SOCIEDAD

Solo el 7,6% de los jóvenes españoles puede emanciparse actualmente, frente a más del 30% de europeos

Así lo pone de manifiesto el Índice Sintético de Desarrollo Juvenil Comparado 2018 (ISDJC-2018), elaborado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la FAD

0La baja emancipación y la precariedad laboral lastran a la juventud española

La tasa de emancipación de la población española entre los 20 y los 29 años ha empeorado año tras año desde 2009, incluido 2018. De hecho, en diez años ha bajado del 12,21% entre los 20 y 24 años al 7,60% en 2018, mientras que ha descendido del 44,19% entre los de 25 a 29 años al 38,20% en 2018.

Así lo pone de manifiesto el Índice Sintético de Desarrollo Juvenil Comparado 2018 (ISDJC-2018), elaborado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la FAD, en el marco del ProyectoScopio, que se ha presentado este jueves 29 de noviembre en Madrid y que cuenta con el apoyo de Banco Santander y Telefónica.

Por el contrario, la tasa de emancipación en Europa ha ido subiendo desde 2009. En aquel año, residían fuera de su hogar de origen un 27,83% de los jóvenes de 20 a 24 años y un 57,71% de 25 a 29. En 2018, más jóvenes europeos se independizaron de casa de sus padres: un 30,44% y un 59,27%.



El informe, que se basa en estadísticas de Eurostat y otras fuentes españolas, y que tiene en cuenta datos sobre Educación, Empleo, Emancipación, Vida y Tecnologías, señala que en los últimos 10 años el grado de desarrollo de la juventud española ha mejorado, aunque «la brecha es más grande» con respecto a Europa, pues en 2009 estaba más cerca de la media europea que ahora.

De hecho, España se encuentra actualmente en la cola de Europa, sólo por delante de Grecia, Bulgaria, Italia y Rumanía. Según indica el Índice, la mala posición de España en desarrollo juvenil se debe a los resultados obtenidos en Empleo y Emancipación.

Respecto a esto último, ninguna comunidad alcanza la media europea, siendo Cataluña donde más se independizan y Asturias donde menos; cinco comunidades (Extremadura, Murcia, País Vasco, Andalucía y Asturias) se sitúan por debajo de la media española; y solo superan en tasa de emancipación a España cuatro países: Eslovaquia, Italia, Croacia y Malta.

Tres comunidades, por detrás del país europeo con más desempleo
El Empleo es otro de los factores que lastran el desarrollo juvenil en España, según han destacado la directora general de la FAD, Beatriz Martín Padura, y la directora técnica de la FAD, Eulalia Alemany. Pese a subir una posición en el ránking europeo, España sigue estando a la cola de la lista europea, solo superando a Grecia e Italia.

Así, el 29,4% de los jóvenes (15 a 29 años) españoles están desempleados, frente al 13,2% en la UE. Por comunidades destaca Extremadura, con una tasa de desempleo del 42,1%, la cifra más alta por segundo año consecutivo de las 17 comunidades. Extremadura es una de las tres comunidades, junto a Canarias y Andalucía, que logra un índice inferior a Italia, el país con más paro juvenil de la UE. En el lado opuesto se encuentra Asturias.

Aunque respecto a 2017 el país mejora una posición, el documento de la FAD advierte de que las tasas de temporalidad y parcialidad involuntaria son las más altas de la UE.

En este sentido, España tiene la mayor proporción de población joven que trabaja con contrato temporal de toda Europa, con un 56,4%, tasa que supera en 24 puntos a la media comunitaria; y un 64,2% de los jóvenes que trabaja a tiempo parcial lo hace de manera involuntaria porque el mercado laboral impide que puedan incorporarse a tiempo completo.

Mejora general en educación
En Educación, España ocupa globalmente un lugar ligeramente inferior a la media europea, manteniéndose en la posición 18 de los 28. En el lado positivo, 12 de 17 comunidades mejoran con respecto al índice de 2017, siendo los aumentos más destacados Cantabria, Cataluña y Madrid.

De hecho, hasta siete comunidades superan la media comunitaria: País Vasco y Madrid (con índices superiores a Suecia, Finlandia o Dinamarca y solo por detrás de Lituania, primera del ránking global), Asturias, Navarra, Castilla y León, Galicia y Cataluña. En las últimas posiciones de la tabla se encuentran Canarias, Castilla-La Mancha y Baleares.

Pese a mantenerse en la misma posición en la lista, España mejora en todos los indicadores de educación respecto a la edición anterior: 8 de cada 10 jóvenes están escolarizados a los 18 años; aumentan los universitarios a los 22 años (32,8% frente a 31,43% de europeos); y aumentan también los jóvenes que estudian un máster (44,3% frente a 38% de la UE).

Asimismo, el porcentaje de jóvenes que abandonaron los estudios tras educación secundaria ha descendido del 30% en 2009 al 18,3% en 2018, si bien España sigue teniendo una de las tasas más altas de Europa.

Respecto al resto de índices, el informe de la FAD destaca que en 2018 el desarrollo juvenil en el ámbito de la salud y la vida ha empeorado con respecto a 2017, cuando en Europa ha aumentado. En concreto, destaca el aumento de suicidios entre la población de 15 a 29 años y el empeoramiento en la tasa de fecundidad entre aquellos que tienen entre 22 y 25 años.

Por último, España mejora en la tasa de jóvenes de 16 a 29 años con nivel alto de competencias digitales, pero en conjunto sobre Tecnologías, España baja en este índice en 2018, acercándose así a los niveles europeos, dado que en Europa sube este índice.
https://www.abc.es/sociedad/abci-so...por-ciento-europeos-201811291911_noticia.html
 
Historia de la familia de pescadores que no sabía mirar hacia otro lado
Los Durá han rescatado casi un centenar de inmigrantes en 12 años y los han acogido en el territorio más pequeño: su barco


NATALIA JUNQUERA
Santa Pola 2 DIC 2018


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José Durá y su mujer, Pepi Irles, en el puerto de Santa Pola, mientras esperan noticias de su hijo. JOAQUÍN DE HARO



“Se tiraron al agua, desesperados, huyendo de una patrullera libia. No podíamos dejarlos allí, era nuestra obligación rescatarlos. Yo no dejo a nadie ahogarse delante de mí”, explica a EL PAÍS Pascual Durá, patrón del Nuestra Madre Loreto, a través del teléfono satélite del barco. Eran las ocho de la tarde del 22 de noviembre cuando el marinero, de 29 años, se encontró ante la dramática escena y llamó a su jefe, José, que también es su padre, y hace 12 años afrontó la misma situación a bordo de otro pesquero llamado Francisco y Catalina. Pascual y José decidieron que lo mejor era no mover el pesquero hasta rescatar a los náufragos “porque la hélice podía devorarlos”. Durá hijo subió a 12 inmigrantes a bordo, tantos como miembros tiene su tripulación. En 2006, fueron 51. Y en 2007 hicieron otro rescate, con 26 más. Casi un centenar de inmigrantes tuvieron la suerte de tropezar en alta mar con esta familia de Santa Pola (Alicante). Todas las veces habría sido más fácil mirar hacia otro lado, pero todas las veces los Durá decidieron acogerlos en el territorio más pequeño: su barco.

Los inmigrantes que José, el padre de Pascual, rescató en 2006, entre ellos una embarazada y una niña de dos años, relataron a la tripulación que al menos dos barcos habían pasado de largo por delante de su patera a la deriva. José guarda aún las cartas que le escribieron a bordo. “Gracias a los españoles que me han salvado de la muerte. Llevamos España en nuestra sangre para siempre”, les dice un eritreo en un enrevesado inglés. “Han demostrado gran humanidad”, se lee en otra nota, en francés. El Francisco y Catalina tuvo que esperar una semana para faenar mientras cinco países negociaban el reparto de los náufragos. Nuestra Madre Loreto esperó durante nueve días hasta que este sábado, decidió poner rumbo a España con los inmigrantes a bordo. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acababa de sugerir que los entregara a Libia. "En casos como este, deben ir al puerto más cercano y seguro. Le pido al patrón que respete la legalidad", dijo en la rueda de prensa posterior al G-20 en Buenos Aires.

Pascual no quiere entregar a Libia a los 12 inmigrantes que recogió el pasado 22 de noviembre y la agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, lo desaconseja. “Están huyendo de esas barbaridades. Se echaron al agua huyendo precisamente de los libios. Y además sería peligroso para nosotros porque si los acercamos y se dan cuenta pueden montar un motín”, lamenta el patrón. “Si tan seguro les parece Libia, que vayan allí de vacaciones”, apunta su padre desde Santa Pola.

Pascual es militante del PP y fue en las listas del partido por la localidad alicantina. Desde el barco, a muchas millas de distancia, no se ha enterado de que la inmigración ha sido protagonista en el debate de la campaña andaluza. Pero no comparte la teoría del “efecto llamada” que los populares atribuyen a rescates como el del Aquarius. “Los gobiernos de cualquier nación deben preocuparse de sus propios habitantes, pero también de los derechos humanos. Aquí ni se ha mirado una cosa, ni la otra”, explica Pascual.

