Repaso a la corrupción del Partido Popular

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PLAZA PÚBLICA

El tiempo pone a todos en su sitio
Baltasar Garzón
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Publicada el 14/10/2020 a las 23:00Actualizada el 14/10/2020 a las 23:35
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A estas alturas de la película una sentencia del Tribunal Supremo ratifica la responsabilidad civil a título lucrativo del Partido Popular. Reconoce la existencia de la caja b de esta formación y corrobora con algunas matizaciones las condenas impuestas por la Audiencia Nacional. Es una sentencia bien trabajada y complejamente redactada para que no haya fleco alguno suelto y queden bien todos los jueces de instancia. Una de cal para Ángel Hurtado, recién nombrado por el Consejo General del Poder Judicial para, precisamente, la Sala de lo Penal del Supremo, quien expresó en un voto particular su desazón por la condena al PP. La de arena ha sido para los otros dos magistrados del tribunal, José Ricardo de Prada y Julio de Diego, a los que respalda completamente en su punto de vista jurídico y en toda su argumentación, tanto respecto a la instrucción como al razonamiento jurídico empleado.

Si tienen interés y paciencia podrán comprobar la veracidad de lo que digo: la sentencia en los folios 1.072 a 1.077 da por probada la caja b del PP y si se pone en relación con lo que se dice en los numerados como 1.609-10, lo que viene a decir la Sala de lo Penal es que al PP no se le puede condenar porque no se le puede acusar ya que en la fecha de los hechos era irresponsable penalmente como persona jurídica (esta figura se incluyó en el Código Penal en el 2010, es decir, después de cometidos los hechos; y la figura de la financiación de los partidos políticos como tipo penal no se introdujo en aquel hasta el 2015, y precisamente por esta causa penal). Nada nuevo, eso es lo que ya decían los magistrados de la Audiencia Nacional.

Cualquier otra interpretación relativa a la actuación de los jueces de la Sección Segunda de la Audiencia Nacional es torticera. Y no lleva más que a expresar la pataleta por una decisión que no se esperaba. El PP y sus afines, incluidos los que colaboran en determinados medios de prensa y tertulias al uso, se han dedicado a soltar mensajes malintencionados sobre estos jueces, como normalmente hacen contra todos aquellos operadores del Derecho, entre los que me incluyo, que se les oponen y que resisten estoicamente las embestidas de calibre grueso aferrados a su independencia y centrados en su profesión.

La reacción de la derecha en todo este tiempo da que pensar que hay mucho más de lo que podemos apreciar en este asunto. Empiezo por mi propia inhabilitación a manos de la Sala de lo Penal del Supremo tras haber iniciado la investigación por este caso y bajo la acusación de haber interceptado comunicaciones entre los hoy condenados y sus abogados. De nada sirvió ni el que hubiera protegido como es preceptivo el derecho de defensa, ni la libertad de interpretación propia de un juez, ni que, tras la condena, otro magistrado mantuviera como lícitas estas escuchas sin que se le achacara irregularidad alguna.


Cuando estalló el caso, en el Juzgado Central de Instrucción número 5 del que era titular, las maniobras de los interesados para obstaculizar el proceso fueron de todo tipo y se centraron con especial ahínco en difamar a todos los profesionales de la justicia que podían llevar el caso a término en su contra. Fueron de traca los intentos de mantener en el tribunal a jueces próximos al PP y evitar las recusaciones en casos especialmente llamativos, véase Enrique López, hoy consejero de Justicia de la Comunidad de Madrid y secretario de Justicia y Administraciones Públicas del partido que preside Pablo Casado… ¿O qué decir de la resistencia a que se apartase del caso la jueza Concepción Espejel, tan especialmente unida a María Dolores de Cospedal?

