Vicky Martín Berrocal y Alba Díaz Martin Berrocal

La gran estafa de los ‘influencers’: el engaño que ha llevado a las marcas a perder cifras millonarias
La compra de 'likes', comentarios y seguidores falsos se ha convertido en una práctica tan común que buena parte del dinero que las marcas invierten en visibilidad es directamente dinero perdido.

A nadie le pilla por sorpresa el hecho de que los influencers compren seguidoreso incluso likes para posicionarse frente a su dura competencia; lo que no sabíamos es que la falsedad que esconden ciertos (demasiados) perfiles de Instagram les está costando una pasta a la marcas.

Según un estudio que publica Business of Fashion, llevado a cabo por la compañía de ciberseguridad Cheq y la Universidad de Baltimore, los anunciantes han perdido unos 1.300 millones de euros este año, y la cifra crecerá en el siguiente. Eso supone casi un 15% del total invertido en ellos. Para llegar a esta conclusión, se investigó el perfil de 10.000 influencers y se vio que el 25% de sus seguidores eran falsos. Después, se contactó con 800 agencias de marketing y se descubrió que alrededor de 600 habían trabajado con alguno de ellos durante el año. Teniendo en cuenta que los seguidores y los likes falsos salen bastante baratos (unos diez euros los mil followers y unos seis euros los 250 likes en Instagram, y la cifra baja si se trata de Twitter y Facebook) y que un influencer no muy famoso puede ganar de media entre 200 y 500 euros, la jugada es redonda.

Existen programas, como Like Wise, que utilizan la inteligencia artificial para detectar si el engagement de un influencer es real; es decir, si el número de seguidores, los me gusta y los comentarios siguen una proporción realista. “Nos sorprendió mucho comprobar que un montón de influencers tenían unos patrones de crecimiento irreales. Descubrimos también que cerca de un 24% de ellos había manipulado su engagement en algún punto. Algunos lo hacían ligeramente en las publicaciones patrocinadas. En otros casos, más extremos, elengagement estaba manipulado hasta un 95%, lo que significa que el 95% de la inversión de una marca en ellos era dinero tirado”, explican los creadores del programa en la web Entrepreneur.

En un estudio llevado a cabo en Estados Unidos por la Asociación de Publicidad se concluyó que solo un 36% de las marcas que trabajan con influencers están satisfechas con los resultados. Ahora que Instagram pretende ocultar los likes de las publicaciones, podría parecer que a muchos se les acabará el chollo, pero lo cierto es que esta estrategia solo servirá para que los usuarios de la plataforma no se sientan psicológicamente presionados al ver el éxito de los posts ajenos. “Porque, para empezar, la mayoría de las marcas ni siquiera miran los likes, solo tienen en cuenta los seguidores”, cuenta a S Moda un miembro de una agencia de comunicación que prefiere permanecer en el anonimato. “El caché, de hecho, suele ser proporcional al número de followers: unos 5.000 euros por un millón y unos 500 euros por cien mil seguidores”, dice. En el caso de las firmas que sí estudian con detenimiento los me gusta y las interacciones del influencer, tampoco importa que estos se oculten en Instagram “porque los clientes se fijan más en otras las métricas”, apunta.

Si uno convierte su perfil de Instagram en empresa (se tarda dos segundos en configurarlo desde los ajustes de la aplicación) tiene acceso a estadísticas pormenorizadas sobre el alcance de cada publicación, las horas de más visitas y hasta la procedencia geográfica de la audiencia. En definitiva, como cualquier herramienta de tráfico de una página web. Las firmas que invierten en un influencer “suelen pedir pantallazos de estas analíticas”, dice. El problema es que dichas métricas también pueden falsificarse. “Hay toda una red dedicada a ello. Existe lo que se suele llamar granjas de likes, normalmente de origen ruso, que en realidad son robots que pulsan en las publicaciones de quien paga. También están las fábricas, de procedencia china; usuarios que ponen comentarios por decenas previo pago”, explica nuestra fuente.

Hace un año, The New York Times llevaba a cabo una investigación sobre una empresa llamada Devumi, que lidera el oscuro sector del seguimiento fraudulento. El diario estadounidense descubrió que la compañía tiene 200.000 clientes fieles. Entre ellos, actores de Hollywood, estrellas del deporte y hasta trabajadores de Twitter.