En Santa Pola, su padre tampoco comparte las advertencias de la derecha. “No es que vengamos todos los días cargados de pateras. Tendrán que ponerse de acuerdo los países en un protocolo, pero de entrada, que imaginen que tienen un accidente de coche, que se están desangrando, pasan un montón de coches por delante, les miran y siguen. Hay que ponerse en la piel de esta gente”.

El patrón de Nuestra Madre Loreto agradece, no obstante, las llamadas al barco de varios políticos de distintos colores. “La vicepresidenta valenciana, Mónica Oltra, ha ofrecido el puerto y se lo agradezco mucho. También llamó la alcaldesa de Santa Pola, Yolanda Seva, del PSOE, e Isabel Bonig, del PP. Pero del Gobierno, que son los que pueden solucionar esto, nadie. Pensé que el PSOE era un partido más humanitario”, explicaba la noche del viernes.

Pascual pertenece a una larga saga de marineros. Su padre, su abuelo, su bisabuelo y tatarabuelo lo fueron. “Lo llevo en la sangre”, dice, cargado de razón. José, de 52 años, aún sale al mar, “de tanto en tanto”. “Santa Pola es un pueblo de pescadores, aunque se va perdiendo. Recuerdo cuando había más de 100 barcos que iban por todas partes. Ahora quedamos cuatro barquitos de nasas”.

Todo eso convierte a Pepi Irles en esposa y madre de hombres del mar, con los sustos y ausencias que eso conlleva. “Antes, trabajabas tres meses seguidos y pasabas 15 días de vacaciones”, recuerda José. “Ahora se organizan un poco mejor, tres meses en el mar y 40 en casa”, explica. “Ya hemos vivido esto más veces, pero esta estoy sufriendo más porque entonces era mi marido y ahora es mi hijo”, añade Pepi. “Lleva desde los 17 años en el mar, le enseñó su padre y se le da muy bien, pero me dice que no quiere llevarlos a Libia y yo le entiendo”.

Tienen problemas para comunicarse con los náufragos por el idioma, pero Pascual cuenta que sabe de sus vidas lo suficiente como para no querer entregarlos a Libia. “Me impactó mucho un chico. Lo subimos al barco, levantó los brazos, celebrando que había escapado, y cayó desplomado al suelo. Venían reventados”. El hombre fue evacuado el sábado en helicóptero con convulsiones.

“Los náufragos vienen de muchos países, pero tienen en común las ganas de vivir. Como nosotros. En mi tripulación tengo a senegaleses, a indonesios y a gente del pueblo. Somos personas, ni blancos, ni negros”, explica José, que lamenta que todo esto “invite a otros a mirar para otro lado al ver una patera”.

Se dedican a buscar gambas, pero para cogerlas, hay que saber también de personas. Pasan tres meses fuera de casa, en una superficie muy pequeña, y la selección de la tripulación es un cásting exigente que lleva años. La mayoría lleva ya muchos con esta familia, como Antonio Baeza, el mecánico, que vivió el rescate de 2006 en el Francisco y Catalina y el de ahora en Nuestra Madre Loreto. “Hay que cuidarles y hacerse respetar. En eso, mi padre ha sido un grandísimo ejemplo”, explica Pascual.

— ¿Lo volverías a hacer?

— Pues claro.

https://elpais.com/politica/2018/12/01/actualidad/1543688126_817932.html
 
DE AQUÍ
Identidad y diversidad: así son los jóvenes españoles hijos de inmigrantes
Mantienen los vínculos con la cultura de sus padres y al mismo tiempo intentan encontrar referentes que los representen


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Iker, Fátima y Adrián son parte de la nueva generación de españoles



YULY JARA 10 DIC 2018


“Yo siempre digo lo mismo: para mí ha sido fructífero, si tengo que decir algo va a ser positivo. Es cierto que cuando eres pequeño te vienen muchísimas preguntas y muchas incertidumbres, porque la manera de educar difiere mucho y hay aspectos culturales que no alcanzas a comprender”. Quien habla es Fátima J., nacida en Almería hace 23 años, de madre española y de padre marroquí.

Los hijos de los inmigrantes nacidos en España no han padecido el duelo de la migración, pero viven a caballo entre dos culturas. Pertenecen a una generación de nuevos españoles, niños que han nacido y crecido en España, y cuyos padres proceden mayoritariamente de países del sur.

Niños que ya son compañeros de clase, de universidad y de trabajo y que cuentan con identidades mixtas que les permiten gozar de las ventajas de mantener vínculos con la cultura de sus padres, conseguir posicionarse con firmeza en la sociedad receptora y conocer las lenguas de ambos países, según el informe Crecer en España, la integración de los hijos de inmigrantes, publicado en 2014 por la Fundación La Caixa.

Dos de cada diez nacidos en España tienen un progenitor extranjero

Fátima J., graduada en Criminología en la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), explica que ha tenido presentes dos formas de pensar muy distintas que le han abierto la mente y han hecho de ella una persona tolerante. En ella conviven dos formas de tomarse la vida y cuenta que en Marruecos, que visita en vacaciones, ha aprendido que “la hospitalidad es muy grande”. “Siempre eres bienvenido a una casa. En España es raro, porque tienes que tener cita para comer en casa de algún familiar; en Marruecos las puertas están abiertas a cualquier hora del día”.

En 2005 no estaba claro si la inmigración se asentaría en el país o si se trataría de un proceso con retorno. En España, hay cuatro millones de personas extranjeras empadronadas (el 10% de la población) y los datos del Instituto Nacional de Estadística demuestran que la nueva generación de españoles es la más diversa hasta la fecha.

Un análisis realizado por Verne sobre los nacimientos, adquisiciones de nacionalidad y población refleja que de los casi cinco millones de nacimientos que se han producido en la última década, dos de cada diez (1.150.629) procedían de al menos un progenitor extranjero, según los datos del INE desde 2007 hasta 2017.

Los datos indican que los padres migrantes de la última década procedían principalmente de Marruecos (26%, aproximadamente), Rumania (12%), Ecuador (6%) y China (4%), según los datos disponibles (2006-2016). Una cifra acorde a la población extranjera mayoritaria en el país. En las manos de estos niños también está la transformación del panorama de la sociedad española. (Si no ves bien el gráfico que viene a continuación, pincha aquí para acceder a la versión completa del artículo).


En Iker E., estudiante de electrónica en una FP Superior, también conviven dos culturas que comparten el idioma: la española y la ecuatoriana. Gracias a sus padres se ha mantenido vinculado al país del que emigraron en los años 90. “Creo que allí son muy familiares, en casa se ayudan un montón y eso se transmite”, ensalza. A este adolescente nacido en el año 2000 le encanta la comida del país de sus padres, aunque lamenta que la cocinen en pocas ocasiones porque aquí “los productos típicos son muy caros”. “Pero luego como tortilla de patatas, paella o cocido y me gusta también un montón; tenemos un montón de suerte de probar platos de diferentes culturas”, relata entusiasmado.

El Estudio Longitudinal de la Segunda Generación de La Caixa, llevado a cabo durante 10 años y para el que los investigadores entrevistaron a más de 7.000 personas, refleja que en los hijos de inmigrantes “las autoidentidades son variables blandas”. Se tratan de identidades que pueden cambiar según los contextos en que se hallan sus portadores y también con el tiempo, “especialmente en la adolescencia”.

Desde la Universidad de Barcelona, la Doctora en Lengua y Civilización Española y Latinoamericana, Nathalie Hadj Handrim, la denominó la identidad mutante en la que “los hijos de inmigrantes seleccionan los valores que de cada cultura merecen ser conservados”.

Mónika Sosa, de 28 años, nacida en La Habana y con doble nacionalidad, se muestra orgullosa de su herencia cultural: “Mis abuelos maternos eran españoles y emigraron a Cuba, ahí echaron raíces y nació mi madre”, recuerda. Cuando tenía cuatro años, se mudó junto a sus padres a Mazarrón (Murcia) y, aunque no era en el mismo país, de puertas para adentro ha seguido creciendo en una familia cubana.

“Nunca tuve el sentimiento de alguien que emigra”, relata la joven. “Al mismo tiempo me siento de Cuba, me he criado escuchando salsa, Juan Gabriel, Marc Anthony y a mi padre hablando de la dictadura comunista. Tengo esa doble herencia”, afirma esta joven que estudia un máster en lengua francesa aplicada en La Sorbona (París). De los escritores cubanos, se queda con Leonardo Padura.

