Tema para hablar sobre la política de Venezuela

El gobierno de Trump discutió un posible golpe de Estado con militares rebeldes en Venezuela


Por ERNESTO LONDOÑO y NICHOLAS CASEY 8 de septiembre de 2018

Volver al artículo principalComparte esta página
  • Continue reading the main storyFoto
    merlin_142029489_4985abe2-ffd6-45c1-a530-2139d52b3592-master1050.jpg

    Una ceremonia de la Guardia Nacional celebrada en Caracas, el mes pasado. Durante 2017, el gobierno estadounidense sostuvo reuniones secretas con oficiales militares rebeldes que querían derrocar a Maduro.CreditJuan Barreto/Agence France-Presse — Getty Images
    Read in English

    El gobierno de Donald Trump sostuvo reuniones secretas con militares venezolanos rebeldes para hablar sobre sus planes para derrocar al presidente Nicolás Maduro, según funcionarios estadounidenses y un excomandante militar venezolano que participaron en las conversaciones.

    Establecer contactos clandestinos con golpistas en Venezuela fue una gran apuesta para Washington, dado su largo historial de intervenciones encubiertas en toda América Latina. Muchas personas de la región aún sienten un gran resentimiento contra Estados Unidos por haber respaldado rebeliones, golpes de Estado y complots en países como Cuba, Nicaragua, Brasil y Chile, así como por haber guardado silencio ante los abusos que los regímenes militares cometieron durante la Guerra Fría.

    En respuesta a las preguntas sobre esas conversaciones secretas, la Casa Blanca señaló mediante un comunicado que era necesario participar en un “diálogo con todos los venezolanos que expresan el deseo de restablecer la democracia” con el fin de “aportar un cambio positivo a un país que ha sufrido mucho bajo el gobierno de Maduro”.

    Sin embargo, un comandante militar de ese país que estuvo involucrado en las conversaciones difícilmente puede ser considerado como un emisario democrático: está en la lista de funcionarios corruptos de Venezuela que han sido sancionados por el gobierno estadounidense.

    Él y otros miembros del aparato de seguridad venezolano han sido acusados por Washington de un gran número de delitos graves, entre ellos torturar a los opositores del régimen, encarcelar a cientos de prisioneros políticos, herir a miles de civiles, traficar drogas y colaborar con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), un grupo guerrillero que Estados Unidos considera como una organización terrorista.

    La mayoría de los líderes latinoamericanos están de acuerdo en que Nicolás Maduro, el presidente venezolano, es un gobernante cada vez más autoritario que arruinó la economía de su país ocasionando una escasez extrema de alimentos y medicinas. El colapso desató el éxodo de los venezolanos desesperados que escapan por las fronteras, y con ello abruman a los países vecinos.

    Al final, los funcionarios estadounidenses decidieron que no ayudarían a los conspiradores, y el plan del golpe de Estado quedó estancado. No obstante, la disposición del gobierno de Trump de reunirse varias veces con oficiales rebeldes que pretenden derrocar a un mandatario de este hemisferio podría resultar políticamente contraproducente.

    Desde hace mucho tiempo, Maduro ha justificado su autoritarismo con la afirmación de que los imperialistas de Washington están intentando destituirlo de manera activa, y las reuniones secretas podrían proporcionarle argumentos para cambiar la postura de la región que, en general, se muestra en su contra.

    Continue reading the main storyFoto
    merlin_143245416_5cfb8e42-52fa-4e39-84c5-dec9d2cfebf4-master675.jpg

    Maduro en un consejo de ministros realizado en Caracas, este mes. La mayoría de los líderes latinoamericanos están de acuerdo en que es un gobernante cada vez más autoritario que ha arruinado la economía de su país. CreditPalacio de Miraflores
    “Esto caerá como una bomba” en la región, comentó Mari Carmen Aponte, quien fungió como la principal diplomática en asuntos de América Latina durante los últimos meses del gobierno de Barack Obama.

    Además del complot golpista, el gobierno de Maduro ya ha eludido varios ataques a pequeña escala, entre ellos una descarga de artillería desde un helicóptero el año pasado y un dron que explotó mientras pronunciaba un discurso en agosto. Los ataques han contribuido a la idea de que el presidente es vulnerable.

    Los militares venezolanos buscaron tener acceso directo al gobierno estadounidense durante la presidencia de Obama, pero fueron rechazados, señalaron los funcionarios.