Tanto esfuerzo por anular, por difamar y deteriorar la imagen de los jueces, que se recrudeció en el tiempo transcurrido hasta este fallo del Supremo, dice mucho en cuanto al tema de fondo y me da la razón en que las indagaciones que iniciamos en el Juzgado número 5 de la Audiencia Nacional iban por el camino adecuado: había una trama en torno a una formación política, el Partido Popular. Esta trama se benefició de dinero público, en base a comisiones y desvío de dinero de todos, y había un partido, el PP, en torno al cual giraba todo y que se lucró con ello. Y existía una caja b en ese mismo partido cuyas derivaciones están por ver aún y que cada vez parecen llegar más lejos.


Solo añadiré que si mi trabajo como juez ha servido para poner en evidencia a los corruptos doy por bien empleado todo lo acontecido, aunque sé de sobra que es una injusticia y, me consta, otros también son conscientes de ello. Pero el tiempo acaba poniendo a cada uno en su sitio.


Baltasar Garzón es jurista, presidente de Fibgar y el juez que inició la investigación de la 'trama Gürtel' y ordenó las primeras detenciones en febrero de 2009.

 
Lo que vemos todos

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En el PP pueden intentar vendernos la burra que quieran y como quieran, pero todos vemos que si la tienen es porque la han trincado de un modo u otro. Me da igual lo digno que se ponga Rajoy, que Casado insista en el nuevo PP o Iturgaiz quiera que parezca que él nunca estuvo ahí. El titular de Eldiario.es gana para abrir esta columna por descriptivo: “El Tribunal Supremo confirma la existencia de una financiación irregular en el PP durante dos décadas”. La ratificación de la sentencia, además, es solo el primer peldaño de la escalera judicial que les queda por subir a los del PP, que ya no dan lecciones a nadie de nada.
 
Las tres extremas derechitas se quedan solitas



Me parece genial el cordón sanitario aplicado a la formación ultra Vox en el Parlamento Vasco. Al fascismo no se le discute, se le combate. Punto.
Así, todos los partidos menos, cómo no, el Partido Popular + Ciudadanos han plantado a Vox en su primera iniciativa en el Legislativo vasco.
EAJ-PNV y EH-Bildu ya han adelantado que adoptarán -siempre- esta misma posición siempre que Vox eleve un asunto al Pleno. Aplaudo la postura y me parece del todo acertada y coherente.
No tan coherente me parece la tibia postura de los socialistas vascos. En su caso, puntualizan que lo analizarán caso por caso y que actuarán en función del tema. la pregunta se antoja pertinente: A estas alturas de la película, ¿Qué coxx tienen que «analizar» sobre unos fascistas que les llaman ilegítimos golpistas y que, en otros lados, fuerzan la retirada de reconocimientos a sus líderes históricos?


Elkarrekin Podemos-IU, Nos dicn que en ocasiones darán un paso al frente para responder a las provocaciones de la ultraderecha desde la tribuna, aunque midiendo el contexto. Desconozco qué entiende Doña Gorrochategui por «medir el contexto» pero lo que no tiene ni medio pase es qué entienden en la sucursal vasca de Podemos por «en ocasiones». No estaría de más que lo aclarasen ya que con esa gentuza (que ellas mismas sufren en sus propias carnes) no hay que tener ni media contemplación. No es el momento para practicar el «buenismo«. Que se aclaren… si quieren, pueden o saben.

En cuanto a la coalición Partido Popular + Ciudadanos, es perfectamente comprensible que no apliquen el cordón sanitario contra su socio de extrema derecha en otros lugares del Estado. De esta manera, no es de extrañar que los cuatro acólitos que le quedan al que nos llama hijos de put* a docenas de miles de vascas y vascos se sientan a gusto escuchando las intervenciones (tan desbarrantes como fascistas) de su colega ultra. Y, ojo, me parece perfecto ya que su actitud reafirma el camino que les lleva inequívocamente a convertirse en una fuerza política residual en Euskadi… de lo que me alegro inmensamente.

Queda claro que la estrategia de Vox no es otra más que la de generar crispación y jaleo. Así, no se puede entrar al juego de quienes no comparten valores democráticos al representar una posición política que hace propia la negación y de la imposición contra Derechos y Libertades Fundamentales.
 