Aunque hayan nacido en España, no todos tienen la nacionalidad

No todos los niños con ascendencia extranjera que nacen en España obtienen la nacionalidad española, ya que depende de la situación legal de sus padres. Si ninguno de los dos tiene la nacionalidad española, los niños adquieren la de sus progenitores (excepto en casos de apatricidio). En términos legales, es lo que se conoce como el derecho a obtener la nacionalidad por ascendencia (ius sanguinis) en oposición a la nacionalidad determinada por el lugar de nacimiento (ius solis). Para ser reconocidos sobre el papel como españoles, uno de los dos padres debe tener nacionalidad española o los hijos deben acumular un año de residencia en el país, según dicta el Código Civil.

Este cambio legal lo hizo Fátima A., nacida en Madrid, cuando creció. Sus padres, ambos de origen marroquí, esperaron hasta acumular 10 años de residencia para solicitar el carnet de identidad, según exige la ley, a excepción de latinoamericanos y refugiados que deben esperar dos años. En 2013, tras varios trámites burocráticos, toda su familia consiguió jurar la nacionalidad y obtener el DNI.

“Mis padres querían que tuviera la nacionalidad española para que no haya diferencias y se nos trate igual”, explica la joven madrileña de 20 años. “Luego te das cuenta de que, aunque tengas la nacionalidad, sigues siendo una persona racializada”, lamenta en referencia a la discriminación que ha sufrido en su vida por el origen de sus padres y por llevar velo.

Adrián N., nacido en Madrid, dice no guardar relación con el país de origen de sus abuelos paternos, Guinea Ecuatorial, y es que su padre ya nació en España. Este joven de 18 años sigue a youtubers como The Grefg o canales tecnológicos como Pro Gadget Review. En la actualidad, cursa la carrera Ingeniería Electrónica y juega en el equipo juvenil del Rayo Vallecano.

Para el sociólogo argelino Abdelmalek Sayad, que estudió la situación de los hijos de inmigrantes argelinos en Francia en los años 90, existen dos realidades que mantienen a estos niños en dos mundos: la administrativa y la social.

“Existe, por una parte, una realidad administrativa que adjudica una nacionalidad [...] y, por otra parte, una realidad social que, más allá de la dimensión jurídica, sigue manteniendo a estos niños entre dos naciones y dos nacionalidades y entre dos sociedades [...] productos y víctimas de una misma historia”, dijo en su obra La double absence. Des illusions de l’émigré aux souffrances de l’immigré (La doble ausencia. De las ilusiones del emigrante a los sufrimientos del inmigrante).

Si nos fijamos en los datos del INE, entre 2013 y 2017 (únicos años disponibles) hubo 108.074 hijos de inmigrantes que consiguieron la nacionalidad y que antes contaban con la marroquí (46.700), ecuatoriana (8.556), boliviana (5.818) y nigeriana (4.318), entre otras. Ahora estas personas en las estadísticas ya figuran como españoles. Puedes consultar los datos aquí (si no ves bien el gráfico, pincha aquí para acceder a la versión completa del artículo):

La investigadora Rosa Aparicio, del Instituto de Investigación de la Fundación José Ortega y Gasset y coautora del Estudio Longitudinal de la Segunda Generación de Migrantes, indica que, últimamente, muchos marroquíes están adquiriendo la nacionalidad española. Precisamente, es ahora cuando pueden hacerlo, tras haber acumulado 10 años de residencia legal y continuada en España. Los datos disponibles del INE muestran que el pico de inmigración marroquí se produjo en el año 2008, cuando llegaron más de 70.000 personas, y que la cifra del año pasado, de 39.000 personas, volvió a repuntar y alcanzó valores parecidos al flujo de migración de 2009.

Así, muchas de las personas que figuran en el censo como extranjeras, en unos años, podrían pasar a figurar como españolas si finalmente solicitan la nacionalidad. En datos del censo, cuatro millones de personas (10%) figuran como extranjeras (frente a 42 millones españolas) y la mayor parte son de Marruecos y Rumania.

Un porcentaje de extranjeros que ha ido creciendo en las últimas décadas y que en el año 2001 se situaba en un 3,85%, según el informe La inserción de los adolescentes latinoamericanos en España: algunas claves, del Ministerio de Trabajo y Asuntos sociales.

Películas, cuentos y obras de teatro, herramientas para forjar la identidad

Desde que nació en 1995 hasta ahora, Kinue Tsubata no se ha despegado de su herencia japonesa. Tanto su padre, de la ciudad de Nagaoka (a hora y media de la capital, Tokio), como su madre, de Alicante, le han transmitido valores como la puntualidad, la perseverancia o el hecho de ser detallista.

“Creo que me siento más española seguramente por vivir y criarme en España, pero también me siento identificada con valores japoneses”, explica desde Londres, donde se encuentra estudiando un máster en Administración Internacional especializada en Japón en la SOSA (School of Oriental and African Studies) de la universidad londinense. “Estoy en contacto con la cultura japonesa y para no perder el idioma veo series y películas en japonés”, y da fe de ello enumerando películas como El Castillo Ambulante o el Viaje de Chihiro de los estudios de animación japonesa Ghibli.

Desde pequeña ha tratado de buscar referentes por su cuenta porque “en la tele o en todos los dibujos había gente blanca”, evidencia. “Me llamaban la atención películas como Mulán o tenía una barbie japonesa con un kimono”, rememora. Ahora siempre que puede participa en eventos culturales de su comunidad y en fiestas o comidas de la tierra de su padre.

Para madres de niños de afrodescendientes, como Sara Plaza o Kenia Ramos, los niños de esta segunda generación necesitan que existan referentes con los que sentirse identificados. “Tanto en los espacios mediáticos como institucionales”, reclama Plaza, madre de un niño de dos años con ascendencia senegalesa. “Todo lo que le llega es de un entorno con imágenes de blancos y, además, el típico de niña rubia y con los ojos azules”, específica Ramos, madre de una niña de siete años.

Para forjar la identidad de sus pequeños ambas buscan referentes en la comida, los cuentos y los juguetes. “Me costó mucho, porque no hay información”, reconoce Ramos, y lamenta que haya muchos más libros en inglés que en español, como Little leaders: bold women in black history (Pequeños líderes: mujeres valientes en la historia negra) o Kirikú and the sorceress (Kirikú y la bruja).

En la compañía teatral The Cross Border Project, nacida en Nueva York y asentada en España, tratan de cubrir ese vacío a través de la obra Fiesta, fiesta, fiesta, donde se cuenta la historia de siete adolescentes cursando tercero de la ESO, de padres extranjeros y nacidos en España. En la obra aparecen temas como el uso del velo, los problemas intergeneracionales entre padres e hijos y los propios miedos y sueños de los adolescentes. “Lo que está pasando en el aula es lo que está pasando en toda España” a ojos de la dramaturga Lucia Miranda, quien ideó el guion basado en historias y conversaciones reales. “Es el gran tema identitario del país y de Europa y no el de los nacionalismos”. “Creo que es un tema que no está en las mesas de café, personas muy cercanas a mí hablan de España [de una forma] profundamente obsoleta: España ya no es blanca ni es católica, España es muy diversa”.

"Lo peor es que aquí no eres de aquí y allí no eres de allí"

Cinco testimonios, cinco historias diferentes: jóvenes y padres de niños nacidos en España nos hablan de racismo, integración e identidad. Pincha sobre la imagen para leer sus historias:


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Metodología

Este análisis parte de los datos del Instituto Nacional de Estadística y el Ministerio de Educación sobre el padrón, los nacimientos y el número de alumnos matriculados.

Hemos considerado hijo de inmigrante a aquel nacido que tiene al menos un progenitor extranjero, de acuerdo con la definición más extendida en el ámbito académico y acordado con la investigadora Rosa Aparicio.

Además, se utiliza indistintamente la palabra inmigrante y extranjera. Somos conscientes de que la carga política se diluye cuando solo se utiliza extranjero. Sin embargo, no se realiza esta diferencia ya que los datos recabados y en conversaciones con expertos la mayor parte de la población de fuera de España procede de países del sur (73%) y el 27% restante de países del norte como Alemania, Finlandia o Reino Unido.

El análisis de alumnos matriculados parte de datos del Ministerio de Educación para estudios no universitarios de los años 2010 a 2017. Sólo se incluyen los datos para Educación Infantil, Primaria, Secundaria, FP básica, media, superior y Bachiller. No se analiza en concreto a los hijos de inmigrantes que ya tienen la nacionalidad porque figuran directamente como españoles.

El análisis se considera extrapolable ya que para la investigadora Rosa Aparicio, el nivel económico del que parten es diferente al de los hijos con progenitores únicamente españoles. Así también lo indica la OCDE “Los distintos niveles socioeconómicos explican más de una quinta parte de la diferencia entre los estudiantes inmigrantes y los nativos en las probabilidades de adquirir las habilidades básicas, en promedio en los países de la OCDE y de la Unión Europea”.

