo (sea cual sea su color), muchos políticos han optado por renunciar a sus vacaciones o limitarlas a los fines de semana. Es el caso del presidente, que se ha conformado con ir del gimnasio a la Casa de Campo y de la Casa de Campo al gimnasio (sirva esta incursión en la chistografía de Tony Leblanc para relajar un poco la tirantez del momento). En realidad, Rajoy ha ido todas las semanas de La Moncloa a Ribadumia y de Ribadumia a La Moncloa. En el capítulo de Rajoy procede incluir a Ana Pastor, la presidenta del Congreso, cuyo marido (José Benito) es el compañero de caminatas del presidente.
No parece que las idas y venidas entre Madrid y Pontevedra hayan dejado huella en el rostro de Rajoy y en el de su amiga Ana Pastor. Se diría que ellos no han pisado la playa ni por casualidad. Todo lo contrario de Rafa Hernando, que parece recién llegado de Benidorm. También Fátima Báñez luce buen color, así como F. Maíllo (él seguramente toma el sol en su terraza, pues no se ha movido de Madrid). Caso aparte es el ex alcalde de Badalona. La otra noche pasaba yo lista en el telediario cuando la pantalla se fundió a negro. Menudo susto. Era García Albiol, que ese día había tomado el sol sin factor de protección.
Una no tiene la melanina de buena calidad, pero pertenece al grupo de españoles que se pasaron la juventud pringados de aceite que olía a coco. Eran tiempos exagerados y las mujeres de Marbella (tez renegrida y pelo rubio fosforito) se erigieron en iconos de belleza estival comandadas por Gunilla y Mari Ángeles Marín, hoy viuda de Gil. Todavía queda algún ejemplar suelto. Sus señas de identidad (sin olvidar el animal print en versión licra), las hacen inconfundibles.
Albert Rivera ha cumplido un mínimo de horas de playa, lo justo para no aparecer en Madrid con aspecto alicaído. El toque Rivera lo comparte también María Dolores de Cospedal, cuyas escapadas a Marbella le han permitido solazarse al sol de Guadalmina, que es el sol que calienta a los ricos.
Ricos o pobres, todos tenemos mejor aspecto si nos mima un poco el sol. Incluyo a Pablo Iglesias, del que no sabemos si ha tomado el sol en su casa de Ávila mientras rumiaba estrategias. A Pedro Sánchez sólo lo vi de refilón en los periódicos y me pareció que hacía juego con su esposa. El bronceado de uno era una prolongación del bronceado del otro. Desde que Sánchez decidió no pensar, ha vivido como los futbolistas: de playa en playa. El movimiento cero (vuelta y vuelta, como mucho) es el que más broncea.
Hablando de moreneces, los Reyes están abonados al factor 50, así que nunca los veremos renegridos como Albiol. El viernes, Sálvame pegó el pelotazo del mes revelando las vacaciones (privadas) de la Familia Real. A principios de agosto, el Monarca comentó ante la prensa que este año serían unas vacaciones atípicas. Lo fueron, nunca mejor dicho. Felipe y Letizia, con sus hijas, han viajado por la costa de Croacia en una preciosa goleta que cuesta un pastizal (aunque eso es lo de menos porque la pagamos entre todos los españoles). Dada la escasa afición playera de la Reina, la imaginamos poniéndose protección 50 para detener el sol y repelente para esquivar a los cazadores de exclusivas. Qué divertido.
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Sí, imagino Amadís.
Aunque se mire como se mire no cuadra la escena. Lo lógico es que haya alguien para atenderlos porque se supone que pasan unas cuantas horas al día navegando, y eso a Lety no le va en su concepción de "vacaciones privadas" y más el tener a un testigo del amor que se profesan
en un sitio tan reducido. Otro tema es el viajar con Leo y Chofi también.- Registrado
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Yo lo pìenso siempre! Esos dos vagos estan ahi para seguir viviendo a todo tren sin pegar sello. Los españoles y el pais no les importamos nada, solo somos su sustento. Dónde iban a encontrar un trabajo que les diera tantos privilegios si son unos
inutiles?