Al parecer, una de las soluciones para ganar en transparencia pasa por enlazar Instagram Stories a páginas web. Los perfiles con más de 10.000 seguidores pueden implantarlo. De esta forma, si un influencer promociona una prenda o un perfume, las marcas pueden rastrear cuánta audiencia ha redirigido el instagramer de turno a sus tiendas online. “Hasta ahora, cuando se ha puesto en práctica, los resultados han sido sorprendentes”, cuenta la misma fuente. “Gente muy famosa ha redirigido solo algunos centenares de visitas y gente con un perfil mucho más nicho ha llevado miles”. La historia recuerda inevitablemente al triste caso de Arii, la influencer con dos millones y medio de seguidores que la pasada primavera intentó lanzar su marca propia y ni siquiera llegó a vender las 36 camisetas necesarias para poner en marcha la maquinaria.

Se estima que hay más de 20 millones de personas influyentes en el mundo (es decir, con números superiores a los 10.000 seguidores, trabajen o no con marcas) y que, si la cosa sigue así, las firmas invertirán en ellos una media de 22.000 millones de euros en 2022. A día de hoy, comprar esos 10.000 seguidores falsos que te convierten en prescriptor cuesta unos 100 euros. Pocas profesiones son más lucrativas.

A ver si las marcas se dan cuenta ya que esta burbuja va a ser peor que la burbuja inmobiliaria,
 
Mira que me discutas una opinión vale... Pero no la lavadora que tengo en mi casa....

Pero bueno si me tachas de mentirosa te paso el modelo

https://www.carrefour.es/lavadora-s...f_pBRAEEiwApp0JKFRK3cx1tyBmYB2U6oGaOgOuwSYe-P

Lavadora secadora marca aqualtis. Me costó 150 menos porque cogí la de exposición. Entre los pogramas hay uno corto de lavado y secado en 45 minutos de un kilo de ropa. Una muda completa vamos. Y lo uso mucho. Es superpractico para la muda del día siguiente si te has olvidado. Para la ropa de la niña cómo có dobok o la bata va de maravilla. Te evita tener que tener varias. Y si te da la gana para repetir al día siguiente unos jeans sudados de todo el día.


Yo flipo.... Donde vives no existen las lavadoras secadoras con programas rápidos???????? Osti que no es un ultimisimo modelo que una no llega. Simplemente una lavadora normalita con secadora que tiene programa de lavado y secado rápido pero oye ... Te voy a decir un secreto: tengo también una tele con internet (lo mismo tampoco te lo crees oye)
Mi lavadora tiene un programa corto de 30 minutos y las anteriores que tenía también, es un programa que tienen la mayoría de lavadoras y es super práctico.
 
Mi lavadora tiene un programa corto de 30 minutos y las anteriores que tenía también, es un programa que tienen la mayoría de lavadoras y es super práctico.

Y luego las secadoras también tiene programas cortos de 30 minutos o sea entr las dos una hora, pero si lo hace él mismo aparato o sea una lavadora secadora aún es más rápido y en 45 mins está todo. Pero si quieres que te queda bien al esmenos en la mía para un kilo de ropa . O sea una muda completa
 
A ver si las marcas se dan cuenta ya que esta burbuja va a ser peor que la burbuja inmobiliaria,
Un un estudio serio basta. Es decir no cuesta tanto saber si un influenciar lo es de verdad y la calidad de sus seguidores. E hecho cada vez las empresas se informan mejor e incluso tiene gente especializada que comprueba la calidad de los influencers
 
La gran estafa de los ‘influencers’: el engaño que ha llevado a las marcas a perder cifras millonarias
La compra de 'likes', comentarios y seguidores falsos se ha convertido en una práctica tan común que buena parte del dinero que las marcas invierten en visibilidad es directamente dinero perdido.

A nadie le pilla por sorpresa el hecho de que los influencers compren seguidoreso incluso likes para posicionarse frente a su dura competencia; lo que no sabíamos es que la falsedad que esconden ciertos (demasiados) perfiles de Instagram les está costando una pasta a la marcas.