Para datos poblacionales, se utilizan los provisionales de 2018, el baremo de edad para incluirlos en un grupo o en otro es el siguiente: niños de 0 a 19 años, jóvenes de 19 a 30 años, adultos de 30 a 69 años, ancianos 69 años y más. No es posible analizar nacionalidades minoritarias (que figuran como “Resto de “) por secreto estadístico, según indican desde INE. Además, se trata a Oceanía como un país más puesto que no existen datos desagregados de los datos estadísticos.

En el texto no se aportan apellidos de los jóvenes por petición de todos ellos.


GRAFICOS:

https://verne.elpais.com/verne/2018/12/02/articulo/1543777596_555480.html
 
La integración no es solo trabajar y aprender el idioma


12/12/2018



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Los migrantes y refugiados que han llegado a Alemania bajo la política de "puertas abiertas" instaurada por el Gobierno de Angela Merkel hacen lo que pueden para convertir el país en su nuevo hogar, pero el camino hacia la integración es un proceso lleno de altibajos que requiere mucho más que encontrar un trabajo y aprender el idioma.

La historia de dos sirios y un afgano ilustra a la perfección la enorme complejidad del proceso.

GALERIA: https://www.elconfidencial.com/mult...ados-inmigrantes-integracion-merkel_1698926#0

 
PARA CONTROLAR A LA POBLACIÓN
Nacionalismo “oprimido” y adoctrinamiento en colegios: así manipula China la historia
La reescritura de la historia se ve en demasiados ejemplos, como el odio que se ha alimentado contra Occidente. El adoctrinamiento en la escuela ha sido fundamental para manipular los hechos


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Estudiantes durante una lectura del Libro Rojo de Mao en una escuela de Sitong, en la provincia de Henan. (Reuters)



LUIS GARRIDO JULVE. HONG KONG
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23/12/2018

La historia, dicen, la escriben los ganadores. Y quizás quienes la reescriben sean los dictadores. Al menos eso quiso explicar George Orwell en su novela 1984, donde imaginó un futuro en el que estados gigantes manipulaban a sus ciudadanos modificando los libros de historia para, así, justificar prácticas totalitarias. Quizás por eso dicha obra esté prohibida en países como Tailandia, donde el poder absoluto recae en una Junta militar que se hizo con el país en un golpe de Estado. Pero para otros es en China donde las ideas orwellianas se han convertido en casi una realidad. Por algo Pekín es la ciudad del mundo con más videovigilancia.

La reescritura de la historia en China, alertan muchos sinólogos, se puede ver en demasiados ejemplos. Desde la justificación para hechos cotidianos como que muchos ciudadanos escupan o hablen a gritos hasta al odio que se ha alimentado contra Occidente. Y para ello el adoctrinamiento en la escuela ha sido fundamental para manipular los hechos. En 1965, el cineasta y reportero Jens Bjerre -uno de los primeros en poder grabar en el país durante aquella época- elogiaba el modelo de educación chino al decir que el país pasó de una escolarización del 10% al 90% gracias a Mao Zedong, y coqueteaba con la idea de que el comunismo daba sus frutos.

El director no le dio importancia, eso sí, a que en las escuelas se encumbraba a los líderes de la revolución y se presentaba la historia de una forma muy distinta a la descrita en los libros. Diciendo que Mao era un sucesor de Confucio y creando un aura de nacionalismo oprimido frente a un enemigo señalable: el mundo occidental.

Dicha educación fomentada en valores nacionales fue la base de la manipulación histórica, pero hoy en día las noticias falsas son el otro gran canal de manipulación. Se estima que el Gobierno chino fabrica unos 488 millones de publicaciones irreales en redes sociales al año, y que paga medio dólar por cada una de ellas a un ejército de guerreros del teclado. Un modelo tan exitoso que, según muchos, ha hecho que otros estados lo emulen. Con sucesos como el Brexit, la victoria de Donald Trump en Estados Unidos o el auge del proceso independentista de Cataluña.


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Alumnos chinos de primaria durante una ceremonia de izado de bandera en un colegio de Longli, provincia de Guizhou. (Reuters)


Confucianismo de izquierdas
En China existe una idea generalizada de que todo lo que proceda de las enseñanzas de Confucio puede ser considerado cultura china. Y que puede justificarlo casi todo. Y si bien el Partido Comunista Chino era contrario a las ideas del filósofo, acabó aceptándolo en su favor.

De esta manera, se justifican comportamientos de dudosa educación por parte de la ciudadanía diciendo que es parte de la cultura china. La comunidad internacional de sinólogos, en cambio, explica que dichas prácticas -como escupir o no respetar las colas- es cultura de China, del país que confeccionó el Partido Comunista.

El teórico afín al régimen chino y profesor en la Universidad de Tsinghua, Daniel A. Bell, afirma que el país liderado por Xi Jinpingafirma practicar un “confucianismo de izquierdas”. Y manifiesta que Confucio era un precursor de Mao.

"Se avecina una nueva revolución cultural con el presidente Xi Jinping, más silenciosa pero igualmente cruel y sangrienta"

En nombre de Confucio, el teórico de origen canadiense y el Partido Comunista justifican las hambrunas producidas por la Revolución Cultural o la matanza de Tiananmén, además de la nula libertad de expresión de China. ¿El motivo? Según ellos, porque dichas acciones fueron la clave del progreso del país.

Con el Confucianismo -lo que se suele llamar “la excepcionalidad china”- se justifican también muchos comportamientos supuestamente culturales. Por ejemplo, que se beba agua caliente en verano y en invierno -la superstición es que hervir el agua la vuelve más pura- cuando Confucio dijo que “en verano se bebe agua fría”. El filósofo también dijo que escupir o eructar eran actos a no realizar en público. En cambio, los Institutos Confucio -controlados por el Partido- dicen que esas acciones son parte de la cultura china. ¿Por qué? Según los sinólogos, para obviar que estos comportamientos son consecuencia de la Revolución Cultural, en la que se mandó a las zonas rurales a toda la gente de las ciudades, quedando las urbes pobladas únicamente por campesinos.

El teórico Bell incluso ve los karaokes para empresarios ricos como algo confuciano. Aunque allí lo que se ofrezca sea un modelo de prostit*ción con gran desprotección para unas mujeres que, en demasiados casos, son menores de edad.



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Turistas y estudiantes observan una estatua de Confucio en un templo en Pekín. (Reuters)




Libros modificados, censurados o prohibidos
La mayor cruzada histórica del Partido Comunista Chino es la de hacer que el mundo -o al menos su gente- se olvide de la matanza de Tiananmén. Sin embargo, la manipulación de los libros va mucho más allá. Como explica el sinólogo español César Guarde-Paz, establecido en China y experto en el país, se engaña con tesis falsas como que China es el país con mayor continuidad del mundo o que el primer emperador fue un precursor de Mao. “Se avecina una nueva revolución cultural con el presidente Xi Jinping, más silenciosa pero igualmente cruel y sangrienta; somos muchos los que pensamos así en el mundo académico”, explica.

Según el sinólogo, más de la mitad de los fósiles de dinosaurios en China son falsos, y el 70% de las publicaciones académicas chinas son plagios. “De la historia moderna china, se estima que entre el 50% y el 70% es falso”, explica Guarde-Paz, que lamenta las torturas a estudiantes, el secuestro a libreros, el acoso a los musulmanes o la persecución a los profesores.

Los cien años de la vergüenza

Hoy en día es fácil que un extranjero vea en China que le mira mal un ciudadano local. O que se cambie de calle. Eso es debido a la intensificación de la educación en China sobre “los cien años de la vergüenza”, un invento creado por el Partido Comunista en 1990 para combatir las críticas por la masacre de Tiananmén.

En la teoría de “los cien años de la vergüenza” se señala a la llegada de los occidentales como el freno al desarrollo chino. Un argumento curioso si se tiene en cuenta que la ciudad china creada por los occidentales, Tianjin, fue un oasis de libertad y donde se publicó casi toda la literatura china de principios del siglo XX. No en vano, era el único lugar con libertad de prensa.

Este odio generado hacia los occidentales se ve en demostraciones públicas como las patrullas de ciudadanos chinos en Pekín que, yendo en furgonetas, atacaban a occidentales. O como el joven que atacó a una pareja con una katana y mató a una mujer porque decía odiar a los extranjeros.

https://www.elconfidencial.com/mund...pasado-para-controlar-a-la-poblacion_1717374/
 
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LA JUNGLA

La tristeza de morir solo descrita por una vecina avergonzada
En la Jungla. La tuitera ha compartido su reflexión después de que su vecino de abajo en un edificio de Barcelona falleciese solo y sin que nadie se enterase.


Otra de las consecuencias de vivir a toda prisa, de las jornadas que parecen no acabarse nunca, de no tener tiempo para casi nada es no conocer al vecindario. Vale que no queramos sabernos al dedillo la vida de todas las personas con las que compartimos portal pero, por lo menos, conocer sus nombres y sus circunstancias, un mínimo, vaya. ¿Dónde ha quedado esa cooperación necesaria entre vecinos a los que nos tenían tan acostumbrados nuestros padres?