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PSOE (ERE): 680 Millones
PP (Gürtel): 20 Millones
 
Última edición:
'CASO GÜRTEL'
"¡Aterriza, gordo, aterriza!"
Rosalía Iglesias, la 'línea roja' de Bárcenas
El ex tesorero prometió que tiraría de la manta si su mujer entraba en prisión, como ocurrirá ahora. Condenada a 12 años, Rosalía Iglesias fue espiada, traicionada por su chófer.... Ella filtró el "Luis, sé fuerte"
Rosalía Iglesias, a su salida de prisión en 2018, tras pagar la...

Rosalía Iglesias, a su salida de prisión en 2018, tras pagar la fianza. PAOLO AGUILAR / EFE

PREMIUM
Actualizado Sábado, 17 octubre 2020 - 22:38
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«¡Aterriza, gordo, aterriza!». La orden se la susurró Rosalía Iglesias a su marido preso en Soto del Real (Madrid) cuando los altos dirigentes del Partido Popular, sus amigos, dejaron de contestar al teléfono. Fue ella, una mujer aguerrida y «temeraria», según sus propias palabras, dotada de un instinto natural, la que les fue poniendo la cruz. La que primero asumió que el partido al que Luis Bárcenas había servido como gerente y tesorero durante casi tres décadas los había dejado solos. Y la que, con su esposo en la cárcel y su viejo círculo en desbandada, tomó las riendas de una guerra que les ha salido mal.
Este miércoles, la extensa sentencia del Tribunal Supremo sobre el caso Gürtel confirmó el mayor miedo del matrimonio: tampoco ella se salvará de entrar en prisión. Rosalía Iglesias, que siempre sostuvo que firmaba a ciegas lo que su marido le ponía por delante, participó activamente en todo el entramado delictivo pergeñado por Bárcenas, según el fallo judicial, que, eso sí, ha rebajado su pena de 15 años a 12 años y 11 meses de cárcel. Condenada, entre otros, por blanqueo de capitales y por varios delitos fiscales, deberá ingresar en un centro penitenciario en los próximos días. Según fuentes de su defensa, ya ha descartado el de Soto del Real, porque en breve dejará de acoger a mujeres.
Si bien Rosalía Iglesias está «aterrada» ante su futuro inmediato -cuenta uno de sus allegados-, un temor, distinto, se extiende también en Génova 13. Porque esta mujer esbelta, impecable y de actitud altiva, retratada a menudo con bolso de Loewe y pieles, siempre fue la línea roja de Luis Bárcenas. Si su esposa era encarcelada, él amenazaba con sacar a la luz material aún oculto y dañino para el PP. «Hay grabaciones y se conocerá la verdad... si es necesaria», ha dejado dicho Rosalía. Alea iacta est.

La historia de Rosalía Iglesias Villar empieza en 1959 en el humilde barrio de San Andrés de Astorga (León). Aquel marzo nació como la menor de las cinco hijas -la mayor fallecería en 2011- de un matrimonio formado por el dueño de una empresa de transportes, Juan Luis Iglesias Álvarez, y una ama de casa, Arminda Villar. A los 20 años, la joven se estableció en Madrid. Se ha publicado que primero trabajó en una peletería, aunque el giro lo dio cuando en 1983 entró como telefonista en Alianza Popular (AP).
El retrato más íntimo de aquellos primeros años, y también de los que vendrían tras estallar el caso Gürtel, está en el libro Bárcenas. La caja fuerte(La Esfera de los Libros, 2016), que la periodista Marisa Gallero escribió tras varias conversaciones con la pareja. Gallero cuenta que, a través de una amiga -la hija del director del diario El Alcázar-, Iglesias entró en el partido que entonces presidía Manuel Fraga como refuerzo para las elecciones municipales de 1983.
Para entonces, hacía un año que por allí se movía un joven de Badajoz, grandullón, tímido y parco en palabras. Se llamaba Luis Bárcenas, era el hombre de confianza del entonces tesorero, Ángel Sanchís -otro de los 29 condenados en Gürtel-, y enseguida se quedó fascinado por aquella secretaria de la sexta planta, de 23 años, muy guapa, que llevaba pulseritas con la bandera de España y que tenía fama de lista y eficaz.
Iglesias (Astorga, León, 1959), declarando en la Audiencia Nacional.