Según un estudio que publica Business of Fashion, llevado a cabo por la compañía de ciberseguridad Cheq y la Universidad de Baltimore, los anunciantes han perdido unos 1.300 millones de euros este año, y la cifra crecerá en el siguiente. Eso supone casi un 15% del total invertido en ellos. Para llegar a esta conclusión, se investigó el perfil de 10.000 influencers y se vio que el 25% de sus seguidores eran falsos. Después, se contactó con 800 agencias de marketing y se descubrió que alrededor de 600 habían trabajado con alguno de ellos durante el año. Teniendo en cuenta que los seguidores y los likes falsos salen bastante baratos (unos diez euros los mil followers y unos seis euros los 250 likes en Instagram, y la cifra baja si se trata de Twitter y Facebook) y que un influencer no muy famoso puede ganar de media entre 200 y 500 euros, la jugada es redonda.

Existen programas, como Like Wise, que utilizan la inteligencia artificial para detectar si el engagement de un influencer es real; es decir, si el número de seguidores, los me gusta y los comentarios siguen una proporción realista. “Nos sorprendió mucho comprobar que un montón de influencers tenían unos patrones de crecimiento irreales. Descubrimos también que cerca de un 24% de ellos había manipulado su engagement en algún punto. Algunos lo hacían ligeramente en las publicaciones patrocinadas. En otros casos, más extremos, elengagement estaba manipulado hasta un 95%, lo que significa que el 95% de la inversión de una marca en ellos era dinero tirado”, explican los creadores del programa en la web Entrepreneur.

En un estudio llevado a cabo en Estados Unidos por la Asociación de Publicidad se concluyó que solo un 36% de las marcas que trabajan con influencers están satisfechas con los resultados. Ahora que Instagram pretende ocultar los likes de las publicaciones, podría parecer que a muchos se les acabará el chollo, pero lo cierto es que esta estrategia solo servirá para que los usuarios de la plataforma no se sientan psicológicamente presionados al ver el éxito de los posts ajenos. “Porque, para empezar, la mayoría de las marcas ni siquiera miran los likes, solo tienen en cuenta los seguidores”, cuenta a S Moda un miembro de una agencia de comunicación que prefiere permanecer en el anonimato. “El caché, de hecho, suele ser proporcional al número de followers: unos 5.000 euros por un millón y unos 500 euros por cien mil seguidores”, dice. En el caso de las firmas que sí estudian con detenimiento los me gusta y las interacciones del influencer, tampoco importa que estos se oculten en Instagram “porque los clientes se fijan más en otras las métricas”, apunta.

Si uno convierte su perfil de Instagram en empresa (se tarda dos segundos en configurarlo desde los ajustes de la aplicación) tiene acceso a estadísticas pormenorizadas sobre el alcance de cada publicación, las horas de más visitas y hasta la procedencia geográfica de la audiencia. En definitiva, como cualquier herramienta de tráfico de una página web. Las firmas que invierten en un influencer “suelen pedir pantallazos de estas analíticas”, dice. El problema es que dichas métricas también pueden falsificarse. “Hay toda una red dedicada a ello. Existe lo que se suele llamar granjas de likes, normalmente de origen ruso, que en realidad son robots que pulsan en las publicaciones de quien paga. También están las fábricas, de procedencia china; usuarios que ponen comentarios por decenas previo pago”, explica nuestra fuente.

Hace un año, The New York Times llevaba a cabo una investigación sobre una empresa llamada Devumi, que lidera el oscuro sector del seguimiento fraudulento. El diario estadounidense descubrió que la compañía tiene 200.000 clientes fieles. Entre ellos, actores de Hollywood, estrellas del deporte y hasta trabajadores de Twitter.

Al parecer, una de las soluciones para ganar en transparencia pasa por enlazar Instagram Stories a páginas web. Los perfiles con más de 10.000 seguidores pueden implantarlo. De esta forma, si un influencer promociona una prenda o un perfume, las marcas pueden rastrear cuánta audiencia ha redirigido el instagramer de turno a sus tiendas online. “Hasta ahora, cuando se ha puesto en práctica, los resultados han sido sorprendentes”, cuenta la misma fuente. “Gente muy famosa ha redirigido solo algunos centenares de visitas y gente con un perfil mucho más nicho ha llevado miles”. La historia recuerda inevitablemente al triste caso de Arii, la influencer con dos millones y medio de seguidores que la pasada primavera intentó lanzar su marca propia y ni siquiera llegó a vender las 36 camisetas necesarias para poner en marcha la maquinaria.

