La docuserie de La Sexta: ‘Los Borbones, una familia real’. Directores Ana Pastor y Aitor Gabilondo

Capitulo 4 Los borbones y Letizia

La historia que cuentan de Leti está casi todo inventado y edulcorado. No hay quien se lo crea.
Son la mayoría cosas que se han dicho en este foro.
La ponen como un valor que no ha sido tenido en cuenta. La ponen mucho mejor que a Marichalar y Urdangarin. Ha sido igual de nociva que estos dos para la monarquía.

En fin, no nos lo tragamos. Sabemos toda la verdad sobre Leti. Felipe la metió en los telediarios de la 1. Se casó por interés, fue rompe matrimonios, divorciada, abortista, progre, republicana, mentirosa, manipuladora, sometió a sus torturas y caprichos a Felipe. Le separó de su familia y amigos, le separó de las otras casas reales, vulgarizó la monarquía, se opero de todo, manipuló a la casa real, filtró noticias...etc etc...etc... Leti ya te vale tía... no lo puedes ocultar, no cuela.
 
Última edición:
A las pruebas me remito. Todas estas cosas que ya las saben todos y se notan. No conecta con el pueblo y ni le interesa. Solo hace lo mínimo que le obligan, de lunes a viernes. No comunica, es altiva, no natural y no amable. Se le atribuyen miles de maldades e intrigas palaciegas.


Los fieles a Juan Carlos odian a Letizia​


Pilar Eryre - Avatar

Pilar Eyre
Periodista y escritora
ACTUALIZADO A 01 DE JUNIO DE 2022, 06:30

Letizia la odian. Los partidarios de Juan Carlos, digo. Los monárquicos de viejo cuño, los que frecuentaban la Zarzuela, los que están a su lado desde que era joven. Los que creen que con todos sus defectos –“¡Nadie es perfecto!”– es mil veces mejor que su hijo. Al que dedican palabras de conmiseración, calificativos desdeñosos envueltos en falsa compasión. “¿Felipe? Un pobre hombre, dominado por su mujer, ¡un calzonazos!”. Algunos, que quieren pasar por más comedidos, deslizan: “No tiene el carisma de su padre, ni su inteligencia natural, pero es un buen chico...”, aunque luego clavan la puñalada trapera: “Claro, que la que manda allí es la nieta del taxista”. Son los despechados, los expulsados del paraíso, los cortesanos profesionales a los que han barrido del mapa los Reyes actuales y que, con el emérito en Abu Dabi, se han alejado de los círculos de poder y se muerden los puños de rabia porque ya no pintan nada. Son los mismos que susurraban al oído de Juan Carlos, como las brujas de ‘Macbeth’: “Volved, señor, que en España os quieren... Están deseando vuestra vuelta, señor... Nadie os ha olvidado”.
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A Letizia Ortiz se le atribuyen todo tipo de maldades​

En el aquelarre juancarlista que hemos vivido estos últimos días, la que peor parada ha salido ha sido la Reina. ¡Le habrán sonado los oídos hasta volverla sorda! Le atribuyen todo tipo de maldades, la lista de agravios es impresionante: es la que puso el pulgar hacia abajo para condenar al suegro, la que decidió que se fuera a Abu Dabi, la culpable del alejamiento de padre e hijo. Estuvo en la comida del lunes a regañadientes, pero no dirigió la palabra a Juan Carlos y lo trató con desdén. La republicana camuflada, la amiga de Pablo Iglesias, la feminista. También difunden simples chismes imposibles de demostrar: le hace feos a la nobleza, que tanto se ha sacrificado por la familia real; se burla de las misas y de la religión; pone en ridículo a su marido delante de los amigos; ve a su hija como una rival porque Leonor sí que es princesa de cuna; desatiende a la reina Sofía; a las cuñadas ni siquiera les dirige la palabra... Cada mañana Letizia se levanta con un sapo distinto, porque le dan cuenta diaria de todos los cotilleos. A veces ella suplica que no le expliquen más, pero la insaciable curiosidad que la habita y que es la base de nuestro oficio, la hace desdecirse y reclamar nuevas informaciones, porque una puede dejar el periodismo, pero es imposible que el periodismo la deje a una.
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A Letizia le falta naturalidad​

