Isabel Díaz Ayuso presidenta de la CCAA Madrileña

Y tú sabes cuánto tiene que pagar un autónomo? Te crees que eso es limpio? Y si tiene gente contratada? Tú lo sabes?
Lamentablemente el caso mascarillas no termina de sorprendernos. Parece ser que podría, presuntamente, haber malversación de caudales públicos en el caso de que sea cierta esta noticia de que se entregara a la comunidad autónoma de Madrid mascarillas de peor calidad y de más bajo precio que las presupuestadas y contratadas.
Como decía Antonio Machado: “Españolito que vienes al mundo te guarde Dios, una de las dos España ha de helarte el corazón“.
 
Lamentablemente el caso mascarillas no termina de sorprendernos. Parece ser que podría, presuntamente, haber malversación de caudales públicos en el caso de que sea cierta esta noticia de que se entregara a la comunidad autónoma de Madrid mascarillas de peor calidad y de más bajo precio que las presupuestadas y contratadas.
Como decía Antonio Machado: “Españolito que vienes al mundo te guarde Dios, una de las dos España ha de helarte el corazón“.
Te aconsejo que tengas en cuenta las fuentes en las que te informas. Leer esos panfletos y
trae lo que tenemos
 

Primero tomaremos el Capitolio, luego la calle Génova​


Benjamín Prado
21 de febrero de 2022 21:47h
@pradobenjamin
Se habla de la gente, pero yo prefiero a las personas, de una en una, en lugar de a granel o en general, y exactamente por la misma razón que prefiero los países a las patrias. Es más fácil hacer que defiendes unos valores si llevas una bandera en la mano, aunque en realidad la uses para ocultar tus verdaderas intenciones y con el fin de que te sigan sin preguntar a dónde: y también es más fácil manipular lo que llamamos opinión pública y encauzar a una multitud, que engañar a un grupo más pequeño y capaz de elegir sus pasos en vez de dejarse arrastrar por una marea humana. Que a acabar con una pandemia se le llame lograr una inmunidad de rebaño, lo explica a las mil maravillas. Si corren dos o diez es una carrera; si corren miles, es una desbandada o, dependiendo de sus modales, una estampida.

¿Qué defienden quienes estos días se manifiestan en defensa de la presidenta de la Comunidad de Madrid? ¿Defienden que trapicheara con su hermano, tal vez sin salirse de la ley pero sí de la moral, para que se llevase comisiones desorbitadas por comprar mascarillas en China, pagadas con dinero de todas y todos, y como le ha recordado su propio presidente, Pablo Casado, en un momento en que morían setecientas personas diarias por coronavirus? ¿Es eso lo que avalan quienes se reúnen frente a la sede del Partido Popular a jalearla y pedir la dimisión de su jefe? Los abajo reunidos saben lo que ha hecho la dirigente regional, aunque no sepan el importe total, porque ella misma ha admitido ya una quinta parte de la cantidad que se ha difundido, así que habrá que deducir que les parece bien. Y también avalan que mienta, porque lo hizo, de manera grandilocuente, ofendida y soberbia, en la propia Asamblea, porque creerá que la mejor defensa es un buen ataque, y lanzó cuchillos verbales a Mónica García, de Más Madrid, que le había echado en cara sus trapisondas a favor de la familia. Hay pocas cosas que indignen más a la o el cínico que oír la verdad. Y como toda lideresa o caudillo tienen sus siervos, en noviembre del año pasado, la presidenta de la Asamblea de Madrid, Eugenia Carballedo, echó del pleno a la diputada socialista María del Carmen López por decir que el hermano de Isabel Díaz Ayuso había hecho lo que ahora admite que hizo la propia Ayuso, la misma que en 2014 pedía “acabar con los clanes familiares en la política”. No se deberían utilizar las instituciones democráticas para cometer abusos de poder más propios de un régimen totalitario.