    Después, en agosto del año pasado, el presidente Trump declaró que Estados Unidos tenía una “opción militar” para Venezuela, una afirmación que atrajo el repudio de los aliados de Estados Unidos en la región, pero que animó a los militares rebeldes venezolanos a comunicarse con Washington una vez más.

    “Ahora era el presidente quien lo decía”, señaló el excomandante venezolano que se encuentra en la lista de sancionados durante una entrevista, quien habló con la condición de conservar su anonimato por temor a represalias por parte del gobierno de Venezuela. “No iba a dudar de la información si provenía de ese mensajero”.

    Durante una serie de reuniones secretas en el extranjero —que comenzaron el otoño pasado y continuaron este año— los militares le dijeron al gobierno estadounidense que representaban a varios cientos de miembros de las fuerzas armadas que no estaban de acuerdo con el autoritarismo de Maduro. Le pidieron a Estados Unidos que les proporcionara radios cifrados, pues aseguraron que necesitaban comunicarse de manera segura, mientras desarrollaban un plan para instalar un gobierno de transición liderado por el Ejército con el fin de gestionar el país hasta que pudieran convocar elecciones.

    Los funcionarios estadounidenses decidieron no proporcionar el material de apoyo y los planes se vinieron abajo después de un operativo de represión en el que se detuvo a decenas de conspiradores.

    El recuento de las reuniones clandestinas y los debates políticos que las precedieron se elaboró a partir de entrevistas con once funcionarios y exfuncionarios estadounidenses, además del excomandante venezolano. Este dijo que por lo menos tres grupos distintos dentro de las fuerzas armadas venezolanas habían conspirado contra el gobierno de Maduro.

    Uno estableció contacto con el gobierno estadounidense a través de la embajada de Estados Unidos en una capital europea. Cuando se informó a Washington sobre este acercamiento, los funcionarios de la Casa Blanca se mostraron intrigados pero recelosos. Les preocupaba que la solicitud de reunirse pudiera ser una trampa para grabar clandestinamente a algún agente estadounidense mientras al parecer conspiraba contra el gobierno venezolano, señalaron los funcionarios.

    Continue reading the main storyFoto
    merlin_138221781_33711cf2-18f4-49df-afcd-c19873836dcf-master675.jpg

    Un grupo de venezolanos hacía fila en Caracas para comprar alimentos subsidiados por el gobierno, en mayo. El país sufre una escasez extrema de alimentos y medicinas. CreditMeridith Kohut para The New York Times
    No obstante, conforme la crisis humanitaria de Venezuela empeoraba el año pasado, los estadounidenses decidieron que valía la pena correr el riesgo con el fin de tener un panorama más claro de los planes y los oficiales que buscaban destituir a Maduro.

    “Después de muchas discusiones, acordamos que debíamos escuchar lo que querían decirnos”, comentó un funcionario gubernamental de alto nivel que no tiene autorización para hablar sobre las reuniones secretas.

    Al principio, el gobierno consideró enviar a Juan Cruz, un agente veterano de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que recientemente renunció a su puesto como principal autoridad normativa de la Casa Blanca en asuntos de América Latina. Sin embargo, los abogados de la Casa Blanca dijeron que sería más prudente enviar a un diplomático de carrera.

    Le pidieron al enviado estadounidense que asistiera a las reuniones “solo para escucharlos”, y no le dieron autorización para negociar ningún asunto importante durante estos encuentros, de acuerdo con un funcionario de alto nivel del gobierno.

    Después de la primera reunión, que tuvo lugar a finales de 2017, el diplomático informó que los venezolanos no parecían tener un plan detallado y se habían presentado con la esperanza de que los estadounidenses llegaran con ideas o directrices de apoyo.

    El excomandante venezolano señaló que los rebeldes jamás pidieron una intervención militar por parte de Estados Unidos. “Jamás acordé ni se propuso un operativo conjunto”, precisó el excomandante.

    Agregó que él y sus colegas consideraron llevar a cabo su plan el verano pasado, cuando el gobierno suspendió los poderes de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, e instaló la Asamblea Nacional Constituyente que es leal a Maduro. No obstante, dijo que abortaron el plan por temor a que sucediera una masacre.