A estas cosas no solemos darles demasiada importancia hasta que sucede algo que nos hace reflexionar. Y esto es, precisamente, lo que le ha ocurrido a una tuitera que vive en Barcelona, Sofía (@lasof_), que ha compartido este jueves cómo se ha sentido al descubrir que su vecino había fallecido solo en su casa y ni ella misma se había percatado.

Se lamenta, además, que tras seis años viviendo a pocos metros, no sabía casa nada sobre él.




sofía_@lasof_

Hoy se ha muerto mi vecino de abajo y la manera de encontrarlo me ha dado para reflexionar. No le conocía de nada, a pesar de llevar 6 años como vecina. Solo sabía (lo sabíamos toda la comunidad) que estaba solo. Completamente solo en la vida. Y así ha muerto. (Sigo el hilo)
1:24 - 24 ene. 2019


No se sabe cuándo murió, quizá haya sido hoy, o fue ayer, o hace 3 madrugadas. Una mujer que le llevaba comida cada X días ha dado la voz de alarma al encontrar extraño que no atendiera el móvil ayer y que hoy no abriera la puerta.

1:24 - 24 ene. 2019

¡Sí, pasad, claro! - Les he dicho a los 5 bomberos que han llamado a nuestro timbre con el objetivo de acceder al piso del vecino a través de nuestro balcón (nuestro de alquiler, claro). Menuda lección de profesionalidad la de @BCN_Bombers , he alucinado.


Han entrado los 5 ataviados con el look típico de los bomberos. Look que olía muchísimo a humo, olor que se ha quedado en casa toda la tarde. Ningún reproche, solo que era muy curioso.

1:24 - 24 ene. 2019


No solo han hecho su trabajo rápido y bien, si no que encima han sido muy educados y han actuado con gran delicadeza al saber que en casa había bebés durmiendo. Han saludado, han retirado la alfombra del comedor y han entrado por el balcón del vecino sin casi hacer ruido.

1:24 - 24 ene. 2019


He tardado horas en saber que el vecino estaba muerto. Y me ha dado mucha pena imaginarlo solo día y noche hasta morir. Sus cristales del comedor se veían desde la calle y estaban negros. Todos sabíamos que no debía limpiar la casa desde hacía años. Muchos.

Vulnerable, casi impedido, mayor (no sé cuántos años), en condiciones higiénicas más que dudosas y solo. Y nadie de la comunidad nos hemos dignado nunca a ayudarle de alguna manera. Y me siento mal y me da por pensar en esta deshumanización de las ciudades.

No tener a nadie, estar solo y sentirte solo en una de las ciudades más conocidas del mundo. Y morir solo. Y saber que te encontrarán cuando la persona que te trae comida lleve días sin poder dártela. Y que los bomberos tengan que entrar por el balcón de la vecina.

Y que descubran cómo has estado (mal)viviendo todos estos años. Que el olor de abandono traspase la puerta y se expanda por la escalera. Mucha pena, mucha verguenza propia y ajena. Muchísima.

https://www.elespanol.com/social/20...-descrita-vecina-avergonzada/371213841_0.html




 
Las últimas testigos del horror nazi



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Hédi Fried (izquierda) y Anette Cabelli (derecha). PLATAFORMA EDITORIAL / SERGIO ENRÍQUEZ




EL MUNDO entrevista a dos supervivientes del campo de exterminio de Auschwitz, que advierten del riesgo de banalizar el Holocausto judío



Anette Cabelli, presa número 4065 del campo de exterminio de Auschwitztatuado en el antebrazo, griega de la Salónica de preguerra, francesa del París de la Guerra Fría y española por genética, habla del horror en la vieja lengua de los sefardíes, el ladino, separada del castellano actual por 500 años de evolución casi detenida, encapsulada en el tiempo, pura arqueología idiomática. No espera a que el periodista haga las preguntas. Ella cuenta lo que tiene que contar: "Te puedo decir lo que pasó, pero no explicarlo. Aún no me lo creo, pero todo fue real". Cabelli tiene hoy 93 años y es una de las pocas supervivientes del Holocausto que quedan con vida y que, además, sigue testimoniando lo ocurrido. "Quedamos vivos muy pocos. No sé el tiempo que me queda. Es importante que sigamos haciendo esto", dice Cabelli.

Hédi Fried nació en Sighet en 1924, en la frontera entre Rumanía y Ucrania. También es superviviente de Auschwitz y de Bergen-Belsen, el campo al que fue a parar después. Lleva el número A-7603 tatuado en el brazo. Calló durante 40 años hasta que decidió contar su experiencia para que ningún otro tuviera que repetirla, pero reconoce estar muy enfadada por el surgimiento de ideologías venenosas que creía olvidadas. "Nuestro testimonio es importante, pero parece que la gente no quiera escucharnos", comenta.

Fried vive hoy en Suecia, donde cada vez ve más pruebas del crecimiento del antisemitismo que emerge de nuevo, misma semilla que cristalizó en el Holocausto y el asesinato de seis millones de judíos, gitanos o eslavos en Europa. Presenta en España su libro Preguntas que me han hecho sobre el Holocausto (Plataforma Editorial), donde refleja años de conferencias en la Universidad intentando explicar su experiencia. "No hay preguntas estúpidas ni prohibidas, pero es necesario hablar para no olvidar, dar testimonio y contar todo con el objetivo de ayudar a los jóvenes a aprender de la tragedia de la Segunda Guerra Mundial y evitar un genocidio en el futuro", afirma.

La única solución es hablar y enseñar. Los libros de Historia por sí solos no sirven


Una pregunta para ambas: ¿qué le dirían a aquellos que aseguran que el Holocausto nunca sucedió?

Cabelli: "En Grecia había 65.000 judíos. Cuando acabó la Segunda Guerra Mundial quedábamos 100 supervivientes. Todo lo que sucedió en Auschwitz no me lo ha contado nadie. Yo lo vi".

Fried: "Auschwitz es un horror difícil de creer incluso para mí. Es como si lo hubiera vivido a través de otra persona".

Cabelli, de paso por Madrid gracias a Casa Sefarad, es un torrente de recuerdos cristalinos de resistencia, matanzas y anécdotas: "Cuando los rusos liberaron Auschwitz ya nos habían sacado de allí a los que podíamos caminar. Nos llevaron, en las marchas de la muerte, hacia el interior de Alemania. Por el camino íbamos descalzos, semidesnudos, con un frío terrible, sin comer ni beber nada durante días. Los que caían al suelo eran rematados por los soldados de las SS con sus armas".

Experimentos con mujeres
Por momentos, mueve las manos como si pudiera tocar a los protagonistas de sus recuerdos: "Recuerdo perfectamente hoy ver a mi compañero de la enfermería de Auschwitz, donde me pusieron a trabajar, con la cabeza agujereada por las balas", cuenta, emocionada, una mujer que conoció allí al doctor Mengele, el ángel de la muerte. "Después llegamos a Ravensbrück física y mentalmente destruidos. Nos pusieron a trabajar haciendo cerillas y, días después, los guardias de las SS tiraron los uniformes y huyeron. De repente, no sabíamos qué hacer. Tras años recibiendo órdenes y palizas, no sabes cómo gestionar tu libertad. Éramos un grupo de siete judías griegas que hablábamos ladino y cuatro judías húngaras con las que los nazis habían hecho experimentos. Estaban muy debilitadas, más aún que nosotras".

Fried cuenta que la experiencia de Auschwitz ha marcado cada acción de su vida: "No puedo acumular comida en casa porque en el campo de concentración era peligroso guardar alguna ración de alimento. Si te encontraban un pedazo de pan escondido durante una inspección, te castigaban con una paliza o la muerte.Como resultado, hoy sólo compro lo que necesito para el mismo día".

Ambas han pasado varias veces por Auschwitz a lo largo de su vida. A veces junto a su familia, a veces como parte de algún homenaje: "Yo cada vez que he ido lo he visto como lo que es, un gigantesco cementerio", comenta Cabelli. "El campo era muy grande. Nosotros estábamos en el campo A, que tenía cinco bloques. Para llegar a él tuvimos que atravesar esa puerta que dice Arbeit macht frei (El trabajo os liberará). Todavía hoy me pregunto qué querían decir con esa frase ahí", afirma Fried, que también vivió las marchas de la muerte, en su caso hacia Bergen-Belsen, donde fue liberada por los soldados soviéticos.

"A mi madre la gasearon el primer día, nada más llegar en tren", recuerda Cabelli. "A mí me pusieron a trabajar en una barraca que era utilizada como hospital. Eso me salvó. La persona que entraba a aquel lugar no salía más. Por la mañana sacábamos todos los muertos. Había mujeres que no estaban todavía muertas. Moribundas. Pero tenían parte del cuerpo comido por las ratas".

