Pierre Casiraghi de regreso en Mallorca para la Copa del Rey MAPFRE
- Autorvale2807
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Pierre Casiraghi y las arañas del infierno
Pierre Casiraghi (dcha.) en su embarcación en Mallorca. BERNARDO PAZ
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El príncipe de Mónaco ha heredado la afición náutica que mató a su padre, Stéfano Casiraghi. Este verano hace gala de ella en Mallorca
Casiraghi en Mallorca, la mayor atracción 'royal'
Ahí lo tienen, sobre estas líneas, es Pierre Casiraghi y va camuflado de sí mismo. Parece que va a la guerra pero en realidad va al mar. Es el personaje de moda en la 35 edición de la Copa del Rey de vela y se mueve por el club náutico levantando suspiros. Tiene su explicación: es insultantemente guapo e insultantemente rico, y encima está casado con Beatrice Borromeo, que también es insultantemente guapa e insultantemente pija. Aquí en Palma ha de pasar varias veces por el mismo sitio para ser reconocido, pero el reconocimiento, lejos de causarle satisfacción, le produce un sarpullido de molestia, de ahí que el chico prefiera calzarse el disfraz de lobo de mar: pelambrera desordenada, barba de una semana o dos y gorra de camuflaje. Yo he tardado más de media hora en descifrar su fisonomía. Ha sido como completar el rosco de Pasapalabra. Un reto.
Es un Casiraghi pura sangre. Un hijo de su padre que ha venido al mundo para rendirle homenaje. Se llamaba Stéfano Casiraghi y murió en 1990 mientras participaba en un campeonato mundial de navegación a vela en un catamarán precursor del que capitanea su hijo. Yo he visto estos bichos voladores y parecen arañas del infierno.
Han pasado 26 años de la muerte de Stéfano, ocurrida cuando su Pierre apenas había cumplido tres, pero él ha aprovechado todo ese tiempo para alimentar el gusanillo que ha crecido en su interior hasta alcanzar la categoría de un monstruo.
CArolina de Mónaco y Stefano Casiraghi. CORDON
Pierre Casiraghi, a quien la vida ha convertido en un príncipe azul, no es solamente un voluntarioso deportista que se ha empeñado en seguir la estela del padre. También dedica parte de su tiempo a justificar los ingresos que recibe de una empresa de construcción heredada de su padre. Como todos los príncipes azules, Pierre no nació para romperse los cuernos trabajando, así que un buen día decidió dedicarse al deporte de los catamaranes voladores, y en ello ha puesto los cinco sentidos. Su madre seguro que está viviendo un calvario, como las madres de los toreros. A los jóvenes multimillonarios siempre les han gustado los deportes de riesgo. Stéfano murió aplastado por un catamarán, pero otros corrieron la misma suerte en el aire en lugar de en el mar. Fue el caso de John John Kenedy, hijo del fallecido presidente Kennedy, y el de Alejandro Onassis, hijo del armador griego Aristóteles Onassis, muertos en sendos accidentes de aviación cuando pilotaban sus propios pájaros de acero.
Los catamaranes han evolucionado mucho desde el año 90. Si antes se deslizaban sobre el mar, ahora llegan a despegarse dos metros por encima del agua. Pierre sabe que todavía le queda por aprender, pero desde el mes de mayo entrena como un descosido y aprende a fuerza de sustos. Precisamente el pasado junio, el catamarán de Pierre Casiraghi chocó en el lago di Garda con una lancha en la que viajaba un fotógrafo italiano que, según cuenta, ha vuelto a nacer. Pierre debería tomar nota. El público es tela de morboso, pero nadie quiere más duelos en Mónaco.