    Después planearon hacerse con el poder en marzo, relató el exmilitar, pero el plan se filtró. Finalmente, los disidentes decidieron que ejecutarían la operación durante las elecciones del 20 de mayo, fecha en que Maduro fue reelecto. Pero una vez más, se corrió el rumor de que los conspiradores se estaban preparando y tuvieron que detener sus planes, aunque no hay pruebas de que el presidente supiera que los golpistas habían contactado a los estadounidenses.

    Para que cualquiera de los complots funcionara, explicó el excomandante, él y sus colegas creían que era necesario detener a Maduro y a otros personajes principales del gobierno al mismo tiempo. Para lograrlo, los funcionarios rebeldes necesitaban un medio para comunicarse en forma segura. Hicieron su petición durante la segunda reunión con el diplomático estadounidense, que sucedió el año pasado.

    Continue reading the main storyFoto
    merlin_142632603_f72abcd0-acb0-41aa-9e6c-e10bb65e1877-master675.jpg

    Legisladores en Caracas, el mes pasado. Los golpistas se sorprendieron cuando el gobierno instaló una nueva Asamblea Nacional Constituyente, leal a Maduro. CreditCristian Hernandez/EPA, vía Shutterstock
    A su vez, el enviado comunicó la petición a Washington, donde fue rechazada por los altos funcionarios. “Quedamos frustrados”, comentó el excomandante venezolano. “No hubo seguimiento. Me dejaron esperando”.

    Después el diplomático estadounidense se reunió con los conspiradores por tercera ocasión, a principios de este año, pero no lograron obtener una promesa de ayuda material ni una señal clara de que Washington apoyaba los planes de los rebeldes, según el excomandante venezolano y varios agentes estadounidenses.

    Aun así, los venezolanos consideraron las reuniones como una aprobación tácita de sus planes, argumentó Peter Kornbluh, historiador del Archivo Nacional de Seguridad en la Universidad George Washington.

    “Estados Unidos siempre ha mostrado interés en conocer información de inteligencia sobre posibles cambios de liderazgo en los gobiernos”, dijo Kornbluh. “Pero tan solo el hecho de que un diplomático estadounidense se presentara a una reunión como esa probablemente se percibiría como un espaldarazo”.

    En su comunicado, la Casa Blanca dijo que la situación en Venezuela era “una amenaza para la seguridad y la democracia en la región”, y señaló que el gobierno de Trump seguiría reforzando una coalición de “aliados afines y sensatos, de Europa a Asia y a las Américas, para presionar al régimen de Maduro con el fin de restablecer la democracia en Venezuela”.

    Agentes estadounidenses han citado abiertamente la posibilidad de que las fuerzas armadas de Venezuela puedan tomar medidas.

    El 1 de febrero, Rex Tillerson, que en ese entonces era secretario de Estado, ofreció un discurso en el que dijo que Estados Unidos no había “promovido un cambio de régimen ni la destitución del presidente Maduro”. Sin embargo, en respuesta a una pregunta, Tillerson indicó la posibilidad de que se produjera un golpe de Estado militar.

    “Cuando las cosas estén tan mal que el mando militar se dé cuenta de que ya no puede servir a los ciudadanos, encontrará la forma de realizar una transición pacífica”, comentó.

    Días después, Marco Rubio, el senador de Florida que ha buscado influir en el enfoque del gobierno de Trump sobre Latinoamérica, publicó una serie de tuits que animaron a los disidentes de las fuerzas armadas venezolanas a derrocar a su presidente.

    Continue reading the main storyFoto
    merlin_142432155_9b946670-5448-43df-8020-a47382053830-master675.jpg

    Un grupo de venezolanos que esperaba para registrarse ante las autoridades migratorias brasileñas en abril. El colapso económico ha desencadenado un éxodo de venezolanos desesperados.CreditMeridith Kohut para The New York Times
    “Los soldados comen lo que encuentran en los botes de basura y sus familias sufren hambre mientras Maduro y sus amigos viven como reyes y bloquean la asistencia humanitaria”, escribió Rubio. Después añadió: “El mundo apoyaría a las fuerzas armadas de #Venezuela si decidieran proteger al pueblo y restablecer la democracia con la destitución de su dictador”.