Compromiso con los muertos
"Esto nunca debe ser olvidado. Se lo debemos a todos estos millones de personas que murieron, entre ellos mi padre y mi madre. Deseo que nadie nunca, nunca, tenga que pasar por lo mismo. La única cura es hablar de ello y enseñar. Los libros de Historia no son suficientes. Nuestra historia debe ir de boca en boca", asegura Fried.

"Tras el Holocausto nadie sabía qué hacer con nosotros", cuenta Cabelli. "Como no tenía papeles y no quería volver a Grecia, me inventé que era francesa. Los rusos nos dejaron pasar al lado aliado a cambio de comida y viajamos en un viejo Citröen sin gasolina tirado por un caballo cojo. Cuando los americanos vieron llegar a esos espectros dentro del coche no podían creérselo. Nos metieron en un camión con destino a París y nos juntaron a todos en el hotel Lutetia. Allí nos recuperamos poco a poco de la desnutrición y las enfermedades. Y volvimos a la vida".

https://www.elmundo.es/internacional/2019/01/29/5c4f547221efa07b738b469b.html
 
El Escuadrón de las Muertas Vivientes, las chicas que murieron por pintar relojes radioactivos
Decenas de mujeres desarrollaron enfermedades terribles tras manipular radio sin protección


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Pintoras de esferas en una fábrica - Wikimedia Commons



Era la fiebre del radio. Marie y Pierre Curie lo habían descubierto cerca de dos décadas atrás, a finales del siglo XIX, y el elemento se consideraba casi milagroso. Todo llevaba radio, o eso decían los anuncios, desde píldoras y vendajes, o dentífricos y maquillaje, hasta jarras de agua. Y los relojes no podían ser menos. Comenzaron a pintarse sus esferas con una mezcla que lograba que sus números brillaran en la oscuridad.

En esta industria entraron a trabajar cientos de chicas. Era un empleo bien pagado, estable y hasta glamuroso. Las mujeres que trabajaban pintando las esferas eran consideradas artistas y un aura especial las envolvía… porque resplandecían en la oscuridad. Literalmente. El polvo radioactivo se posaba en su ropa, en su pelo, en su piel. Su labor consistía en chupar un pequeño pincel para afinarlo, mojarlo en la pintura compuesta con radio, y pintar. Y vuelta a empezar. Una técnica que solo se utilizaba en Estados Unidos, donde nadie las advirtió de que podía ser peligroso.

En los años 20, algunas chicas comenzaron a sentirse mal. Fue el inicio de una dura lucha contra la enfermedad, contra la empresa, contra la desinformación y contra las leyes del momento. También fue una batalla por el futuro de las demás trabajadoras, que ahora rememora detalladamente Kate Moore en el libro «Las chicas del radio» ( Editorial Capitán Swing), en donde ha documentado la historia real de estas mujeres.


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Una pintora en la fábrica



Al principio, los síntomas que tenían no parecían estar relacionados con el trabajo. Algunas se sentían cansadas, a otras les comenzó a salir acné y otras empezaron a tener un dolor intenso en la mandíbula. Mollie Maggia fue la primera en sufrir los peores síntomas de la intoxicación por radio. En 1921 le quitaron la primera pieza dental tras quejarse de molestias en la boca, pero la herida no cicatrizó y los dolores no se fueron. Le quitaron más dientes, pero solo empeoraba, la infección no remitía y las heridas quedaban abiertas en úlceras supurantes. Maggia empezó a padecer otras enfermedades: le dolían la cadera y los pies, y los médicos pensaron que era reuma. Para entonces los dientes se le caían solos. Al poco estaba casi coja. En una de sus visitas al dentista, este vio con horror durante el reconocimiento cómo «a pesar de la suavidad del toque, el hueso de la mandíbula se rompía bajo sus dedos», cuenta Moore en el libro. Casi un año después de haber tenido los primeros síntomas, Mollie Maggia murió.

Los síntomas y el desenlace se repetiría después con otras muchas de las pintoras de esferas. El mal de la boca acabaría conociéndose como «la mandíbula del radio». Otras veces, el lugar del dolor cambiaba. Era en la garganta, en el brazo, la espalda, una pierna... otras chicas tenían anemia y más adelante les saldrían carcinomas. Ante la avalancha de casos, los médicos empezaron a sospechar que podía tratarse de un mal relacionado con su trabajo, pero la empresa, la United States Radium Corporation, apaciguaba a las trabajadoras. No había ningún peligro.

Las «muertas vivientes»
En 1925 llegaba por primera vez a la empresa una demanda relacionada con la salud de sus empleadas. El problema era demostrar que la radioactividad estaba matando a las chicas, aunque para ese año los médicos estaban convencidos de que el radio se acumulaba en los huesos. Su naturaleza química era similar a la del calcio, así que cuando entraba en el organismo a través de la boca, este tendía a asimilarlo y fijarlo en los huesos. Pero la única forma de demostrarlo era extraer el radio de los huesos después de pulverizarlos. Dos años después de comenzar el proceso legal, exhumaron a Mollie Maggia. Sus hermanas, que habían trabajado en la misma fábrica y también habían enfermado, solo podían jugar con lo que revelara el cuerpo de Mollie. Fue cuando descubrieron que hasta el interior del ataúd brillaba y cada uno de sus tejidos dio muestras de radioactividad.

Durante varios lustros, las pintoras de esferas lucharon contra los plazos de prescripción de las leyes norteamericanas, también contra los escasos estudios que había sobre los efectos de la radiactividad en el cuerpo, y las formas de detectarlo. Estaban sentenciadas a muerte, pero decidieron dar batalla en los tribunales y en la prensa. Se modificaron las leyes de enfermedad laboral por envenenamiento y en 1931 la FDA declaró ilegales las medicinas con radio. A ellas las apodaron «el Escuadrón de las Muertas Vivientes». Tras innumerables dilaciones, recursos y apelaciones, y con el tiempo corriendo en su contra porque iban muriendo una a una, trece años después de la primera demanda, en 1938, un tribunal declaraba a la empresa responsable de la salud de sus empleados.


https://www.abc.es/sociedad/abci-es...elojes-radioactivos-201902010237_noticia.html

 
SU MUJER, INCAPAZ DE ENCONTRAR LA CONTRASEÑA
Fallece y se lleva a la tumba la clave para recuperar su herencia de 200M en bitcoin
Un empresario joven de éxito viaja a la India para abrir en Jaipur un orfanato para proveer de hogar seguro a los niños y fallece por una complicación con la enfermedad de Crohn


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Infografía de Bitcoin (Reuters)



EL CONFIDENCIAL
06/02/2019

Nadie en Canadá podía imaginar que el destino iba a jugar una pasada tan mala a sus ahorros cuando decidieron confiar en la mayor plataforma de cambio de criptomonedas del país. Y es que cuando haces una inversión de estas características puedes asumir una serie de riesgos que pasan por un desplome de la cotización, un hackeo o un robo como ha ocurrido en otras ocasiones o, incluso, la declaración en bancarrota de la compañía.

Sin embargo, dentro de ese abanico de eventualidades, seguramente a nadie se le pasó por la cabeza la posibilidad no sólo de que su fundador falleciera, teniendo en cuenta que sólo tenía 30 años y estaba aparentemente sano, sino que, además, se llevara con él las contraseñas para poder acceder a los fondos de Quadriga.

La muerte de Gerald Cotten tiene todos los ingredientes para convertirse en un thriller de Hollywood. Un empresario joven de éxito viaja a la India para abrir en Jaipur un orfanato para proveer de hogar y refugio seguro a los niños y fallece por una complicación relacionada con la enfermedad de Crohn que padecía.

Pero, da la casualidad, que solo dos semanas de su inesperada muerte había hecho un testamento en el que nombraba a su esposa alvacea y ejecutora y, reservaba 76.000 libras para el cuidado de los perros que tenía la pareja. Pero no incluyó las claves para acceder a los fondos de Quadriga de un total de 190 millones de dólares, entre los que se encuentran 50 millones en divisas.

De momento, los esfuerzos llevados a cabo por Quadriga no han dado frutos más allá de la recuperación de unas pocas monedas y algo de información de su ordenador personal y su teléfono móvil. Su viuda, Jennifer Robertson, ha asegurado que la computadora "esta encriptada" y que "no sabe la contraseña o cómo recuperar la clave". En un documento formado por ella misma, afirma que "a pesar de repetidas y diligentes búsquedas, no he podido encontrarlas escritas en ninguna parte".

Con todo, la sombra de la duda planea sobre todo lo que rodea a esta extraña muerte. Más teniendo en cuenta que la compañía fundada hace cinco años tenía problemas de liquidez y a principios de año el banco CIBC congeló fondos por unos 20 millones de dólares.

https://www.elconfidencial.com/alma...-la-clave-para-sacar-200m-en-bitcoin_1807854/
 
EL VALOR DEL TIEMPO

Saoia López, media vida dedicada a una pasión: ser bailarina profesional


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El baile es todo lo que ocurre mientras te sientes libre”. Saioa López no concibe su mundo sin esta gran pasión. Gracias a su tesón ha dedicado la mitad de su vida a cumplir un sueño: ser bailarina profesional.