AZUL&ROSA
Mi semana
JAIME PEÑAFIEL
De luto en España, de fiesta en Bahamas
Unas vacaciones en el Caribe son, siempre, una fiesta. Aunque sólo se vaya a descansar. Tal ha sido el caso del Príncipe Felipe y Letizia, en boca de todo el mundo, esta mi semana, por culpa de una decisión, a lo peor, equivocada: aprovechar la Semana Santa para viajar a Las Bahamas. Como si de una luna de miel, anticipada, se tratara. Me gustaría saber de quién de los dos fue tan descabellada idea. No era el momento, las circunstancias y el lugar para poner tierra de por medio, física y mentalmente, a los más dolorosos recuerdos. «No debemos, nunca, permitir que el olvido nos aleje del 11 de marzo», declaró Don Felipe a raíz del más cruel y despiadado atentado sufrido por España. La historia de estas vacaciones principescas ha sido una serie de desaciertos, errores y malentendidos, sobre todo, en el intento, por parte de la Casa Real, de explicar, eso sí, oficiosamente, lo que no tenía explicación y mucho menos justificación.
Saltándose las leyes
El dichoso viaje habría pasado inadvertido si los protagonistas no hubieran pretendido comportarse como una pareja privada y, al mismo tiempo, con los privilegios de quienes eran. El escándalo estalló cuando la policía del Milton Oribe de Miami, se dispuso a registrar el equipaje de la pareja. Se desató, entonces, lo que Luisa Yánez, reportera del Miami Herald, calificaba de «ira real». ¿Por parte del Príncipe Felipe? Me cuesta creerlo. ¿Por parte de Letizia? Me cuesta menos. Parece que perdió los nervios a causa de una policía femenina, de origen haitiano, que la amenazó con registrarle el bolso de nuevo si iba a los lavabos, como deseaba. Cierto es que les trataron como si fueran una pareja cualquiera (que tampoco es un insulto). Felipe debía recordar que cuando su bisabuelo Alfonso XIII viajaba, privadamente, para pasar desapercibido lo hacía bajo el nombre de duque de Toledo.Incluso, su padre, el Rey Juan Carlos creo que también ha hecho uso de algún título nobiliario de la Casa Real para mantener el incógnito en el extranjero. Pero no. En el aeropuerto de Florida y para evitar la aplicación de la Ley, se hizo valer, a gritos, que se trataba del Príncipe Heredero, del futuro Rey de España.
Niegan pero no explican
Ante los rumores de que el motivo de estas vacaciones caribeñas no había sido otro que celebrar, con un grupo de amigos, la despedida de solteros, anulada en España por la tragedia de Atocha, La Zarzuela, a través del jefe de prensa de la Casa de Su Majestad, desmintió, oficiosamente, tal cosa y, por supuesto, la cifra de los 36 invitados de la que se hablaba. Juan González Cebrián, haciendo honor a su profesión de ilustre diplomático, la dejó reducida a cuatro: el Príncipe, Letizia y una pareja que les acompañaban, aunque no se desvelaba la identidad de éstos ni la de los que casualmente se encontraron por allí. Si realmente existían los 36 «mamporreros» (Alfonso Ussía, dixit) es que sí que fue una fiesta. Ello supondría una falta de respeto al 11-M y a sus víctimas. Y, en todo caso, una carencia total de sensibilidad.
Una elocuente fotografía
Mi semana
JAIME PEÑAFIEL
De luto en España, de fiesta en Bahamas
Unas vacaciones en el Caribe son, siempre, una fiesta. Aunque sólo se vaya a descansar. Tal ha sido el caso del Príncipe Felipe y Letizia, en boca de todo el mundo, esta mi semana, por culpa de una decisión, a lo peor, equivocada: aprovechar la Semana Santa para viajar a Las Bahamas. Como si de una luna de miel, anticipada, se tratara. Me gustaría saber de quién de los dos fue tan descabellada idea. No era el momento, las circunstancias y el lugar para poner tierra de por medio, física y mentalmente, a los más dolorosos recuerdos. «No debemos, nunca, permitir que el olvido nos aleje del 11 de marzo», declaró Don Felipe a raíz del más cruel y despiadado atentado sufrido por España. La historia de estas vacaciones principescas ha sido una serie de desaciertos, errores y malentendidos, sobre todo, en el intento, por parte de la Casa Real, de explicar, eso sí, oficiosamente, lo que no tenía explicación y mucho menos justificación.