http://www.elmundo.es/loc/2016/08/06/57a48d7b22601d491c8b45a4.html
Pierre Casiraghi (dcha.) en su embarcación en Mallorca. BERNARDO PAZ
1 Comentarios
El príncipe de Mónaco ha heredado la afición náutica que mató a su padre, Stéfano Casiraghi. Este verano hace gala de ella en Mallorca
Casiraghi en Mallorca, la mayor atracción 'royal'
- CARMEN RIGALT
Ahí lo tienen, sobre estas líneas, es Pierre Casiraghi y va camuflado de sí mismo. Parece que va a la guerra pero en realidad va al mar. Es el personaje de moda en la 35 edición de la Copa del Rey de vela y se mueve por el club náutico levantando suspiros. Tiene su explicación: es insultantemente guapo e insultantemente rico, y encima está casado con Beatrice Borromeo, que también es insultantemente guapa e insultantemente pija. Aquí en Palma ha de pasar varias veces por el mismo sitio para ser reconocido, pero el reconocimiento, lejos de causarle satisfacción, le produce un sarpullido de molestia, de ahí que el chico prefiera calzarse el disfraz de lobo de mar: pelambrera desordenada, barba de una semana o dos y gorra de camuflaje. Yo he tardado más de media hora en descifrar su fisonomía. Ha sido como completar el rosco de Pasapalabra. Un reto.
Es un Casiraghi pura sangre. Un hijo de su padre que ha venido al mundo para rendirle homenaje. Se llamaba Stéfano Casiraghi y murió en 1990 mientras participaba en un campeonato mundial de navegación a vela en un catamarán precursor del que capitanea su hijo. Yo he visto estos bichos voladores y parecen arañas del infierno.
Han pasado 26 años de la muerte de Stéfano, ocurrida cuando su Pierre apenas había cumplido tres, pero él ha aprovechado todo ese tiempo para alimentar el gusanillo que ha crecido en su interior hasta alcanzar la categoría de un monstruo.
CArolina de Mónaco y Stefano Casiraghi. CORDON
Pierre Casiraghi, a quien la vida ha convertido en un príncipe azul, no es solamente un voluntarioso deportista que se ha empeñado en seguir la estela del padre. También dedica parte de su tiempo a justificar los ingresos que recibe de una empresa de construcción heredada de su padre. Como todos los príncipes azules, Pierre no nació para romperse los cuernos trabajando, así que un buen día decidió dedicarse al deporte de los catamaranes voladores, y en ello ha puesto los cinco sentidos. Su madre seguro que está viviendo un calvario, como las madres de los toreros. A los jóvenes multimillonarios siempre les han gustado los deportes de riesgo. Stéfano murió aplastado por un catamarán, pero otros corrieron la misma suerte en el aire en lugar de en el mar. Fue el caso de John John Kenedy, hijo del fallecido presidente Kennedy, y el de Alejandro Onassis, hijo del armador griego Aristóteles Onassis, muertos en sendos accidentes de aviación cuando pilotaban sus propios pájaros de acero.
Los catamaranes han evolucionado mucho desde el año 90. Si antes se deslizaban sobre el mar, ahora llegan a despegarse dos metros por encima del agua. Pierre sabe que todavía le queda por aprender, pero desde el mes de mayo entrena como un descosido y aprende a fuerza de sustos. Precisamente el pasado junio, el catamarán de Pierre Casiraghi chocó en el lago di Garda con una lancha en la que viajaba un fotógrafo italiano que, según cuenta, ha vuelto a nacer. Pierre debería tomar nota. El público es tela de morboso, pero nadie quiere más duelos en Mónaco.
http://www.elmundo.es/loc/2016/08/06/57a48d7b22601d491c8b45a4.html
Parece que se relamieran pensando que la historia se repetirá, no niego que Pierre con sus deportes extremos me mantiene con el corazón en la boca, pero precisamente un deporte extremo usualmente es mas arriesgado de lo usual, no tiene nada que ver con karma ni maldiciones.
C
cariv
Guest
C
cariv
Guest
Pierre Casiraghi & Beatrice Borromeo. Palma de Mallorca, 06.08.2016.
El rey Felipe VI de España, Pierre Casiraghi y su esposa Beatrice Borromeo asisten a la 35ª Copa del Rey Mapfre de vela Cup (Copa del Rey) ceremonia de premios en Ses Voltes centro cultural el 6 de agosto, 2016, Palma de Mallorca, Islas Baleares, España.Mónaco 's Pierre Casiraghi ganó el premio al mejor armador.
C
cariv
Guest
Agh, tenia que llegar Beatrice, tan bien que la estábamos pasando.
Te has tardado en llegar y le llego la esposa, ni modo. Ya sera para la próxima