    Durante su época como director de políticas de la Casa Blanca para América Latina, Cruz les envió un mensaje a los venezolanos durante un discurso en abril. Se refirió a Maduro como “demente”, Cruz dijo que todos los venezolanos debían “instar a las fuerzas armadas a respetar el juramento que hicieron de desempeñar sus funciones”, dijo. “Cumplan con su promesa”.

    Conforme empeoraba la crisis en Venezuela en años recientes, los funcionarios estadounidenses debatieron los pros y los contras de establecer diálogos con facciones rebeldes de las fuerzas armadas.

    “Eran diferencias de opinión”, dijo Aponte, la exdiplomática principal en materia de Latinoamérica del gobierno de Obama. “Había gente que le tenía mucha fe a la idea de que podían aportar estabilidad, ayudar a distribuir alimentos y trabajar en cuestiones prácticas”.

    No obstante, otros —entre ellos Aponte— vieron los riesgos de establecer vínculos con líderes de las fuerzas armadas que, según el análisis de Washington, se habían convertido en un pilar del tráfico de cocaína y los abusos a los derechos humanos.

    Roberta Jacobson, una exembajadora en México que antecedió a Aponte en el puesto de funcionaria principal del Departamento de Estado para políticas de Latinoamérica, dijo que, aunque desde hace mucho Washington considera que las fuerzas armadas venezolanas sufren de “corrupción generalizada, están muy involucradas en el narcotráfico y son despreciables”, ella pensaba que valía la pena establecer un canal diplomático extraoficial con algunos de sus miembros”.

    “Dada la descomposición extendida de las instituciones venezolanas, se tenía la idea de que, aunque no necesariamente eran la respuesta, cualquier tipo de resolución democrática habría tenido que incluir a las fuerzas armadas”, dijo Jacobson, quien renunció al Departamento de Estado a principios de este año. “La idea de escuchar a los líderes de esos lugares, sin importar qué tan indeseables resulten, es esencial para la diplomacia”.

    Sin importar cuál sea la lógica, sostener discusiones con los golpistas podría hacer sonar alarmas en una región con una lista de intervenciones infames: la invasión fallida de la CIA en Bahía de Cochinos para derrocar a Fidel Castro en 1961; el golpe de Estado respaldado por Estados Unidos en Chile en 1973, que llevó a la larga dictadura militar de Augusto Pinochet, o el apoyo encubierto del gobierno de Reagan a los rebeldes de derecha conocidos como los Contras en Nicaragua durante la década de 1980.

    En Venezuela, un golpe de Estado en 2002 destituyó brevemente a Hugo Chávez, el predecesor de Maduro. Estados Unidos sabía que se estaba gestando un complot, pero lo desaconsejó, de acuerdo con documentos clasificados que más tarde se hicieron públicos. El golpe de Estado tuvo lugar de cualquier forma y el gobierno de Bush abrió un canal de comunicación con el nuevo líder. Los funcionarios estadounidenses después se distanciaron del nuevo gobierno debido a que creció el descontento del pueblo con el golpe de Estado y los países de la región lo denunciaron claramente. Chávez fue restituido como presidente.

    En el complot más reciente, el año pasado había de 300 a 400 miembros de las fuerzas armadas vinculados con el plan, pero esa cantidad se redujo a casi la mitad después de las enérgicas medidas emprendidas por el gobierno de Maduro este año.

    Al excomandante venezolano le preocupa que los casi 150 compañeros que han sido detenidos puedan ser torturados. Lamentó que Estados Unidos no proveyera los radios a los rebeldes, pues cree que eso pudo haber cambiado la historia del país.

    “Estoy decepcionado”, dijo el exgeneral. “Pero soy el menos afectado. Yo no soy prisionero”.
para golpes de estado, el de maduro y chavez
 
No sé cómo tenéis huevos a poner atogolpe cuando un periodista de Miami apellidado Baily ha descubierto el pastel al decir quién ha participado sin cortarse un pelo.
 
He hecho hay documentos que vinculan en un intento de golpe de estado contra Chávez al Juancar,al Preparado,a JoseMari Aznar y a la CEOE con nuestros ilustres empresarios.Interesante.
 
Mientras en Venezuela la comida escasea este "señor" se da un banquete en un restaurante de lujo en Turquía. Asco y verguenza dan estos dos. Hoy por cierto vi a un señor buscando comida en la basura y me dieron ganas de llorar esto es ser demasiado cínico en la vida.
 