Iglesias (Astorga, León, 1959), declarando en la Audiencia Nacional.
LA SECRETARIA DE VERSTRYNGE Y LA BODA EN PARÍS
Durante un tiempo ella trabajó para Jorge Verstrynge, entonces secretario general de AP, aunque pronto Bárcenas le pidió que se la cediera. Los dos conectaron, comían a diario... Ella, «más de derechas que El Alcázar» -relata Gallero-, tenía un novio de toda la vida, militar, y él estaba casado y era padre de un hijo. De modo que en Génova, donde se acababa de instalar la sede del futuro PP, corrían los rumores.
Ellos acabaron formalizando su relación, en contra del criterio de sus familias: la de Badajoz, del Opus Dei, que se negaba a que Bárcenas se divorciara, y la de Astorga, que a ella le reprochaba su noviazgo con un divorciado. Pese a todo, en 1989 Luis y Rosalía se casaron, casi de forma clandestina y acompañados únicamente por seis amigos, en París.
Los inicios de la pareja contra viento y marea quizá expliquen el tándem perfecto que forman desde entonces. Una unión que los llevó a lo más alto, a los viajes por el mundo, a las propiedades en Marbella o Baqueira, y de ahí al descenso a los infiernos, el dinero embargado, las portadas de la prensa, las declaraciones en la Audiencia Nacional y, al fin, la doble condena a prisión. Verstrynge, que aunque hoy se alinea con Podemos sigue defendiendo a su vieja amiga, lo resume así: «Bárcenas la transformó en su princesa y cuando aquel príncipe se convirtió en sapo, la hundió con él».
En los años de juicios y cámaras de televisión, la estrategia de defensa de Rosalía Iglesias no varió: ella decía no saber nada de lo que hacía su marido -el hombre que une los casos Gürtel, Caja B y Kitchen-, aunque tuviera a su nombre hasta 48,2 millones en Suiza, aunque acumulara sólo en 2007 casi 11 millones de euros en su cuenta en Caja Madrid, aunque su firma estuviera en tantos papeles.
"EN LOS MUNDOS DE YUPI"
«Yo vivía en los mundos de Yupi», dijo Rosalía en Bárcenas. La caja fuerte.Sin empleo desde 1996, se dedicaba a la casa, a su hijo Guillermo (Willy) -el cantante del grupo Taburete- y a un hobby, la restauración de obras de arte en un taller propio, mientras su marido se convertía en el todopoderoso administrador del PP. Ellos eran, en buena medida, el partido. Y su cercanía con Mariano Rajoy lo atestiguaba, también tras salir a la luz la Gürtel en 2009.
Según la pareja, en una reunión que en 2010 mantuvieron ambos con el líder popular y con Javier Arenas, Rajoy prometió a Iglesias: «Rosa, no os vamos a abandonar». De un año después data este mensaje de móvil que también le envió a ella: «Rosa, gracias, eres un encanto. Yo estaré ahí siempre, al final la vida es resistir y que alguien te ayude, tampoco hacen falta muchos. Un beso, y otra vez gracias». Incluso en mayo de 2012, y ante una llamada desesperada de Bárcenas, el propio presidente dio la orden de que a su mujer le permitieran entrar por el garaje para ahorrarse el paseíllo en la Audiencia Nacional.
La cosa cambió cuando, por sorpresa para ellos, el 27 de junio de 2013 el juez Pablo Ruz envió a Bárcenas a prisión. Entonces Iglesias se quedó sola y, según cuenta ella, se transformó. «Mi carácter es temerario. Si quieres que reaccione, sólo tienes que atacarme. Me crezco».
En la guerra abierta entre Bárcenas y el PP, Iglesias estuvo en primera línea. Fue la supuesta mujer florero quien escribió, al dictado de su marido encarcelado, los llamados papeles de Rosalía: un inventario de las pruebas con las que Bárcenas decía poder comprometer a la cúpula del PP con la contabilidad B. Escribió, por ejemplo: «Obras en casa de Mariano Rajoy».
También fue ella quien, según dice, encontró en el móvil de su marido y entregó a Pedro J. Ramírez, entonces director de EL MUNDO, los mensajes comprometedores de Rajoy, como el «Luis, sé fuerte», que provocaron un auténtico terremoto en la política española.
Pantallazo de los mensajes que Rajoy envió a la mujer de Bárcenas (Rosa para los amigos) en el año 2011. EL MUNDO