Letizia no ayuda, todo hay que decirlo. Por mucho que digan que en las distancias cortas es encantadora, por mucho que sepamos de sus grandes e inquebrantables virtudes, por mucho que adivinemos que se toma su trabajo muy en serio y se prepara a conciencia, lo que perciben los españoles es una mujer de porte arrogante, expresión hermética, sonrisa forzada, ademanes bruscos, controladora y poco simpática. Se rodea siempre de un grupito de fieles y cuando consigue deshacerse de ellos y se dirige a cualquiera, lo hace tan directamente que resulta intimidante y la gente no sabe qué contestar. Cuando habla con los niños, que no saben mentir ni disimular, al agacharse para estar a su altura, las criaturas la miran con temor y se refugian en los brazos de su madre. Nunca se la nota ni cómoda ni relajada, y es que todo se reduce a lo mismo: le falta naturalidad.

La Reina tendría que dejar el aire orgulloso​

Claro que es muy difícil ser natural, como los actores saben muy bien. Como me decía una vez Vicente Parra, no hay nada más difícil que encender con sencillez un cigarrillo delante de la cámara sin parecer un imbécil. Pero es algo que puede aprenderse. Preferiríamos verla despeinada, torpe, que se le torciera un tacón, que tener una reina impecable pero envarada y rígida como la giganta que sacan en procesión algunos pueblos durante las fiestas mayores. Debería dejar el aire orgulloso y la barbilla apuntando a lo alto para las modelos y para Naty Abascal, que no es reina ni falta que le hace, y caminar como una mujer normal. Todos sabemos ya lo que es el lenguaje corporal y nadie quiere ver esa postura que proclama ‘urbi et orbe’ de “soy una diosa”.

Letizia da la impresión de ser más 'royal' que los propios 'royals'
Su gestualidad es muy altiva, algo sorprendente, ya que, dada su posición de origen, debería transmitir cercanía. Solo se puede justificar por lo insegura que debe sentirse”, me dice la analista en estética política Patrycia Centeno. También Mette-Marit de Noruega, Máxima de Holanda y Kate de Inglaterra son de cuna plebeya, pero ellas han aprendido a sacar partido de esta circunstancia para acercar la monarquía al pueblo rompiendo el protocolo de los envarados actos oficiales. No es el caso de Letizia, que da la impresión de ser más ‘royal’ que los propios ‘royals’. “Esa altivez gestual es muy parecida a cuando al principio tenía obsesión por calzar unos tacones muy altos para estar a la altura de su marido y su familia política... Sinceramente, creo que puede estar tranquila y debería relajarse, porque la familia real no está a la altura de ninguna familia humilde que yo conozca”, apostilla Centeno con ironía. Es una pena que, siendo una mujer preparada, culta y moderna, no sepa transmitir esos valores para combatir las críticas de sus enemigos, que, para su desgracia, son muchos más de los que se imagina.
 
Felipe va para 10 años como rey

Que bochorno ha dado?

De qué país son los extranjeros?
No serán ingleses?

Esos piratas que criticaban las cacerías de Juan Carlos cuando los suyos no hacen otra cosa
Esos que criticaban a Urdangarin y en casa tenían los trapos sucios económicos de Andrés que ni tan siquiera nunca han sido investigados. Como tengan que hacer una auditoría a la casa real británica necesitan el FMI a tiempo completo durante 4 años para sacar todos los dineros, propiedades, pufos y cuentas varias
Esos piratas que hablan de las amantes de Juan Carlos sin sacar la vida privada del duque de Edinburgo. O lo de Andrés. O los cuernos que quizá tuvo Kate ya casada
Sin quitarte razones, que los ingleses sean así no hace a los nuestros mejores.
 