Amnistía Internacional denuncia cientos de ejecuciones extrajudiciales en Venezuela

"Que el mundo sepa que están matando a nuestros jóvenes acá en Venezuela". Aracelis Sánchez perdió a su hijo, Darwilson Sequera, tras una operación policial efectuada en junio de 2013 en su domicilio de Caracas. La desesperación de Aracelis es la misma que la de Glory Tovar, otra "madre coraje" venezolana que exige justicia por el asesinato de dos hijos y dos sobrinos hace dos años a manos de unos cuerpos policiales que perpetran cientos de ejecuciones extrajudiciales cada año en Venezuela, principalmente en los barrios pobres de las grandes ciudades, y cuyas víctimas son jóvenes a los que se estigmatiza como delincuentes comunes, según concluye un informe sobre violencia institucional de Amnistía Internacional presentado este jueves en Buenos Aires.

"Si no denunciamos, estamos contribuyendo a la impunidad", asegura Sánchez en el testimonio recogido por Amnistía Internacional. Tanto el hijo de Aracelis como los familiares de Tovar fueron asesinados por agentes del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), cuyo modus operandi consiste en ejecutar a jóvenes de sectores excluidos, robar a sus familias y alegar que se trató de un enfrentamiento con delincuentes. "Escuché como once tiros más o menos y ahí me desmayé. Mataron y robaron y después se fueron como si nada", se lamenta Glory, cuya denuncia cayó en saco roto durante mucho tiempo hasta que una Fiscalía asumió la investigación.

En el informe 'Esto no es vida. Seguridad ciudadana y derecho a la vida en Venezuela', Amnistía Internacional ha documentado exhaustivamente once casos relacionados con ejecuciones extrajudiciales (ocho de ellos, con acceso a los expedientes oficiales). Son sólo una gota en el océano de la brutalidad policial en el país más violento de América Latina y uno de los más inseguros del mundo, con 89 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2017, según InSight Crime, y con un índice de impunidad del 92%.

El fenómeno de las ejecuciones extrajudiciales no es nuevo en Venezuela pero se ha recrudecido en los últimos años bajo el Gobierno de Nicolás Maduro. La ex fiscal general Luisa Ortega, hoy en el exilio, denunció que entre 2015 y junio de 2017 hubo en Venezuela 8.292 ejecuciones extrajudiciales. Un 22% de los 21.700 homicidios registrados en 2016 serían responsabilidad de las fuerzas del orden. Por su parte, y a falta de información oficial fidedigna, la ONG Comité de Familiares de Víctimas (Cofavic), documentó 6.385 casos entre 2012 y 2016, con un aumento del 70% en este último año.

El informe de AI -divulgado en la capital argentina con la presencia del director de la ONG en España, Esteban Beltrán- culpa al Estado venezolano por no haber garantizado el derecho a la vida de los sectores más vulnerables de la población y le responsabiliza de aplicar "medidas represivas, con racionalidad bélica, para atender la situación de la delincuencia, lo cual ha ocasionado graves violaciones a derechos humanos y, en especial, ejecuciones extrajudiciales". Por ello, AI le pide al Gobierno de Maduro que deje a un lado las políticas represivas, fomente los juicios justos, implemente medidas preventivas, acabe con la impunidad y ofrezca información fidedigna sobre la violencia institucional y la inseguridad ciudadana. Para Beltrán, se ha constatado "una lógica militar en el contexto de la seguridad ciudadana y un fracaso de las políticas públicas en los últimos 20 años".

Esa estrategia de mano dura contra la delincuencia criminaliza socialmente la pobreza, según AI. "Se supone que los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro han tenido una alta conciencia de la justicia social y, sin embargo, hubo operativos en barrios en los que se había asignado previamente casas a los pobres a través del programa Misión Vivienda (impulsado en su día por Chávez). Al mismo tiempo, se han presentado como un éxito ante la opinión pública las actuaciones policiales en las que se mata a personas en esos barrios pobres. Es inaceptable que un gobierno que se dice humanista ejerza la violencia contra la población excluida". explica a EL MUNDO desde Caracas Marcos Gómez, coordinador de Amnistía Internacional en Venezuela.