Pantallazo de los mensajes que Rajoy envió a la mujer de Bárcenas (Rosa para los amigos) en el año 2011. EL MUNDO
Aquel tormentoso verano de 2013 fue cuando presuntamente el Ministerio del Interior activó con el comisario José Manuel Villarejo la llamada operación Kitchen: un espionaje exhaustivo, pagado con fondos reservados, a Rosalía y a su chófer, captado como agente encubierto y al que Bárcenas mantuvo en su puesto aunque ella siempre sospechó de él. (El instinto, otra vez). La vigilaron durante meses, al menos, desde el 25 de julio de 2013: «la Rubia» va a la peluquería, al centro comercial, al gimnasio, a un estanco de Goya, come en un restaurante con tal periodista, entrega una bolsa al conductor... El objetivo que ahora investiga el juez Manuel García-Castellón: hacerse con el material comprometedor para el PP que podía guardar Bárcenas, para evitar que llegara a la Audiencia Nacional.
En medio de aquella operación, en octubre de 2013, tuvo lugar la escena más rocambolesca de esta película que Rosalía Iglesias podría protagonizar. Un hombre disfrazado de cura entró en su piso madrileño de la calle Príncipe de Vergara, maniató a la mujer, a su hijo y a su asistenta y amenazó con matarlos con una pistola si no le entregaban el material que, según dijo, serviría para derrocar al entonces Gobierno popular.
El asaltante, Enrique Olivares, que cumple 22 años de cárcel por el secuestro, estaba citado como imputado el pasado viernes en el caso Kitchen, ya que García-Castellón lo considera cómplice de la presunta trama de espionaje parapolicial, aunque finalmente el magistrado no le tomó declaración después de que un forense determinara que sufre problemas mentales. Rosalía siempre sostuvo que aquel falso sacerdote, del que se zafaron gracias a la actuación de Willy Bárcenas, no estaba loco.
«Es una mujer brava y valiente que desde el principio quería llegar hasta el final y contar toda la verdad. Vio cómo todos sus amigos en el PP los abandonaban, se sintió humillada, sufrió la cobardía del PP, pero tiró para delante», asegura el periodista Raúl del Pozo, a quien ella conoció ya en los años 80.
La sentencia del Tribunal Supremo no deja lugar a dudas. Según la Sala de lo Penal, «hay indicios plurales y acreditados de que [Rosalía] conocía la procedencia delictiva del dinero». La esposa de Bárcenas elaboró documentación falsa para sostener «operaciones inexistentes» y gestionaba de forma «efectiva» las cuentas bancarias abiertas a su nombre. En el mejor de los casos, dice el Supremo, se trataría de un caso de «ignorancia deliberada», lo cual no le resta responsabilidad penal.
Iglesias, en suma, «tenía pleno control y capacidad de gestión sobre las cuentas bancarias de su titularidad, suizas o españolas, a través de las que el matrimonio ocultó su patrimonio y lo hizo circular» y cooperó activamente en el fraude. «Su participación», resume la sentencia, «no se limitó a plasmar su firma en cierta documentación».
Retrato familiar de Rosalía y su hijo Guillermo (Willy) cuando era un niño. Él la ha difundido esta semana en su perfil de Instagram. INSTAGRAM

