- Registrado
- 28 Ene 2018
- Mensajes
- 13.746
- Calificaciones
- 84.703
Lo dicho la hostia va a ser muy grande el día que más de uno y de una asuma que es OTRO CIUDADANO ANÓNIMO MÁS del montón, que no es nadie especial, aunque sus likes le hagan pensar que sí lo es.Es que las RRSS han mutado a perfección absoluta, felicidad y
Es que las RRSS han mutado a perfección absoluta, opulencia, felicidad y "sabiduría" a raudales hasta límites insanos. Por lo general, en los años de Tuenti y Facebook, no eran más que unas plataformas para compartir fotos que te hacías sin muchas pretensiones con tu gente y chatear con ella. Las redes sociales no separaban, si no que unían, porque normalmente a quien agregabas te hablaba y comentaba, así que esos "amigos de tus amigo" podían terminar siendo los tuyos pillando confianza por allí. Años en lo que lo primero era la vida real y luego estaban las RRSS que no era más que un entretenimiento y un medio para hacerte de las fotos hechas por la cámara de tu amiga ese sábado pasado. Luego por el 2012- 2015/16 se puso de moda ir contando la vida casi a diario, pero con sus luces, sombras, lujos y simplicidades, como por ejemplo selfie con los del curro, foto haciendo el/la payas@ de fiesta, foto de una caña en "Bar Paco" o poner un párrafo llorando en Facebook rollo "Los hombres de hoy en día no son de fiar...". También se echan de menos esos Instagram con fotos de mala calidad pertenecientes a los primeros smartphones con sus filtros cantosos con fotos rollo saliendo de marcha, el plato de paella hecha por su abuela, el perro dormido con una postura rara o foto del modelito de turno en el espejo de la habitación con todo revuelto de fondo. No que ahora son fotos que parecen hechas por fotógrafos, en Bali, Paris o NY o el festival de música de turno, sonrisones impostados o poses de div@, ropa superguay, platos en restaurantes pijorros, tipazos e intensidades. La mayoría de los perfiles están calcados, el día que la gente suba como publicación una foto de su look en el espejo del cuarto de baño o un café con churros, me volveré a enganchar.