A las pruebas me remito. Todas estas cosas que ya las saben todos y se notan. No conecta con el pueblo y ni le interesa. Solo hace lo mínimo que le obligan, de lunes a viernes. No comunica, es altiva, no natural y no amable. Se le atribuyen miles de maldades e intrigas palaciegas.


Los fieles a Juan Carlos odian a Letizia​


Pilar Eryre - Avatar

Pilar Eyre
Periodista y escritora
ACTUALIZADO A 01 DE JUNIO DE 2022, 06:30

Letizia la odian. Los partidarios de Juan Carlos, digo. Los monárquicos de viejo cuño, los que frecuentaban la Zarzuela, los que están a su lado desde que era joven. Los que creen que con todos sus defectos –“¡Nadie es perfecto!”– es mil veces mejor que su hijo. Al que dedican palabras de conmiseración, calificativos desdeñosos envueltos en falsa compasión. “¿Felipe? Un pobre hombre, dominado por su mujer, ¡un calzonazos!”. Algunos, que quieren pasar por más comedidos, deslizan: “No tiene el carisma de su padre, ni su inteligencia natural, pero es un buen chico...”, aunque luego clavan la puñalada trapera: “Claro, que la que manda allí es la nieta del taxista”. Son los despechados, los expulsados del paraíso, los cortesanos profesionales a los que han barrido del mapa los Reyes actuales y que, con el emérito en Abu Dabi, se han alejado de los círculos de poder y se muerden los puños de rabia porque ya no pintan nada. Son los mismos que susurraban al oído de Juan Carlos, como las brujas de ‘Macbeth’: “Volved, señor, que en España os quieren... Están deseando vuestra vuelta, señor... Nadie os ha olvidado”.
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A Letizia Ortiz se le atribuyen todo tipo de maldades​

En el aquelarre juancarlista que hemos vivido estos últimos días, la que peor parada ha salido ha sido la Reina. ¡Le habrán sonado los oídos hasta volverla sorda! Le atribuyen todo tipo de maldades, la lista de agravios es impresionante: es la que puso el pulgar hacia abajo para condenar al suegro, la que decidió que se fuera a Abu Dabi, la culpable del alejamiento de padre e hijo. Estuvo en la comida del lunes a regañadientes, pero no dirigió la palabra a Juan Carlos y lo trató con desdén. La republicana camuflada, la amiga de Pablo Iglesias, la feminista. También difunden simples chismes imposibles de demostrar: le hace feos a la nobleza, que tanto se ha sacrificado por la familia real; se burla de las misas y de la religión; pone en ridículo a su marido delante de los amigos; ve a su hija como una rival porque Leonor sí que es princesa de cuna; desatiende a la reina Sofía; a las cuñadas ni siquiera les dirige la palabra... Cada mañana Letizia se levanta con un sapo distinto, porque le dan cuenta diaria de todos los cotilleos. A veces ella suplica que no le expliquen más, pero la insaciable curiosidad que la habita y que es la base de nuestro oficio, la hace desdecirse y reclamar nuevas informaciones, porque una puede dejar el periodismo, pero es imposible que el periodismo la deje a una.
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Letizia no ayuda, todo hay que decirlo. Por mucho que digan que en las distancias cortas es encantadora, por mucho que sepamos de sus grandes e inquebrantables virtudes, por mucho que adivinemos que se toma su trabajo muy en serio y se prepara a conciencia, lo que perciben los españoles es una mujer de porte arrogante, expresión hermética, sonrisa forzada, ademanes bruscos, controladora y poco simpática. Se rodea siempre de un grupito de fieles y cuando consigue deshacerse de ellos y se dirige a cualquiera, lo hace tan directamente que resulta intimidante y la gente no sabe qué contestar. Cuando habla con los niños, que no saben mentir ni disimular, al agacharse para estar a su altura, las criaturas la miran con temor y se refugian en los brazos de su madre. Nunca se la nota ni cómoda ni relajada, y es que todo se reduce a lo mismo: le falta naturalidad.