Retrato familiar de Rosalía y su hijo Guillermo (Willy) cuando era un niño. Él la ha difundido esta semana en su perfil de Instagram. INSTAGRAM
MIL BILLETES DE 500 EN UN DÍA
Quizá el mayor error lo cometió Iglesias en enero de 2006, cuando en un solo día ingresó mil billetes de 500 euros en una sucursal de Caja Madrid cercana a su casa. Aquel extraño movimiento encendió las alarmas y se la incluyó en la lista de inspeccionados por «operaciones con billetes de alta denominación». Ese año Iglesias declaró haber ingresado 560.000 euros «como procedentes de una transmisión de cuatro cuadros adquiridos el 15/05/1987 por importe de 1.803,30 euros, que nunca existió». La Sala concluye que la supuesta venta de cuadros fue un artificio para «justificar mendazmente» aquel ingreso tan llamativo.
En los últimos tiempos, Rosalía Iglesias ha seguido viviendo, sola, en su casa de Madrid, mantenida por su hijo, según cuenta a su entorno. La Audiencia Nacional sólo le permitió acceder a 300 euros mensuales. En su día llegó a pedir que le dejaran manejar 5.000 euros al mes, detallando sus gastos (400 euros para Bárcenas, 200 para su hijo veinteañero, 50 para la peluquería, 90 para la carnicería...), pero el juez Ruz se los denegó y la sección cuarta de la Audiencia le dio la razón alegando que «el ritmo de vida anterior de la familia» había cambiado y debía amoldarse a sus nuevas circunstancias.
Cuando en mayo de 2018 la esposa de Bárcenas llegó a estar 27 horas en la cárcel, fue su hijo Willy quien, con ayuda de la familia de su madre y de los amigos que les quedan, reunió los 200.000 euros de la fianza para sacarla de prisión. Este año, con la pandemia, Rosalía acudió a Verstrynge para que intentara que la cárcel de Soto del Real extremara sus medidas de seguridad contra el Covid. «Llamé a Pablo Iglesias y me dijo que ya estaban en ello», relata él. Estos días, ella sigue maldiciendo su suerte, sin comprender por qué las mujeres de otros condenados, como la Infanta Cristina, pudieron librarse de la cárcel y ella no.
«Su historia me da mucha pena», afirma el ex secretario general de Alianza Popular. «Ella es una mujer tradicional e hizo consciente o inconscientemente lo que Bárcenas le decía. Siempre pensó que todo esto no les podía pasar, que sabiendo su marido lo que sabía... Bárcenas no es mala persona y en realidad era un mandado, el gilipollas que ha pagado el pato. (...) La suya es una historia de amor poco común en la política española. Él la adora, y siempre dijo que el trato injusto con ella sería motivo de guerra».
Con su talón de Aquiles camino de la cárcel, se especula con que la venganza de Luis Bárcenas sea airear unos audios que él mismo habría grabado a los mandamases del partido, incluido Mariano Rajoy, y que estarían guardados en un pendrive que la trama Kitchen quiso localizar. En el sumario del caso aparece una conversación de Villarejo con el chófer de Bárcenas en la que el comisario le dice: «Hay que darle al tarro para encontrarlo, macho (...). Al ser un sitio tan pequeño lo puede tener en cualquier sitio».
«Mirando hacia atrás, hay cosas que no volvería a hacer. La gente dice que volvería a hacer todo. ¡Mentira! Todos, cuando miramos hacia atrás, hay cosas que cambiaríamos. Sabiendo el precio, porque hemos pagado un precio muy alto...», lamentó Rosalía Iglesias hace cinco años. Pero, fiel a su estilo, advirtió: «No me acobarda nada».