Se estima que hay más de 20 millones de personas influyentes en el mundo (es decir, con números superiores a los 10.000 seguidores, trabajen o no con marcas) y que, si la cosa sigue así, las firmas invertirán en ellos una media de 22.000 millones de euros en 2022. A día de hoy, comprar esos 10.000 seguidores falsos que te convierten en prescriptor cuesta unos 100 euros. Pocas profesiones son más lucrativas.
El dinero que pierde la industria por los influencers falsos: Una cifra que ya pasa de los mil millones de dólares
El 15% de toda la inversión en influencers acaba en manos fraudulentas


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Para los marketeros, los influencers gorrones, los falsos y todo el engagement y los seguidores de mentira se han convertido en un serio problema. Todos estos comportamientos y esta realidad están creando una falsa situación en lo que a influencers se refiere y están haciendo que confíen en datos y realidades que no son ciertos.

Cada vez las marcas y las empresas son más conscientes de ello y más críticas con esta situación, lo que ha hecho que en los últimos meses la burbuja influencer - y la visión de que son los salvadores de todos los problemas de las marcas - haya empezado a pinchar. Se es cada vez más consciente de que la realidad de los influencers es mucho menos bonita de lo que parecía a simple vista.

Esa existencia de un universo "fake" en lo que los influencers toca no es solo un problema de imagen y un lastre por estar haciendo que los mensajes no lleguen a quien deberían estar llegando. Es también un problema de peso en lo que a gasto se refiere. Las empresas están invirtiendo mucho dinero en el marketing con influencers y usando de forma intensiva a estos profesionales para llegar a sus audiencias deseadas. La existencia del fraude en datos de seguidores y resultados y la presencia de influencers que no merecen tal nombre está logrando también que pierdan dinero. Parte de la inversión que realizan se está colando por esas rendijas.

No es además una cantidad mínima ni residual. El impacto que los influencers falsos tienen en la industria y el eco de sus prácticas se miden ya en miles de millones de dólares.

El 15% de todo lo que se invierte

Eso es lo que acaba de demostrar un estudio de CHEQ. Según sus conclusiones, el 15% de todo lo que las marcas y empresas gastan en influencers acaba en manos de los 'malos actores' del mercado y permite llegar, por tanto, a seguidores falsos.

Sus estimaciones apuntan a que en 2019 se cerrará con una inversión de 1.300 millones de dólares en influencers falsos, una cantidad que subirá a los 1.500 millones el año que viene. En el estudio, reconocen que la cifra se queda todavía lejos de los 23.000 millones que se estima mueve el fraude en marketing digital pero, aun así, el impacto de los falsos influencers es muy nocivo en términos de imagen de marca.

Según las conclusiones del análisis, los influencers falsos dañan la salud de la marca y la confianza que los consumidores tienen en ella. Los consumidores se fían menos de las marcas que los usan para llegar a las audiencias.

Un mercado en auge

Además, el mercado de lo falso en lo que a los influencers toca no parece que vaya a retroceder o a posicionarse de un modo más débil. Los responsables del estudio hablan de que se registra "casi un fraude institucionalizado" en la industria, como demuestra el hecho de que ya haya una suerte de precios "estándar" de mercado para la compra de falsos seguidores en las diferentes plataformas sociales.

A eso se suma que se ha desarrollado una mayor automatización en los procesos de creación de audiencias falsas, con herramientas "más y más sofisticadas" que se encargan de hacer aumentar esos seguidores fake. Por eso, los responsables de la investigación no creen que el fraude en el marketing con influencers vaya a desaparecer ni tampoco que se vaya a frenar su crecimiento.

Teniendo en cuenta, además, que los responsables de marketing han dejado claro estudio tras estudio que están cada vez más interesados en los influencers y que los consideran más cruciales que nunca (y que van a invertir más en ellos) se puede comprender todavía mejor por qué es un problema serio.

https://www.puromarketing.com/42/32...s-falsos-cifra-pasa-mil-millones-dolares.html
 
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