El otro día, Casado y su segundo, Teodoro García Egea, al parecer descubrieron quién es Isabel Díaz Ayuso, igual que en su momento descubrieron quién era Cayetana Álvarez de Toledo. Sólo ven al lobo cuando les muerde a ellos. Si leyeran más, sabrían que el monstruo siempre termina atacando al doctor Frankenstein. O si tuvieran mejor memoria, se darían cuenta de que lo que ha hecho la actual presidenta de la Comunidad de Madrid es, más o menos, lo mismo que sus antecesoras y antecesores en el cargo, Cristina Cifuentes, Ignacio González y Esperanza Aguirre, unos pasando por la cárcel, otras por los juzgados y otra yéndose, de momento, de rositas, pero resultando todos igual de sospechosos. Hay una corrupción orgánica en ese partido que su actual cabeza visible prometió erradicar, y eso tampoco lo ha hecho. Parece que a los convocados, en la sede nacional en venta de la formación, tampoco les importa eso. Primero tomaremos Manhattan y después Berlín, dice una canción de Leonard Cohen. En estos tiempos de neoliberalismos y neofascismos, hay quienes cambian Manhattan por el Capitolio y Berlín por la calle Génova y santas pascuas.
El otro día, Casado y su segundo, Teodoro García Egea, al parecer descubrieron quién es Isabel Díaz Ayuso, igual que en su momento descubrieron quién era Cayetana Álvarez de Toledo. Sólo ven al lobo cuando les muerde a ellos
Al saltar el escándalo de la pelea a cara descubierta entre Ayuso y su partido, se declaró un incendio en la Puerta del Sol, que hizo necesaria la presencia de los bomberos. Igual estaban quemando algo, pero de cualquier modo, la imagen del humo saliendo de la torre del reloj es un síntoma de que la cosa está que arde. No se sabe quién ganará el pulso, pero sí que es imposible que ninguno lo pierda, dado que las acusaciones que se lanzan desde los dos bandos son gravísimas. Eso sí, da miedo pensar que una y el otro son los mismos que piden que les den los fondos europeos y van en peregrinación a Bruselas a tratar de impedir que esas ayudas lleguen a España ahora que no ostentan ellos el Gobierno. Imagínense qué comisiones podrían repartir entre parientes y amigos, si les cayesen esos millones del cielo. Seguro que mientras se guardaban su parte en la cartera, los convocados en la calle de Génova los aplaudían.

 
Última edición:

A raíz del conflicto entre Ayuso y Casado resuena el nombre de Alberto Nuñez Feijóo.​

La semana pasada estallaba la guerra entre Ayuso y Casado, acusaciones cruzadas, espionaje y corrupción. Hechos que han hecho resonar el nombre de Alberto Núñez Feijóo para la Dirección Nacional del Partido Popular.

Feijóo apareció a la palestra en 2003, tras un conflicto similar al que se vive actualmente en Madrid, generado por fuego amigo. El entonces vicepresidente de la Xunta José Cuiña, delfín de Manuel Fraga, tuvo que dimitir después de que Génova filtrara que una de las empresas de su familia había vendido a la Xunta material para limpiar las playas de chapapote.

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Así fue como Núñez Feijóo comenzaría a ocupar la presidencia, desde donde se posicionaría de cara al público como un elemento moderado y centrista dentro de la familia de los populares.



Sin embargo, como recalcan desde Público «las políticas que ha desarrollado el PP en Galicia durante sus casi trece años al frente de la Xunta desmienten su fama de conservador moderado y apuntan más bien a un neoliberal de libro».

«A pesar de que proviene del sector público, él no cree en lo público. Considera que la gestión privada es mucho más eficaz, flexible y simple. Lo pensaba hace años y creo que lo sigue pensando ahora», asegura un abogado que compartió despacho con el presidente de la Xunta en los tiempos en los que trabajaba en los servicios jurídicos de la Administración autonómica.

Después de trece años, el índice de pobreza en Galicia supera el 22%, con más de 597.000 personas pobres según los últimos datos de la Red Europea contra la Pobreza. De ellas, más de 312.000 son mujeres. La desigualdad en España tiene rostro de mujer que vive en la tierra donde gobierna Feijóo: cobran las segundas pensiones más bajas de todo el Estado, 836 euros de media, casi 300 euros por debajo de lo que perciben los pensionistas varones.

Previo a este ascenso queda en el imaginario público la escena protagonizada por Feijóo junto a Marcial Dorado, un narcotraficante de las costas gallegas.

«Lo de Dorado con Feijóo -recordemos, secretario general de aquella Conselleria- no fue una relación puntual fruto de un error de cálculo, sino una amistad añeja con un tipo al que toda Galicia sabía relacionado con el contrabando y el tráfico de drogas», exponen.

 
Mirar para otro lado mientras mi hermano cobra una comisión por las mascarillas que ha comprado el Gobierno de Madrid.

Quien debía de haberlas comprado sin comisión ?
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Tu amigo Putin va a encarecer todo con su guerra y se llevará su comisión,,, tal cual
 
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