Nacida en el seno de una familia de músicos, cantantes y diseñadores, la joven vasca siempre supo que quería dedicarse a la danza; lo suyo era interpretar la música con el cuerpo. Seducida por la pasión y las ganas de alcanzar su meta, a los 17 años hizo el equipaje y se trasladó a Madrid. Lo que en principio iba a ser un año de ausencia se transformó en seis que Saioa aprovechó para formarse en el Conservatorio, dedicándole más de ocho horas diarias a ensayar. Si algo tenía claro era que la única manera de aprender a bailar era invirtiendo tiempo en perfeccionar sus movimientos.


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“El regalo de la danza consiste en su capacidad de despertar sensaciones y sentimientos. Es un lenguaje en el que el bailarín hace de su cuerpo, su voz; y del movimiento, una manera de comunicarse con las personas. Ser capaz de hablar sin palabras, de transmitir emociones tan solo con el movimiento de tu cuerpo, no es algo que se consiga de un día para otro. Se alcanza gracias a la constancia y la pasión”, explica.

Superada la etapa madrileña, Saioa decidió dar el salto y volar hasta Nueva York, donde consiguió una beca en el prestigioso Peridance Capezio Center, de manera que estuvo en la ciudad de los rascacielos siete años más. “El tiempo es importante para bailar” subraya Saioa. “Uno debe vivir día a día frente a un espejo, observando su propio cuerpo, haciendo y rehaciendo los pasos que no salen. Poco a poco, vas ganando confianza y al final ya no necesitas el espejo para verte”.

Han pasado 15 años desde aquel día en el que Saioa dejó su Irún natal, 15 años en los que ha dedicado casi todas las horas de su vida a la danza, a seguir formándose, a compartir su pasión por los escenarios y las escuelas de todo el mundo. Durante todos estos años, la esencia de Saioa no ha cambiado, es su cuerpo el que ha madurado, más firme y, a la vez, más ligero. Ha aprendido a quererse a sí misma y a que, en la danza, como en la vida, el aprendizaje no termina nunca.

No debemos dejar de intentar lograr nuestros sueños solo porque vayamos a tardar mucho tiempo en cumplirlos

Ahora, cumplidos los 33, Saioa regresa a su hogar. Quiere agradecer todo lo que la danza le ha dado a lo largo de estos años y ha decidido compartirlo con los demás. “No hay recompensa más gratificante a tantos años de esfuerzo que la de ofrecer tu tiempo y tus conocimientos a otros bailarines para que ellos, llegado el día, no deban elegir entre marcharse o dejar atrás el sueño de sus vidas”, explica.

Saioa les enseñará que, para conseguir que el movimiento del cuerpo sea tan ligero como el del viento, un bailarín debe ser tierra y no aire. “Ahí está el legendario bailarín ucraniano Vaslav Nijinsky, quien tenía los pies tan bien puestos en el suelo, que era capaz de desafiar la gravedad ejecutando saltos de hasta tres metros de altura”.

La historia de Saioa, de sus quince años de esfuerzo y dedicación, nos regala también otra enseñanza. Una lección universal para la que no hace falta tener ningún conocimiento de danza. Nos recuerda que no debemos dejar de intentar lograr nuestros sueños solo porque vayamos a tardar mucho tiempo en cumplirlos. Con o sin sueños por los que luchar, el tiempo pasa de todos modos. Esos diez, quince y hasta cuarenta años vamos a vivirlos igualmente. Así que, ¿por qué no invertirlos en algo que nos haga realmente felices? Al fin y al cabo, el tiempo, como la danza, no hace falta entenderlo para poder disfrutarlo.

Desde Deutsche Bank tienen claro que las personas deben invertir su tiempo en lo que realmente importa y por eso han puesto el foco en las personas. Descubre el valor de quince años en elvalordeltiempodb.com


VIDEO: https://www.elconfidencial.com/sociedad/2019-02-04/bailarina-profesional-tiempo-pasion-bra_1798830/

 
ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN
Viaje al país de la nueva soledad
Las proyecciones demográficas obligan a España a anticiparse al desafío del envejecimiento. Cada vez habrá más personas mayores que vivan solas, muchas por elección


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Carmen Velasco, en su casa de El Molar, cerca de Madrid. INMA FLORES EL PAÍS


Todos los días, a eso de las seis de la mañana, Carmen Velasco sale a la terraza con un café y se encuentra con Orión y Casiopea. “Luego veo salir el sol”. El ritual simboliza el gusto por vivir sola. Con 68 años, su pequeño dúplex en El Molar, cerca de Madrid, constituye la base de operaciones para una agenda frenética.

Cármenes hay muchas. Mujeres en edad de jubilación que viven solas. Si cuatro de cada 10 hogares unipersonales están habitados por alguien de más de 65 años, la mayoría (71,9%) muestra un nombre femenino en el buzón, según datos del INE. En 2033, estas viviendas serán las que más habrán crecido (un 25%), según las últimas proyecciones. El tremendo envejecimiento y los récords mundiales que ostenta España en esperanza de vida abocan a un panorama de ciudadanos más viejos (87,68, ellas, y 82,92, ellos, de media) y más solos, al menos en sus casas.

Se está tomando nota. “El Gobierno, a través del Imserso, planea actuar ante este desafío demográfico y abordar urgentemente la soledad en los mayores”, aseguran fuentes del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.

Cuando Carmen se decidió a jubilarse —“me costó mucho porque me encantaba ser profesora de Educación Especial”, asegura— recibió un sobre: “Un viaje a Verona con una entrada para la ópera, imagínate lo bien que me conocen mis compañeros”. Ama viajar, moverse y vivir sola tras huir de un matrimonio que le chupaba la mitad de la energía. Su día a día se escribe con muchas letras: pilates, clases de francés y de historia, el taller que imparte a dos compañeras del coro, militancia en Europa Laica, conciertos y senderismo en Tierra de Fuego o Dolomitas. “Me gusta tener obligaciones, si no, te vas relajando”.

Dentro de tres lustros, Carmen será octogenaria. “Sé que la vida me pondrá en mi sitio”, dice, “creo que hay que tener muchas aficiones y alternativas”. ¿Y qué necesitaría para seguir disfrutando de la forma de vivir que ha elegido?: “Todos y todas necesitamos servicios públicos de calidad y que nos dejen morirnos en paz con leyes que nos permitan decidir”. Eso y sentir que sus hijos y nietos se encuentren bien.

La mayoría de las mujeres mayores que viven solas (76,9%) son viudas. Se explica por la mayor esperanza de vida femenina. Pero eso, según cuenta Antonio Abellán, director del grupo de Investigación sobre Envejecimiento del CSIC, cambiará algo. “Habrá una nueva soledad, la de quienes envejecen divorciados o solteros”. Como Carmen. Los varones serán más longevos. Al final también estarán más solos.

Frente al portal donde vive Rosa pasan en menos de un minuto un anciano empujando las muletas con gran dificultad, dos señoras del brazo que no cumplen los 70 y otra sola, encorvada sobre su carrito de la compra. Moratalaz es un distrito madrileño que nació en los años sesenta del pasado siglo y ya es presa del envejecimiento que nos aguarda dentro de tres lustros: un 25% de sus vecinos tienen más de 65 años, como ocurrirá en 2033.Cuatro pisos más arriba, centenares de películas y un gato contemplan a Rosa, nombre supuesto de otra jubilada de 71 años tocada con un poncho. “Si viera a alguien apareciendo por ahí” —señala la puerta de entrada a las dos habitaciones— “me sentiría rarísima. Los hombres solo buscan una chacha que les cuide”. Otras cosas que le definen: anárquica, alérgica a las obligaciones, gran lectora, divorciada, un hijo emparejado que vive a siete minutos, salidas con las amigas para ir al cine. Les ve con frecuencia. Como Carmen, tampoco se siente sola.

Rosa camina todos los días. Pero ha cogido muchos kilos al dejar de fumar. Carmen se da mucha caña con el pilates y el senderismo. Algo que aprobaría José Antonio Serra, jefe de Geriatría del hospital Gregorio Marañón de Madrid. “El 75% de cómo envejeces son hábitos de vida. Si empiezas a los 40 años a hacer ejercicio y mantienes un peso adecuado, eso se notará a los 60, a los 70 y a los 80”. Si vivimos más y más solos, viene a decir, hay que reducir el tiempo de dependencia, que ahora se cifra en cinco años, hasta dejarlo en uno. Para morirnos lo más sanos posible y sin sufrimientos. “Y eso incluye comer bien. Mucha gente mayor sola, por ejemplo, no cena, por pereza. Y hay que tomar proteínas”, observa el especialista.

