Dentro de un mes o dos, Ana subira una foto cualquiera de ella sentada en la playa mirando al infinito. El bikini que lleve o el collarcito se vendera.
La marca que le haya pasado el bikini, ponle Calzedonia o la que sea, mas o menos conocida, habra hecho un trabajo importante para convencerla de que lleve el suyo y no otro. No se los precios ahora pero un post de Instagram de influencers reconocidas con mas de 50,000 followers, rondaba los 2 mil euros hace tiempo.
Todo es negociable.
El post de la chica parecera totalmente inocente y casual: ella en la playa. el nombre de la firma no aparecera pero todo el mundo averiguara de quien es el bikini. Pero va a ser un ejercicio absoluto de marketing. La marca no saldra oficialmente por ninguna parte, desligandose oficialmente pero Ana llevara SU producto. Y asi empezara su carrera. Cuando pase mas tiempo y lo feo del divorcio se olvide un poco ya haran cosas mas publicas. Ahora no interesa una relacion marca-Ana oficial porque es la tercera en discordia pero si interesa como espejo de un producto por la atencion que tiene su Instagram.
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