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Guinea Ecuatorial dicta una orden de búsqueda y captura contra el responsable del 'tamayazo'
  • El juzgado número 2 de Malabo pide la detención de Eduardo Tamayo por falsedad en documento tras la denuncia de un empresario gallego extorsionado por una red en la que el exdiputado socialista figura como implicado junto al líder de Manos Limpias

Eduardo Tamayo en una imagen de archivo. Emilio Naranjo/EFE
Gonzalo Cortizo
18 de octubre de 2020 20:59h
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@gonzalocortizo
La Justicia de Guinea Ecuatorial ha dictado una orden de búsqueda y captura contra Eduardo Tamayo, vecino de Malabo y responsable de la mayor traición política durante una investidura en curso que se recuerda en la democracia española. Tamayo está requerido por los tribunales del país africano tras la denuncia interpuesta contra él por un empresario gallego que le acusa de falsear documentación para desacreditarle como parte de una estrategia de extorsión que también está siendo investigada por un juzgado español.


El autor del 'tamayazo' reaparece como imputado junto al líder de Manos Limpias en una red de extorsión a un empresario gallego
El exdiputado socialista se instaló en Guinea Ecuatorial en el año 2009, tras comprobar que el 'tamayazo' no solo se llevó por delante la posibilidad de un Gobierno socialista en Madrid, sino que también había dejado vacía la sala de espera de su despacho de abogado. "Algunos empresarios no querían estar representados por alguien tan señalado como yo", aseguró Tamayo en una amable entrevista que le realizó el periodista Javier Negre en 2015.

El juzgado número 2 de Malabo dictó el pasado 12 de marzo una orden contra Tamayo que facultaba a la Policía a entrar en su domicilio o en cualquier lugar en el que pudiera encontrarse. El escrito, a cuyo contenido ha tenido acceso elDiario.es, ordena "proceder a la busca y captura del mismo y su posterior conducción ante la autoridad judicial". Los intentos de la justicia guineana de dar con el expolítico español se produjeron en vano: Tamayo había conseguido salir del país antes de que la orden para detenerle se pudiera ejecutar.

En conversación telefónica con elDiario.es, Tamayo resta importancia a los problemas con la justicia en el país en el que reside. Según su relato, la orden para detenerle se ha producido por un malentendido: "Mi abogado ya ha llamado al tribunal para decirles que compareceré cuando vuelva a Guinea y me han dicho que esa orden ya no está vigente". "¿Cómo no voy a volver a Guinea si allí está mi vida?", asegura.

Con anterioridad al mandato de detención, las autoridades guineanas habían intentado evitar que el expolítico socialista abandonase el país cerrándole el paso en aduana. No lo consiguieron. Un segundo documento de la justicia guineana, al que esta redacción ha tenido acceso,,,, recoge el acuerdo de "cierre de fronteras" con el que se intentó infructuosamente evitar la huida en octubre de 2019.

Eduardo Tamayo reaccionó rápido. Solo dos días después de emitirse esa orden ya estaba en el aeropuerto con un billete de avión en el bolsillo. Consiguió abandonar el país, tal y como demuestra la fotografía de una de las páginas de su pasaporte, que el propio Tamayo ha enviado a esta redacción. Tamayo abandonó Guinea el 27 de octubre. Las fronteras ya estaban cerradas para él desde el 25 de ese mismo mes. Desde entonces, no ha vuelto a pisar el país africano.

En España la justicia también está detrás de Eduardo Tamayo. El juzgado número 8 de Vigo le investiga por su presunta participación en una red de extorsión que exigía el pago de 400.000 euros al mismo empresario cuya denuncia ha provocado en Guinea la orden de búsqueda y captura contra el expolítico. Junto a Tamayo, entre los investigados se encuentra el líder de Manos Limpias, Miguel Bernard, y la investigación apunta a la participación en la trama de personas relaccionadas con los medios de comunicación.

