Trabajos. Contact center o teleoperador. Experiencias

Inmaculada tenía 60 años y llevaba unos quince trabajando como teleoperadora de telemarketing. El pasado 13 de junio falleció por causas que aún no han trascendido. Murió en su puesto de trabajo, en la sede que Konecta tiene en el distrito madrileño de San Blas-Canillejas. Inma se desvaneció sobre las 14 horas e inmediatamente fue atendida por dos trabajadores, que intentaron reanimarla, sin éxito. La compañía no cuenta con un protocolo de actuación para estos casos, por lo que, ante la falta de directrices, sus compañeros tuvieron que seguir trabajando «hasta que la empresa se decidió a tomar una serie de medidas», según ha revelado el portavoz Federación Servicios USO, David Sánchez, en el programa 'Cuatro al día'.
 
Inmaculada tenía 60 años y llevaba unos quince trabajando como teleoperadora de telemarketing. El pasado 13 de junio falleció por causas que aún no han trascendido. Murió en su puesto de trabajo, en la sede que Konecta tiene en el distrito madrileño de San Blas-Canillejas. Inma se desvaneció sobre las 14 horas e inmediatamente fue atendida por dos trabajadores, que intentaron reanimarla, sin éxito. La compañía no cuenta con un protocolo de actuación para estos casos, por lo que, ante la falta de directrices, sus compañeros tuvieron que seguir trabajando «hasta que la empresa se decidió a tomar una serie de medidas», según ha revelado el portavoz Federación Servicios USO, David Sánchez, en el programa 'Cuatro al día'.
Gracias Toisona. Pues es una pena, que pasen estas cosas y que con lo grandes que son los call centers que no tengan unas directrices que seguir.
 

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