Saltándose las leyes
El dichoso viaje habría pasado inadvertido si los protagonistas no hubieran pretendido comportarse como una pareja privada y, al mismo tiempo, con los privilegios de quienes eran. El escándalo estalló cuando la policía del Milton Oribe de Miami, se dispuso a registrar el equipaje de la pareja. Se desató, entonces, lo que Luisa Yánez, reportera del Miami Herald, calificaba de «ira real». ¿Por parte del Príncipe Felipe? Me cuesta creerlo. ¿Por parte de Letizia? Me cuesta menos. Parece que perdió los nervios a causa de una policía femenina, de origen haitiano, que la amenazó con registrarle el bolso de nuevo si iba a los lavabos, como deseaba. Cierto es que les trataron como si fueran una pareja cualquiera (que tampoco es un insulto). Felipe debía recordar que cuando su bisabuelo Alfonso XIII viajaba, privadamente, para pasar desapercibido lo hacía bajo el nombre de duque de Toledo.Incluso, su padre, el Rey Juan Carlos creo que también ha hecho uso de algún título nobiliario de la Casa Real para mantener el incógnito en el extranjero. Pero no. En el aeropuerto de Florida y para evitar la aplicación de la Ley, se hizo valer, a gritos, que se trataba del Príncipe Heredero, del futuro Rey de España.
Niegan pero no explican
Ante los rumores de que el motivo de estas vacaciones caribeñas no había sido otro que celebrar, con un grupo de amigos, la despedida de solteros, anulada en España por la tragedia de Atocha, La Zarzuela, a través del jefe de prensa de la Casa de Su Majestad, desmintió, oficiosamente, tal cosa y, por supuesto, la cifra de los 36 invitados de la que se hablaba. Juan González Cebrián, haciendo honor a su profesión de ilustre diplomático, la dejó reducida a cuatro: el Príncipe, Letizia y una pareja que les acompañaban, aunque no se desvelaba la identidad de éstos ni la de los que casualmente se encontraron por allí. Si realmente existían los 36 «mamporreros» (Alfonso Ussía, dixit) es que sí que fue una fiesta. Ello supondría una falta de respeto al 11-M y a sus víctimas. Y, en todo caso, una carencia total de sensibilidad.
Una elocuente fotografía
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Todo lo de esta irreal pareja es mentira, desde como se conocieron según ellos en una cena en casa de un periodista, han mentido sobre todo su pasado, de cómo han logrado casarse por la Iglesia a pesar de que ella aún seguía casada, de su primer embarazo y aborto, la renuncia a la despedida de solteros, la misteriosa muerte de la hermana, también de como ha logrado ser madre de dos, sus atípicas vacaciones son siempre una mentira, hasta su maravillosa historia de amor desde el inicio ha sido un tren de mentiras, ellos mienten y mienten descaradamente y la prensa cortesana le sigue el juego.
Ellos no me agradan no sólo por ser caprichosos, egoístas, altaneros, irresponsables e indolentes, no me gustan por mentirosos y si Letizia con z es falsa Felipe es peor por qie además de falso no tiene personalidad y no se da a respetar, con razón ninguna chica con cerebro quería casarse con este señor
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Un momento. Este no fue el rey que en su discurso el día de la entronización (or whatever you say it) habló de TRANSPARENCIA?? Vergüenza le debería dar...
Vergüenza le debería dar...No que eran 12.000?? Ahí comienza a verse que es una soberana, asquerosa y "real" MENTIRA.
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Primero, que las cuentas no me cuadran.
Y segundo, que la foto pone a Kate en el último lugar pero el artículo pone a Leti en el último lugar. Es ella o Kate quien menos vacaciones tiene? Que se decida la Tiburcia!!
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Añade que unos años atrás subastaron inmuebles.
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Más aún, me molesta que este señor haya representado a España y llevado la bandera en los juegos de Barcelona '92 y no se haya dignado ir a Rio a respaldar la delegación del país que representó como atleta y ahora -se supone- representa como rey. Es evidente que no está comprometido con el deporte... O es que la parienta no lo deja comprometerse??
No fueron por el zika y pusieron como excusa la política del país?? Pues fíjate que yo estuve 15 días en Rio y a mi no me picó ni un puto mosquito. Y eso que yo soy propensa a que me piquen por mi tipo de sangre...
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