El periodista de OK Diario Alejandro Entrambasaguas fue una de las últimas personas que entrevistó a Eduardo Tamayo. Lo hizo el pasado mes de junio para celebrar el 17 aniversario del 'tamayazo'. Durante esa entrevista, celebrada en un café de Madrid, Tamayo explicó las claves para poder acometer un golpe político como el que él protagonizó: "Tener las cosas muy claras. Tener conciencia y fundamento y hombría para hacerlo". El periodista, que durante toda la charla trató a su interlocutor como una especie de héroe contra la corrupción, preguntaba cosas como la siguiente: "¿Se ha planteado volver a la política?".


Seguro, seguro, que el tema ha prescrito. ;)
 
Anticorrupción aprecia riesgo de fuga en la mujer de Bárcenas tras la sentencia de 'Gürtel' y pide su inmediato ingreso en prisión

  • El Ministerio Público pide que entren ya en la cárcel todos los condenados a más de seis años
  • Rosalía Iglesias está condenada en firme por el Supremo a 12 años y 11 meses por blanqueo y como cooperadora de delitos fiscales

Ana Moreno
amoreno@infolibre.es @anamorenv
Publicada el 20/10/2020 a las 14:14Actualizada el 20/10/2020 a las 14:47
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Rosalía Iglesias, mujer del extesorero Luis Bárcenas, a su llegada este miércoles a la Audiencia Nacional.

Rosalía Iglesias, mujer del extesorero Luis Bárcenas, en la Audiencia Nacional
EFE
La Fiscalía Anticorrupción ve claro riesgo de fuga en los condenados a más de seis años de cárcel en la sentencia de la primera época de actividades de la trama Gürtel, entre ellos Rosalía Iglesias, la esposa del extesorero del PP Luis Bárcenas, por lo que ha solicitado su inmediato ingreso en prisión.

Así lo indica el Ministerio Público en un escrito remitido a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, que es la que debe hacer efectivas las penas confirmadas la semana pasada por el Tribunal Supremo.



Según han informado fuentes fiscales a infoLibre, Anticorrupción reclama a la Audiencia Nacional la ejecución de la sentencia del Supremo, pero en concreto solicita que los condenados a más de seis años de prisión sean notificados de forma inmediata para que entren en la cárcel sin más dilación.

Se trata de nueve condenados. Una de ellas, Rosalía Iglesias, deberá cumplir 12 años y 11 meses de cárcel por delitos de blanqueo de capitales y como cooperadora de delitos contra la Hacienda Pública.


En la sentencia del Supremo, de 1.843 folios, la Sala concluye que había indicios plurales y acreditados de que Iglesias conocía la procedencia delictiva del dinero y el incremento del patrimonio de su marido que se justificaba con sus ingresos ordinarios. Así, destacaba la conducta activa de la condenada.

Además, señalan los magistrados que Iglesias realizó actuaciones para ocultar y posteriormente hacer aflorar dinero ilícitamente obtenido por su esposo. Y ahondan en que la defraudación atribuida a la mujer de Bárcenas se articuló a través de una serie de artificios en los que fue fundamental su intervención y que, de suyo, incompatibles con la ignorancia o el desconocimiento invocados por la acusada.


Posible cambio de prisión de Bárcenas

Precisamente, este mismo lunes trascendió que el extesorero del PP había iniciado trámites para solicitar el traslado de la prisión de Soto del Real a la de Alcalá Meco, ambas en Madrid, ya que en esta última es donde previsiblemente ingresará su mujer en los próximos días.
Además de Iglesias, la Fiscalía pide el ingreso inmediato en prisión para otros ocho condenados por la primera época de actividades de la trama Gürtel, incluido el que fuera el contable de las empresas de Francisco Correa, José Luis Izquierdo.

Según las fuentes consultadas, una vez notificada la sentencia del Tribunal Supremo, Anticorrupción pide hacer efectivas todas las condenas, pero en los condenados a más de seis años percibe un mayor riesgo de fuga por lo elevado de las penas.


Recuerdo que en Alsasua fueron a buscarles a su casa nada mas conocer la sentencia para llevarlos a la cárcel con gran despliegue vecinal , pero vemos que con ciertos delincuentes y delincuentas no se hace uso de ello.
 
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