Para Gómez, la inseguridad ciudadana es una de las preocupaciones principales de los venezolanos, tan importante como la falta de alimentos o la elevadísima inflación, y una de las razones que ha llevado a buscar refugio en el extranjero a 2,3 millones de personas desde 2014, según la ONU: "Los agentes del orden y los cuerpos de seguridad utilizan tácticas militares -asegura-. Ingresan en las viviendas de obreros y desempleados, a los que ya no se les vuelve a ver hasta que aparecen ejecutados, y el Gobierno los presenta luego como delincuentes abatidos en enfrentamientos policiales. El problema es tan grave que muchos padres de familias pobres salen de la casa por la mañana despidiéndose de sus hijos entre bendiciones para que no les pase nada".

http://www.elmundo.es/internacional/2018/09/20/5ba3ba5e22601de6798b45b6.html
 
Almagro aconseja a Zapatero que "no sea imbécil" al hablar sobre Venezuela

El secretario general de la Organización de Estados Americanos califica al expresidente de "ministro de Relaciones Exteriores de la dictadura venezolana".

Jose_Luis_Rodriguez-Zapatero-Venezuela-Espana_339976913_98189392_1706x960.jpg


El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, aconsejó este viernes al expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero que "no sea imbécil", tras acusarle de hacer "favores a la dictadura venezolana".

"El señor Zapatero tiene un problema muy grande de comprensión (...) Mi consejo, es un consejo nada más: que no sea imbécil. Es un consejo importante, bueno, creo que le puede hacer mucho bien", afirmó Almagro en una entrevista con la cadena de televisión internacional NTN24 en Washington.

Almagro reiteró sus críticas al expresidente del Ejecutivo español por considerar que no deja de hacer "favores a la dictadura venezolana", y le llegó a calificar de "ministro de Relaciones Exteriores de la dictadura venezolana".

"Defender una dictadura como lo ha hecho él, eso sí que es ser un político perimido, arcaico y anacrónico", agregó Almagro.

En una entrevista con Efe en Brasil el pasado 15 de septiembre, Zapatero dijo que "en la intensificación en el crecimiento en los últimos tiempos de esa emigración a otros países tienen mucho que ver las sanciones económicas impuestas por los Estados Unidos y que han sido respaldadas por algunos gobiernos".

El cruce de declaraciones entre ambos se ha caldeado después de que Almagro afirmase la pasada semana en Colombia que no descartaba una intervención militar en Venezuela para "derrocar" al presidente Nicolás Maduro, declaraciones que fueron fuertemente criticadas por Zapatero, quien lleva años actuando como mediador en la crisis venezolana.

Zapatero consideró "insólito" que alguien que dirige un organismo internacional desconozca las reglas básicas de la Carta de las Naciones Unidas.

Posteriormente, Almagro matizó estas palabras al afirmar que fueron malinterpretadas, y expresó su rechazó a las intervenciones militares en el continente.

La ONU calcula que, hasta junio de este año, al menos unos 2,3 millones de venezolanos han salido de su país por la crisis política, social y económica que atraviesa Venezuela y se han dirigido principalmente a Colombia, Ecuador, Perú y Brasil.

https://www.elespanol.com/espana/20...-no-imbecil-hablar-venezuela/339966213_0.html
 
después de todo lo que hemos visto de Venezuela, el maduro este dandose un banquete, un festín para que lo vea todo el mundo, sinvergüenza, hijo de p. canalla, asesino, y ahora lo del señor lanzado por la ventana, cosa que me creo totalmente,

todo es terrible. Donde puedo ver el reportaje que habeis puesto aquí de una señora con cáncer de mama que no podía tener tratamiento médico en Venezuela. No lo encuentro.

Os recomiendo que miréis este reportaje.
 
después de todo lo que hemos visto de Venezuela, el maduro este dandose un banquete, un festín para que lo vea todo el mundo, sinvergüenza, hijo de p. canalla, asesino, y ahora lo del señor lanzado por la ventana, cosa que me creo totalmente,

todo es terrible. Donde puedo ver el reportaje que habeis puesto aquí de una señora con cáncer de mama que no podía tener tratamiento médico en Venezuela. No lo encuentro.

Os recomiendo que miréis este reportaje.

Querida aca esta el reportaje que mencionabas https://www.larazon.es/portada/cort...-muestra-la-emergencia-humanitaria-BM18632650 y si, si es algo malo que se dice del gobierno de Venezuela me lo creo y estoy segura de que en realidad es peor
 
Back