Tanto Carmen como Rosa habitan casas de su propiedad, con habitaciones de sobra, antes ocupadas. Lo más común. Habrá que construir viviendas más pequeñas, adaptadas a un ocupante y, dado el alza del precio del alquiler, aumentar el parque de viviendas públicas para rentar, opina Jorge Arévalo, socio del estudio de arquitectura Paisaje Transversal. Además, “las casas no han sido pensadas para viejos, desde las rampas a los enchufes, colocados casi en el suelo”, dice Antonio Abellán. “Hay que rehabilitarlas para favorecer la accesibilidad y la mejora energética”, añade Arévalo, “así se facilita que los mayores salgan a la calle y se ahorra en energía”.

La arquitecta Blanca Lleó, creadora del premiado proyecto de investigación Vivir 100 años, longevidad y ciudad futura, apuesta por casas activas: “Las viviendas no tienen que ser más cómodas sino al contrario. Hay que fomentar el ejercicio y la atención en la rutina diaria. Subir y bajar escaleras, esforzarse para encender y apagar luces, ejercitar brazos para subir persianas, abrir y cerrar ventanas”. Pero puntualiza que hay que diseñar casas fácilmente transformables cuando se produzca la dependencia.

El barrio de Rosa tiene bastantes centros sociales, tiendas y áreas verdes. Lleó considera que habrá que “fomentar en los lugares públicos de la ciudad y en las dotaciones de barrio la sinergia entre generaciones creando espacios para la integración. Las distintas generaciones tienen intereses y horarios de vida complementarios, su integración permite un uso eficaz del mismo espacio de la ciudad, el barrio, la vivienda. Es integración, fomenta la ciudad compacta y socialmente sostenible”.

Rosa cree que acabará en una residencia, aunque le gustaría seguir viviendo sola. “Pero soy realista. Si los servicios sociales mejoran y les dedican más medios, sería lo perfecto”. De momento, 100 personas dependientes mueren cada día sin recibir los servicios reconocidos por la Administración. El demógrafo Antonio Abellán, del CSIC, apunta a los países nórdicos, donde casi la mitad de los mayores viven solos, frente a un 25% en España. “La diferencia la marcan unos servicios sociales más desarrollados que les permiten vivir en casa ayudados con más recursos”. ¿Cómo encarar esto, entonces? “Paguemos impuestos”, contesta.


LOS VECINOS Y EL 'GIMNASIO' DE LAS RELACIONES SOCIALES

Entrar en casa y no tener a quien saludar no significa sentirse solo. Pero los mayores lo acusan más. Las estadísticas varían mucho: desde un 59% (CIS-Imserso) a un 35% (encuesta social europea) lamentan la soledad. “Con la misma edad, las mujeres están mejor y poseen más recursos”, observa Javier Yanguas, director del programa de Mayores de la Fundación La Caixa y coautor del estudio El reto de la soledad en la vejez. Percibir aislamiento tiene graves consecuencias, psíquicas y físicas. Un sumatorio bastante bien estudiado que incluye depresión, riesgo cardiovascular, deterioro cognitivo y muerte prematura.
¿Qué hacer, entonces? “Si vamos al gimnasio y cuidamos la dieta para envejecer mejor, tenemos que planear seriamente y apostar por cultivar las relaciones sociales; eso genera broncas, pero también ilusiones”, dice Yanguas, quien también habla de empoderar, por ejemplo a través del programa Siempre acompañados, a esos ciudadanos que viven solos: “Para que aprendan a gestionar la soledad con recursos y habilidades”.
“Son los vecinos los que se ayudan en el bloque”, dice por su parte Rosa, la madrileña que vive sola en Moratalaz, el distrito envejecido, “sobre todo ellas están pendientes. Tienen la llave de mi casa. Los hombres siempre están sentados en la plaza”.
Algo así hace la Fundación Amigos de los Mayores con el programa Grandes Vecinos que facilita el intercambio generacional en el mismo entorno. A través de la ONG, el joven que vive en el barrio y que no conocía a nadie le prepara la comida a la mujer mayor y ella toma algo con él.

https://elpais.com/sociedad/2018/11/03/actualidad/1541280281_769686.html



Las mujeres que viven solas generan mucha curiosidad y hay quienes tienen mucho interés por entrar en su casa, fisgar, olfatear, preguntar y enterarse de qué comen, qué leen, que hacen. Para muchas personas es todo un misterio conocer la vida de esas mujeres que viven solas. Mi casa es mi castillo y solo personas contadas y elegidas pueden entrar en ella. Hay quien no entiende que tengas una casa bien puesta para vivir sola. En fin, mucha envidia.
 
AUNQUE ASEGURA QUE ES FELIZ
Este hombre ganó 11 millones en la lotería y ahora se rompe la espalda a 10 euros la hora
Se gastó su fortuna en un estilo de vida en el que no faltaba el lujo: casas, coches, joyas… pero también fiestas y orgías en las que no faltaban drogas


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Michael Carroll tardó menos de 10 años en dilapidar su fortuna (Reuters/Shannon Stapleton)



EC
12/02/2019

En 2002, Michael Carroll tenía 19 años y ganó 9.736.131 libras a la lotería, el equivalente a unos 11 millones de euros. Hoy, 17 años después, se levanta a las 6 de la mañana para trabajar en turnos de 12 horas transportando carbón y cortando leña por un salario mucho más modesto: 10 libras la hora, apenas 11,5 euros.

Michael vive en Moray, en el norte de Escocia, y su modo de vida actual dista mucho del que siguió después de que la fortuna le sonriera. En menos de una década se fundió sus millones en llevar un estilo de vida en el que no faltaba el lujo: casas, coches, joyas… pero también fiestas y orgías en las que no faltaban drogas.


Hasta se construyó una pista de carreras en los enormes terrenos de su casa nueva. Pero en 2010, sólo ocho años después de ganar 11 millones de euros, tuvo que pedir su antiguo puesto de trabajo en una empresa de basuras para pasar poco después a una fábrica de galletas. Ahora, a los 35 años, ha encontrado un nuevo destino: una empresa de combustibles donde gana 10 libras la hora.

Lo que viene fácil, se va fácil
Carroll ha contado a The Sun que no le queda nada del premio que ganó: "Mis 10 millones de libras se desvanecieron en solo diez años yno tengo una casa o un automóvil que pueda decir que es mío. Pero no estoy amargado”. Para lo que muchas personas podría ser el mayor sueño de su vida, para este británico es hoy un recuerdo difuso.

A veces me dan una propina de unas pocas libras, lo cual es bastante divertido

Aunque sus 12 horas de trabajo físico puedan parecer agotadoras, lo cierto es que este exmillonario no tiene ninguna queja: "Podría entregar 150 sacos de carbón al día. A veces me dan una propina de unas pocas libras, lo cual es bastante divertido”. Incluso asegura que ahora es mucho más feliz de lo que lo fue cuando le tocó la lotería.

Ha adelgazado más de 30 kilos y ahora está a gusto consigo mismo: "En la vida no todo es dinero. Suena a una locura, pero nunca he sido más feliz que desde que regresé al trabajo”, asegura Michael, que resume toda su experiencia en una frase: "Ir a la bancarrota es lo mejor que me ha pasado y, créeme, me lo pasé muy bien haciéndolo".



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Carroll asegura que ahora es una persona feliz (Efe Epa/Larry W. Smith)


Cuando a Michael Carroll le tocó la lotería ya había tenido problemas con la justicia. Llevaba una pulsera electrónica para estar controlado por la justicia por antecedentes de alcoholismo y desorden público. Por eso tampoco sorprende que en los años siguientes al premio tuviera que visitar los tribunales en más de 30 ocasiones.

Un rostro conocido
Carroll se hizo famoso y era conocido en todo el país. Cada vez que tenía que ir al juzgado lo hacía en un descapotable, con una cerveza en la mano y lleno de oro y joyas. Su desprecio por el resto de los mortales era notable y hasta llegó a ser condenado por lanzar hamburguesas y trozos de pollo a las personas desde sus coches.

Incluso pintó una furgoneta Mercedes con el letrero "King of Chavs", que se podría traducir como “el rey de los macarras”. Concedió decenas de entrevistas, en las que afirmaba sin pudor que se había acostado con más de 4.000 mujeres y que se podía gastar 10.000 libras cada día, por eso cuando se le acabó el dinero, a nadie le sorprendió.


En 2012 le habían vetado la entrada a todos los pubs de su ciudad, Norfolk, por lo que decidió cambiar de aires. Ahora vive en Escocia y casi nadie le reconoce en parte por haber perdido peso y también porque el hollín que se le pega en el trabajo le oculta casi todo el rostro. Pero asegura que es una persona feliz y eso es lo que a él le importa.

https://www.elconfidencial.com/alma...premio-11-millones-euros-despilfarro_1817490/
 
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