La Reina tendría que dejar el aire orgulloso​

Claro que es muy difícil ser natural, como los actores saben muy bien. Como me decía una vez Vicente Parra, no hay nada más difícil que encender con sencillez un cigarrillo delante de la cámara sin parecer un imbécil. Pero es algo que puede aprenderse. Preferiríamos verla despeinada, torpe, que se le torciera un tacón, que tener una reina impecable pero envarada y rígida como la giganta que sacan en procesión algunos pueblos durante las fiestas mayores. Debería dejar el aire orgulloso y la barbilla apuntando a lo alto para las modelos y para Naty Abascal, que no es reina ni falta que le hace, y caminar como una mujer normal. Todos sabemos ya lo que es el lenguaje corporal y nadie quiere ver esa postura que proclama ‘urbi et orbe’ de “soy una diosa”.

Letizia da la impresión de ser más 'royal' que los propios 'royals'
Su gestualidad es muy altiva, algo sorprendente, ya que, dada su posición de origen, debería transmitir cercanía. Solo se puede justificar por lo insegura que debe sentirse”, me dice la analista en estética política Patrycia Centeno. También Mette-Marit de Noruega, Máxima de Holanda y Kate de Inglaterra son de cuna plebeya, pero ellas han aprendido a sacar partido de esta circunstancia para acercar la monarquía al pueblo rompiendo el protocolo de los envarados actos oficiales. No es el caso de Letizia, que da la impresión de ser más ‘royal’ que los propios ‘royals’. “Esa altivez gestual es muy parecida a cuando al principio tenía obsesión por calzar unos tacones muy altos para estar a la altura de su marido y su familia política... Sinceramente, creo que puede estar tranquila y debería relajarse, porque la familia real no está a la altura de ninguna familia humilde que yo conozca”, apostilla Centeno con ironía. Es una pena que, siendo una mujer preparada, culta y moderna, no sepa transmitir esos valores para combatir las críticas de sus enemigos, que, para su desgracia, son muchos más de los que se imagina.
Letizia tiene “grandes e inquebrantables virtudes “?
Jaaaa, jaa, jaa . . .
 
¿Está bien documentada la serie?

Si le han dedicado un episodio a la ínclita ¿han puesto fotos de su primera boda? 😜
 
El varón era el que tenía que llevar el pan a casa, ¿Que mecánico en su taller de reparación no lleva al hijo como sucesor y no lleva a la hija?:alien:

Hoy me he enterado que Felipe Vl e Irene Montero fueron a la misma universidad, ¡Que honor para la mini--stra
Teniendo en cuenta que Felipe fue a la Autónoma, es normal que coincida con mucha gente. Aunque Montero iría años más tarde, supongo.
 
la ley sálica.
Pero la Constitución anula todo si quieren y a las pruebas me remito que bien que se acogieron los tres hijos, se casaron con plebeyos...
la constitución no anula la preferencia del varón sobre la mujer. la recoge. habría que cambiarlo. pero no hay prisa, claro.
 
Felipe y Letizia han hecho un excelente trabajo como reyes.
Letizia y Felipe se casaron por amor, ella abandonó una exitosa carrera para casarse con él.
No sabía que él estaba interesado por ella cuando la vio por primera vez en la televisión.
Esas cosas no son verdaderas. Se conocíeron mucho antes por kitin Muñoz y su primo Beltrán Gómez acebo. Felipe la enchufó en el telediario de la 1, informe semanal y demás para hacerle un currículum.

Esas cosas que cuentan la mitad no son verdad. A su madre le indicó sutilmente que le gustaba Leti viendo los telediarios.
 
Última edición:
He visto el capitulo sobre Leti, la ponen como que los españoles no la supimos valorar por envidias y demás. Tampoco los nobles la aceptaron, que la llamaban la jolines. También la llamaban la chaha, pero en el documental no lo dicen. Capitulo muy edulcorado y a favor de Leti.
Madrileña, podrías conseguirnos el capítulo de Leti en tokyvídeo?. Es que esta descarga que has puesto no la puedo ver.
Muchas gracias por molestarte en bajarnos la serie 🥰😘😘
 
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